Montse, la puta de amodoma (4)
Siguen nuestras humillaciones y servicio para nuestro amo, AmoDoma, ahora me empieza a hacer servir como puta para su disfrute.
Esta vez no habían pasado ni unos días desde la visita de AmoDoma a mi casa y su presentación a mi marido cuando se puso nuevamente en contacto conmigo. Estaba en un bar tomando un café con leche antes de ir a la compra cuando, como digo, sonó el móvil con la melodía que había programado para él.
-Buenos días AmoDoma. Respondí al descolgar.
-¿Como vas vestida, puta?
Me soltó de golpe, sin ningún preámbulo ni saludo.
-Pues llevo una falda y un jersey. Le dije.
-¿Y ropa interior? Me preguntó
-Si AmoDoma, unas braguitas de algodón normales y un sujetador. Conteste.
-Bien Puta, a partir de ahora, cuando salgas a la calle no llevaras bragas ni sujetador y siempre lo harás con faldas cortas y camisas, ¿entendido puta?. Me ordenó.
Sabia que protestar no serviría de nada y ¿porque no decirlo?, mi coño ya sentía algo solo escuchando como me hablaba.
-Si AmoDoma, así lo haré. Le conteste.
-¿Donde estas?
-En un bar tomando un café. Le respondí.
-Bien. Continuo él. Quiero que vayas al baño y te quites las bragas y el sujetador y me envíes una foto de las prendas, ¿entendido puta?. Ordeno.
Colgué el teléfono sin contestarle y baje a los baños, estaban como siempre, separados los de los hombres de los de las mujeres, pero la zona de espejos y lavabo eran comunes.
Me metí en el de mujeres y me desnude completamente, intente hacerme la foto pero era muy pequeño y no había manera de enfocarme, así que abrí un poco la puerta, vi que no había nadie y salí completamente desnuda a la zona común. En ese momento estaba complemente expuesta, cualquiera podía entrar en el baño y verme así, completamente desnuda, pero no solo me hice una foto como me había ordenado, repetí los selfis por delante, por detrás, sacándome primeros planos, hasta que asustada, excitada y con miedo, todo a la vez, volví a la seguridad del baño.
Me vestí, le hice unas fotos a mi ultima ropa interior y salí a la zona común, donde me volví a hacer unas fotos vestidas, por la hora grabada en las fotos AmoDoma podría ver que efectivamente no llevaba ropa interior como me había ordenado.
Subí nuevamente a la barra y le envié las fotos por wasap a AmoDoma, al momento recibi su contestación:
“Así me gusta Puta”
“A partir de hoy nunca con ropa interior”
“El sábado vamos a quedar las 23:00 en …...” me indicaba una boite de gente madura como pude comprobar mas tarde en su web.
“Para esta ocasión quiero que vistas”
Y entonces describía como debía ir vestida.
“Medias de muslo, excepcionalmente bragas negras, un vestido abotonado por delante y zapatos de tacón, eso es todo”
Leí los wasaps, espere haber si ponía alguno mas y al ver que no pague el café y salí a la calle. Aunque no se me podía ver nada me sentía muy expuesta al ir sin ropa interior, nunca lo había hecho y me daba la sensación de que todos los hombres se daban cuenta.
Hice la compra y volví a casa pensado en aquella cita, ¿se lo diría a mi marido? Ni siquiera habíamos vuelto a hablar de ello desde el día que se planto AmoDoma en casa. Pensé que era jueves y ya tendría tiempo para decidir que hacia.
Al día siguiente al despertar inicie mi rutina como siempre, lavarme, tomar un café en la cocina mientras miraba que tocaba comprar e ir a vestirme, me quite el pijama, me puse mis braguitas de algodón de mujer “honrada”, pero entonces, mirándome en el espejo de cuerpo entero que tengo en la habitación me las quite y complemente desnuda rebusque en el armario, saque una falda plisada, con mucho vuelo pero justo por encima de la rodilla y una camisa y fue todo lo que me puse obedeciendo a AmoDoma y así salí a la calle. Como el día anterior me daba la sensación de que todo el mundo se daba cuenta de que iba desnuda debajo de esa ropa, era imposible, no se veía nada, pero tenia una sensación de desnudez increíble.
Había decidido no decirle nada a mi marido, al cornudo pensé, me dolía, pero ahora solo podía verlo como un cornudo a las ordenes de AmoDoma, al menos en el terreno sexual, así que cuando llego por la tarde le dije que mañana sábado había quedado con unas amigas para cenar y tomar unas copas, no supe si se lo creía o no, pero pareció indiferente.
El sábado estuve todo el día nerviosa, no me salia nada a derechas, solo pensaba, nerviosa y con miedo la cita de esa noche, a la cabeza me venia la idea de no acudir, pero por una parte me daba miedo como reaccionaria AmoDoma si no me presentaba y por otra me daba miedo y placer pensar que me esperaba. Así que a media tarde me fui a duchar, me depile, me lave y seque el pelo… y me pinte, me pinte mas de lo que lo hacia normalmente y fui a vestirme, desde que me dijo AmoDoma el tipo de vestido que quería que llevara sabia cual debía ser, uno que me había regalado mi marido, sport, pero no demasiado, me quedaba por encima de la rodilla, era un poco corto y como había dicho el, abotonado por delante. No sabia ni cuando era la ultima vez que me había puesto medias de muslo así que tuve que rebuscarlas por el armario hasta que finalmente aparecieron, con las bragas negras no hubo ningún problema, tenia algunas tipo coulotte con blonda que me gustan bastante.
Salí al salón y me despedí del cornudo, le dije que no me esperara despierto, que a lo mejor llegaba tarde y él enfrascado en el partido me respondió con un gruñido, ni siquiera me miro.
Baje a la calle y espere un taxi que me llevara hasta la sala, cosa que llevo bastante tiempo, vivimos a las afueras de la ciudad y la sala quedaba en el centro. Tras un largo recorrido llegamos a la sala, era algo mas de las once y no vi a AmoDoma en la puerta, así que entre en la sala y fui mirando a ver si lo veía y si, allí estaba, en la barra hablando con alguien, me acerque hasta ellos y salude.
-Buenas noches Amo… Las palabras se atascaron en la garganta cuando el hombre con el que estaba hablando AmoDoma se giro y pude ver que era mi marido!!!!
-Buenas noches puta, ¿no querrías privar a nuestro cornudo de nuestro primer baile juntos, verdad?
-Buenas noches cariño. Me saludo él. AmoDoma me aviso de lo de hoy y quería ver si me lo decías o no, ya veo que no, así que he venido con el coche para llegar antes que tu y darte una sorpresa.
-Eso ya lo arreglareis en casa tortolitos. Dijo AmoDoma, pedimos las copas y nos vamos a un reservado para estar mas comodos.
Así lo hicimos, cogimos los gintonics y nos fuimos al reservado que no era un reservado como podríamos pensar, eran un sillón circular con una mesa en el centro, pero todo quedaba a la vista, no había mucha luz, pero si la suficiente para ver claramente a la gente que se sentaba en ellos.
AmoDoma nos indico como debíamos sentarnos, quedando yo entre ellos dos.
-Vamos a ver si ha cumplido las instrucciones respecto a la vestimenta. Dijo AmoDoma.
-Venga cornudin, haz los honores. Le ordeno a mi marido
Mi marido sin decir ni una palabra me desabotono el primero de los botones separando el vestido con lo que quedaban a la vista todas mi piernas y casi el comienzo de las ligas de ellas.
-Otro mas. Le indico
Otra vez mi marido sin rechistar lo hizo, esta vez ya se veía la pierna completa e incluso el comienzo de las bragas.
-Me parece que todavía no es suficiente. Afirmo AmoDoma. Venga cornudin, otro más. Le ordeno
-No por favor, se me vera todo. Rogué.
Pero como siempre mis suplicas no servían de nada y mi marido abrió un tercer botón, ahora si que se me veían las piernas completas e incluso las bragas, a la vista de cualquiera que se fijara un poco al pasar.
AmoDoma empezó entonces a acariciar uno de mis muslos, empezando en la rodilla y subiendo su mano mas arriba poco a poco, muy despacio, hasta que llego a la zona que ya no cubría la media, se entretuvo en esa zona un momento, rozando suavemente el pubis sobre la braga, yo, casi sin darme cuenta había separado un poco las piernas para facilitar sus avances.
-Así me gusta perra, que facilites las cosas, pero aun lo vas ha hacer mas.
-Esto es para que no tengas ninguna tentación de volver a abotonarlo. Me dijo mientras con una pequeña navaja cortaba los botones que mi marido me había abierto.
-Y ahora Cornudin, quilate las bragas. Ordenó a mi marido.
-No por favor. Suplique. Cualquiera puede verme, se lo ruego AmoDoma. Implore
Pero como siempre no sirvió para nada.
-Levanta el culo Montse. Escuche como me decía mi marido.
Así lo hice y el tiro de ellas para bajo, enseguida note el frio de la piel de sillón directamente en mi culo, pero él continuo, haciendo levantar las piernas una tras otra para quitármelas del todo.
-Dejalas en la mesa cornudo. Le ordeno y él así lo hizo.
AmoDoma volvió a separarme el vestido completamente dejando ahora mi pubis a la vista, yo estaba muerta de vergüenza al verme en esa situación, tan expuesta y con mi marido a mi lado.
-Ven, vamos a bailar. Me dijo AmoDoma
La pista no estaba demasiado concurrida y esos momentos sonaba un ritmo latino, AmoDoma nos dejo en un lado de la pista desde donde mi marido podía ver el espectáculo, enseguida metió su pierna entre las miás apretando fuertemente mi coño con su muslo, entonces note una de sus manos directamente en el culo, el vestido tenia algo de vuelo, por lo que no le había costado nada subirlo por detrás, no sabia exactamente que podía estar enseñando en la pista, pero con toda seguridad era mas de lo que me gustaría.
El baile seguía y él continuaba apretando mi coño, el frote del pantalón directamente sobre el y el ritmo que llevaba me estaba poniendo cachonda y notaba que había seguido subiendo el vestido por detrás, a estas horas ya debía tener el culo a la vista de todo el mundo, pensaba.
El llevaba un pantalón de tela fina, algodón o lino y podía sentir claramente su polla clavada contra mi pubis entre las telas y como se frotaba con ganas, pensaba que se iba a correr en ellos pero no era ese un plan tan sencillo.
-Vamos me dijo. Se separo de mi y me guiaba hacia el sofá cuando por sorpresa cogiéndome de la mano me hizo dar un giro rápido sobre mi misma, como he dicho, el vestido tenia algo de vuelo con lo que con el vuelo se levanto hasta mi ombligo dejando a la vista de todos mi pubis y culo, nunca sabre si alguien se dio cuenta, pero no hacia falta mucha atención para ello.
-Vamos a los baños. Le dijo a mi marido cuando llegamos a los sofás.
Para llegar a los baños tenias que bajar unas escaleras y al final del pasillo estaban ambos, los de mujeres y hombres, entramos los tres en el de hombres y AmoDoma me introdujo en unos de ellos.
AmoDoma entro detrás de mi y mi marido se quedo en la puerta, AmoDoma me empezó a desabrochar los pocos botones que le quedaban a mi vestido dejandomelo completamente abierto.
-Que mierda de tetas tienes. Me dijo humillándome, a la vez que me tiraba de los pezones con saña.
Entonces se bajo los pantalones hasta la rodillas, no llevaba calzoncillos y haciéndome mover se sentó en el water.
Yo estaba de espaldas a él, de cara a mi marido, con el vestido completamente abierto y una pierna a cada lado de AmoDoma, me cogió por la cintura y me atrajo hacia él.
-Metetela tu sola, putita, se que lo estas deseando. Me dijo.
Obediente cogí su polla y empece a frotarla por mis labios vaginales.
-Mira a los ojos a tu maridito, esta disfrutando, ¿Verdad Cornudo?
Levante la vista y sin soltar la polla de mi mano mire a los ojos a mi marido que estaba allí, plantado en la puerta, mirando la polla de AmoDoma con el capullo ya dentro de mi vagina, cuando AmoDoma súbitamente, dio un tiro de mis caderas hacia abajo a la vez que el lo daba de su pelvis hacia arriba, con lo que clavo su polla completamente en mi de un solo golpe, yo lance un grito de dolor, realmente me había sorprendido y me dolía.
AmoDoma empezó entonces un mete saca lento, poco a poco, se movía dentro de mi y el dolor ya había dado paso al placer, yo mantenía los ojos cerrados, disfrutando y así a la vez intentando olvidar que me estaban follando en los baños de una discoteca con mi marido vigilando en la puerta. ¿Vigilando?
-Cincuenta € y la puta te la chupa.- Escuche que decía AmoDoma
Abrí los ojos y pude ver en la puerta un tipo con los pantalones bajados y sacudiéndose una buena polla con la mano.
-Diez, respondió el tipo.
¡Me estaba vendiendo como una vulgar puta a un desconocido!
-Veinte
-Quince
-De acuerdo, quince. Adjudico AmoDoma
-Pagale al marido antes, le indico al tío
Vi como el tío se soltaba la polla y sacando la cartera le daba los quince € a mi marido
-Después me los das cornudo, que el dinero que saque con la puta es mio, ¿Entendido?
-Entendido Amo. Le contesto él
Entonces el tío se acerco a mi y cogiéndome por la nuca me metió toda la polla en la boca, AmoDoma volvió a sus movimiento de polla con lo que hacia que yo a mi vez moviera la cabeza con aquella tranca clavada en la boca.
El hombre me mantenía la cabeza sujeta y yo tenia la nariz clavada en el peludo pubis de aquel desconocido, las babas empezaban a salir de mi boca, yo me agarraba a su culo mientras él follaba mi boca y AmoDoma mi coño, cuando empece a notar que se iba a correr, intente sacármela de la boca pero él lo impidió.
-Por quince € te la vas a tragar toda. Me dijo a la vez que se corría en mi boca.
Su leche me salia por la comisura de mis labios, mezclándose en mis tetas con mis babas, lo que no tragaba me caía encima. El tipo se había corrido a conciencia en mi boca, yo creo que no le quedo ni una gota en sus cojones, cuando ya algo flácida me soltó y se limpio el capullo por mis labios, se la metió en los pantalones y se fue.
Yo seguía sentada sobre AmoDoma con su polla clavada hasta el fondo de mi vagina, con la cara y las tetas llenas de la lefa de aquel hombre.
-Desenchufa puta, que nos vamos a otro sitio. Me dijo él
Pasé por delante de mi marido sin atreverme a mirarle a los ojos mientras me abotonaba el vestido, bueno abotonaba, los pocos botones que me habían dejado en el. No había nadie en los baños y fui hacia la pica con intención de lavarme un poco pero AmoDoma me lo impidió.
-¿Quien te ha dado permiso para lavarte Zorra?, Te quiero con toda la lefa del tío ese sobre tu mierda de tetas. Me dijo mientras cogiéndome del brazo me llevaba hacia la puerta.
Ya estábamos casi en la puerta cuando esta se abrió de golpe, un hombre bien vestido, con traje y corbata estaba en ella barrandonos el paso.
-He visto lo que estáis haciendo. Nos dijo. Tenemos cámaras hasta en los lavabos. Decia mientras señalaba unas cámaras.
-Como yo lo veo tenéis dos opciones. Continuo.
-O me follo a la puta ahora mismo o llamo a la policía y les digo que estabais pasando droga en mi local, me conocen muy bien y me creerán aunque no llevéis nada encima.
-No va a hacer falta, seguro que podemos arreglarlo. Le contesto AmoDoma
-Bien entonces, vamos. Nos dijo, haciéndose a un lado para que pudiéramos pasar.
-¿Quien es este? Pregunto el hombre poniendo la mano en el pecho en a mi marido.
-Es el cornudo marido de la puta. Le contesto AmoDoma
Lo miro de arriba a bajo y sin decir nada nos hizo indicaciones de que lo siguiéramos hasta llegar a la puerta de lo que parecía un almacén, lleno de bebidas, cajas…. En el centro había una mesa también llena de cajas y botellas.
-Quita las cosas de la mesa. Le ordeno el hombre a mi marido, parecía que esa noche cualquiera podía ordenar lo que quisiera a mi marido, lo peor es que él lo hacia sin rechistar.
Mientras mi marido limpiaba la mesa el hombre se acerco a mi y me abrió de golpe el vestido haciendo saltar los pocos botones que le quedaban.
-Me parece que voy a pasar un buen rato con esta puta. Le decía a AmoDoma
-Pero no queremos que nadie nos escuche, ¿verdad?.
Me dijo mientras sacaba un pañuelo de su bolsillo y me amordazaba con él.
Mi marido ya había limpiado la mesa y el hombre me hizo tumbar sobre ella colocando mis piernas a cada lado de la misma.
-Esta mojada la muy puta. Exclamo
-Pero aquí no estamos para que te lo pases bien tu, ¿verdad puta? Me dijo.
El hombre miro a su alrededor y le dijo a mi marido que le diera “eso”.
Mi marido, obediente, le entrego “eso”, que el hombre me enseño resultando ser un botellin de cerveza.
Se había colocado entre mis piernas y le dijo a mi marido que me sujetara los brazos, inmediatamente sentí a mi marido sujetándome, al hombre separando mis labios vaginales y lo que debía ser el cuello de la botella entrando fácilmente en mi. Pero no se iba conformar con eso, siguió apretando y pronto sentí como mi coño se iba dilatando para aceptar en cuerpo de la botella, el cuerpo de un botellin tiene unos seis centímetros de diámetro y nunca había tenido nada así dentro de mi coño, aquello dolía, dolía horrores, pero mi marido me sujetaba fuertemente y la mordaza me impedía gritar, os aseguro que lo habría hecho a gritos. El hombre siguió apretando hasta que sentí como mi coño se abría y el cuerpo de la botella se metía dentro de mi.
-Ya la tiene toda dentro. Escuche exclamar al hombre.
-Es verdad. Respondió AmoDoma.-Pensaba que no lo lograbas.
Los dos debían estar mirando mi coño completamente dilatado con el botellin dentro de mi y los dos sacaban fotos de él. Mientras lo hacia sentía como el botellin iba saliendo de mi dolorido coño hasta que quedo colgando entre mis piernas, todavía con el cuello de la botella dentro de mi. El hombre me lo acabo de sacar y me ayudo a levantarme, tenia el coño completamente dolorido y todavía dilatado. Pero el hombre no había acabado conmigo todavía.
En algún momento se había bajado los pantalones y mostraba una polla descomunal, grande como un pepino, con el capullo circuncidado completamente limpio de piel y brillante.
Me hizo girar y ponerme de bruces sobre la mesa, indicándole a mi marido que volviera a sujetarme los brazos, entonces él se situó entre mis piernas y note como frotaba su capullo entre mis labios vaginales, se sujeto a mis caderas y poco a poco me la fue clavando toda hasta que sentí su cojones en el culo, la saco y volvió a repetir la operación un par de veces más, yo tenia el coño dilatado y completamente adaptado a aquel calibre y estaba empezando a disfrutar cuando el hombre cambio de objetivo.
La saco de mi coño y note como apuntaba aquel cipote a mi ano, empece a forcejear pero mi marido me sujetaba fuertemente, el apuntalo el capullo como digo en mi ano y empezó a empujar, note como se iba abriendo paso en mi culo, empujaba constantemente, metiéndomela en mi poco a poco, si el dolor anterior de mi coño fue fuerte, este era horrible, quería gritar pero la mordaza me lo impedía, quería levantarme, que aquello parara, pero no podía hacer nada mas que aceptarlo, al menos el hombre lo hacia poco a poco, hasta que me la clavo toda.
-Toda dentro. Escuche que decía. Como traga la muy puta.
-Tiene futuro. Le contesto AmoDoma.- Si llegamos a un acuerdo te la puedo ir trayendo de vez en cuando.
-Es posible. Le contesto
Me estaban vendiendo otra vez como una mercancía mientras me estaban dando por culo.
Afortunadamente el hombre lo hacia poco a poco, sacaba casi del todo el cipote y me lo volvía a clavar hasta los cojones, pero, también afortunadamente para mi dolorido ano, no aguanto mucho, se tumbo sobre mi aplastándome con su peso y con grandes gruñido se corrió dentro de mi, notaba su leche caliente dentro de mi ano, estuvo unos segundos como desmayado sobre mi espalda hasta que se rehízo un poco e incorporándose me la saco. Yo continuaba sobre la mesa, con el culo dolorido, las piernas abierta y ya notaba el semen saliendo a de mi dilatado ano.
El hombre se estaba subiendo los pantalones y le dijo a AmoDoma que ya hablarían, que se pasara por allí, conmigo claro, para hablar del tema, y dicho esto, salio por la puerta dejándonos a los tres allí solos.
-Levantate. Vamonos a casa. Me ordeno AmoDoma.
Lo hice, pero el coño y el culo me dolían horriblemente, casi no podía andar, ademas aquel tío me había roto los pocos botones que me quedaban en el vestido. Como pude salimos a la calle, yo intentaba mantener el vestido cerrado como podía, el trayecto hasta el parking donde teníamos el coche se me hizo eterno.
Llegamos al coche y nosotros dos nos sentamos detrás mientras mi marido conducía, todavía estábamos en el parking cuando AmoDoma me hizo quitar el vestido y lo tiro por la ventana, dejándome completamente desnuda a la vista de cualquiera, el primer “cualquiera” fue el señor de la taquilla, que no dejo de mirarme en todo momento, pero tampoco dijo nada.
Llegamos así hasta casa, afortunadamente vivimos en un bloque con pocos vecinos y parking en el mismo edificio, porque me hizo salir del coche completamente desnuda hasta el ascensor, la hora también ayudaba a que nos pudiéramos encontrar con ningún vecino, hasta que finalmente y para mi descanso entramos en casa.
-Ven, vamos a ducharnos. Me dijo. Mientras tu prepara unas copas.
Mientras yo preparaba el agua el se fue desnudando, cuando estuvo lista nos metimos los dos en la ducha mientras mi marido esperaba en el comedor.
Sentía el agua caliente por mi cuerpo como si fuera una caricia, me lave a fondo coño y culo y AmoDoma me hizo que lo lavara también a él, así lo hice, con mis manos, le limpie la polla, el culo, incluyendo ano, hasta dejarlo como los chorros del oro. Nos secamos mutuamente y completamente en pelotas salimos al comedor donde mi marido nos estaba esperando. El único que se mantenía vestido era él, pobre, pensé.
-Me ha gustado como habéis actuado los dos y tu tienes mucho futuro como puta.-
Apuro el gintonic de un trago y nos dijo que nos íbamos a dormir.
-Tu cornudin. Le dijo a mi marido. Dormirás a partir de ahora en el cuarto de los chicos, pero antes tienes que ayudarme esta noche.
Nos fuimos los tres a nuestra habitación de matrimonio, pero directamente me hizo poner a cuatro patas con la cabeza clavada en la almohada, el se situó detrás de mi.
-Cornudin, haz de mamporrero, venga. Le ordeno.
El, sumiso, se acerco a la cama y cogiéndole la polla a AmoDoma la acerco hasta mi coño, todavía dolorido y la froto entre mis labios, manteniendola sujeta hasta que me la clavo hasta dentro.
Empezó entonces a follarme con rabia, con fuerza, sacando y metiendo la polla dentro de mi a toda velocidad, yo casi me daba golpes con el cabecero, hasta que se corrió, inundándome con su semen, caí sobre el colchón con AmoDoma encima mio, me saco la polla saliendome su leche de mi coño hasta ensuciar las sabanas. Mi marido no estaba en la habitación, supuse que se habría ido a su cama, AmoDoma Se dio la vuelta y sin decirme nada apago la luz.
Yo quede boca abajo, sintiendo la leche de aquel hombre salir de mi coño, esa noche no me había corrido, supuse que no era el día en el que me tenia que correr.
Al momento me quede dormida, estaba agotada, hasta que el sabado…...