Montañas

Un sumiso quería iniciarse en ese mundo y por fin lo consigue en un día pleno de sexo y perversión plenamente aceptado por él con absoluta libertad

MONTAÑAS

Aitor había tenido una fantasía pero nunca creyó que lo cumpliría. Lo había comentado con un Amo y se había olvidado de ello hasta que un día ese mismo Amo un día le escribió y le citó en una cafetería tranquila que había a la salida del pueblo.

Mañana a las 9 de la mañana saldrás camino de la fuente, Lleva el móvil porque recibirás algún mensaje con instrucciones que pueden ser desde que salgas de casa. Por eso, cuando salgas mandarás mensaje y no empezarás el camino hasta que te llame ó te responda por mensaje.

De acuerdo Señor.

Llegó el día siguiente. Se vistió con un pantalón de montaña y una camisa cómoda para poder caminar a gusto. También había rasurado su cuerpo menos el pelo de la cabeza. Cuando llegó al portal mandó el mensaje y recibió en unos segundos la llamada.

Ahora vas a caminar hacia la fuente, en la fuente encontrarás una piedra al lado que está algo floja, muévela y verás un mapa, en cada bifurcación encontrarás un lazo negro en alguna rama. La meta no te diré dónde está pero no te vas a perder si sigues el mapa.

Lo que no sabía el sumiso es que desde algunos puntos iba a ser vigilado por algunos de los Amos con prismáticos. Empezó a caminar y llegó a la fuente. Allí, en la piedra donde le habían indicado estaba la piedra. También el mapa.  Miró el mapa y le pareció enrevesado con caminos que cambiaban de dirección de manera brusca pero comenzó el ascenso hacia el monte. Como estaba indicado en cada cambio de dirección había un lazo negro. Ya estaba a una cierta altura cuando recibió un mensaje en el móvil que le instaba a parar en el siguiente lazo y mirar detrás del árbol donde pendía el lazo.

Detrás del tronco había un pequeño saco negro y dentro una nota que ponía que se pusiera la funda en la cabeza. Estaba dudando cuando alguien a su espalda puso un brazo en torno a su cuello y bloqueándole le dijo al oído.

Póntela, luego pon las manos encima de la cabeza y quédate quieto.----- le ordenó uno de los Amos.

El sumiso hizo lo que le dijeron y se quedó quieto. Esperaba pero no pasaba nada hasta que oyó una voz y alguien le quitaba la funda de la cabeza.

Pero tú que ostias haces así.

Era un pastor que por lo que le dijo bajaba de llevar comida a sus animales. Sube al coche. Era una pick-up en la que la parte trasera llevaba unas pacas de paja. Cuando el chico iba a montar en el asiento del copiloto el pastor dijo.

Pero quién ha dicho que montes aquí, monta ahí detrás y vuélvete a poner la funda y quédate ahí.

El chico montó en la caja de la camioneta y el pastor empezó a subir  por los caminos más abruptos hasta la borda. Allí le hizo descender del coche y meterle en la borda. Allí escuchó una voz que ya conocía.

Sin quitarte la capucha puto perro desnúdate. Quiero comprobar si ese rasurado es acorde a como me gusta.

El chico se comenzó a quitar la ropa hasta quedarse completamente desnudo. Entonces levantó las manos a la altura de la nuca como estaba ordenado. El Amo que conocía le cogió y lo condujo hasta el pastor. Entonces quitó su capucha y el chico pudo ver donde estaba, una sucia cuadra en el monte y allí delante el pastor y el Amo.

Para empezar que quieres por ayudarnos? --- dijo el Amo al pastor.

Quiero follarmele.

Perro, tienes dos opciones, te vistes y bajas al pueblo ó te quedas desnudo y él te folla y luego te uso yo y los que vengan a la fiesta.

El sumiso se quedó quieto mostrando su obediencia. El Amo le indicó al pastor que era suyo y éste cogió al chico y lo sacó fuera. Lo ató al parachoques del coche mirando hacia el coche. Luego se bajó los pantalones y sujetando su polla se acercó al chico. Con la mano le dio un par de azotes. Aunque el chico rondaba el metro ochenta, el pastor era más alto, sobre uno noventa y algo gordo. Tenía una polla que sin ser muy larga si era gruesa. Echó algo de lubricante que le dejó el Amo y cogió de las dos caderas al chico y empujó. La primera embestida aunque suave pero continua provocó al chico un profundo dolor pero la segunda venció la entrada y entró de un solo golpe.

Fue follandolo poco a poco pero de forma continua y dura hasta que la sacó y se corrió sobre los muslos del chico. Luego lo introdujo otra vez a la borda y lo encerró en un pequeño habitáculo oscuro que tenía para guardar unos útiles. Luego oyó entrar a varias personas y la puerta se abrió y entraron a dos chicos de parecida edad a la suya rasurados y con el pelo corto a cepillo, uno rubio y otro moreno.

Estuvieron un par de horas a solas y cuando pasó el tiempo el pastor abrió la puerta y les hizo salir.

Yo voy a echar de comer a los animales a los prados de más arriba mientras vosotros tendréis que poner la mesa a la espera que vengan los Amos que están detrás de la borda haciendo la comida.

Aitor vió que los otros dos chicos iban desnudos y que llevaban un cb puesto. Uno de los dos chicos extrajo una cosa de un pequeño paquete y era otro cb. El sumiso rubio le cogió por los brazos y le indicó a su amigo que se lo pusiera. Se acercó a  Aitor, primero introdujo un pequeño cilindro metálico en la uretra y situó el resto del cb para luego cerrar el candado y coger la llave y ponerla en una fuente plateada con las otras dos llaves.

Luego entró el Amo que le había conducido hasta la borda y les indicó que salieran y pusieran la mesa que había bajo la sombra de un roble en la esquina del prado. Los tres chicos completamente desnudos pusieron los platos para servir la comida. El pastor se sentó a la mesa para comer con los otros tres Amos pero primero colocó tres cuencos con comida y tres con agua en una esquina para que los sumisos comieran mientras seguían sirviendo.

Para los postres los tres sumisos desnudos y despojados de sus cbs echaron a suertes cual de los tres sería el soporte para el postre. El nuevo fue el elegido y se recostó en la mesa y fue usado para comer los distintos postres. Luego con los otros dos compañeros encendieron unos puros y se colocaron al lado con las manos de ceniceros y las nalgas para rozar la ceniza.

Ahora falta la culminación de la ceremonia---- dijo el Amo de Aitor.

Los dos Amos restantes sujetaron a Aitor mientras el pastor y los otros dos sumisos colocaban una especie de mesa donde sujetar al sumiso a 4 patas con pacas de paja. Lo ataron con correas de cuero completamente inmovilizado. Taparon sus ojos. Aprovechando las brasas de la barbacoa calentaron un hierro al rojo con una letra.

Cuando el hierro estaba al rojo le quitaron el antifaz e hicieron que viera como calentaban al rojo y el sumiso se asustó. Su cara adoptó una mueca de terror que se acentuó cuando acercaron el hierro a sus nalgas y notaba como aumentaba la temperatura hasta que el hierro toco la carne…… que habían comido. La tensión hizo que el chico se orinase sobre la paja. Luego aplicaron otro hierro que era como un tampón de tinta.

Qué creías que te iba a marcar como un animal sin saber si lo soportarías? Pues no. Ahora para terminar ellos, también los sumisos te van a follar mientras el pastor te masturba.

Se fueron turnando a follarle. Siempre había un sumiso de rodillas a su lado para recibir el semen en su cara. Ahora quedaba el pastor que quería volver a desahogarse y escogió al sumiso rubio follandole contra el árbol.

Este es un relato imaginario.