Monster (6)

¿se puede explicar la felicidad...?

Recorremos el mundo observando cosas explicables en mayoría, sin embargo, las cosas importantes que de verdad queremos entender se nos hacen tan difícil de asimilar que terminan por enfrentarnos a la realidad de que sólo somos una parte del todo, una minúscula parte que se mueve entre las nubosidades sociales, entre el rio espiritual que rige a cada ser

Yo no he trascendido en nada amigo lector, estoy contando esta historia… mí historia por el acto reflejo de no ser olvidado, me han llamado monstruo muchas veces, y es probable que los que me recuerden sea por esa imagen que he proporcionado al recorrer mis caminos.

Vienes a mi ahora, te he contado como era mi Alicia, la Alicia que idolatro cada noche, la imagen fantasmal que recreo cada que me siento solo o desamparado, le prometí acudir a ella cuando eso sucediera y se ha vuelto una ida constante a su mundo, un acto de supervivencia, lo que a veces me aferra a la realidad, pero que me enferma de histeria y locura a cada paso… y los sucesos pasan en nuestras vidas… nos cimbran con su naturaleza sorpresiva, con su naturaleza humana y demoniaca. Cuando pensamos que hemos tomado un camino resulta que debemos volver y forjar nuevas luchas, pelear nuevas batallas

He conocido mi mundo, quizás más que otros que dicen hacerlo, he visto morirse de hambre a muchos, he visto asesinatos y acciones tan repugnantes, pero también he hecho, he escalado esa montaña para después ser derribado al barranco… Carlos dice que nunca he amado… pero si lo he hecho, amé a Alicia, amo a Alicia, aunque el precio de nuestro sentimiento haya sido el causante de nuestra tragedia

Monster VI

Fue la época más feliz de mi vida, cuando me sentí lleno, no era un simple enamoramiento (si lo fuera, incluso en estos momentos no los recordara), me gustaría saltarme esta fase de mi historia, pero me has dicho que quieres entender el porque de mis acciones. Todos tenemos una razón de ser buenos o malos (o de aparentarlo), ¿Cuál es tu curiosidad? Y sin embargo, llegas y me chantajeas con lo único en la tierra que queda para hacerlo, debes de estar muy satisfecho de haber encontrado la forma de escupir mi historia a pesar de que te pedí que ya no vinieras

No finjas preocupación… no te creo, pero el hecho de que tengas algo tan preciado para mi es lo único que te garantiza que seguiré con la novela… pero no te acerques mucho, tengo ganas de romperte el cuello

El Dios de Alicia, o quizás el Dios de Carlos quiso que por azares del destino después de nuestra pequeña afrenta mis amigos y su hermano siguieran como bestias durmientes, o al menos eso fue lo que percibimos, pues cuando a regañadientes le dije que debíamos dejar de abrazarnos y ella se fue a bañar, yo me vestí y corrí a mi casa a hacer lo propio, pasé por la habitación silenciosa y llena de 4 bultos. Regresé cambiado y alegre ante la visión de tener a mi pequeña novia, a mi Alicia, pero me preocupé por la extraña relación que había nacido de una pequeña merienda de hot cake.

Nos besamos al encontrarnos de nuevo, ella parecía contenta y con mucha energía, yo subí a ver a su hermano y me despedí de manera afectuosa de todos, llegué a mi casa a brincar y correr sin parar ante la hermosa perspectiva de la vida… iluso.

Mi padre llegó a media tarde, estaba cansado después de no haberlo visto cerca de dos meses y se durmió todo lo que pudo.

Mi padre es como una versión a la inversa de mí, es alegre en exceso, enérgico, muy estricto conmigo, pero con un corazón aparentemente bueno, era muy religioso, de hecho, lo primero que hizo al otro día fue ir a confesarse con el padre, era un comerciante que vagaba entre los pueblos de las montañas mercando, en alguna ocasión lo había acompañado y me había mostrado formas de conseguir alimento a mitad de la nada, de cómo tratar a las personas y muchas cosas de viajes que pensé que jamás me servirían. Regularmente no estaba y tardaba semanas o meses en volver, pero siempre me dejaba suficiente dinero para subsistir con cierta comodidad.

Yo tengo un hermano, estaba en ese tiempo en la universidad y casi nunca lo veía, mi madre había muerto unos años antes y la pérdida era casi para mi desconocida porque nunca llegué a tratarla. Hablo hoy de ellos porque a partir de aquí trataré de evitarlos.

El día después de mi felicidad comenzó la primera parte de mi transformación, recuerdo que estaba sentado leyendo algo de Herman en el escalón de la puerta, cuando vi pasar de repente a Jaime corriendo y con lágrimas en los ojos, por un instante nos miramos y me quedé sin saber que hacer, a lo lejos por lo pronto apareció mi padre con la persona que menos quería ver en ese momento.

  • ¿Qué tal… Caín?- dijo Juan torciendo una sonrisa ante la ignorancia de mi padre.
  • Padre… ¿Qué hace aquí?-
  • Hoy fui a hablar con el padre Juan, hijo- mi padre me miraba en silencio con cierto enojo – y me ha informado que ya no lo auxilias desde hace dos semanas, que ya no vas, y que ni siquiera le avisaste
  • Si papá, tengo mucha tarea
  • Pero eso no es pretexto para no avisar… y tampoco es pretexto para convencer a un acólito de que deje de ir
  • ¿Qué? – dije mirando al padre- ¿Qué acólito?
  • El niño
  • Jaime – dijo la voz fría – se me hace muy curioso que tras tu salida el haya hecho lo mismo
  • Tal vez… hay algo en la iglesia que no le guste – dije enojado - ¿o que piensa usted?

Me miró en silencio, movió los hombros y contestó

  • Eso no puedo saberlo, ¿hay algo que te incomode en la iglesia?

Juan sonrió, a ciencia cierta sabía que mi padre no creería las invenciones del chamaco solo que dejaba en casa, me acusaría de mentiroso y me daría un paliza. ¿Qué debía decir en ese momento?, incluso hasta el día de hoy no he encontrado la respuesta, pero parecía muy estúpido pensar que Juan dejara así por así a dos personas que sabían su oscuro secreto, que en cualquier momento harían explotar la bomba y que aniquilaran la figura de padre modelo que empezaba a revestirse en el pueblo.

  • No lo se, ya le dije, yo no tengo tiempo de ir
  • Es una lástima… - dijo ensanchando su sonrisa y abriendo los ojos para hacerme entender la amenaza de lo siguiente – estaba esperando que me ayudaras a preparar a Alicia para su comunión
  • ¿la hija de los Aponte?
  • La misma… voy a tener que hacer algunas sesiones con ella, pero tendré que hacerlo solo, pues no tengo ningún acólito a mi disposición… lástima que no es-ta-rás para ayudarme.

Y volví al infierno.

Me hubiera gustado que el día acabara ahí, sin embargo las sorpresas siguieron llegando, cerca de la media noche tocaron a la puerta con fuerza, mi padre se levantó y yo con él, al abrir la puerta entró Alicia corriendo y me abrazó con fuerza, mi padre me miró en silencio y escuchamos entrar a otras persona mientras trataba de calmar a Alicia que lloraba a mares

  • Papá murió… mi papá murió Caín…- era Rodrigo.

  • Tranquila mi amor… estoy aquí – dije susurrándole al oído a mi inconsolable niña- tranquila, estoy contigo… estoy contigo….

Su casa tenía mucho movimiento a pesar de la hora de la noche, se oían trastos y los vecinos comenzaban a llegar y a murmurar, algunos estaban con la viuda, los demás chavos con Rodrigo que miraba el abrazo que le daba a su hermana, la mirada que le brindaba de apoyo, algunos gritos, el olor a café, la llegada de la ambulancia con el ataúd, todo era tan rápido. De repente descubrí que Alicia dormida aferrada a mi, su madre me miraba y daba un intento de sonrisa ante mi gesto, pero le indiqué que no era necesario.

La subí y la arropé con cuidado, me quedé observando un rato su hermoso rostro y le di las buenas noches con un roce en sus labios. Bajé a ver que podía hacer con el tornado que pasaba abajo.

Quité muebles, barrí, acomodé flores e hice todo lo que se me ocurría, Rodrigo estaba sentado mirándome o eso creía pues cuando le hablaba estaba en un mundo que decidí respetar, bajé el ataúd con otros señores que se fueron corriendo por el padre, todo en conjunto la escena que no había vivido.

De repente la habitación se quedó sola, y un señor llegó buscando ayuda que yo brindé sin chistar, me miró en silencio… y me dio mangueras papel y jeringas que acomodé en una batea.

Es una escena inquietante: cargamos el cuerpo y lo pusimos en una mesa, lo desnudamos mientras le hablaba con calidez, me mandó por agua y al lo único que recuerdo es que una aguja era enterrada en el miembro del padre de mi amigo.

Desperté en el cuarto de Rodrigo una hora después.

La tomé por la cintura y ella me abrazó, la cargue y sus piernas rodearon mi cintura, me besó con fuerza y yo le correspondí igual, comencé a acariciar debajo de su falda y sentí su suave piel, ella no dijo nada y se dejaba hacer, la inundé con palabras de cariño y nos acostamos juntos en mi cama, estábamos en mi casa, la había rescatado de la locura de su casa cuando fui por ella a la escuela. Ella me había sonreído y tomados de la mano nos acompañamos mutuamente.

Ahora estaba besándola, la desvestía con cuidado, dejando sus ropas a lado de la cama, quería que se olvidara por un rato y la besé por todas partes, lamí y chupe su pecho y los dos pequeños botoncitos que estaban próximos a crecer, ella me sonrió y me dio palabras lindas, bajé más y comenzó la canción: mi lengua la había extrañado y la besaba y recorría al tiempo que sentía las convulsiones de su cuerpo, gemía y daba grititos cuando daba un pequeño chupetón, estaba investigándola y descubría partes de sensibilidad que para ella eran deliciosas, puse sus piernas en mis hombros y me hundí en ellas, mi lengua comenzaba a pasar a través de sus delicados labios y podía saborear sus néctares, esa fue la primera vez que la probé totalmente, cuando se convulsionó y gritando todo un torrente de néctar salió de su interior para ser observado por mi.

Tomé mi almohada, la puse en su espalda, coloqué sus hermosas piernas en mis hombros y empujé con fuerza haciéndola gritar, estaba otra vez dentro de ella, de mi Alicia, podía sentir cuando se contraía, cuando me absorbía de esa forma tan deliciosas que me hacía vibrar, me encimé en ella y la penetración fue más profunda, pero la besé y ella me correspondió al tiempo que sus cadera se movían a enorme velocidad y sus piernas me aprisionaban incitándome a hurgar más profundo en su ser.

  • ¡Te amo Alicia!
  • Yo también te … aaahhh

No quería terminar, me giré y ella nuevamente estaba encima de mí pero ahora los dos sentados nos prodigábamos más placer, cada embestida era calor, y la temperatura era cada vez más divina, y entonces explotamos con un par de alaridos

  • ¿Cómo estas?
  • Contenta, estoy contigo
  • Siento mucho lo de tu papi
  • Pero estoy contigo – y comenzó a llorar, descargó unos minutos de lágrimas en los cuales decidí abrazarla y besarle su cabello y su cara, limpiarle sus lágrimas, de repente me miró y me dio una tremenda sonrisa- pero estoy contigo y te quiero… te amo
  • Sonreíste
  • Me siento más tranquila
  • Escuché que cuando tienes una pérdida lo mejor para reponerte es hacer el amor – me miró en silencio unos segundos y su mirada se puso tan tierna que estaba a punto de derretirme
  • Me gusta mucho… ¿a ti te gusta estar conmigo?
  • Tonta, me encanta estar contigo
  • Me gustaría hacerte disfrutar tal y como tu haces que yo disfrute
  • Ya tendremos tiempo para hacerlo de otra forma… estas primeras veces fueron rápidas porque no podíamos darnos mucho tiempo, pero un día, nos iremos al campo y tendremos todo el día para nosotros, sin pensar en que nos interrumpan, entonces los dos aprenderemos
  • ¿me enseñaras?
  • Te enseñaré mi vida
  • ¿tenemos que regresar verdad? – dijo pensando en su casa
  • Dejaremos que las cosas pasen un rato más
  • Esta bien

Y se durmió en mis brazos.


  • Que bueno que hayan regresado los dos- dijo Juan ante un Jaime callado y mi persona enojada
  • De hecho- apunté- no tiene nada de bueno
  • Jajajaja, por supuesto que si… para su regreso les he organizado una sorpresa, deben de estar agradecidos porque he decidido recompensarles el acto de sacrificio de estar aquí… tu protegerás a tu hermana y tu protegerás a tu Alicia, que bueno que los dos tienen cosas que aman
  • ¿Así que también tu hermana?- Jaime me miró, era la primera vez que le hablaba, pues aunque estuviéramos en la misma habitación nunca se me antojaba charlar con él
  • Si
  • Debe de estar muy orgulloso de si
  • Jajaja, pues las cosas suceden por algo, sus mismos padres me la pusieron fácil- asentí sabiendo la respuesta
  • ¿tu hermana hará la comunión pronto?
  • Si
  • No te preocupes… si se le ocurre hacerle algo a tu hermana o a Alicia juro que hablaré y si nadie me cree, juro que lo mataré- me miró con sorpresa y una sonrisa comenzó a formarse en su rostro
  • ¡que romántico Caín! Tan propio de tu nombre eso de asesinar
  • Las cosas suceden por algo ¿recuerda?, mi padre me la puso fácil- arrugó la nariz al oír sus propias palabras, yo sonreí porque de verdad no me sentía débil
  • Interesante, dos semanas te bastaron para tomar fuerza, eres tan distinto al joven que salió impresionado tras nuestra linda sesión
  • Digamos que me pude dar cuenta de muchas cosas
  • ¿no te convencí entonces?
  • No creo en fanáticos estúpidos- asintió- tal vez haya logrado que Jaime y yo regresáramos, pero es distinto, porque ahora yo no dejaré que le vuelva a hacer lo que le hizo
  • Vaya, así que te quieres hacer el heroico
  • Digamos que como nadie puede protegernos, el hecho de que sea el mayor me da esa responsabilidad, Jaime no está solo, como yo tampoco lo estoy

Juan sonreía extrañado, parecía saborear cada una de mis palabras, parecía calibrarlas y sopesarlas, como si tratara de entender mi cambio, supongo que me veía fuerte, me veía más difícil de controlar, como si la espinita que era se hubiera convertido en algo más grande.

  • Así que ya no estas solo… ¿a quien encontraste?, te vi tomado de la mano de esa niña el otro día, ¿eso significa que…?- luché con no hacer un gesto que le diera armas, sentía su mirada clavada en mí, incitándome a responder con un gesto
  • No significa nada- dijo una voz venida de Jaime- esa niña estaba sufriendo, el sólo la ayudaba, que en su asquerosa mente se imagine cosas es su problema- Juan miró al niño sorprendido, y mi mirada debió ser igual, de alguna forma el había tomado fuerzas y estaba salvándome
  • Has provocado que este escuincle… has provocado – dijo viéndome con ira, yo sonreí, Jaime y yo estábamos haciendo una unión poderosa, era nuestro momento, las acciones ahora eran nuestras, pero la sonrisa del padre me hizo dudar- Jajajajajaja, váyanse, los quiero ver mañana a la hora de siempre

Nuestros pasos resonaron en el templo, salimos al pequeño jardín y caminamos el mismo camino hasta nuestras casas, me sentía fuerte, estaba con una emoción contenida por la pequeña victoria que habíamos tenido, me preocupaba en cierto punto la sorpresa que anticipó, pero por hoy era hora de saborear un buen momento

  • Jaime, lo que dije antes es verdad, no estas solo
  • Si
  • No te juzgo, lo que hayas hecho en el pasado déjalo en el pasado, yo se que quieres mucho a tu hermana, que la proteges y la cuidas, se que tal vez te sientas mal
  • ¿Te gusta Alicia?
  • Alicia es una niña- dije desviando la conversación
  • Eso que, los adultos creen que nosotros los niños no podemos sentir cosas profundas. Yo se lo que es amar, porque se lo que es odiar, amo a una persona, y también en este momento odio a una- lo miré y comprendí a que se refería, Alicia había dicho algo similar sobre el sentimiento de los niños y de la manera en que los subestimamos
  • No subestimo lo que sientan ustedes
  • Entonces ¿te gusta Alicia?
  • Si
  • Que bueno… tu le gustas mucho- analicé esas palabras durante un rato, nadie habló ni dijo nada.
  • ¿por qué lo dices?
  • En la escuela ella es un poco… solitaria, siempre que la observaba estaba sola, pensando, escribiendo o haciendo cosas que para los demás son raras, casi nunca sonríe, casi nunca está alegre, y si lo está lo guarda muy bien, sin embargo, cuando tu fuiste por ella aquel día, nunca la vi tan feliz, nunca la observé tan llena y tan alegre, nunca la había visto sonreír de tal forma. Y tu también estabas bien
  • A veces me asusta que tu y ella sean tan maduros – dije más para mi que para Jaime
  • La gente le tiene miedo a las personas que buscan ser felices- lo miré sorprendido, el sonrió por primera vez- yo no lo digo, lo vi en el calendario de mi mamá el otro día
  • Ya te iba a decir que eras un genio
  • Jajajaja, no lo soy
  • Así que Alicia es así
  • No es gran cosa, la escuela es aburrida, yo también soy raro.
  • No son raros… son… de las pocas personas inteligentes, de las pocas personas que aún quedan en este pueblo que buscan ser felices… y les tienen miedo.
  • ¿lo viste en el calendario?- sonreí y el siguió su camino en la intersección donde debíamos separarnos.

Por: Neecros