Monster (3)

III tercera entrega Pasado...

MONSTER

III

El callejón era inhabitable, hacia ya bastante tiempo ese lugar era utilizado como tiradero de basura, la gente ya acostumbrada a esa imagen trataba de huir de aquel lugar, sin embargo, el carácter de inhabitable no significa que de verdad lo sea, por que había cierta gente que vivía o malvivía ahí.

Era de noche, unas sombras se movían como espectro ante la luz de la luna, se deslizaron entre la mierda y verdura podrida para llegar a una puerta que parecía escondida por lo demás, las sombras tocaron la puerta y un chillido les contestó, entraron ante las miradas curiosas de los ratones y otras criaturas irreconocibles. La soledad inundó nuevamente el lugar.

Las mujeres se sentaron en las sillas de madera a punto de romperse, sacaron de sus bolsas la mercancía poniéndolas en el suelo, una de ellas buscó la jeringa entre el desorden de cajas y ropa sucia, miró un bulto envuelto en cobijas, sonrió y al moverlo la aguja salió a escena, la tomó y volvió con su compañera, prepararon la sustancia en silencio, absortas a lo que hacían, una de ellas levantó la aguja, la puso a contraluz y activó el mecanismo, el chorro de sustancia cayó entre la demás mercancía. Se inyectaron en silencio.

a que hora vendrán las pendejas

no tardan, ora no hubo tanta chamba

La otra asintió, se miraron en silencio mientras esperaban el efecto tranquilizador. Un estornudo les llamó la atención, voltearon en dirección al bulto que ahora se movía.

¿por qué tocaste al entrar?

Para que estuviera en su cama

Siguieron mirando el bulto hasta que unas voces se oyeron. La fiesta estaba a punto de empezar.


La mujer se acercó al niño sonriendo maliciosamente, sus manos empezaban a acariciar el pequeño cuerpo apenas tapado con ropa maltrecha por el uso, con las uñas arrancó la camisa, desabrochó el pantalón y a jirones la pequeña truza. La mirada del pequeño la sorprendió, intentó taparse de nuevo, pero las manos de la mujer fueron más fuertes, esta vez iba a ser muy diferente.

¡mamá!- gimió buscando apoyo, pero solo se encontró con ronquidos, la mujer tapó su boca, le ordenó que guardara silencio, al tiempo que su otra mano atrapaba el pequeño miembro.

Tranquilo mi niño- dijo de repente la mujer- vas a ver que te va a gustar

Al soltarle, el niño no intentó hacer ruido, miró como la mujer se iba desvistiendo poco a poco, mostrándole sus senos caídos, veía como aquella mujer los tomaba entre sus manos y los frotaba siempre sonriéndole, después estaba mas abajo, se quito la falda y las bragas. El pequeño miró sorprendido la mata de pelo que salía de aquel triangulo y la sorpresa fue mayor cuando la mujer a horcajadas le mostró su vagina, sus dedos entonces comenzaron a meterse entre sus carnes y la mujer empezaba a desparramar fluidos víctima de la excitación.

bien mi pequeño hombrecito, me gusta que me veas, pero mas me va a gustar que me chupes- lo jaló hacia el, puso su rostro frente a su pubis- vamos, mete la lengua

no

como que no pendejo- lo tomó con fuerza y lo puso boca abajo, miro su culo y una sonrisa volvió a aparecer

aaaaghhhhh

tranquilo mi hombrecito- las lagrimas salieron en torrentes del pequeño, su ano estaba siendo penetrado por dos dedos invasores, entraban y salían con mucha velocidad y las uñas rasgaban las paredes provocando la pequeña expulsión de sangre

aaaaghhhhh, no ¡por favor no!- suplicaba

como que no puto- la mujer también tenia una expulsión de fluidos, estaba llegando al limite y explotó en un orgasmo al tiempo que soltaba a su victima y se chupaba los dedos

¡mama!"

cállate, estas delicioso- dijo chupando con deleite sus dedos- tu mierda esta sabrosa, ahora ven y chúpame la picha o ya veras que te sucede

La lengua sintió el liquido tibio pero asqueroso, el niño alejó de inmediato su cara, olía a orina y sudor, pero las manos de la mujer le empujaron, con miedo en su mente comenzó a mamar siguiendo las instrucciones de su "dueña".

De repente sintió una mordida en su pene, la mujer ahora atacaba con crueldad esa parte del cuerpo, chupándole con extrema fuerza y mordiéndole de vez en vez, pero la mujer no se conformaba con eso, por segunda vez sus dedos recorrieron su ano, le indicó que su trabajo había acabado y de repente sintió algo tibio y rasposo, la lengua de la mujer intentaba abrirse camino. La sensación calmó al pequeño, no era tan desagradable como lo habían sido los dedos, de repente tuvo conciencia de aquel olor de mujer que terminaría odiando toda su vida, miró a lo lejos la aguja que tenia su madre y de la cual aun tenia líquido y deseó con todas sus fuerzas que el efecto pasara pronto para que lo pudiera salvar de la maldita cosa que le estaba chupando su agujero. Su deseo fue concedido.

El chasquido fue lo que despertó a la mujer, que se acercó a la escena y a la contempló sorprendida

mamá, esta mujer...- miro a su madre, estaba ida, sus ojos estaban nublosos, como si de alguna forma otra persona se hubiera internado en las carnes de su progenitora y la controlara. Su madre no estaba ahí.

Únetenos manita- dijo una voz a sus espaldas, la mujer sonreía, se levantó y tomo de la mano a la madre

Antonio- dijo en susurro

Si soy yo mamá

Claudia

Si manita

Antonio me engañó

Si manita

Quiero vengarme...

¡mamá!

...de todos los hombres- la mujer sonrió, tomó su bolso y sacó una especie de palo con forma de pene, pero había algo distinto, alrededor de la sucia y negra madera estaban clavos oxidados y que revelaban una arma mortífera, le puso en sus manos el artefacto y señalando al pequeño dijo

¡Véngate!

¿qué?

Él- dijo señalándolo- el es lo que te quedó de él, es sangre de él, ¡Véngate!

Es mi hijo

Es un hombre

La madre miró a su hijo, pero la imagen del infante fue desapareciendo para formar el rostro de la persona que tanto odiaba, la droga en sus venas hizo que perdiera la cordura. Se acercó con furia en los ojos, se hincó y empezó a pegar con todas sus fuerza en la cara del maldito que tanto despreciaba, golpe a golpe descargaba su frustración, su amor destruido, sus ansias de venganza

¡mamaaaaaaaaa!

¡Te odio Antonio!, ¡vete a la mierda!

¡nooooo!

¡púdrete maldito!- la sangre emanaba de la cara y brazos del pequeño, sintió de repente una fuerza, la otra mujer sonriendo le sostenía los brazos para evitar cualquier defensa, los golpes dieron en el pecho desgarrando su piel, su cuello, su estómago y su cara, la sangre fluyó lentamente, adhiriéndose a la piel para crear mas dolor, los golpes no acababan

¡mas manita!, ¡dale duro al maldito!- y entonces la arremetida aumentó, el pequeño no caía inconsciente a pesar de la golpiza, su cuerpo quería que sufriera en carne propia lo que la mujer que le dio la vida le estaba haciendo, el rostro de su madre llorando y gritando se grababa en su mente como tatuaje, pero también en su piel; era un dolor insoportable que no acababa

¡mami!- dijo suplicando como ultimo recurso, su madre en respuesta atacó ahora sus partes bajas, la furia era incontrolable y al parecer nunca terminaría.

La otra mujer de repente sonrió, se le acaba de ocurrir una idea brillante, tomo al objeto ya casi inanimado que representaba el cuerpo del niño y lo volteó dejando la espalda al aire, la furia había menguado, la madre yacía cansada observando el cuerpo maltrecho

¿ya estas conforme?

No- miró a su amiga a los ojos- ¿qué debo hacer?

Chingale su hombría

¿cómo?

Méteselo- dijo con sonrisa de locura, la madre miró el falo ensangrentado que tenia en sus manos

Es demasiado

Si eso es lo que crees esta bien

No te enojes

Me voy

¡no!, eres lo único que me queda, tu y mi hijo, ¿dónde está?

En su bulto, no te preocupes, véngate de este maldito- se acercaron para darse un beso en la boca, la lengua de la mujer bailó dentro de la madre. La amaba, era lo único que tenía. Sonrió, en la mañana llevaría a su hijo a pasear. El cansancio poco a poco se fue retirando y la venganza volvió a fluir entre sus entrañas. Se acercó al cuerpo para terminar la obra.


Abrió los ojos, miró a su alrededor y vio las cosas blanco y azul, era un sitio extraño, con olor raro y camas de comodidad nunca conocida, un hombre con túnica negra lo veía, sonreía a modo de saludo.

ya despertaste

aagghhh

tranquilo, no necesitas hablar, estas muy lastimado, no te esfuerces

¿qu-i-én e-s usted?

Tranquilo- dijo ensanchando su sonrisa- soy el padre Alfredo

¿do-o-nde?

¿dónde estas?-miro a su alrededor- en el hospital, alguien te oyó y fueron a ayudarte

ma-ma

ella, no está, tranquilo, ya no te hará daño

El padre miró tristemente al pequeño, con todas esas magulladuras que tenia en su cuerpo.

-¿cómo te llamas?

El pequeño lo pensó un poco

¿entonces?

Ju-an

Juan, mucho gusto, a partir de ahora yo te voy a cuidad ¿quieres?

Si- el pequeño miró la ventana, había una azul hermoso en el cielo y un gran sol que bañaba el mundo de afuera, estaba exhausto, cerró los ojos y se olvidó de todo.

El padre salió de la habitación en silencio, lloró en el pasillo ante la puerta.

Por: Neecros