Monica (2)
Por favor, si no habéis leido la primera parte, es mejor hacerlo antes. Sino creo que puede resultar bastante confuso. Espero que os guste ... os garantizo que ha sido el relato más dificil de escribir ... saludos carlos_javier_gzlez@yahoo.es
Mónica segunda parte.
Cuando escribí el relato de mi aventura con Mónica (ver primera parte) y cuando después se lo entregue impreso, no esperaba que ella fuese a contestar con un comentario en todorelatos y desde luego no me lo podía creer cuando leí lo que había escrito. Supongo que al final siempre son ellas las que mandan y debemos resignarnos. El asunto es que después de leer lo que me dijo, como os podéis imaginar hemos quedado a solas varias veces. Hoy es una de ellas y ahora mismo estamos juntos en un hotel de nuestra ciudad. Creemos que es una buena idea mandar una segunda parte del relato, porque es ella quien quiere contar lo siguiente que ocurrió en aquel hotel de Madrid, lo que ella llama "lo de la bañera" en su comentario.
Permitidme que os ponga en ambiente. Ahora mismo estamos en un esplendido hotel Meliá con el que trabajamos mucho y me estoy aprovechando esta noche de su tarifa de empresa. La habitación es amplia, con una fantástica cama de 1,80 x 2 metros, decoración moderna, buenas vistas, una pequeña mesita redonda de cristal de media altura con dos butacas: en una estoy yo sentado con el portátil sobre la mesa escribiendo lo que estáis leyendo ahora mismo y Mónica está sentada frente a mí completamente desnuda en la otra butaca. Hemos pasado las últimas 2 horas en la cama follando sin parar y tras una duchita vamos a descansar escribiendo un poco. Una pena que sea un nefasto pintor, porque me gustaría que pudieseis ver lo que veo ahora mismo. Voy a tratar de describiros con palabras lo que veo lo mejor posible: Está recostada hacia atrás en el respaldo, sus preciosos ojos marrones clavados en mí, su expresión de la cara ahora mismo es de niña mala pensando, con una media sonrisa, muy muy atractiva, bien diferente de la expresión de placer que hace unos minutos veía en sus ojos cuando se corría. Sus labios casi cerrados marcando una preciosa boca que hace nada se abría al máximo para recibir mi durísima polla. Su pelo aún húmedo tras la ducha, cayendo por su hombro derecho un pelo que hace un rato sujetaba yo con fuerza para, estando ella a cuatro patas, clavar mi polla hasta el fondo de su culito. Ese pelo que deja caer varias gotas de agua que resbalan entre sus pechos, excepto una que caprichosa, ha decidido subir por su deliciosa teta y alcanzar ya su pezón, duro y aún enrojecido por mis chupetones anteriores. Unos pechos preciosos, que hace nada se juntaban para recibir mi polla entre ambos en la mejor cubana que jamás me habían hecho, a la vez que su boca golosa trataba de alcanzar y chupar todo lo que podía. Sus piernas ahora están cruzadas, en una posición cómoda para ella, realzando su figura y la perfección de sus formas, pero que no dejan ver su preciosa entrepierna, totalmente depilada salvo una mínima rayita en el monte de Venus, que da paso a un coñito delicioso con forma de almeja y un culito que desde que te lo estrené no ha parado de pedir que se lo folle. Y sus caderas, que ahora ocupan esa pequeña butaca del hotel y que hace unos instantes sujetaba con fuerza mientras ella cabalgaba con mi polla bien clavada en su coñito.
Bien, pues descrita la situación ahora me vais a permitir que me limite a escribir lo que Mónica me dicta. Lo que hemos acordado es que yo no voy a decir absolutamente nada hasta que ella pronuncie la palabra "FIN" y que tengo que seguir escribiendo todo lo que me diga. Me ha pedido publicar un relato de esta forma ella cuenta con sus palabras, y yo le ayudo a darlas forma y convertirlo en un relato es un juego muy excitante y ya me diréis que tal sale.
Mónica habla
Voy a cerrar los ojos y tratar de recordar todos los detalles de lo que os quiero contar. Supongo que habéis leído el relato que Carlos envió hace ya unos días a todorelatos. La verdad es que describe muy bien lo que pasó en aquel encuentro de Madrid al principio pero hay una parte que él no cuenta y que yo quiero compartir con vosotros, porque me pareció entre fuerte y excitante algo que desde luego pocas semanas atrás ni se me hubiese ocurrido hacer con nadie.
Exactamente después de lo que Carlos os narraba en el primer relato, quedamos agotados en la cama y yo os puedo garantizar que con una sensación en mi culo que jamás había tenido. Hasta esa noche lo había tenido virgen y me había resistido a dejar entrar una polla por ahí pero Carlos me lo había follado como un loco, me había metido dedos, finalmente me lo había llenado de leche y lo había gozado como jamás me hubiese imaginado, eso también os lo reconozco. Total que después de lo que él cuenta en el relato anterior, me levanté para darme una ducha relajante. Lo necesitaba más que cualquier otra cosa en ese momento, mientras notaba cómo el semen me resbalaba desde el culo hasta medio muslo.
La bañera del hotel, bueno realmente era más un gran plato de ducha, tenía una enorme ducha fija arriba, fija en la pared y una más pequeña como las normales que tenemos en casa abajo cerca del grifo. Ya llevaba al menos 10 minutos bajo la ducha cuando Carlos abrió la puerta y se metió conmigo. Os puedo decir que mi cara tuvo que ser de auténtica sorpresa cuando con una corbata y sin que yo acertase a decir ni una palabra me ató las manos a la ducha de arriba, de forma que tenía que estar un poco de puntillas para no hacerme daño en las muñecas.
Me acuerdo de las palabras que nos cruzamos como si fuese hace 2 minutos:
- "Pero, pero, ¿se puede saber qué haces?. Suéltame ahora mismo, no me hace gracia", le dije realmente incómoda al notar que en verdad no podía soltarme yo sola y mientras el agua seguía mojando mi cuerpo.
¡¡¡¡Plaaaaaaassss!!!!, el azote que me pegó en el culo y mi "¡¡¡aaauuuu!!!" se tuvieron que oír en todo el hotel.
- "Así atada tienes el culo aún más bonito, Moni. ¿Qué voy a hacer contigo ahora?, ¿te vuelvo a follar ahora aquí atadita como una niña mala?", me dijo mientras pegaba su cuerpo al mío por detrás y con fuerza me cogía las dos tetas con las manos.
"¡¡¡Aaauuuuuuu!!!", me hizo volver a chillar al pellizcarme con fuerza los pezones.
- "¿Y estos pezoncitos, qué les pasa?, tienen ganas de guerra otra vez".
La verdad es que estaba en ese momento tan descolocada que no sabía si chillar, gemir, pedirle que me soltase, tratar de tirar bien fuerte para ver si podía desatarme, era un sentimiento de indefensión absoluto, que nunca había tenido y mi cabeza estaba tan bloqueada como mis manos.
Con una mano apagó la ducha y me di cuenta entonces que en sus manos llevaba un cubito de hielo en cada una, que supongo habría sacado del mini bar de la habitación.
- "Tendremos que enfriar un poquito estos pezoncitos, que entre los apretones, los pellizcos y el agua caliente están ardiendo, ¿no crees?"
- "Aaahhh, ¿qué qué haces?", le dije sintiendo el hielo en mis dos pezones un frío que se clavaba en mis pechos pero que no podía evitar por estar mis manos atadas.
Traté de revolverme pero no me dejó, me tenía bien sujeta mientras jugaba con los hielos alrededor de mis pezones, enfriándomelos y consiguiendo que se pusiesen duros como piedras. Cuando estaban bien duros, entonces me los comía, pero lo hacía tan despacio, pasando la lengua muy muy despacio, haciendo que se me calentasen otra vez para volver a enfriarlos y volver a comerlos ahora lo recuerdo y me vuelvo a poner tan cachonda como en aquel momento.
- "¿Y el culito ya se te ha enfriado, Moni?", me dijo colocando directamente un hielo en mi agujerito.
Con el hielo justo en mi ano, jugaba, lo movía, tratando de enfriar mi culito, que había sufrido mucho y aunque en aquel momento no lo sabía yo lo que le faltaba por sufrir esa noche.
- "Aauuu, pero, ¿qué haces?. Suéltame vamos, no seas tonto "¡Aauuuu!" me lo metió hasta el fondo, para lo cual me clavó otra vez un dedo por el culo.
La sensación fue muy excitante, notar el frío deslizándose por mi interior, y su dedo otra vez ahí metido y yo no me podía mover y "¡¡Aauuuu!!" el segundo cubito también me lo metió por detrás con un rápido movimiento de sacar el dedo y volver a meterlo. Yo notaba el frio en mi interior y me excitaba tanto mi culo, al contacto con el frio se había contraído y parecía que se había cerrado, pero volvía a estar penetrada por detrás por un dedo bien hasta el fondo. La sensación era realmente excitante a decir verdad.
Entonces me sacó el dedo, liberando nuevamente mi culito, en cuyo interior se seguían deshaciendo los hielos y se agachó detrás de mi sujetándome con fuerza con una mano en cada nalga me abrió el culo completamente y empezó a pasar la lengua por ahí yo estaba ya cachonda perdida y mi coñito chorreaba y con la lengua llevaba mis jugos hasta mi culo, que chupaba tan despacio que me estaba poniendo loca. Yo no podía sacar más el culito por que al estar atada no podía más que ponerme de puntillas un poco más, pero quería darle acceso a mi clítoris que se moría de ganas de notar esa lengua juguetona, pero no llegaba y yo trataba de abrir las piernas, pero no podía más mmmhhhh recuerdo perfectamente esa sensación de tener la lengua de Carlos jugando por ahí abajo pero sin rozar mi clítoris y eso me volvía loca, necesitaba más, necesitaba que me comiese, que me follase, que me enculase, me daba igual, pero necesitaba más hasta que su mano vino por delante y ahora sí me cogió con fuerza y empezó a jugar con mi clítoris. "¡¡Mmmmmhhhh!!". La verdad es que no sé lo que dije ni si gemí o no en aquellos momentos, pero se me hizo eterna esa espera, esa necesidad de ser sobado que tenía mi botoncito secreto.
Creo que gemí como loca en esa postura, mientras su lengua recorría mis dos agujeritos y su mano jugaba con mi clítoris y esa lengua que entraba por mi coñito y luego se metía también en mi culito jamás había experimentado algo así y menos aún atada, sin poder moverme. Y entonces se levantó, dejó de tocarme abajo y pegado a mi espalda, cogió con fuerza mis tetas, pegando sus labios a los míos. Ahora su lengua entraba en mi boca, la recorría mientras sus manos pellizcaban mis pezones trataba de gritar, pero quería seguir besándole trataba de moverme, pero su polla dura como una roca y colocada exactamente entre mis nalgas me tenía como hipnotizada. Recuerdo que no dejaba de pensar "fóllame, vamos, joder fóllame ya, metemelá hasta el fondo y fóllame" pero tuve que imaginarlo, el cabrón estaba enamorado de mi culo soltó una mano de un pezón, se sujetó la polla y la enfiló a mi ensalivado culito. Yo no sé si seguía dilatado de mi anterior polvo o se había cerrado con el hielo, lo que sé es que me dolió y mucho cuando su polla se me clavó por el culo hasta el fondo y ahora sí que le solté la boca para chillar.
- "¡¡Cabrrrooooon!!, ¡me haces dañoooooo!".
- "Me encanta verte sufrir así atadita, zorrita", me acuerdo perfectamente que me dijo.
Nunca me habían llamado zorra o puta al follarme, pero cuando él lo hacía me ponía más y más cachonda.
En seguida me volvió a coger los dos pezones con fuerza y algo me hizo volver a pegar mi boca a la suya. No sé si me dolían más los pezones o el culo, por la caña que me estaba dando pero no paraba, seguía más y más rápido follándome el culito, tan fuerte que me hacía dar saltos cuando empujaba tan profundo que parecía que me iba a partir en dos pero yo no despegaba mis labios de los suyos me dolía y me excitaba jamás hubiera pensado que algo así me gustaría, pero estaba loca de cachonda y me dejé dar por el culo de la forma más bestia que me hubiese imaginado jamás.
- "Pide por favor que te la meta por el coñito, sino te vas a quedar con las ganas, zorrita".
Me excitaba que me llamase zorra pero no se lo iba a pedir. Era como humillante pero me cogía las caderas y me la metía tan dentro que creí que me destrozaría y me gustaba pero me dolía.
- "Vamos cabrón fóllame el coño que lo estoy deseando, me estás rompiendo el culo".
- "Dilo por favor, quiero oír como me ruegas que te folle como a ti te gusta".
- "Por favor, fóllame por delante cabrón, fóllame como nos gusta a las mujeres por favor".
No sé cómo estaba atada, pero sé que me soltó las ataduras en un momento, me dio la vuelta me abracé a él, me cogió en volandas y así abrazados, yo contra la pared me folló como un loco, hasta que me corrí chillando como loca. Supongo que ese día los de la habitación de al lado fliparon, porque fue mi mejor orgasmo sin duda.
- "Vamos ya te has corrido, ponte de rodillas", me dijo.
Y por algún motivo le hice caso, no me preguntéis por qué, pero habiéndome corrido, estando casi sin fuerzas me puse de rodillas. Mi cuerpo temblaba del orgasmo que acababa de tener, mi culo de dolía pero abrí la boca en cuanto me ofreció su polla. No puedo decir que yo se la mamé, porque la verdad es que fue él quien me folló la boca cogiéndome por la nuca con las dos manos. Me la metió hasta donde jamás había llegado una polla en mi garganta y aunque me dieron algunas arcadas aguanté, me apetecía sentirme tratada así, utilizada mi boca como la de una cualquiera. Sin avisarme, el muy cabrón empezó a correrse en mi garganta. Eso jamás lo había hecho antes, pero supongo que era el día de romper tabúes, porque aunque traté de retirar mi cabeza fue imposible. Las descargas de su leche yo creo que fueron directas al estómago y me tragué hasta la última gota. Casi se puede decir que se hizo una paja con mi boca, porque yo no hice otra cosa que apretar los labios y dejar que moviese mi cabeza a su antojo. Una vez que se corrió en mi interior se la seguí chupando, se la lamí desde los huevos hasta la puntita, no sé por qué pero seguía cachonda me había tratado como a una puta pero había sido el polvo de mi vida.
Bueno pues así fue lo que yo os decía que me pareció lo más excitante de aquella noche y también lo más "radical" que hicimos o lo más fuerte, no sé pero me encantó. Solo esa vez se corrió en mi garganta, me encantó aunque se lo estoy diciendo ahora por primera vez.
Por cierto ahora mismo sigo aquí sentada frente a Carlitos, pero voy a cambiar de postura y voy a ser un poco mala él sigue escribiendo me acerco a gatas por debajo de la mesa de cristal y veo sus ojos cachondos, "pero hemos dicho que tú sigues escribiendo Carlitos, no seas tramposo". Mmmhhh, su pollita está dura como a mí me gusta, ahora la veo bien, con el capullo casi morado de lo cachondo que va y yo voy a hablar con ella un poco, la pollita de Carlos. Está goteando líquido, ese tan rico que tanto me gusta a ver como sabe mmmmhhhh qué rico está. Por aquí ha quedado otro poquito, mmmmhhhh, que carita pone cuando mi lengua recoge las gotitas y mis labios besan su pollita. Aquel día me metió la polla hasta el fondo de la garganta a ver si puedo yo sola hacerlo, mmmmmmhhhh diría que casi como el otro día, pero así sentado no es tan fácil. Me excita sentir su polla atravesando mi boca y llegando hasta mi garganta.
Buenos chicas y chicos, espero que os haya gustado mi punto de vista del relato, ahora "cedo" la palabra al maestro yo voy a estar ocupada los próximos minutos, pero él se tiene que quedar ahí escribiendo sin moverse hasta que yo se lo pida y ahora le toca sufrir a él.
Yo hablo
Joder, esto no me lo esperaba. La muy cabrona está a cuatro patas bajo la mesa chupándome la polla ahora mismo, tan despacio que me está volviendo loco. Pero pienso cumplir mi parte del trato y no me voy a mover hasta que ella diga la palabra mágica "FIN" que acordamos.
A través del cristal de la mesa la veo a cuatro patas chupándome solo la puntita, mamándola con fuerza, sin meterse más que el glande en la boca. Sus caderas y su culo salen por fuera de la mesa, como ofreciéndose a cualquiera que abriese la puerta de la habitación ahora mismo.
Abro las piernas todo lo que puedo para darle acceso a mi polla completamente y sigue con su lengüita arriba y abajo, me mira con esos ojos, no lo aguanto joder, necesito cogerle por la nuca, follarme su boca hasta el fondo, darle un buen azote en ese culazo expuesto que tiene, tumbarla en el suelo y volver a follármela.
Mmmhhh, otra vez esa lengua en círculos, su aliento recorre mi polla no aguanto más joder, pero no dice la palabra.
- "Vamos cabrona di la palabra, por favor, di FIN, por favor".
- "Mmmh, no quiero. Quiero un poco más de líquido en mi boquita, venga dámelo".
- "Vamos por favor, joder, dí FIN, por favor te lo pido".
- "¿Qué me vas a hacer si digo la palabra?. Me encanta chupar así despacito ".
- "Vamos joder, lo que quieras, te voy a follar en el suelo, abriéndote las piernas para que te entre hasta el fondo zorra, pero di FIN".
- "Mmmmhh", besito en la punta, "que rica", se la traga hasta la mitad, "no sé" ."está tan rica, así quietita", se la mete tan dentro como puede, "y estos huevitos que me encanta chupar", me mete un huevo en su boquita y me lo mama como si de una polla se tratase, "Uy, que sale otra gotita, ven aquí" y otra vez a castigar mi amoratado capullo "venga va, me das pena con esos ojitos cachondos FIN"
Comentarios a carlos_javier_gzlez@yahoo.es