Monic - 9
La experiencia con el negro
MONIC – 9
Aquella noche, no pude sacar de mi mente las horas que había pasado con Lara, nuestra conversación, en la que ella se había mostrado interesada en sacarme de aquel infierno, lugar que sinceramente me estaba acostumbrando, encontraba compañerismo con las otras chicas con las que compartía mis desgracias, frustraciones y placeres.
Tras levantarme, y prepararme física y mentalmente para una nueva jornada, me puse un tanga blanco, que sinceramente me era un poco incomodo para ocultar mi generoso pene, haciendo juego con él un corsé de novia incorporado a un sujetador todo ello haciendo juego, unas medias blancas, en resumidas cuentas un conjunto de ropa interior de una novia, a punto de ser desvirgada por su reciente marido y sobre todo ello una vaporosa salto de cama también en blanco.
Cuando baje al salón, las chicas me decían:
- Monic, estas divina con ese conjunto de novia, ¿Quién será el afortunado novio que te toque hoy?
- No lo sé, pero el que me toque que me haga disfrutar como los anteriores y que me llene bien mi bonito culo.
No paraban de preguntarme por la última visita, Lara, les di todo tipo de detalles de nuestra sección de amor y que incluso me había propuesto que fuese su amante, que trataría de sacarme de allí, y que si eso ocurría, no me olvidaría de ellas.
Algunas de ellas les asomaron las lagrimas al comunicárselo, a otras no les importaba, ya que en la casa estaban mantenidas y cuidadas, sacaban algún dinerito por las propinas, además como su transformación había sido antes de reclutarlas, se las consideraban como profesionales del ramo, y que en el caso de salir, seguirían ejerciendo la prostitución independiente y con libertad en otro centro.
Las que habías sido forzadas a transformarse, como era mi caso, buscarían la manera de la transformación al 100%, para convertirse en mujeres y olvidarse a ser posible de esa etapa, y vivir como una mujer normal sin la posibilidad de proquear, ni como hombre ni como mujer.
Después del almuerzo, nos retiramos a nuestras habitaciones a descansar y prepararnos para la tarde, al llegar la tarde y a la hora prevista como siempre nos comenzaron a llamar para acudir al salón y recibir a los clientes. Cuando baje ya estaban todas las chicas esperando y en animada tertulia.
El primer cliente que llego, era un hombre de negro, su piel no era negro como el carbón, pero se apreciaba la oscuridad de su piel, diríamos que era chocolate con leche, mediría 1,90 se le veía fornido, pelo muy corto y ensortijado, labios carnosos, nariz pequeña pero con grandes aperturas nasales, dientes muy blancos y grandes manos.
Se me acerco y me dijo:
- Eres la novia más bonita que he visto, y me gustaría ser tu marido por un tiempo.
- Lo seré si tu quieres y te portas bien con migo y no me haces daño, ya que soy muy delicada.
- No te preocupes, disfrutaras como nunca.
Le cogí de la mano y me lo lleve a mi cuarto. Tras cerrar la puerta, sus labios se pegaron a los míos, cogiéndome de sorpresa, eran unos labios, maravillosos, grandes y carnosos, se los mordía y el a mí, al mismo tiempo que le quitaba su camisa que ocultaba unos pectorales mostrando de que su cuerpo había pasado mucho tiempo en gimnasios formando esa escultura de ébano.
Le ofrecí una copa, me pidió una ginebra y yo tome un vodka. Preguntándole como quería que empezásemos, me dijo que en un principio por un 69 y después seguiríamos según viésemos nuestras necesidades.
Entre en el baño, para sacarme el plug y el condón con mi dinero y esconderlo, cuando salí me quede de una pieza, lo que colgaba de entre sus piernas no era un pene era un bate de beisbol, por su grosor, tenía una verga en estado de flacidez como la de un caballo, que en estado de máxima excitación seria un poco mas pero mas rígida, sinceramente me asuste al pensar que me metería eso por mi culo.
Me tumbe en la cama y él se acoplo encima, su pene era tan grueso que casi me desencaja la mandíbula al tratar de metérmelo en la boca, era tan grueso como el puño de un boxeador, tuve que agarrarlo con las dos manos y metérmelo lentamente en mi boca, le pedí que no me hiciese tragarlo entero ya que no podría respirar.
- No te preocupes solo la cabeza y un poco más para ponerme a tono, me dijo
Mientras el si se metió todo mi pene en su boca haciéndome una mamada sensacional, al mismo tiempo que sus dedos exploraban mi esfínter, para acostumbrarlo a lo que tenía que recibir, afortunadamente ya lo tenía un poco dilatado pero no para ese tamaño.
Cuando me corrí en su boca, se trago toda mi lefa sin pestañear relamiéndose posteriormente mi pene que goteaba las últimas gotas, el no llego a correrse en mi boca, por fortuna, ya que me habría ahogado.
Cuando terminamos y cambiamos de postura me pidió que fuese yo la que lo penetrara primero, ya que le gustaba primero que le den para dar el después.
Lubrique a conciencia su ano y tras ponerme un condón lubrique mi pene, se puso a cuatro patas y me acerque a el.
Su ano ya había recibido muchos penes, ya que lo encontré bastante dilatado y abriéndose como pidiendo verga. Puse mi pene a la puerta y comencé a empujar lentamente, con sorpresa comprobé que en uno de los movimientos de empuje, su ano agarro mi pene y lo introdujo con una facilidad absoluta, sin darme cuenta tenía mis 20 cm de pene dentro de su culo, fue entonces cuando instintivamente agarrándolo por las caderas comencé a sodomizarlo, a cada movimiento aumentaba la velocidad, mi pubis golpeaba sus nalgas, puse una mano sobre su espalda y con la otra le agarre su enorme tranca, con el afán de masturbarlo, más que masturbarlo ordeñarlo.
- Qué bien lo haces Monic eres una experta, me decía con cada movimiento de mis manos.
Y sin apenas notarlo, yo me corrí en su interior y él se corrió sobre la cama, dejándola completamente encharcada. Tras desacoplarnos y tomar un respiro le pregunte.
- Omar, que así se llamaba, nunca has tenido problemas por el tamaño de tu verga,
- Sí, siempre, además, como soy musulmán, si me cogen o saben de mis tendencias sexuales estaría sentenciado a muerte, por eso he tenido que salir de mi país para poder tener sexo con mujeres como vosotras, ya que si esto ocurriese en mi país, a ti te matarían y a mí también. En mi país está prohibida la prostitución, y perseguidos los homosexuales castigados con pena de muerte. Para ello el Corán te permite tener varias esposas y poder así tener relaciones sexuales cualquier día ya que si tu primera esposa es impura el día que tú quieras, podrás tener relaciones con otra de tus esposas. En el mundo musulmán a la mujer se la considera como un objeto, carece de muchos derechos que en Occidente los tiene, algunos las tienen únicamente como maquinas de sexo y de parir.
Tras un buen rato de recuperación y descanso, le pregunte si ya estaba dispuesto a penetrarme, su contestación fue afirmativa, para mi desgracia, el pensar que aquella tranca me la metería por mu culo me asustaba.
Le puse un condón, el más grande que tenía, lo lubrique a conciencia, al mismo tiempo que me lubricaba mi culo, y cuando ya estuve preparada, me puse a cuatro patas y le dije:
- Por favor Omar, no me rompas el culo, hazlo muy despacio tu verga equivale a cuatro normales.
- No tengas miedo, relájate y veras como disfrutaras.
- Es muy fácil decir que te relajes, Omar, pero en este momento no me cabe ni una paja por mi culo.
Al mismo tiempo, que acercaba su verga a mi culo, con una de sus manos, acariciaba mi espalda, recibiendo de esa manera una agradable sensación de placer y sosiego, su mano acariciaba mi cuello y se deslizaba para agarrarse a uno de mis pechos, que acariciaba como si fuese el rostro de un niño, todo esto me hizo olvidar un poco lo que estaba ocurriendo a las puertas de mi culo, sin darme cuenta comencé a relajarme, el al notarlo, comenzó a empujar muy lentamente, deteniéndose constantemente, cambiaba de mano y me acariciaba los pechos, me besaba en la nuca, produciéndome un placer internos que obligaba a mi esfínter a abrirse, suavemente seguía empujando y lubricando su pene con el aceite que le había dado para tal efecto, cuando sin darme cuenta me dijo.
- Monic, ya está toda dentro, te dolió?
- No es posible le conteste, eche la mano a mi culo y pude comprobar por el tacto que efectivamente estaba toda dentro, eres maravilloso, no lo sentí.
Entonces el comenzó a bombear su tranca dentro de mí, los movimientos que hacía, provocaban que su pene creciese en mi interior, fue en ese momento que sentí dolor, su pene golpeaba las paredes intestinales de mi colon que al mismo tiempo repercutían en mi próstata.
Sus testículos golpeaban mi perineo, los movimientos de Omar eran cada vez más intensos, fue realmente en ese momento que sentía dolor y en el máximo de dolor sentí como algo crecía dentro de mí. El condón que le había puesto se había llenado de su esperma que llenaba el depósito del condón, al mismo tiempo que yo me corría, los golpes de su pene sobre las paredes intestinales y estas sobre mi próstata habían provocado mi eyaculación, una eyaculación soberbia que se mezclo con la que Omar había dejado momentos antes en la cama.
Poco a poco, su pene fue cediendo en tamaño, y sin darme apenas cuenta lo extrajo de mi interior, el condón estaba completamente lleno de su esperma, mi culo dolorido por el tamaño de su pene, pero al mismo tiempo contenta, ya que seguramente no volvería a tener en mi culo un pene como el de Omar.
Nos dirigimos a la ducha y tras una enjabonada mutua, lo bese y le di las gracias por la delicadeza con la que me había tratado, me dio una muy buena propina que guarde con las otras y abandonamos la habitación. Lo despedí y me dijo
- No creo que vuelva a verte pero estarás en mi mente todos los día.
Continuara…..
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