Monic - 4

Secuestrado y transformado

MONIC – 4

Cuando terminaron las sesiones de depilación, me volvieron a llevar ante el jefe que me dijo:

-          Vamos a ver, Monic, te dejaron la piel como el culito de un niño, da gusto acariciarte, ¿te gusta como tienes ahora tu piel, suavecita verdad?

-          Sí señor, da gusto acariciarla me da un no sé qué, las caricias, me gusta el tacto de otra persona sobre mi piel.

-          Muy bien, ahora quiero ver como mamas una polla.

Y diciendo eso se bajo los pantalones y saco su pene, un pene en estado morcilloso que no estaba precisamente muy limpio, tenia requesón alrededor de su glande y desprendía un olor nauseabundo, y me dijo:

-          Vamos Monic hazme una buena mamada, límpiamela.

Me cogió la cara y apretando las mejillas me hizo abrir la boca metiéndome su pene en mi interior, casi vomito del asco que me daba y dijo:

-          Ahora mámamela, déjamela limpita y ten cuidado con hacerme daño porque de un puñetazo te quito todos los dientes.

Como pude comencé a mamársela, al mismo tiempo que le acariciaba sus testículos, percibí dentro de mi boca, que aquel pene crecía gracias a mis caricias, con un movimiento de entrar y salir mis labios llegaban a su pubis, lleno de pelos sucios y mal olientes, ahora comprendía porque Salma me quería bien rasurado para no tener los pelos en la boca.

Fue entonces cuando me cogió por la nuca y empezó a empujar mi cabeza hacia su pene con más rapidez, este crecía dentro de mi boca llegando a tocar mi campanilla lo que producía arcadas hasta que note su próxima eyaculación, lo agarre por sus nalgas y me acerque más a él para evitar que se moviera y eyaculase en mi boca como así fue. Descargo todo su esperma dentro de mi boca, como no podía sacarla de la boca me obligo a tragar su semen que encontré de un sabor entre acido y dulzón, cuando la saco, se la limpie con la lengua dejándosela mas reluciente que un espejo.

-          Muy bien Monic, eres una experta en mamadas, me parece que vas a tener cola para mamar muchas vergas, y ahora te voy a decir lo que tienes que hacer todos los días, al levantarte y antes de cada actuación. Por la mañana antes de ducharte te pondrás un enema para limpiar interiormente tu culito, los clientes no quieren meterla en un culo sucio, por eso, cada mañana tendrás que hacerlo, y antes de cada actuación. Ahora te vamos a indicar como tienes que hacerlo.

-          Ponte de rodillas con el culo en pompa, esta cánula te la metes en el culo así.

Y sin ningún miramiento me la introdujo hasta la mitad, di un grito de dolor, ya que ni siquiera la había suavizado con un lubricante, dicha cánula estaba conectada a un recipiente de tres litros en la que estaba mezclada una parte de agua tibia, un suavizante y un desinfectante y abriendo la espita del recipiente, note como mi intestino recibía ese tibio liquido hinchando mi vientre. Me indico que tenía que mantenerlo en mi interior por lo menos 5 minutos, eso me obligaba a apretar mi esfínter para evitar que saliese la disolución lavatoria.

Cuando ya no pude más le dije:

-          Mi señor, ya no puedo más tengo que expulsarlo, déjeme ir al servicio.

-          Corre puta-maricona, y no manches por el pasillo.

Cuando llegue al inodoro y me senté, la expulsión de aquel liquido parecía una manguera de regar, salía con una fuerza para mi desconocida, sentí alivio, al terminar me dijo.

-          Tenemos que repetir hasta que salga la solución bien limpia pero será menos cantidad.

Efectivamente tras dos nuevas aplicaciones el líquido salía casi transparente, me había lavado interiormente mi intestino, mi ano lo tenía un poco irritado y algo dilatado por el esfuerzo, fue cuando sin decirme nada note que me introducía algo en mi ano.

-          No te asustes, es un plug anal eso te facilitara la dilatación necesaria para poderte dar por el culo sin mucho dolor, tu culo se acostumbrara a tener algo dentro, mide tan solo  5 cm, deberás de llevarlo siempre. Esta tarde te enseñaran como tienes que arreglarte las uñas tanto de las manos como de los pies y empezaras con las clases de maquillaje y peinado. Tienes que aprender a ponerte guapa, piensa que las mujeres eso la aprenden desde los 14-15 años, y tu llevas muchos años de retraso, por eso tienes que aplicarte.

-          Si mi señor, procurare ser lo más aplicada posible.

Casi había adquirido el rol de una joven de 16-18 años que comienza a maquillarse para estar guapa para su novio, hablaba en femenino.

Llevaba en aquel lugar más de 9 meses, mi cuerpo comenzaba a notar los cambios que se producían por causa de las hormonas que me estaban aplicando. Mis caderas eran más anchas, la piel de mi tórax estaba más elástica y había aumentado de volumen, mi vientre estaba casi plano, mi pelo más largo y suave. Tras dos meses más de aprendizaje para saber maquillarme, y arreglarme personalmente una mañana me llevaron ante el jefe y me dijo.

-          Bueno Monic, estas a punto de entrar en la última fase, mañana comenzaremos con ella ahora vete a descansar. Ya te veré cuando termines.

Cuando me volvieron a llevar ante el jefe este me dijo:

-          Ya hemos terminado contigo, desde la última vez que has estado aquí han trascurrido 4 meses todo ese tiempo has estado en coma reponiéndote de los cambios que hemos efectuado en tu cuerpo y es ahora cuando podrás comprobar y decirnos como te encuentras.

Me pusieron un espejo de cuerpo entero ante mí. En él se reflejaba el cuerpo de una mujer de tez un poco más oscura, de un tono color miel, unos pechos grandes bien generosos, no eran duros, más bien moldeables, con unos pezones en punta y una aureola un poco más oscura, las caderas anchas un pubis rasurado sin ápice de pelo, una cintura estrecha, debería tener una medidas de 93-55-92. El rostro con unos labios carnosos y sensuales, el pelo castaño claro, media melena con bucles a lo largo de ella, ojos un poco almendrados y un maquillaje de campeonato. Lo que sí que mantenía era un pene que en reposo debería medir unos 12 cm. Lo que suponía que en erección llegaría a cerca de 20cm, grueso 5cm.

Entonces les dije:

-          Sois unos hijos de puta, me habéis transformado en un transexual, si de muy buen ver, pero ahora que será de mí. A mí siempre me gustaron las mujeres, y si me ponía esa ropa era porque mi mujer tenía esa fantasía.

-          Fue ella la que nos pidió esta transformación, fue ella la que te vendió, te acuerdas cuando una vez que le quisiste dar por el culo y ella te dijo: “A las mujeres por delante A las maricas por detrás”, pues tu ahora eres una puta-maricona, te llamas Monic y estarás ofreciendo tu culo al mejor postor y mamaras muchas vergas, también la podrás meter en algún culo, pues hay muchos hombres que les gusta que le den por el culo unas maricas como tú. Te mandaremos a un burdel en el que solo hay transexuales y según te portes en el,  procederemos a una transformación definitiva, cortándote el pito y fabricándote una vagina, de esa manera podrás recibir pollas por tres partes, complaciendo a tres hombres al mismo tiempo. Hasta ahora has estado con la mente sometida a nuestra voluntad, pero a partir de ahora, recuperas tu mente

-          Pero te aseguro que tu vida no será la de Alfred, que murió ahogado un día de hace 3 años, tu vida y por voluntad propia será la de Monic una puta-maricona, que para comer tendrá que poner su culo y boca en venta.

-          Te vamos a dar una ropa muy sugerente, pantalones ceñidos, elásticos, que resalten tus glúteos, blusas y suéteres ceñidos para que tus tetas vallan diciendo lo puta que eres, faldas tan cortas que parecerán cinturones anchos, además de tangas, bragas corsés, ligueros y sujetadores de media copa, de esos que si te mueves un poco se te ve todo el pezón.

La rabia que sentía en ese momento no se puede describir, mi esposa me había traicionado, pero en ese momento jure que no se saldría con la suya, yo normalmente siempre me he guardado un as en la manga, aunque en ese momento no tenía ninguna manga para guardarlo ya que estaba desnuda, pero mi cabeza, no.

Me llevaron a una habitación donde estaba una maleta con la ropa que me habían indicado al igual que otra ropa sobre la cama para que me vistiese era, un tanga blanco haciendo juego con un sujetador con una talla 38C, unos pantis reductores, que me elevaban mis nalgas al mismo tiempo que las oprimían, un jersey color rojo bien ceñido, lo que hacía que mis pechos resaltasen y unos pantalones color crema elásticos, me hacían unas piernas estilizadas y largas unos zapatos negros con tacones de 15 cm. Una cartera de mano con lo imprescindible para mi maquillaje.

A los pies de la cama, una maleta, y con ella me metieron en un coche y no se adonde me llevaron, ya que al entrar, note un pinchazo en el brazo que me dejo dormida.   Continuara…