MOMENTOS DE OCIO – Noche de San Juan (parte 5)

Mi hijo siguió dentro de mí, moviéndose suavemente, mirándome a los ojos, viéndome gozar. No quería que se acabara nunca el momento. Me manejaba a su antojo, hacia conmigo lo que quería, su polla dentro de mi coño mojado se deslizaba suave, una delicia, me tenía en sus brazos….como su hembra.


MOMENTOS DE OCIO – Noche de San Juan (parte 5)

La semana se inició tranquila, como si nada hubiese pasado esa mañana de domingo. Mi hijo se comportaba como siempre, no se pasó en ningún momento, su comportamiento me perturbaba, pues sabíamos  que ambos debíamos disimular sobre lo acontecido y ser muy discretos, pero tampoco me hizo ninguna insinuación ni comentario cuando tuvo la oportunidad de hacerlo. Fui yo la que dio el primer paso….

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Miércoles, 24 junio 2015

Eran cerca de las cinco de la madrugada de la noche de San Juan, me encontraba durmiendo junto a Joan mi marido, la noche había sido larga, mi hijo había quedado para salir de “revetlla” con sus amigos, por los locales de ocio nocturno del puerto, y nos había anunciado que llegaría tarde, que ya volvería cuando acabase la fiesta.

La relación los días posteriores al partido de básquet, que por cierto ganaron. Fue muy normal, como  siempre había sido en casa, antes de que ocurriera lo que ocurrió. Estuve dudando de si lo que había vivido con Javi y Roger fue un sueño en realidad. Pero sabía que no lo había soñado…sabía que todo ese semen que me había tragado era real y que esas pollas que me habían follado también lo eran.

Habíamos cenado juntos en casa, los cinco. También vinieron los padres de Joan, estuvimos celebrando Sant Joan, el santo de mi esposo. Y después del cava y la “coca”, mi hijo se fue con sus amigos. Miedo me daban, ahora que los conocía mucho mejor. Pero no era miedo, no hace falta que sea tan hipócrita, lo que tenía eran celos, celos de las guarras que esta noche iban a disfrutar seguro de sus rabos. Lo cierto es que cuando se fue, mi cara cambió y me puse seria, triste.

Le acompañé hasta la puerta para darle un beso de despedida e intentar hablar con él.

̶  Roger, a ver que hacemos. Ve con cuidado, no bebas mucho, que habrán controles por la carretera.

̶  Si mama, no te preocupes. Y a ver qué haces tú esta noche.   ̶  me dijo poniendo una mano encima de mi culo.

̶  Quieto, te van a ver los abuelos, no me has dicho nada en estos días y ahora antes de irte, se te ocurre tocarme.

̶  Anda mama, no seas modosita, que no pega contigo.   ̶  me agarró con ambas manos de la cintura y me dio un morreo que me dejo con un sofoco.

̶  Anda vete ya….que me vas a poner caliente, y ahora no es el momento.

̶  Dame cincuenta euros, que no tengo para echarle a la moto.

̶  Que morro tienes, encima mangoneándome dinero.

̶  Anda no te quejes, bien que se lo mangoneas tu a papá.

Saqué un billete del monedero que tenía encima del recibidor y se lo di.

̶  Ve a dar un beso a los abuelos antes de irte, no seas maleducado.

̶  Vale mamá, que paliza eres cuando quieres.

̶  No hables tanto….que buenas palizas me has dado tú, mocoso.  ̶ le solté con una sonrisa en los labios mientras acariciaba su paquete por encima del pantalón.

Roger  me dio un poco en los labios, y entró en el comedor donde estaban , los abuelos y su padre.

̶  Bueno abuelos, un beso, que yo me voy de fiesta.  ̶  Y acercándose a ellos les dio un beso a cada uno en la mejilla.

̶  Pero que hombretón más guapo estas hecho   ̶  dijo la abuela.

No se lo podía imaginar, si mi suegra se enterase de lo de mi hijo conmigo, le daba algo. Vamos que se moría aquí mismo.

̶  A ver qué hacemos esta noche chavalote, …porque tú abuela no me deja que si no, me iba contigo a ligar….jajajaja.

̶  A dónde vas a ir tú carcamal….anda, anda. No bebas más que te tienes que tomar las pastillas.

̶  Jajaja….que cachondo eres….bueno abuelos ….. ¿ mañana nos vemos verdad ?, pero que sea tarde, no me hagáis madrugar….venga os dejo que me están esperando.

Le puso la mano al hombro a su padre, que estaba sentado tomándose el postre a su rollo y se despidió de nuevo, echándome una última y encriptada mirada, que podía pasar desapercibida a los ojos de los demás, por ser entre madre e hijo, pero que estaba cargada de lujuria cuando ambos la desencriptábamos.

Mis suegros se quedaron un rato más, estuvimos hablando y comentando sobre los estudios de Roger, ya había acabado los exámenes de selectividad con buena nota para entrar en la universidad y quería sacarse el carnet de conducir durante el verano.

Después del café y los licores, se despidieron de nosotros,  quedamos con mis suegros para ir a almorzar a su casa al día siguiente, pues el padre de mi marido también se llama Juan y nos invitaban a comer y pasar la tarde en su chalet, tienen una piscina preciosa. Si hacíamos caso a mi hijo, llegaría después del amanecer a casa y claro no iba a estar en muy buenas condiciones por la mañana. Así que quedamos a eso de las tres de la tarde como muy pronto.

Joan, cuando sus padres se marcharon y tan pronto cerramos la puerta, me agarró de la cintura y se pegó a mi culo restregándome su polla, tenía una buena erección y llevaba alguna copa de más encima.

̶  Quiero mi regalo.  ̶ me dijo acercando sus labios a mi cuello.

̶  Mmmm….muy lanzado te veo esta noche, ¿has bebido mucho vino?

̶  Lo normal, pero sabes que cuando bebo tinto me pongo tontorrón.

̶  Anda tontorrón ve subiendo, que recojo todo esto un poco, o mañana estarán los platos resecos.

Joan subió a nuestra habitación mientras yo metía los platos en el lavavajillas.

Nuestra vida sexual, siempre ha sido buena, en la cama es un buen amante, nunca me he quejado…pero la edad no perdona, y a sus 55 años,  ya no lo hacemos tanto como antes.

Nuestros polvos siguen siendo intensos y satisfactorios, pero cortitos. Como decirlo, después de volver a rejuvenecer sexualmente, el sexo con Javi y con mi hijo está a otro nivel, y estos dos diablos me hacen sentir como cuando tenía veinte años.

A la una y cuarto ya estábamos en la cama, una mamada previa, luego me echó un polvo de diez minutos y Joan ya había acabado con su libido. No hay que decir que yo me quede con las ganas de correrme, pero cuando le pedí que me comiese el coño, le vi tan pocas ganas de complacerme que le dije que lo dejase estar, que hacía mucho calor, que ya me lo haría en otro momento.

Joan se hizo el remolón por un instante, pero no le puso mucho interés, lo hacía más por quedar bien que por ganas de complacerme. Así que nos dimos un beso y a dormir.

Joan no sospechaba absolutamente nada de la relación incestuosa que mantenía con nuestro hijo y con Javi, ni de los cuernos que hacía años que llevaba, con esporádicos amantes, siempre procuré ser muy discreta. Pero las cosas se habían complicado en los últimos días, y ahora el adulterio lo cometía con mayor riesgo de ser descubierta, pues lo hacíamos en casa y aun estando él cerca.

Cuando Joan se durmió como un oso pardo del Pirineo, yo estaba ansiosa de tener sexo, pero su cansancio me dejo con las ganas, me costó conciliar el sueño por la excitación que en ese momento tenía, no quería masturbarme, porque acabaría más frustrada de lo que estaba.

Me puse a pensar en cómo actuar a partir de ahora,  que quería hacer con mi vida, y que precauciones tomar para no ser descubierta….no sabía qué hacer,  cuanto más pensaba en ello peor salida le veía todo aquello, estuve pensando y pensando hasta que me venció el sueño.

Tenía por costumbre cerrar la puerta del dormitorio siempre que Joan y yo lo hacíamos, pero como que en esta ocasión estábamos solos en casa y hacía un calor insoportable, dejé la puerta y la ventana abiertas para que corriese la brisa.

¿Cuando llego Roger a casa ?… no lo sé. Lo único que sé, es que Joan y yo dormíamos sobre la cama, casi desnudos. Joan llevaba un slip y yo tan siquiera llevaba puesta una diminuta tanga  casi transparente, que me compré en el centro comercial, cuando estuve con Javi.

Dormía con todos mis pechos al aire, me desperté sobre excitada, al abrir los ojos, pude ver la silueta de Roger a mi lado de la cama. Llevaba puesto solo un bóxer blanco, y con su mano me apartaba los cabellos de la cara.

Lo miré a los ojos y le pregunté espantada y muy bajito…. Susurrando.

̶  ¿Qué haces?  ̶ Mi hijo, me puso un dedo sobre los labios, para que no hablara…. Y con una sonrisa me responde.

̶ Ya sabes a que he venido y lo que debes hacer…  ̶ no podía quedarme sin responderle, me hervía la sangre.

̶  Eres un demonio, vas a despertar a tú padre   ̶ pero Roger no respondió, se arrodilló a mi lado y me acarició el rostro.

̶  Eres preciosa, mama. ̶ me besó en los labios, un beso tierno y profundo, cargado de pasión, de deseo.

Me quedé anonadada, cautivada con su mirada, acariciando su rostro mirándole a los ojos, brillantes por la luz de la luna llena que penetraba en la alcoba a través de la ventana abierta.

Roger pasó una mano por debajo de la sabana, alcanzó mi muslo, subió por él, rozando mi piel con sus dedos. Me acarició  la entrepierna, mi hijo me tenía excitadísima, metía su lengua en mis labios mientras acariciaba mis cabellos  y su mano acariciaba mi coño de una manera increíble.

Yo le devolvía los besos, estaba a punto de tener un orgasmo, así que le hice una señal para que fuéramos a su habitación porque su padre podía despertarse si me corría entre sus dedos.

̶  Ssshhhh… así es más excitante.  ̶ me susurró al oído. Dejando de masturbarme cuando estaba a punto del delirio.

Mi hijo se levantó, quedando su bóxer al alcance de mí mano, no podía resistirme, la longitud de su polla se esculpia bajo la tela. Se lo bajé  y noté su polla rozándome el dorso de la mano.

La veía tenuemente iluminada; es realmente hermosa, estaba gruesa y morcillona, sin estar dura aún, su tamaño impresionaba, la cogí con mis dedos y la levanté poniéndola horizontal, la sopesé y la verdad es que pesaba, notaba como su volumen iba aumentado poco a poco; tiene un pene mucho más grande que el de su padre, el cual tampoco es que sea pequeño, pero el de Roger medirá  23 o 24 cm,  y su glande es realmente grande.

Roger apartó las sabanas de mi cuerpo, levantó mis piernas para sacarme el tanga y se las abrí sin resistirme, para que su cuerpo se colocase sobre el mío. Nuestras bocas seguían besándose, nuestros movimientos eran cautelosos y delicados, mi marido estaba a nuestro lado, durmiendo. Acerqué mis labios a su oído mientras el lamia mi cuello, y le dije.

̶  Cómeme…quiero sentir tu lengua en mí coño.

̶  Eres una puta, mamá. No te cortas ni con tu marido al lado.

̶  ¿no te gusta?

̶  Por supuesto.

Mi hijo se acomodó como pudo, con mucho cuidado de no despertar a su padre, e iniciamos unos de los mejores sesenta y nueve que recuerdo, lo cierto es que hacía años que no hacía uno. Me puse tumbada de costado dando la espalda a mi marido, levantando una pierna para que Roger pudiese apoyar su cara en mi muslo y tuviese acceso a mi encharcado sexo. Sentía su lengua hurgando en mi entrepierna, voraz y clandestina.  Un dedo acariciaba mi ano.

Mi excitación era tan grande, que devoraba su inmensa polla como si no hubiese cenado y el con su lengua en mi coño me volvía loca.

No sé cuánto tiempo pasó, lo cierto es que es difícil de decir…la excitación, el miedo a ser descubiertos, el tabú de que tú propio hijo haga sexo en tú cama, y Joan durmiendo ajeno a lo que estaba ocurriendo. Era un coctel tan excitante como explosivo.

Tal vez pasaron quince minutos  o quizás solo diez, en esa posición, pero me corrí dos veces en la boca de mi hijo antes que él me llenase la mía con su caliente y espesa leche, era la primera vez que lo hacía con mi hijo en mi cama, y tenía que ser así,  junto a su padre y me gusto, mucho.

Si, lo de Javi tuvo mucho morbo, pero esto lo superaba con creces. Tuve que tragar como pude, no quería que manchase nada, el semen salía con una fuerza de su polla que pensaba que me iba a atragantar, tragué una gran cantidad de semen, el chico venía cargado.

Eso me hizo feliz, por lo menos había guardado su leche para dármela a mí, a su madre, y no a una de las guarrillas de su pandilla. Se la dejé bien limpita y la preparé volviéndola a poner dura para que me jodiese.

Roger se incorporó saliendo de la cama, me cogió de la muñeca y me hizo acompañarle, se sentó en una butaca que hay en un rincón de la habitación, en frente de la cama. Y cogiéndome por la cintura me sentó sobre su vientre.

No puedo expresar, lo que sentí cuando Roger me penetró, cada centímetro de esa polla, cada vena, cada pliegue de su piel, nunca pensé que esta noche, la noche de San Juan iba a tener toda su polla dentro de mí, que disfrutaría de sus 24 cm de carne y 6 cm de diámetro, llenando el coño.

Cuando empezó a entrar y salir de mí chocho,  me volví  loca,  tenía ganas de gritar, de decirle que me estaba haciendo la mujer más feliz de la tierra, que necesitaba tanto sentir su polla esta noche, y si eso era ser una puta lo quería ser, deseaba ser la puta de mi hijo.

Me estaba convirtiendo en su puta. Mi hijo me estaba dando una de las mejores cogidas, sin duda la más perversa de todas. Con cada penetración me hacía ver las estrellas, de espaldas a él, me retorcía como una culebra intentando alcanzar  su boca, lo besaba como una niña. Me di la vuelta como una peonza, con su polla como eje de rotación, sentándome ahora de frente.

Él, me agarraba por la cintura como un luchador greco romano, acercándome más hacia sí…..metí mi teta en su boca y puse mi mano en la mía para aplacar mis jadeos.

Me sentía como una chiquilla de su misma edad, follando en el asiento de atrás del coche, en una calle oscura, pero con el ansia de que podía ser descubierta.  Si lo llego a pensar en ese momento, me hubiese muerto, si mi marido llega a pillarnos… la debacle familiar sería tremenda.

Pero Roger me hacía sentir en las nubes y en ese preciso instante no pensaba en nada que no fuese disfrutar de su polla, de su cuerpo, de su juventud.

Lo que realmente me hacía sentir mí hijo no se expresarlo en palabras, me convertía era en una verdadera perra en celo, satisfecha por la herramienta más portentosa que había creado Dios y que yo misma había traído al mundo.

Joan seguía durmiendo frente a nosotros, mientras a su mujer le daban duro sin parar, toda esa atmosfera era un caldo de cultivo que me ofrecía grandes orgasmos, Roger me estaba moliendo por dentro, hacía más de treinta o cuarenta minutos que me había llevado al sillón, empezando a penetrarme y no paraba, jugando con su pene en mi dolorido coño, metiendo y sacando,  ahora rápido, después lento, la sacaba y me golpeaba el clítoris con ella. Como un martillo pilón en una fragua ardiente, era una verdadera delicia.

Amasaba mis pechos, me apretaba los pezones hasta hacerme gritar y entonces me comía la boca apagando mis gritos, nos dábamos largos besos hasta quedar ahogados, no sé cuántas veces me vine,  perdí la cuenta antes que él llegara a su segundo orgasmo, tan potente y copioso como el primero.

Después de llenar mi coño con su néctar, me hizo poner de rodillas entre sus piernas, se agarró la polla y me la puso en la boca para limpiársela. Encontraba exquisito ese sabor a semen amargo y mis dulces jugos, se la deje totalmente limpia, reluciente. Notaba como de mi coño se escurría toda su leche y con mis dedos hurgaba dentro de mi coño para recogerla y llevármela a la boca. Era una semeninómana, una adicta a la leche de mi hijo.

Después de eso nos besamos y nos despedimos, sin hablar. Roger me llevó de nuevo a la cama y me beso, luego se fue como vino. Me quedé profundamente dormida hasta la mañana siguiente. Habíamos estado haciendo el amor hasta cerca de las cuatro de la mañana, mi esposo no sé cómo no se despertó. Debía estar en su fase de sueño profundo, de descanso rem, que sé yo. Suerte que la habitación había estado ventilada toda la noche, porque si no, hubiese olido mucho a sexo por la mañana.

Me desperté a las 10, no había nadie más en mí cama. Joan ya no estaba, eché una gratificante y copiosa meada, me puse una bata y baje a la cocina. No había nadie, solo una taza de café sucia en la mesa.

Estaba algo nerviosa, intranquila, así que decidí llamarle para preguntarle donde estaba y como había dormido.

̶  Hola Joan, ¿dónde estás?

̶  hola cari, estoy en la playa paseando al perro. No quería despertarte, dormías tan profundamente.

̶  Y tú, ¿qué tal has dormido?

̶  Muy bien, estaba tan cansado que no he oído ni un petardo, ni un cohete, nada en toda la noche. Me desperté fresco como una lechuga. Debe ser por la mamada que me diste anoche, vas a tener que darme una cada noche, creo que es mejor que la DORMIDINA (producto que venden en las farmacias para conciliar el sueño).

̶  Que morro tienes,  y tú que… ¿no me tienes que dar algo a mí para que duerma también?, que también tienes tus obligaciones para con tu mujer…que pareces un moro….

̶  No te enfades cari, no seas tonta, que era broma….que te quiero mucho, y esta noche ya cumpliré con lo mío.

̶  Más te vale… y no vengas muy tarde, pásate a eso de las doce y media por la pastelería, y recoge lo que le encargué a José. Es un brazo de gitano de turrón y nata, ya está pagado.

̶  Ok, cari. No te preocupes yo me encargo. Ah…si otra cosa, despierta al holgazán de tu hijo, que se dé una ducha fría coño,….no dejes que duerma tanto, que luego en casa de mis padres va a estar empanado.

Colgué el inalámbrico en la base de la cocina, y subí a la habitación de mi hijo. Abrí la puerta sin hacer ruido y me quedé de pie frente a él.

Roger estaba sobre la cama durmiendo boca abajo. La persiana estaba un palmo levantada, y la luz entraba en todo el cuarto.

Me quité la bata, la dejé caer a mis pies en el suelo de la habitación. Me encaramé a la cama gateando por ella hasta tumbarme a su lado. Roger no se despertó, giró sobre sí mismo y se quedó de lado con la polla flácida colgando a un costado de su muslo. La miré esta vez con tiempo, al detalle, sin prisa alguna. Puse un dedo sobre ella y la acaricié, dio un ligero respingo, como un pálpito reflejo.

Ahora la agarré con suavidad, con la yema de mis dedos, sintiendo como daba botecitos…empezó a crecer. Le miré el rostro, dormía como un ángel. Mientras tanto su polla seguía creciendo entre mis dedos. La agarré suavemente, cerrándola alrededor. Notando su contorno, como aumentaba su perímetro.

Me lamí los dedos de la mano, y empecé a masturbarlo, lentamente con mucha delicadeza. Mientras lo masturbaba, con la otra mano apartaba sus cabellos de la frente para besarle. Como él había hecho conmigo unas horas antes.  Fui besándole el rostro sin dejar de masturbarlo, suavemente. Bajé mis labios hasta los suyos y le bese tiernamente, como una madre besa a un hijo.

Roger se despertó, abrió los ojos torpemente y me vio a su lado con mis labios en los suyos. Me puso su mano en la mejilla y me devolvió el beso, tierno y sensual, para luego hundir su lengua en mi boca y entonces….

Roger me empujó lentamente la cabeza hacia abajo, arrastrando mi mejilla por su pecho, lamía cada centímetro de su piel, su musculado torso, su duro vientre, hasta alcanzar su pelvis con mis labios, lamí su rasurado pubis. Y con mi mejilla apoyada en su ingle empecé a masturbarle.

Ante mis ojos su polla estaba tiesa como un palo, nervada con gruesas venas azuladas, sobre todo por una grande y principal que recorría su polla como una serpiente desde la base y se dispersaba en otras de menor tamaño que rodeaban todo el vástago.

̶  Abre la boca, mama, dame gusto   ̶  agarrándose la polla, me dio suavemente unos golpecitos en los labios, como un director de orquesta golpeando el atril antes de mover la batuta.

̶ Chúpame la polla, mira lo grande que la tengo   ̶  entreabrí los labios y aprovechó para meterme el capullo.

̶  Oooooh , mama, mama, que gusto….que labios más suaves… ¿dónde está papa?  ̶  Sin dejar de lamer, le respondí.

̶   No está en casa…gluuffsss….gluuuffss….hafta la una nof volverá.

Tomé la iniciativa, se la cogí con la mano y empecé a darle una mamada en toda regla.

̶  Dios, que bien la comes… ¿dónde aprendiste?... ¿quién te enseñó?...oohhh…has debido de comerte muchas pollas mama, …lo haces divinamente.

No era la primera vez que lo hacía, era muy cierto, en mi etapa universitaria en la facultad de farmacia, me había corrido muchas fiestas, y los tíos de la facultad de medicina son unos salidos, siempre coincidíamos.

Allí adquirí experiencia, junto con mis compañeras de la residencia universitaria. Tuve buenas maestras, mis amigas eran unas guarras, como  yo. Por eso sabía que era una experta come pollas.

Unos años más tarde, acabada la carrera mi hermana que estudió arquitectura, me presento a Joan. Un compañero del estudio de arquitectos en el que trabajaba. Mi hermana era becaria entonces y mi marido su superior directo, pero solo se lleva tres años con ella. Nos conocimos una tarde que pasé a recogerla al estudio, y me invitaron a tomar unas cañas.

Pero bueno, esto lo contaré en otro momento, sigamos con mi hijo.

Se la puse durísima, pero no quería que se corriese en mi boca. Me la saqué y le dije.

̶  Fóllame otra vez hijo, necesito sentirla de nuevo.

̶ Umm, mama, ven yo también quiero follarte de nuevo.

Roger se sentó, apoyando la espalda en el cabecero de la cama.

̶ Ven mama, clávate en mi pollón   ̶ Sin decir nada obedecí  y me auto empalé sumisamente, hasta sentir sus huevos en mis nalgas, sin poder evitar gemir de placer.

̶  OOOhhh hijo......que  polla, oooh...joder….que pollón que tienes cabrón…que rica berga.

̶  Que gusto, mama, tenerte así, follada, solo mía, toda para mí....

Roger empezó a moverse.

̶  ¿te ha gustado chuparme la polla?....

̶ Ufff sí, hijo, sí…., me ha encantado y...ahora...ummm me gusta como follas.....que  bien follas....cielo…. ummm

Me iba excitando, cada vez se movía más rápido.

̶  cómeme las tetas....hijo... ¿te gustan?

Me las comió con ganas, mientras me zumbaba el rabo hasta los huevos y no tardé en tener un tremendo orgasmo, gimiendo y gritando de placer, apoyando mis manos contra la pared, esta vez sin temor a ser descubierta, ni despertar a nadie.

El cabecero de la cama golpeaba rítmicamente la pared cada vez con más intensidad. Hasta que un orgasmo brutal, arrasó mi vientre, y mi coño se vino como un manantial en primavera, mojando nuestros cuerpos llenos de sudor. Roger era un jabato, yo no aguanté, pero él mantuvo su polla dentro de mí bien dura, mientras yo me derramaba de gusto encima de él.

Roger se sentía en la gloria teniendo así cogida a su madre, sintiéndose el macho alfa. Yo estaba relajada, despatarrada y empalada, con la vagina toda distendida con su polla dentro.

Mi hijo siguió dentro de mí, moviéndose suavemente, mirándome a los ojos, viéndome gozar. No quería que se acabara nunca el momento. Me manejaba a su antojo, hacia conmigo lo que quería, su polla dentro de mi coño mojado se deslizaba suave, una delicia, me tenía en sus brazos….como su hembra.

̶ ¿No te corres, hijo?   ̶ Roger me sonrió.

̶  Ufff que grande y dura la tienes.....cariño....

̶ Aun no mama   ̶  entonces me morreó, yo le correspondí, le metí la lengua, abrió la boca y me la comí, empezó a besarme con pasión, yo comencé a mover el coño de nuevo, excitada. Al poco rato le estaba cabalgando locamente, sacándome y metiéndome la polla como una posesa, jodiendo duro y morreándole, hasta que en una me quedé bien empalada y volví a gritar como una yegua. Sintiendo como su glande golpeaba mi útero.

̶ AAAAh hijo aaaaaaaaaahhh, córrete, córrete bien dentro..... Lléname de tu leche, cariño......

̶  Me corrooooooo  ̶  mi hijo gemía y bufaba de placer, como un orangután.

̶  Siiiii, mama, me corro dentro de ti siiiiiii….joder…es el mejor….el mejor polvo de mi vida, me vacío mama….estoy vaciándome en ti, mama….

Yo no aguanté y completamente despendolada, me corría otra vez entre sus brazos.

Después de esta tremenda follada, tardé un buen rato en recuperarme, poco a poco, note como su polla se salía de mí coño y como luego salía su semilla de la vagina. Como si fuera una manga pastelera, su leche blanca como la nieve salía de mi coño caliente como nata liquida.

Estaba reventada, literalmente. Al fin, exhausta y relajada, me tumbé a su lado y me recosté sobre su hombro.

̶ Esto no está bien, hijo…. pero, por dios…. !cómo follas¡   ̶  le dije, le di un beso, suave, de amante.

̶  No puede ser Roger, no debemos repetirlo. Y Javi tampoco, no puede volver a hacerlo. Nos pillarán… que vergüenza, por dios….no podría soportarlo.

̶Como tú digas, mama, pero no vas a poder…lo sabes, es tú naturaleza. Eres una M.I.L.F.

̶  ¿Una MILF?... ¿qué es eso?  ̶ pregunté intrigada.

̶  Es un acrónimo inglés, significa “mother I like fuck” que viene a decir traducido al castellano, algo así cómo, “madre que quiero follarme”.

̶  Eres un guarro.

̶  Y tú una puta, mama.

Roger no quiso contarme, lo que Javi y él habían estado pensando para mí.  Aún había un montón de cosas que mi hijo quería hacer con su madre, conmigo, con su puta. Yo me había convertido en eso, en su puta.

¿Cómo iba a renunciar al placer más intenso de mi vida?  ¿Y ellos, como iban a renunciar a mí, después de descubrir que su madre, la madre de su mejor amigo era una hembra caliente y experta, como las que salían en los videos porno de Milfs, en internet?

Continuará…..