MOMENTOS DE OCIO Entre lobos (parte 4)
No sé dónde poner este relato, creo que tiene más de dominación que de filial, pero hay tanta infidelidad como dominación en él, así que sería justo decir que se trata de dominación filial. No sé, juzguen ustedes. Es la cuarta entrega y continuación de la serie Momentos de ocio.
MOMENTOS DE OCIO – Entre lobos (parte 4)
No sé dónde poner este relato, creo que tiene más de dominación que de filial, pero hay tanta infidelidad como dominación en él, así que sería justo decir que se trata de dominación filial. No sé, juzguen ustedes. Es la cuarta entrega y continuación de la serie Momentos de ocio. Di no han seguido la serie desde el principio es conveniente leer primero:
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Domingo, 21 junio 2015
A la mañana siguiente, Joan se levantó pletórico, salió de la ducha silbando, y me despertó con un beso en la mejilla y acariciándome el culo por encima de la sábana.
― Buenos días cielo, parece que hace un día estupendo.
Me revolví sobre mí misma y agarrando el cojín me tapé la cabeza, tenía un sueño terrible.
― Vamos cariño, levanta. Ya sé qué hace mucho que no follábamos así, pero tampoco hay para tanto.
― Anda calla y déjame dormir…son tus ronquidos los que no me han dejado descansar esta noche. ―le dije mintiendo como una necia.
De buena gana le hubiese dicho, “es que mientras tu roncabas, Javi me estaba follando delante de tus narices”, pero solo lo pensé.
Joan se puso unos bermudas y un polo Ralph Lauren viejo, y bajó a desayunar. Mientras yo me quedé aturdida en la cama, durmiendo unos minutos más.
― Buenos días. ― note como la cama se hundía por el peso del cuerpo de Javi.
― ¿Qué coño haces Javi?...que Joan esta levantado, y te puede encontrar aquí, ¿tú eres tonto?
― Anda cállate y dame un beso….el cornudo está abajo, en la cocina.
― ¿Y Roger?
― Se está duchando. Anda dame un beso, joder.
― Que no Javi, vete de aquí….vamos.
― No me voy sin que me des un beso….así que tú misma.
No se iba a ir por mucho que discutiese con él, así que a pesar de mí modorra matinal, me incorporé y tapándome el pecho con la sábana me acerque a su rostro y le di el beso. Javi me cogió el rostro con sus grandes manos acariciando mi nuca y metiéndome la lengua hasta el fondo empezó a morrearme como un loco.
Apartándole como pude le dije.
― Ya vale, ya tienes tu beso. Ahora lárgate, no es el momento ni el lugar. ¿Lo entiendes?
― Vale Anna, me voy a saludar a Joan. Date una ducha y ponte algo sexy. Quiero verte en la cocina en diez minutos, tengo mucha hambre. No sé pero siempre que tengo sexo de madrugada, me despierto con un apetito voraz. Así que me vas a preparar un buen desayuno ¿verdad? Piensa que luego tu hijo y yo tenemos un partido muy importante.
― Anda vete, ahora bajaré….pero cuidadito con lo que sueltas delante de Joan, no la vayas a joder.
― No te preocupes por eso, solo tengo intención de joder con la mama más sexy del barrio…jajaja, anda espabila que Roger ya sale de la ducha.
Y dándome otro morreo insano salió de mi habitación. Estaba tremendamente excitada, y nada había ocurrido, pero solo estar con él me ponía caliente. Tenía un desparpajo y una seguridad en sí mismo para su edad, qué me dejaba cautivada.
Me levanté cogí la bata de seda que tenía encima del sillón y entre en el baño para hacer un pis. Me sequé con un papel y me cepillé un poco el cabello. Estaba todo alborotado de la noche pasada.
Salí y me puse una braguita rosa de lycra, que se me pegaba como un guante al culo y no marcaba nada bajo la fina tela de la bata. Me calcé las zapatillas de ir por casa y así baje a la cocina.
― Buenos días bella durmiente, ―me dijo Joan, con una sonrisa― parece que no querías levantarte hoy.
― Buenos días Anna. ―Javi me miró sonriendo como si nada hubiese ocurrido.
― Buenos días Javi, ¿qué tal has dormido? ― pregunté disimulando mi excitación, por la presencia de mi furtivo amante de alcoba, frente a mi esposo.
― Muy bien, la verdad. Me he levantado muy relajado y con mucha hambre. ― contestó sin apartar su lujuriosa mirada de mí cuerpo.
― Estábamos comentando con Javi, como iban los estudios ― dijo Joan.
― ¿Ha sí? Y que quieres hacer cuando acabes el instituto….seguirás estudiando supongo.
― Si claro, pero no tengo muy claro aún que voy hacer. Estoy dudando entre medicina o magisterio. ¿Tú que crees Roger? ― dijo mientras mi hijo entraba en la cocina.
― Tu seguro que acabas en medicina, menudo bicho estas hecho, cuantas más tías por m 2 de facultad, mejor….jajaja.
― ¿Y tú qué?.....que quieres hacer. ― replicó Javier ― pues no sé, químicas o ciencias políticas, me han dicho que también está lleno de pibas, jajaja.
― ¿Bueno que os apetece desayunar?… ¿os hago unos huevos con tostadas?―pregunté sabiendo del hambre voraz que siempre tenía Javi y mi hijo.
― Buena idea mama, y si le pones un poco de beicon frito va a ser la ostia. ―dijo Roger.
Roger se sentó en la mesa junto a su amigo, ambos frente a Joan.
― Buenos días hijo, Javi ha sido más madrugador que tú. ¿Estáis listos para el partido?, es el último de la temporada.
― Estaré listo en cuanto me haya comido esos huevos con beicon. No todos los días se desayuna así en esta casa. Vas a tener que venir más a menudo a pasar la noche Javi. Mi madre nos cuida mejor cuando tenemos invitados.
― Que exagerado eres tío, seguro que Anna os cuida de maravilla. Además tu madre tiene pinta de manejarse en la cocina muy bien.
― Bueno deja de adular tanto a mi madre e invítame a pasar la noche en tu casa alguna vez, que te estiras menos que una piedra.
― Venga chicos dejar de decir tonterías….os voy a preparar esos huevos. ¿Y a ti que te hago, Joan?
― A mí nada, prepárales el desayuno a estos dos, que necesitan fuerzas para el partido. Yo me tomo el zumo y un café con las galletas.
Me di la vuelta hacia la encimera y empecé a trastear las sartenes y cacharros, abriendo la nevera para coger los huevos. Sabía que Javi no me iba a quitar los ojos de encima, así que cada vez que pasaba por delante de él nuestras miradas se cruzaban, mientras mi hijo y Javi conversaban de jugadas que podían hacer si se daba la oportunidad en el partido.
― Aquí tenéis vuestros huevos, no había beicon así que os he puesto tostadas y una salchicha.
― Joder mama, que pasada…que buena pinta tiene.
― Si Anna, que pasada, está salchicha es espectacular ― dijo mirándome con vicio y añadió solo moviendo los labios y vocalizando frente a mí hijo ― “jugosa y gorda como mí polla”. Roger le rio la gracia, y levantando ambos los brazos se palmearon con las manos, como cuando meten un canasta.
Mi marido estaba en otro mundo, trasteando la tablet para ver a qué hora echaban el partido del Atlético por el canal+.
― Si bueno, en realidad son bratwürts, dije yo, descolocada deseando que acabaran de desayunar y se largaran.
Javi me miró con una sonrisa de oreja a oreja. Mientras me sentaba en la mesa para desayunar con ellos.
Los chicos empezaron a comer, mientras yo sorbía la taza de café, mirando a Javi y a mi hijo desayunar.
― Bueno, subo a vestirme. Y me voy al kiosco a comprar el periódico. ―dijo mi marido levantándose de la mesa.
― ¿Vas a venir con nosotros o nos vemos en el pabellón? ―le pregunté sabiendo que cuando se iba al kiosco aprovechaba para pasar por el bar a echar una cerveza con sus amigos.
― Nos vemos en el pabellón, tú puedes llevar a los chicos ¿verdad?
― Si claro, no te preocupes. Acabamos de desayunar y los acerco yo misma. Nos vemos allí.
―Ok, nos vemos luego chicos. ― se acercó a mí y me dio un beso en los labios, delante de los chicos y salió de la cocina.
Mi hijo me miró, y con una sonrisa de oreja a oreja dijo.
― Mama, ¿tú no quieres probar el bratswürt?.... está buenísimo.
Le miré contrariada, su tono de voz me sonó extraño. Se quedó mirándome fijamente, esperando mi respuesta. Javi también me miraba. Algo me olía mal, a encerrona. Parecía que ambos querían jugar a provocarme. Pero lo hacían con una pizca de descaro. En Javi podía entenderlo, pero mi hijo me desconcertaba.
― No, no me apetece para desayunar. ―les espete secamente.
― Vamos mama, prueba de la mía anda. Está muy rica de verdad, es que yo tengo demasiada.
― Es cierto Anna nos has puesto unos huevos muy gordos y una salchicha muy grande. No vamos a poder acabarnos todo esto.
No sabía a qué estaban jugando, pero me temía lo peor. Empecé a sospechar de mi hijo, pues seguía la conversación como si supiese lo ocurrido entre Javi y yo. Y la siguiente frase que me soltó, me sacó de toda duda.
― Mama, ¿será que no tienes hambre porque te has pasado la noche comiendo polla?
― ¡Pero que estás diciendo Roger! , como se te ocurre decir algo así.
― Vamos mama, no me trates de imbécil, ¿te crees que no lo sé?....Javi me lo ha contado, nos lo contamos todo.
― ¡Javi pero que has hecho! ―le solté enfadadísima y dando un golpe en la mesa al dejar la taza.
― ¿Te crees que tu hijo y yo somos dos angelitos?...tu eres una zorra como todas, todas las mujeres sois unas golfas os gustan las pollas, y hacéis cualquier cosa cuando encontráis un buen rabo que os mete caña…os corréis igual que lo hacen las golfas del instituto. O te crees que por estar casada y ser madre eres diferente. El coño se te hace caldo cuando tienes un buen rabo entre las piernas. Y es para lo que estas hecha, para que te llenen de polla.
― Pero que te has creído, como os atrevéis a hablarme así. Voy a hacer como si esta conversación nunca hubiese ocurrido. Y a partir de ahora no quiero que nada de esto vuelva a ocurrir, nunca más. Como he podido ser tan boba.
― No, no,…Anna, no has entendido nada, tu no decides, ya no. O quieres que se lo contemos todo a tu querido esposo.
― Cierto mama, te vas a portar muy bien con nosotros si no quieres que tengamos que enseñarte quien manda aquí a partir de ahora. No sabes las veces que me he pajeado, viendo tus tetas y tu culo en la piscina, y pensando cómo sería meter mi polla por todos tus agujeros. Ya estoy harto de pajearme por las noches mirando pelis guarras de madres follando con sus hijos.
Javi me agarró de la cintura mientras mi hijo se acercaba a mí, Javi intentó agarrarme las tetas por encima de la bata.
― ¡suéltame Javi! ...ni se te ocurra Roger… ¡soy tu madre! ….voy a gritar como lo hagas, tu padre está arriba.
― como grites le voy a decir todo lo que su mujercita ha estado haciendo a sus espaldas…. ¿quieres que se lo cuente todo?.....como hemos follado, en esta cocina o en vuestra habitación, o como te dio por el culo un desconocido en los baños del centro comercial ayer…a no, es verdad que ese tipejo ya te conocía de antes ¿no?....se ve que tu madre está hecha una puta muy guarra que le gustan las pollas muy gordas, porque menuda polla tiene ese viejo.
― ¿es cierto eso mama?.... ¿tan guarra eres?.... así que te gustan mucho las pollas grandes…vaya con mamá.
― No, soltadme. Desgraciados. No lo hagáis.
― Por supuesto que lo haremos, pero no seas necia….acabaras pidiéndonos que no paremos de follarte.
― Pero hijo… te has vuelto loco…. ¿porque haces esto?....porque le sigues el juego a este desgraciado. Me equivoqué, no volverá a ocurrir nunca más. No debí sucumbir a este sinvergüenza.
― Anna, es mejor que te folle tu hijo….que no un cabrón desconocido, le vas a encontrar un morbo añadido, al sentir como su polla te llena el agujero por el que empujaste para que saliera…ya lo veras. Además cuando pruebes la polla de tu hijo la vas a desear todos los días.
Javi me sujetaba por los brazos mientras mi hijo acariciaba mi cintura agarrándose a mis caderas, separó mi bata a la altura de mis pechos y tomando uno en cada mano, empezó a chuparlos. Javi acerco sus labios a mi oído y me susurraba palabras obscenas, calientes y muy sucias, que hacían que me sintiera como una zorra, pero en el fondo me excitaban, y Javi lo sabía muy bien. Creo que lo suyo era la psicología, así que elegir medicina no era una mala opción― pensé.
Mientras me calentaba con sus palabras, mordía mi cuello y me besaba pasando su caliente lengua por detrás de mí lóbulo. Me erizaba la piel, me tensaba todas las fibras del cuerpo como las cuerdas de un “violoncello” mientras lo afinan, antes de un “concerto”.
Mi hijo chupaba mi pecho, succionando el pezón de mi teta como si quisiera sacar de nuevo, calostro de ella.
Ya no había nada que pudiese beber, pero mis pezones se excitaban y endurecían, adquiriendo un volumen que antes no tenían. Sus chupeteos me estaban poniendo caliente, y sentir el rabo de Javi crecer restregándose entre mis nalgas no ayudaba a apaciguar mi calentura.
Intenté resistirme una última vez pero sin mucha convicción por mi parte, estaba vencida y el deseo se iba apoderando de mi cuerpo. Mi hijo me pellizco el otro pezón estirándomelo hacia arriba con contundencia, con sus dedos pulgar e índice.
― Ahhhmm….uuufff…..parad por favor….no sigáis con esto…. Mmm…nooo…sigas
― Calla mama, deja de resistirte, desde que probaste la polla de Javi, ya has perdido….eres nuestra. Resígnate y disfrútalo.
― Vamos Anna déjate llevar lo estas deseando, mírate no dejas de restregar tu culo en mi polla.
Mi hijo cogió mi cara con sus manos y me miró a los ojos, mientras Javi soltó mis brazos y empezó a acariciar mi vientre desnudo y a subir sus manos hacia mis pechos. Cogió mis pezones como antes había hecho Roger y los estiro, ambos hacia arriba hasta que me hizo daño. Entonces abrí la boca para exclamarme y dar un grito de dolor, cosa que aprovechó mi hijo para meter su lengua en mi boca y devorarme en un apasionado beso, en el que yo también me sumergí, vencida por una lujuria absoluta.
Javi me bajó la bata resbalando esta por mis hombros, que quedaron desnudos entre los jóvenes cuerpos de esos dos adolescentes.
Entonces oímos los pasos de Joan bajando las escaleras y cogiendo las llaves de la mesita del hall.
― Me marcho…nos vemos luego¡¡¡ ―gritó desde la entrada de la casa.
Oí como cerró la puerta de golpe. Y a través de las cortinas de la ventana de la cocina, vi cómo se alejaba hacia la calle. Javi cogiéndome del cabello me acerco hacia la ventana.
― Bueno Anna, mira a tu marido. Ahora estamos solos los tres, y aún tenemos dos horas hasta que nos lleves al partido. ¿Crees que serán suficientes para que nos hagas un buen trabajito a tu hijo y a mí? ¿O te vas a quedar con ganas de más?
― No, no podemos hacer esto…no está bien. Roger soy tu madre, no puedo hacer esto.
― Ya lo creo que puedes, mamá. Eres una hembra y nos deseas, olvídate de tu hijo, ahora soy una polla más….si hubieras tenido treinta años menos te hubieses arrodillado a comernos las pollas ayer cuando entraste en mi habitación, mientras nosotros jugábamos con la Play, como lo hacen nuestras amigas. Te lo vi en los ojos, tu cuerpo te delata, por mucho que no quieras aceptarlo o intentes disimular.
― Pues tu deseo se va a ver cumplido, Anna. ―dijo Javi.
Entonces me quitó la bata y la dejó sobre la mesa de la cocina. Metió su mano entre mis bragas y me clavó dos dedos en el coño.
― Joder Annita, estas empapada. Para ser que te haces tanto la estrecha parece que tu cuerpo lo desea más que tu mente. Tu madre está completamente mojada, ya va siendo hora de que le presentes a tu “hermanito pequeño”, no te parece.
― Si creo que si mama, ya va siendo hora de que conozcas a tu otro “hijo”.
Roger se bajó los pantalones del chándal, no llevaba nada más puesto, y cuando la goma elástica de la cintura estaba a medio muslo, apareció como un resorte una polla gorda y tiesa.
Cuando la vi aluciné, era hermosa, preciosa… y de mayor tamaño que la de su amigo Javi.
― ¡Dios Santo!... ― dije llevándome las manos a la cara.
― Pareces sorprendida mama….¿te creías que tu hijo aún tenía una pilila de niño?
― Jajaja…vamos Anna no seas mojigata, no va contigo. ― dijo Javi, poniéndose al lado de Roger, bajándose también el pantalón de chándal.
Ante mi estaban las dos pollas más hermosas, jóvenes y vigorosas como hacía mucho que no veía. Bueno la de Javi no hacia tanto, es cierto. Pero ver esas dos criaturas ante mis ojos me dejo sin habla.
― ¿Te has quedado muda mama?....no te imaginabas esto ¿verdad?
― No, joder. ―tan solo supe decir, mirando estupefacta.
Javi agarró su polla y la acercó a mí.
― Empieza Anna, enséñale a tu hijo lo que has aprendido esta noche. Tu madre la chupa mejor que la zorra de la Lucy y eso que la Lucy está hecha una puta de primera, ya lo verás.
― Vamos mama, enséñamelo ― me dijo Roger agarrándose la polla.
Javi sujeto mi cabellera con la mano y tiro de ella hacia atrás para que levantara la cabeza.
― Saca la lengua―ordenó, y lo hice sin negarme.
Javi soltó un salivazo en ella y puso tres dedos en mi boca empujándolos hasta tocar con la punta de ellos mi garganta, una arcada me sobrevino.
― AH,AH, no hagas eso….aguanta― y entonces me puso cuatro y los volvió a empujar sacando y metiendo la mano varias veces, hasta que la quitó y sus dedos salieron llenos de babas que esparció por mi cara. Tiró de mi hacia abajo poniéndome de rodillas ante ellos. Y restregando mis babas por su polla, se la agarró y me la introdujo hasta la mitad en la boca.
― Muy bien Anna, ahora empieza a chuparla y hazlo bien, como te he enseñado.
Agarré la polla de Javi por los huevos y me la tragué entera, ante la atónita mirada de mi hijo.
― Joder mama….que zorra estas hecha.
― Te dije que tu madre la chupa de vicio tío…. ¿ahora me crees?...jajaja
― La ostia tío, mucho mejor que esas pelis guarras de MILFS….joder con mi madre.
Mi hijo estaba alucinando viendo como hacia desaparecer la polla de Javi en mi boca y la mantenía clavada en mi garganta aguantando la respiración mientras las lágrimas caían por mis mejillas. No eran lágrimas de dolor, todo lo contrario me gustaba tener la polla de Javi en mi garganta y darle todo el placer posible, me gusta tragar pollas, y ya me daba igual todo, lo estaba haciendo delante de mi hijo, y ya no me importaba.
Roger se masturbaba viéndome, me saque la polla de Javi de la boca y seguí masturbándole, mientras que por iniciativa propia agarré la polla de mi hijo y empecé a chupársela por primera vez.
Mi voluntad de madre ya estaba vencida y no me quedaba dignidad para negarme, mi hijo ya sabía lo guarra y golfa que era su madre, así que para que andar con remilgos.
De reojo observaba la entrepierna de Javi y repartía las caricias a partes iguales con una polla en cada mano, masturbando y sobando los huevos al que se la chupaba en ese momento.
― ¿quieres follarme? ―le dije a mi hijo, apoyándome su polla en la barbilla.
― No, todavía no, sigue con la mamada, mama. Aún no está a punto.
No podía creérmelo tenía en la mano la segunda polla más grande que nunca antes había sujetado y Roger aún decía que no estaba lo bastante dura.
Seguí mamando sus rabos, con lujuria.
― mama…mmm…..joder…..la de cuernos de le habrás puesto a papa.... ― ante esa frase que no esperaba, me quede pensando, mirándole a los ojos e inconscientemente detuve mi felación.
Cuando iba a sacarme su polla de la boca para explicarme, Javi me sujeto del pelo y me empujo la cabeza hacia adelante. Obligándome a tragar más de media polla de golpe.
― ¿Quién te ha dicho que pares de chupar?....sigue mamando la polla de tu hijo y contesta con la boca llena.
― no ez lo que pienzaz hifo…gluoff…gluoff….gio quiego a papaf….xlofg…xlogf
― pues no lo parece mama…aún que a mí no me importa una mierda a quien te folles cuando estás cachonda, además ninguno de nosotros quiere que papa se entere de todo esto ¿verdad?....porque a partir de ahora, tus prioridades van a cambiar, lo entiendes.
― zi hijo…glufg….glufg…
― vamos escupe en la polla, esto tiene que llenarse bien de babas, o te dolerá. Que resbale, quiero ver como se forma un charco de salivas en el suelo.
Mi hijo me cogió por el cuello y estirándome hacia atrás me escupió en la cara y me restregó su saliva al tiempo que me guiaba hacia el rabo de Javi y este con la polla en la mano me la metía de golpe hasta los huevos, haciéndome toser.
Conseguí apartarme para tomar aire, mientras tosía y un borbotón de babas, caían sobre mis tetas. Javi me las agarró con fuerza y poniendo su polla entre ellas empezó a moverse acompasadamente, masturbándose con mis lolas. Yo me las agarré empujándolas hacia arriba y mientras Javi seguía follándome el canalillo, mi hijo se sentó en la silla de la cocina.
Nos mirábamos el uno al otro, Javi se hacía una cubana entre mis tetas y Roger se masturbaba agarrándose la polla por la base del prepucio. Era gordo y brillaba como un diamante cuando asomaba fuera de la vaina de piel que lo cubría.
― Acércate mama, quiero ver cómo te contoneas como una zorra, vamos ven…ponte entre mis piernas… de rodillas ante tu hijo. Quiero ver cómo Javi te folla como a una perra por detrás, mientras te comes mi rabo.
Dejé de hacerle la cubana a Javi y me acerqué a mi hijo caminando a cuatro patas por la cocina, hasta donde él estaba. Apoyé mis manos sobre sus muslos y Roger los separó para que pudiese acercarme más. Se escupió de nuevo, esta vez sobre la palma de su mano y restregó el gargajo por toda la polla antes de ofrecérmela.
― No la toques, sin manos….quiero ver como usas la lengua. Esa cara de golfa que pones me vuelve loco.
Le lancé una mirada viciosa, sabía lo que deseaba de mí, quería verme como a esas putas de las pelis que tanto le gustaban y buscando su prepucio me lo metí en la boca después de lamerle la punta del rabo unos segundos. Me la fui engullendo hasta que no pude meterla más adentro.
― Chupa…mmm …perra…chupa….esta es carne de tu carne. ¿a qué sabe mejor que la de papa?
Roger me tomo de la cabeza para llevar el ritmo, en la cocina de mi casa solo se escuchaban los jadeos de Javier mientras me penetraba y el sonido acuoso de mi boca mientras chupaba aquel mástil de carne, me di cuenta de que mi hijo estaba mejor equipado que Javi y mucho mejor que la polla de su padre, las pesadas bolas de carne que colgaban bajo aquella gruesa barra de carne eran proporcionales al tamaño de su rabo…
― mmm…glooof…gloof…mmm…― asentí con la cabeza sin apartar mi mirada de sus ojos. Sonrió un segundo y dio un largo gemido de placer, en el instante en que la tenía hundida en mi garganta, con su glande alojado más allá de mi campanilla, aún quedaban cuatro dedos de polla fuera de mis labios. Era el espacio que ocupaban los dedos de mi mano, entre mi labio y su vientre.
Cuando me separe de ella unos espesos hilos de babas colgaban entre su polla y mi boca. Javi detrás de mí, restregaba su rabo por mi raja de arriba abajo y volvía a penetrarme, mientras con la otra mano se apoyaba sobre mi grupa apretando con fuerza por encima de mi nalga izquierda para que arquease la espalda y levantase el culo un poco más.
Roger aprovecho para agarrarme del pelo y acercar mi boca a sus gordas pelotas que colgaban como ciruelas dentro de una bolsa elástica de suave piel. Metí uno de sus huevos en mi boca y succioné, estirando su rosado escroto, succionando acompasadamente ofreciéndole un masaje con la lengua. Para luego echarme hacia atrás para que su huevo escapase de mis labios y se tambalease como el péndulo de un reloj en el aire.
Luego agarraba el otro huevo con la boca y procedía de igual forma. Javi seguía hurgando en mi coño, pero esta vez, había metido su polla en él. Y apoyado sobre mis lomos me follaba acompasadamente, lentamente al principio para ir ganando velocidad de crucero progresivamente.
Yo mamaba y mamaba mientras sentía que mi coño estaba inundado de mis jugos, pero pensé que si le pedía otra cosa a Javi me vería como una verdadera puta insaciable, y aún me contenía, ¿qué estupidez verdad? , si ya no podía ser más puta, le estaba mamando la polla a mi hijo.
Seguí con la mamada, infinidad de veces bajé la cabeza devorando la hermosa verga de mí hijo, la mano de Roger agarraba mi cabeza y hacía sentirme dominada, deseada y sucia, y eso me excitaba.
― Joder mama, que puta eres, me encanta como me chupas la polla, pero la lengua se puede usar para más cosas. Ya va siendo hora de que empieces a lamer ojetes también. Méteme la lengua en el culo.
― Roger, no. Eso es una guarrada.
― Como que una guarrada, mama. ¿Y que eres tú? ―no tuve que pensar mucho para responder.
― U…una guarra, hijo.
― Pues eso guarra, empieza ya, que te va a gustar…. ¿no me limpiabas el culete cuando era pequeño?...pues ahora lo mismo, pero con esa lengua de perra que tienes.
Roger me dio la espalda y apoyando una rodilla sobre la silla se separó las nalgas y me dijo.
― ¡Empieza!
Agarré un glúteo con cada mano de su joven y prieto culo y los separé, vi su rosado agujero y lo admiré. Deseaba hacerlo pero no me decidía. Cuando noté una mano en mi nuca que me empujó hacia el esfínter. Y mi nariz se hundió entre sus nalgas.
― Empieza a chupar Anna, practica con tu hijo, porque luego me lo chuparás a mí, no te hagas la remilgada ahora. A partir de ahora vas a chupar, lamer y comer todo lo que te pongamos delante. Y te va a gustar, ya lo creo.
Metí mi lengua en el esfínter de mi hijo y empecé a lamer y presionar con la punta de la lengua, usándola como un estilete.
Mi hijo relajó su ano y pronto estaba metiendo y sacando media lengua de su recto, mientras Roger se pajeaba estirando su polla hacia abajo y empujando sus pelotas hacia atrás para que me rozasen la barbilla.
― joder mama, que gusto me estás dando, joder que vicio tienes….bufff…que pasada Javi que lengua tiene.
Al oír como disfrutaba de mis caricias procuraba esmerarme más y lo cierto es que lo estaba disfrutando, pues la follada que Javi me estaba dando, empezaba a ponerme muy salida….estaba muy cerca de que me viniese un orgasmo y Javi se dio cuenta, pues yo cada vez jadeaba más fuerte y empujaba con mis caderas sobre su pelvis para sentir su polla más adentro.
Me agarró por la cintura y acelero su jodienda, al tiempo que me empezó a masturbar el clítoris con energía.
Respiraba entrecortadamente con la cara metida en el culo de mi hijo y la lengua lamiendo sus cojones mientras me agarraba con ambas manos a su enorme polla.
Javi ya me follaba violentamente, y me llevó a un brutal orgasmo más intenso que el de la noche anterior. Al mismo tiempo que Javi se corría en mi encharcado coño, que al o poder contener su copiosa corrida en el interior, empezó a brotar leche escurriéndose por mis muslos, manchando el suelo de la cocina junto con mis babas.
Javi sacó su polla de mi raja. Y levantándose, se puso frente a mí.
― ! Límpiamela ¡ ― me ordenó.
Mi hijo aprovecho la nueva situación para apartarse y agarrándome del brazo me levanto del suelo.
― Vamos ponte de rodillas sobre la silla mama, tengo ganas de probar tu culo.
Me colocó una rodilla sobre la silla y yo me agarré al respaldo. Javi se puso frente a mí y empecé a limpiarle la polla mientras el empujaba su rabo dentro de mi boca.
Mi hijo metió su mano entre mis piernas y me frotaba el clítoris con los dedos mientras golpeaba desde abajo mi chocho con su tiesa polla. Dejó mi coño para acariciarme las tetas, abrazándome y acariciando el cuerpo de su madre. Restregando el semen de su amigo por mí piel. Su mejilla se puso al lado de la mía y me observaba chupando la polla a Javi.
―Así me gusta mama…eres una puta muy obediente. Eso me hace muy feliz, me excita verte así de guarra
Sus palabras me excitaban tanto que sentir su cuerpo joven sobre mí, su polla tiesa entre mis piernas, me cegaron y empecé a mover mi culo restregándome contra su polla.
Agarré con fuerza el rabo de Javier y me lo clavé lo más profundo que pude en mi garganta.
Mi hijo me agarró de los pezones y empezó a tirar de ellos, arrancándome espasmos de placer que recorrían mi cuerpo, luego sus manos me estrujaban las nalgas y acariciaba el estrecho orificio de mi ano.
― Ven preciosa…ponte así, que ese culito va a ser mío. ― decía mi hijo, metiendo en él, el dedo anular hasta la falange y girándolo sobre su eje.
Me subí a la silla como una sumisa, sin protestar, aunque sabía que ese trozo de carne magra me iba a doler por muy lubricada que estuviera. Pero deseaba tener su polla en mi culo, deseaba sentir la polla de mi hijo follando mi vicioso culo.
― Por favor…despacio, que puedes hacerme mucho daño con esa polla tan grande –exclamé pues las dimensiones de la polla de mi hijo eran muy respetables.
― Tranquila mama, seré tierno contigo por ser nuestra primera vez.
Con la verga completamente lubricada por la saliva de mí boca, Roger se colocó detrás de mí para poner su miembro en la entrada de mi palpitante ano, lentamente y con dificultad el miembro fue entrando dilatándome el estrecho esfínter, apretando los dientes para no gritar fui sintiendo como su miembro que no era ni por asomo como el de su padre entraba en mi lugar más íntimo, las manos de Roger me sujetaban fuertemente de las caderas para acercarme lo más posible a su cuerpo, parecía que aquello nunca terminaría por entrar, me dio dos empujones más y unas lágrimas brotaron de mis ojos.
Su polla invadía completamente mí culo, mis pezones estaban hinchados y sensibles después del magreo al cual me los había sometido Javier.
Roger me empezó a follar con una soberbia habilidad, no se podía negar que era un follador experto, no podía creerme que mi hijo tuviese esa habilidad innata, metía su verga hasta el fondo para hacérmela sentir entera, sus huevos chocaban con mis muslos, estaba al borde de un explosivo orgasmo con sus dedos acariciándome el clítoris.
― Vamos mama, la estabas deseando sentir dentro de ti. Te he visto brillar los ojos cuando me la has visto por primera vez― me susurraba al oído muy dulcemente. Mi excitación iba creciendo, a cada susurro, a cada palabra que mi hijo me decía. Además no dejaba de acariciarme el clítoris.
― Aaaahhh…hijo, dame tu polla, fóllame como una puerca, tu madre es una puta, os deseo con locura. Hace tanto tiempo que no me sentía tan liberada.
― Mmm, mama que culo más rico tienes, ¿sabes cuánto lo deseaba?....
―No ….mi amor, ¿porque?.....soy tu madre….esto no está bien…
― no mama, no está bien….esta divino, no hay nada mejor que follar con tu propia madre, una madre tan guarra y hermosa como tú. ¿Sientes mi rabo en tu culo mama, te gusta verdad?...muévete. Métetela tú sola, coge tú el ritmo, quiero verte follándote el ano con mi rabo, con el rabo de tu hijito.
Roger me agarró del pelo y se separó de mí poniéndose erguido, entre mi culo y su vientre quedo medio palmo de separación y sentía un buen trozo de polla aún en mi interior.
― Relájate y empuja mama….tu solita, sírvete tú misma…. quiero ver como desaparece por completo en tu hermoso culo.
― Vamos empieza a mover tus caderas. ― dijo Javier que observaba mi cara de auténtica zorra viciosa. ― Joder tío, a tu madre le encanta tu polla, mira que carita pone.
― Si mama, ¿te gusta mi polla?
― Ohh…siiii…joder…me encanta tu polla cariño. ― decía entre gemidos de auténtico placer, mordiéndome el labio inferior.
Mientras me iba clavando yo misma la verga de mi hijo, Roger me agarraba del pelo y me daba nalgadas en el culo, mientras Javi me cogía por el cuello y me besaba apasionadamente y pellizcaba con la mano libre mi duro pezón.
Estaba tan excitada que sin darme cuenta yo misma iba aumentando el ritmo de mi propia sodomización, disfrutando de ella sirviéndome la cantidad de polla que quería sentir en mis entrañas, como si estuviese en un bufet libre donde puedes comer lo que quieras.
Agarré la polla de Javi de nuevo y empecé a mamar otra vez, nadie me ordenaba ni suplicaba que lo hiciese, era yo misma la que decidía. Y lo disfrutaba como nunca antes había disfrutado de dos pollas a la vez.
― Ahhhh…..joder, que rico culo mama….que apretadito….joder como te la estas clavando enterita tu sola mama…¿te gusta? ―decia Roger sin parar de darme cachetes en el culo. ―no pares cerda…no pares…joder¡¡¡¡….tomaaa…tomaa…la polla de tu hijo…es toda tuya mama …disfrútala.
― Aaaayyyy…..cariño…me maaaaaaatttaaaasssss…..dioooosss…..que pollón tienes cabrón ¡¡¡
― ¿te gusta ….perrita….que te meta la verga por el culo?
― AAhhh… si por Dios….méteme los huevos……aaahhhh.
Roger recargaba todo su cuerpo sobre el mío, hasta quedar completamente fundidos en uno solo, Roger me besaba la mejilla que tenía hinchada por la presión que ejercía la polla de su amigo desde el otro lado, el gordo capullo de Javi estaba alojado en mi boca tensando la mejilla. Y mi hijo pasaba su lengua por el exterior de mi cara como si la lamiese. Eso me ponía cada vez más cachonda, enloquecida de deseo y lujuria.
Roger empezó a descargar chorros y chorros de espeso semen en mi ardiente culo, hinchándose en cada descarga, sentía cada chorro llenando mis entrañas, mientras alcanzaba un orgasmo que me dejo completamente agotada y olvidándome de donde me encontraba.
Nuestros cuerpos quedaron unidos y convulsionándose en armónicos espasmos, como una pareja de baile. Interminables gotas de sudor cubrían todo mi cuerpo por el esfuerzo, y casi sin recuperarme del tremendo orgasmo sentí como la polla de Javi me llenaba la boca con un espeso chorro de semen, y luego acababa por correrse sobre mi frente y mi pelo.
― Joder Javi, pero que corrida te has pegado…jajaja….parece que le hayas vaciado un cartón de leche en su boca, mira que chorretón de leche té cuelga mama.
Roger sacó lentamente la polla aún dura de mi dolorido culo, y un sonido como cuando descorchan una botella de champán se oyó en la cocina.
― Joder, que apretadito lo tienes aún mama. Eres fantástica.
Pero tenía ganas de echarme un pedo y no me lo pude aguantar, así que cuando lo hice sonó como una pedorreta muy divertida. Y todos nos pusimos a reír.
― Uyy, lo siento se me escapó….jijiji ―dije, algo avergonzada.
― Jajaja, eso es como un eructo de haber desayunado bien…jajaja. ―dijo Javier riéndose.
― Vaya mama, has hecho un globo de semen …que pasada ¡¡¡…jajaja
El semen de mi hijo se me escurría entre los labios del coño. Roger recogió la leche que salía de mí culo, con su polla y me la acercó a los labios para que me la tragase.
― Vamos mamá acábate el desayuno..
Mamé la polla de mi hijo igual que si me ofreciese un manjar, sentí su leche en mi lengua y noté una explosión de sabor dulce y amargo, como si fuese una obra culinaria del propio Ferrán Adrià.
Javi cogió y acercó la taza de leche que había sobre la mesa y me la puso entre las piernas, mientras yo relamía la morcillona polla de mi hijo.
Metió un dedo en mi culo y empezó a moverlo en círculos intentando rebañarlo, como si fuesen los restos de un bote de Nutella.
Iba sacando poco a poco la leche que mi hijo había dejado, y pronto empujando por mí misma comencé a sacar la leche empujandola como si quisiera cagar.
Un grueso hilo de lefa se escurrió dentro de la taza de leche. Cuando ya no caía más, Javier sacó la taza de entre mis piernas y me la acercó.
― ¿Has visto cuanta leche te ha dado tu hijo?....hay suficiente para mojar una madalena. Vamos a mojar una madalena, en toda esta leche. Piensa que almorzaremos tarde hoy. Tienes que desayunar bien esta mañana.
Javi cogió una “valenciana” de la bandeja de la bollería que había sobre la mesa de la cocina. Y sacándole el papel, la hundió en la taza de leche. Sacó la punta de la madalena cubierta de espesa leche y levantándola sobre la taza me la mostró. No hizo ademán de llevármela hasta la boca, yo misma me acerqué hacia ella para morderla y tragármela sin rechistar. Los miraba a los ojos a ambos, en silencio mientras me iba comiendo la madalena que Javi me ofrecía rebañada en el semen de mi hijo.
Hasta que me la terminé de tragar por completo. Entonces Javi me ofreció la taza y observé que aún quedaban restos de leche en el fondo y las paredes, así que metí los dedos y rebañé lo que quedaba y me llevé los dedos a los labios y los chupé con fruición mirando fijamente a los ojos de Roger.
― Muy bien mama, así me gusta. A partir de ahora no te vas a quedar ningún día sin tu ración de leche matinal.
Y dando un par de palmas, se levantó de la silla y dijo.
― Vamos a vestirnos, y tu date una ducha rápida mama, que tienes que llevarnos al pabellón.
Javier y mi hijo salieron de la cocina agarrados por el cuello, como si acabasen de ganar un partido, dirigiéndose a los vestuarios. Subían las escaleras hacia sus habitaciones iban desnudos, sudados, con sus gruesos rabos balanceándose de un costado al otro.
Me quedé sentada un rato. Tenía el rostro tirante por la leche que empezaba a secarse en las comisuras de mis labios.
El culo me escocía y los pezones estaban doloridos. Cuando me levante y salí de la cocina dirección a mi habitación, me observé delante del espejo que había en el recibidor.
Tenía el pelo todo alborotado, lleno de pegotes de leche seca, y las nalgas rojas y llenas de dedos marcados. Los pechos estaban igual de enrojecidos. Pero un brillo especial se me dibujaba en los ojos, era una chispa de felicidad.
Era la chispa de la vida, de una segunda juventud. Una segunda juventud que no estaba dispuesta a desperdiciar. Tal vez estaba convirtiéndome en una puta, en la zorra de mi hijo y de Javi. Pero puedo asegurar que nunca me había sentido tan viva y tan feliz como aquella mañana de domingo. Me gustaba sentirme, entre lobos.