Mis vicios dentro de un Cine X
Notaba con gran placer y dolor como con su saliva lubricaba mi orificio, sentía con gran satisfacción como sus dedos desaparecían dentro.
Mis vicios dentro de un Cine X
Como sigo diciendo una y otra vez… estas confesiones narradas aquí son en honor a aquel Cine X de la Calle Trajano que tan buenos recuerdos, me han dejado de él.
Claro esta no me estrene en él pero siendo casi un chaval goce como nunca, fue un lugar nuevo que proporcionaba eso que buscamos todos… morbo. Yo me inicie con tan solo 13 años… más bien me iniciaron, donde la curiosidad por mi parte jugó un papel importante por no decir las ganas de estar fuera de mi casa. Donde aquellos extraños ejercían el papel protector y que aunque yo buscara en parte ese “calor”, ellos buscaron aquello que tanto guardamos para los que nos importan.
Bueno comenzare… esta nueva confesión es la continuación a mi anterior relato “Una experiencia más en el Cine X”, continuare con mis andanzas en mis numerosas visitas… donde disfrute como nunca. Comencé a dejar de ir y no precisamente por desganas… sino por los estudios y por mí novia, pues el ir al cine X me salía muy costoso y la cosa no estaba para mucho despilfarrar, mucho más cuando no se trabaja. Además que había encontrado otra manera de poder saciar mis “vicios”, no solo los aseos, parques públicos o otros lugares… sino otros más morbosos e incluso caros.
Aquí comienzo una vez más mi visita al Cine X… una vez más atraído por saciar mis vicios, no me repetiré mas en lo necesario por lo que os resumiré… pague mi entrada, escogí un lugar donde sentarme, se me acerco un hombre de unos 50 años… el cual comenzó a juguetear conmigo. Comenzando por desabotonar los botones de mi camisa y saborear mi pecho… y pezones, mordisqueándomelos y proporcionándome dolor, disfrutando y hacerme disfrutar.
Para entonces yo, ya le había sacado su polla fuera y había comenzado a masturbársela al tiempo que no dejaba de lado sus genitales. El me había bajado los pantalones y calzoncillo… siendo yo mismo quien acabo por sacármelo por uno de mis pies, mas por facilitar la “tarea”, comenzando él a masturbarme. Entre gemidos me pidió… que digo, me suplico que se la chupara al tiempo que me rodeaba con su largo y velludo brazo.
Incline mi cuerpo hasta que mis labios toparon con su glande… besándolo, comencé por frotármelo por los labios mientras él me acariciaba mis cabellos con su mano izquierda al tiempo que con la derecha la espalda. Ayudándome con mi mano derecha apretaba su duro tronco al tiempo que lo masturbaba, continuando por darle una atragantada que me propuso introducírmela hasta sentir su glande topar con mis amígdalas. Comencé a subir y bajar por su tronco al tiempo que mi lengua dibujaba sus venas, este suspiraba y gemía sin poderse incluso contener… evidenciando el placer.
Llegue incluso a sentir arcadas cuando hice que su glande traspasara mis amígdalas con la idea que este sintiera como traspasaba mi orificio bucal al completo, deseaba que disfrutara con su polla entera dentro, llegando yo incluso a sentir tales nauseas que poco me falto para vomitar.
Pero gracias al crujir de una butaca cercana nos aviso o al menos me previno a mi... que no estábamos solos, creo recordar que no quise detenerme por lo que continúe. Notando este que no me detendría llego a sugerirme que dejemos a los otros mirar y disfrutar, cosa que calle a modo de hacerle comprender que aceptaba.
Continuaba con mi labor… disfrutando y haciendo disfrutar, mientras este gemía, suspiraba y me soltaba de todo en susurros al oído… desde halagos hasta obscenidades. Al tiempo que desde que comencé a chupársela… no dejaba ni un momento de acariciarme mi cabeza, mis cabellos, descendiendo hasta mi espalda y volviendo a ascender hasta mi cuello. Volviendo a descender hasta mis muslos para volver a ascender hasta mis nalgas, comenzando a magrear cada una de mis glúteos. Llegando poco a poco a juguetear con mi orificio anal, sintiendo como me lo humedecía y como poco a poco intentaba introducir uno de sus dedos, sentía con gran placer como tras ese primer dedo continuo penetrándome con dos y tras humedecerlo, notar cómo eran tres de sus dedos lo que intentaban perforar mi dolorido orificio anal.
No os niego que no sintiera dolor… pero eso fue inicialmente, pues poco a poco y ayudado por la excitación fue convirtiéndose en placer. Eso y que por medio de su saliva fue lubricando mi ojete, sentía con gran placer como sus dedos desaparecían dentro de mi orificio, llego incluso a soltarme con un tono picarón…
- “Sabes que eres un yogurcito… una fruta prohibida, nadie nunca te lo había dicho… seguro que sí", me soltó.
- “Hoy no solo voy a disfrutar yo sino vas a disfrutar tu e incluso alguno más”, me dijo y continúo.
- “No te imaginas como están algunos por nuestra culpa… están pajeandose a tu costa, incluso me han suplicado participar… tu qué dices”, me pregunto.
Claro está me quede pensativo pues cuando pensé en su día entrar no era precisamente para acabar en una orgia, sino de disfrutar del morbo que todo ese lugar conlleva. Por un lado pensé que era la “ostia” pero por el otro llegue a pensar en mi propia seguridad e incluso higiénica, pero cuando notas el tacto de otra persona más en mi cuerpo… comprendes que la tardanza de mi contestación se ha tomado, como una contestación de afirmación.
Incluso me cuesta olvidar no por cómo fue… sino por la excitación que me propuso, pues la verdad es que me puso como una moto e incluso note una sensación de ardor y fogosidad, nunca hasta ese momento experimentado. Todo fue a raíz que intente levantarme pero me fue inútil… claro esta simule que deseaba chafarme de esas manos, pero me fue imposible más aun cando mi “amigo” no deseaba que lo dejara de semejante manera. Por lo que no pude ni levantar mi cabeza de su ingle por la fuerza ejercida de su mano en mi nuca,
Tampoco puedo olvidar la excitación que sentí cuando una desconocida mano se introdujo entre mi cuerpo y el sillón, mí primer gesto fue de exaltación por lo improvisto que fue. Pero tras comenzar esa mano a acariciar mi miembro fui relajándome y entregándome al placer que me fue proporcionando, sentía que mi polla estaba muy dura y caliente… claro está, yo estaba muy excitado y aunque no deseaba correrme, poco faltaba ante tal situación tan morbosa.
Sentí como esa mano masturbaba mí polla… facilitada por la posición pues al estar literalmente echado, levanto mi pierna derecha al tiempo que la flexionaba y apoyaba mi pie sobre el mismo asiento. Acto seguido sentí los labios de esta persona coronar mi glande… mientras me pajeaba, note que me iba a venir… creo que más bien ambos lo notamos, pues tras apartar su boca de mi hinchado miembro. Estalle… echando chorros de leches sobre mis propios muslos, quizás parte de culpa no solo era de mi estado de excitación… sino por los nervios.
Sentí como se diluía mi semen caliente por mis muslos y como era recogido, llegando a pensar que era por ser saboreado por unos u otros, pero el sentir como era movido e incluso colocado de manera que estaba apoyándome sobre mis propias rodillas, me hicieron pensar. No mucho más cuando sentí como una mano cálida apoyarse en mis nalgas al tiempo que algo duro, presionar mi orificio anal y tras un par de vaivenes… aaahhh, notar como algo muy caliente ha entrado dentro.
No iba a rehuir pues lo deseaba desde hace mucho tiempo… pero quizás mi “amigo” no deseara que me incorporara, pues el peso de la presión de su mano en mí cabeza aun la ejercía por no mentar la de su mano derecha en mi espalda. Sentí como esa otra me embestía con fuerza, escuche sus gemidos al tiempo del sonido del crujir de la madera, pensé que aquellos viejos asientos no aguantaría mucho.
Las gotas de sudor de su frente se mezclaba con la salida de sus babas en mi espalda, llegando incluso a sentir cierto dolor cuando abofeteaba mis muslos. Sentí mi polla nuevamente dura e incluso con las ganas de volver a explotar, quizás más aun cuando mí “amigo” comenzó a descargar dentro de mí garganta y no teniendo más remedio que tragar algo de su leche.
Recuerdo que mientras continuaba en tal posición… aun con su polla dentro de mi boca con parte de su leche viscosa como el “Gressy”, mientras continuaba siendo sodomizado por otra persona, escuche…
- “Ya acabas o no”.
No supe a quien se lo había preguntado ni aun menos quien, pero note como el penetrador acabo por sacármela… descargando sobre mis nalgas y espalda. Desapareciendo sin decir ni tan siquiera… “Gracias”, incorporándome en mí asiento al tiempo que ambos comenzábamos a vestirnos.
Mi “amigo”… se levanto y se marcho dejándome allí, pero no sin haberme dado antes un papel que pudiendo ver que era un número de móvil. Fijándome que habíamos sido el centro de atención más que la película, ya que había más de un tío todavía mirándome mientras se masturbaba.
Espero que os haya gustado tanto como me gusto a mí… obviamente habréis notado que soy pasivo y algo sumiso, siendo mis preferencia hombre maduros. Bueno os dejo y espero que no seáis muy crueles conmigo, aunque sea una buena putita que dicen que soy, mi email es [[email protected]
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