Mis verduras y yo.

Como estando sola en casa, apagaba mi fuego con las verduras que pillaba.

Hola, soy Hortensia. Una asidua lectora de esta página de relatos.

Desde hace unos meses, casi cada día suelo dedicarle un tiempo a leer algunos de los relatos que la gente va enviando, y la verdad es que algunos de ellos me encantan y suelen ponerme de lo más cachonda.

Así que como siempre me encuentro sola en casa desde que me independicé de mis padres, a veces acabo bajo los chorros de agua de la ducha, tratando así de calmar mis ardientes calores masturbándome a solas hasta que consigo tener un buen orgasmo.

Ahora me he acostumbrado a hacerlo así, pero antes, al no tener ninguna otra cosa con la que calentarme, ya fuese leyendo o mirando alguna película porno como ahora, solía poner siempre mi imaginación a trabajar y a partir de ahí me montaba unas tremendas orgías con todas las cosas que solía ir encontrándome por la casa con forma fálica, las cuales me iba metiendo una y otra vez por todos mis agujeros del cuerpo.

Así cuando me calentaba por alguna cosa y no podía aguantarme más, solía irme sobre todo a la cocina y a la nevera, y cogía de allí cualquier cosa que se pareciese a una polla y me pudiera meter por el coño o por el culo, para darme placer.

A veces solía coger algún que otro plátano o alguna banana, por ser algo más larga y gorda, y también alguna zanahoria, de las cuales siempre solía elegir la más grande y gorda de la bolsa.

Depende del día, si me encontraba muy muy caliente, me decidía también por cosas más grandes y gordas todavía, tales como pepinos, calabacines y etc. Aunque eso sí, en esos casos siempre elegía los más pequeños que encontraba, puesto que aunque ya tenía bien dilatado mi coño y el esfínter de mi culo, no quería hacerme ningún daño, ya que lo único que buscaba siempre era disfrutar lo máximo posible pero sin peligro.

Eso, en lo referente a los vegetales, ya que también tenía la costumbre de darme placer con otras más cosas, tales como salchichas, butifarras, chorizos, morcillas y etc. Ya que me gustaba todo, aunque cuando lo hacía así, lo que más me ponía era meterme por el coño o por el culo una buena morcilla negra, tal vez debido al morbo de su tamaño o de su color, el cual me ofrecía un placer añadido mucho más intenso y diferente a la vez.

Así me pasaba horas y horas dándome gusto yo sola en casa y en la más discreta intimidad, porque a falta de un buen tío, una había de saber buscarse su satisfacción personal, siempre y cuando no perjudicase a nadie.

Por eso, hasta encontrar esta página de relatos por internet, yo ya me encontraba bien así y si algún día me encontraba más caliente de lo normal y quería probar cosas nuevas, me decidía también a probar por mis dos agujeros a la vez o lo que se suele decirse una doble penetración.

Para ello cogía una buena banana para introducírmela en el coño y una zanahoria (por ser más pequeña) para metérmela por el culo.

Así, una vez bien lubricados los dos agujeros y las verduras, intentaba poco a poco ir metiéndome las dos cosas hasta el fondo y cuando lo conseguía, empezaba a ir bombeando por ambos lados con un ritmo al unísono el cual me solía poner muy caliente y me hacía llegar hasta el séptimo cielo, con ese mete y saca continuo.

Así acababa siempre con un gran temblor en mis piernas, el cual iba seguido de un orgasmo colosal que me dejaba chorreando los muslos debido a mis flujos vaginales, al igual que pasaba con aquella banana aferrada a mi palpitante coño, o a la zanahoria que tenía metida en mi culo.

Al ir haciéndolo con asiduidad, al final acabé siendo toda una experta y tanto mi coño como el esfínter de mi culo se dilataban ya enseguida y no me causaban ningún dolor, consiguiendo de esa manera, poder meterme cualquier cosa que me propusiera dentro de ellos.

Durante un tiempo me dio también por meterme otro tipo de cosas, tales como el palo de la escoba, de la fregona, etc. Y como todo eso era mucho más fino de lo que acostumbraba a meterme normalmente, me daba la posibilidad de profundizar mucho más en ellos, sintiendo de esa forma un placer también muy bueno, aunque bien diferente.

Como veis antes ya solía llevar una vida sexual muy abierta y variada, aunque siempre en soledad y conmigo misma. Pero ahora, al ir leyendo tantos relatos de vosotros y ver alguna que otra película porno, he podido darme cuenta de que además existen otras formas de obtener placer y sin necesidad de tener a un hombre cerca, tal y como son el lesbianismo, la zoofilia y etc. En las cuales he podido ver como de una forma o de otra, la mujer suele disfrutar siempre de lo lindo.

Así que después de todo lo que he experimentado, estoy pensando en probar alguna de esas opciones, o tal vez porqué no las dos, y si me gustan, empezar a ponerlas en práctica ya que como habéis podido comprobar, el sexo me apasiona desde siempre y además estoy más caliente que una brasa a todas horas, con lo cual necesito que de alguna forma alguien o algo me apague este fuego que llevo dentro, bien como lo solía hacer antes, o como puedo llegar a hacerlo ahora.

FIN