Mis vecinos mayores
Comencé como asistenta en casa de unos vecinos mayores y termine siendo la amante de ambos.
Mis ancianos vecinos
Hola me llamo Isabel, tengo 46 años, bonitos pechos y culito respingon, mido 1,68, y mi marido dice que estoy muy buena, soy castaña y la verdad me gusta cuidarme, voy al gimnasio casi a diario y procuro mantener mi línea.
Lo que les voy a contar sucedió al poco de estar casada, me case joven con 21 años, y nos fuimos a vivir a un pisito en alquiler, solo había tres pisos por planta y en nuestra planta además de nosotros, en otro piso vivían dos hombres mayores solteros, eran hermanos, Juan y Francisco de 60 y 62 años ya retirados, y el otro piso estaba vacío.
Al estar recién casada a mi marido y a mi nos gustaba hacerlo casi a diario, sobre todo a mi, yo no había conocido hombre alguno salvo mi marido, que era y es de complexión normal, pasaba el tiempo y a pesar que hacíamos bastante el amor yo no quedaba muy satisfecha, mi marido tiene el pene pequeño unos 12 cm., yo había visto en revistas que el compraba a veces hombres con penes bastantes grandes pero pensaba que no era posible que seria un montaje.
Al correr del tiempo, fui haciendo amistad con mis vecinos a los que me los encontraba bastantes veces al entrar o salir de casa, en el portal, o incluso cuando iba a la compra, ambos eran muy simpáticos y muy amables, tenían una mujer que venia casi a diario les hacia la limpieza y la comida, ella se llamaba Maria tendría unos 50 años.
Pues bien a los seis meses de estar viviendo allí, Maria la señora que atendía a los dos hermanos por lo visto tuvo que dejarlos, por un problema familiar y un día ambos me invitaron a tomar una taza de café y me contaron su problema, por si yo conocía a alguien que pudiera sustituir a Maria, o que incluso si yo quería sustituirla, fueron amabilísimos conmigo como siempre, me hablaron de las condiciones y horas de trabajo y que como yo vivía al lado pues seria mas fácil para mi que para otra persona y como mi marido la vedad no ganaba mucho, el estaba trabajante de vigilante en unos grandes almacenes, les dije que lo pensaría y lo comentaría con mi marido. Esa noche cuando el llego le lo dije, el conocía también a los dos hermanos, de hecho habían hablado muchas veces, le conté en que consistiría mi trabajo, que era en hacer las tareas de la casa y prepararles la comida y cuanto me pagarían, que por cierto era un buen sueldo, lo que nos permitiría ahorrar para en un futuro comprar un piso, mi marido estuvo de acuerdo y empecé a trabajar con ellos.
Estaban siempre muy atentos conmigo incluso me hacían pequeños regalos de vez en cuando, unas flores, un jarrón, cosas así, y yo les llegue a coger mucho cariño, también notaba que el día que iba con faldita o un escote un poquito mas atrevido de lo normal estaban siempre revoloteando a mi alrededor, yo no le di importancia al contrario me halagaba, incluso a veces me ponía una faldita más corta de lo normal y notaba como miraban mis nalgas cuando me agachaba un poco mas dela cuenta, incluso me decían que era muy bonita, y yo no les decía nada porque la verdad me gustaba y me estaban pagando un buen sueldo por hacer las camas, el desayuno y el almuerzo porque para cenar solían tomar fruta y como no eran desordenados, limpiaba una vez en semana, algunas veces cuando les preparaba el desayuno me sentaba con ellos y me contaban cosas sobre ellos, y hablábamos de muchos temas incluso del sexual, me contaron que ambos habían sido agricultores y se retiraron haría dos años, porque tenían las tierras en la costa y una empresa se las pago muy bien para construir un hotel y viviendas y que incluso todavía les había quedado una finquita con 5 hectáreas donde ellos tenían la casa donde habían vivido, donde mantenían unos caballos, al cuidado de todo de dos personas.
Una mañana, era martes, cuando llegue me dijeron que cuando terminara de hacer el almuerzo me tenían preparada una sorpresa "un regalo para ti y tu marido" me dijeron, estuve intrigada toda la mañana y al terminar me senté con ellos y me dieron un paquete, diciéndome que era un regalo por mi aniversario de bodas que era ese viernes como el viernes era mi aniversario de bodas, que esperaban que me gustase y que no le importase a mi marido el regalo, cuando lo abrí era precioso, un conjunto muy sexy de medias, liguero, sujetador y braguitas, era negro muy bonito, les dije que porque se habían molestado y cosas así, y también les dije que no lo podría celebrar con mi marido ese viernes, porque la empresa para la que trabajaba les mandaba a hacer un cursillo a Barcelona y se marchaba el viernes por la mañana y no regresaría asta el domingo por la tarde. Ambos me dijeron que lo sentían mucho pero que no me preocupara que no iba a estar sola mientras ellos estuvieran.
Cuando llegue el jueves, y estaba sentada con ellos desayunando me dijeron que si yo quería y a mi marido no le importaba, para que por la noche no estuviera sola y dado que era mi primer aniversario de bodas, me invitaban a cenar en un restaurante cercano, me insistieron tanto que les dije que preguntaría a mi marido, y este al contrario le pareció una idea estupenda, así saldría un rato y estaría entretenida con mis dos viejecitos.
Llego el viernes y ambos me recogieron, iban elegantemente vestidos, tanto que aparentaban menos edad, llegaron con un gran ramo de flores, yo me habia puesto un vestido nuevo que había comprado para celebrarlo con mi marido, era negro cortito y con un escote amplio que dejaba adivinar mis pechos duros y redonditos, ambos se deshicieron en halagos y piropos.
Tomamos un taxi y fuimos al restaurante, era muy bonito, elegante y cuando vi la carta caro, muy caro. Cenamos de maravilla, ellos me contaron historia de cuando eran jóvenes, de las novias que habían tenido, y con el vino que estábamos tomando incluso de sexo porque, según Francisco su hermano Juan había tenido fama de conquistador y de muy buen amante, yo notaba como miraban mis pechos y al principio me cortaba un poco pero luego ya no me importo que mis anfitriones me miraran y me dijeran cosas bonitas, luego de cenar la verdad yo no estaba acostumbrada a beber y estaba bastante achispada, dijeron que en casa tenían una tarta con una vela y que tenia que probarla. Regresamos a su piso y me dieron que me sentara que ellos preparaban, sacaron la tarta con su velita y una botella de licor para brindar, cuando nos dimos cuenta nos habíamos tomado media botella y yo estaba ya muy mareada, Juan se levanto y dijo ahora el baile con la novia, y colocando música en un tocadiscos me saco a bailar, como estaba muy mareada mas que bailar solo daba vueltas pegada a Juan y entonces noté un tremendo bulto, yo pensaba que no podía ser que era demasiado grande para ser un pene, pero solo había visto el de mi marido, aquella sensación me hizo que me pusiera bastante caliente, a continuación baile con Francisco y sentí lo mismo, entonces cuando acabo la canción Juan me dijo que porque no les enseñaba su regalo a ver que tal me quedaba, que me lo pusiera, me dio mucho corte, pero insistieron tanto y yo estaba tan mareada que les dije que lo llevaba puesto, entonces Francisco me dijo te ayudo con la cremallera del vestido y diciendo eso se coloco a mi espalda y bajo la cremallera, luego se sentó junto a Juan en el sofá y me dijo venga adelante. Yo la verdad no sabia lo que hacia pero no me importaba y deslice mi vestido hasta el suelo quedando ante mis dos viejecitos con medias, liguero sujetador y braguitas, se les iban a salir los ojos mirándome, me gire varias veces para que me contemplaran bien, entonces me di cuenta que ambos estaban empalmados, porque tenían un gran bulto bajo el pantalón, mi cabeza me daba vueltas y estaba muy caliente, Juan entonces me pidió que me quitase el sujetador y les enseñase mis pechos, yo me negaba pero ante la insistencia y mirar aquellos bultos entre sus piernas y que Juan me dijo "te compro el sujetador por dos mil pesetas", que era mas de lo yo que ganaba por un día de trabajo en su casa, me quité una tiranta el se levanto y coloco dos billetes de mil pesetas en mi liguero, me lo quite y le arroje el sujetador, quedando mis pechos a la vista firmes y duros, ambos aplaudían y me decían piropos, luego fue Francisco quien dijo "yo te doy tres mil por las braguitas", ya no me importaba entre lo borracha que estaba y el dinero estaba a cien, se acerco a mi metió tres billetes de mil pesetas en mi liguero, me di la vuelta dándoles la espalda y me fui bajando las braguitas dejando la redondez de mi culito respingon al aire, seguí bajándomelas y me las saque del todo y al girarme y mostrar mi desnudez ante ellos quede petrificada, Francisco se había sacado su pene y lo estaba masajeando, era el casi el doble que el de mi marido y mucho mas gordo, entonces Juan se levantó y tomándome de la mano me sentó en el sofá entre ambos, y comenzaron a acariciar mis pechos y mi chochito que estaba chorreando a lo que Juan dijo a su hermano mira Francisco la putita esta muy caliente, y tomándome la mano la coloco sobre su pene que se lo acababa de sacar y era tan grande como el de su hermano, un escalofrió me recorrió todo el cuerpo al tocar aquel trozo de carne muy grande y duro, tanto que me vino un orgasmo, Francisco se levanto y tirando de mi me levanto para que me sentara sobre Juan que cogiendo su pene con una mano lo fue guiando hasta la entrada de mi lubricado chochito, aquello fue entrando despacito mi chichito no esta acostumbrado a tamañas dimensiones y a medida que entraba mi cuerpo se estremecía y sentía como nunca antes lo había hecho, luego Francisco delante de mi me ofreció el suyo y lo bese y lamía con mucho gusto, no tarde nada en tener un orgasmo bestial y seguí montada sobre Juan y mamandosela a su hermano
Estaba disfrutando de lo lindo y me encantaba mamar aquel pene enorme y tener enterrado en mi chochito el otro , tuve otros dos orgasmos mas hasta que ambos acabaron dentro de mi Francisco en mi boca que me lo trague todo hasta dejarlo bien limpio y Juan dentro de mi chochito el que me dejo todo inundado, ya no me importaba nada solo quería disfrutar. Luego me llevaron al dormitorio de Juan que tiene una cama grande y me tumbaron en ella y ellos desnudándose se colocaron cada uno a un lado, y los dos comenzaron a besarme y acariciarme, Francisco bajo hasta mi entrepierna y con su lengua me comía mi chochito aun chorreante con la leche de su hermano, mientras que Juan arrodillándose a lado de mi cara me ofrecía aquella tranca tan hermosa para que la chupara, después me pidió que me colocase a cuatro patas sobre la cama y Francisco se coloco de pie detrás de mi, levante mi culito y me la metió de un solo golpe dentro de mi chochito mientras Juan se colocaba delante para que siguiera mamandosela, esta vez duramos bastante mas aunque yo tuve dos nuevos orgasmos, Francisco se corrió dentro de mi y saliéndose dijo que iba al baño, entonces Juan me dijo no te muevas queda así putita mía, y colocándose detrás me la inserto de un golpe hasta el fondo en mi chorreante chochito y comenzó un mete y saca frenético, hasta que ambos nos corrimos entre fuertes gemidos de placer.
Ambos nos tumbamos en la cama, Francisco se tumbo a nuestro lado también, estuvimos charlando un ratito y me dijeron que en adelante yo seria su putita y ellos me tratarían como a una reina, después nos dormimos, desperté bien entrada la mañana del sábado, mis viejecitos seguían dormidos abrazados a mi, me levante sin despertarlos y les contemple un momento, tenían sus penes flácidos de tanto trabajo como habían tenido pero aún así, eran mas grandes y gordos que el de mi marido.
Me duche y les preparé un buen desayuno y se los lleve a la cama, les dije que desayunaran tranquilos que iba a recoger un poco, luego se ducharon y se sentaron con migo a charlar un ratito, diciéndome lo bien que lo habían pasado y que mientras siguiera con ellos no me faltaría de nada e incluso me subían el sueldo, pero que para que mi marido no sospechase nada todos los meses me lo ingresarían en una cuenta a mi nombre en el banco, en eso estábamos cuando sonó el teléfono, era mi marido que como nosotros no teníamos teléfono me llamaba a casa de mis viejecitos, Juan cogió el teléfono y le dijo que enseguida me avisaba, espere un poco como si yo estuviese en nuestro piso y luego hable con el, me pregunto que como había ido la cena y le dije la verdad que de maravilla y que Juan y Francisco se habían portado con migo fenomenal, entonces mis viejecitos comprendieron que tenían un lugar donde meterla cada vez que quisieran. Mi marido me dijo que llegaría el domingo sobre las siete de la tarde y me despedí de el con un beso.
Juan y Francisco estaban sonrientes y después de comer, nos metimos en la cama los tres a dormir la siesta, me acariciaron, me besaron, me comieron todo mi cuerpo mientras yo acariciaba, jugaba y chupaba sus vergas, luego mientras montaba a Juan Francisco me comía mi culito que era virgen, metiendome la legua y hasta dos dedos, me dijo que me lo iban a dilatar poco a poco hasta que me la pudieran meter entera, en esta posición tuve dos orgasmos, que delicioso es estar con una buena tranca dentro y que te metan la lengua el en culito al mismo tiempo. Luego cuando Juan se corrió, Francisco me pidió que me colocase a cuatro patas y me metía y sacaba su verga en mi chochito todo lleno de leche y lo apuntaba en mi culito empujando solo un poquito hasta que ambos nos corrimos. Me levante me vestí y dándoles un beso me fui chorreante de leche a mi piso, me agradaba aquella sensación de abundancia y quería estar un rato a solas para pensar en todo lo ocurrido.
Seguí con mis viejecitos durante mucho tiempo y pasaron muchas mas cosas que contare mas adelante.