Mis vecinas: Los taxis de Madrid.
Continua la visita de mis vecinas a Madrid, un taxi es un lugar perfecto para practicar sexo, (sexo oral, morbo, voyerismo, sexo............)
Mis vecinas: Los taxis de Madrid.
Continuación de: Mis vecinas: El cine X.
Cuando aquellos tipos terminaron de follarse a Noelia, ella recogió su vestido y se vistió, sus dos amigas la miraban excitadas, aún caía por sus muslos la leche que habíamos depositado, el acomodador me dijo:
.- Tienes mucha suerte tío, con estas tres putas te ha tocado la lotería.
J.- Lo se, gracias.
.- Toma este teléfono es de un amigo mio, sabe lo que hacer con este tipo de chicas, las podrías sacar mucho partido, llevo mucho trabajando aquí, y nunca había visto nada igual.
J.- Vale gracias, lo tendré en cuenta.
.- Si le llamas, di que la tarjeta te la dio, Gabriel el del cine x.
J.- Entendido, y un placer.
.- No para nada, el placer ha sido nuestro verdad?, dijo mirando a su compañero el camarero del bar, y los dos rieron mientras miraban con vicio a mis vecinas, que bajaban la cabeza avergonzadas.
J.- Vamos chicas hemos terminado, vamos a casa a descansar.
Salimos del cine x, la gente cuando nos vio salir, se quedo alucinada, mis vecinas llevaban sus vestidos arrugados y maltrechos, por la caña que les habían metido allí dentro, incluso Auxi que no se lo había quitado, solo subido y bajado los tirantes, tenia varias corridas sobre el.
Llegamos ha la puerta del sol, pare un taxi y dije:
J.- A la calle Herreros de Tejada numero 2.
Ellas tres iban a subir detrás, y dejarme a mi de copiloto junto al taxista, un chico bastante joven para lo que hay por Madrid en el sector, tendría unos 36 años, mas o menos de mi edad, hice subir a Auxi con el y yo me quede atrás con mis otras dos amigas, Noelia se sentó tras el taxista, Ana en el centro y yo detrás de Auxi, había trafico fluido no tardaríamos en llegar, unos 10 minutos calcule.
Noelia se quedo dormida al instante, estaba agotada tras la follada que le habíamos dado los tres en el cine, yo empece a tocar las tetas a Ana, que era la única de las tres que no me había tirado aún, el taxista empezó a hablar con Auxi.
Taxista.- ¿Que tal os gusta Madrid?, ¿porque no sois de aquí no?
Ax.- No, somos de Sevilla, y si Madrid esta muy bien.
El taxista miraba por el espejo, como yo sobaba las tetas de Ana y nos dábamos apasionados besos en la boca, tras las tetas mi mano bajo hacia sus piernas, las abrí ligeramente y empece a tocar su chochito, que aun estaba empapado no solo por sus flujos, también tendría semen de los hombres que se la follaron, y el taxista seguía con ganas de conversación.
T.- ¿Habéis estado en la plaza mayor?
Ax.- Si hemos cenado allí.
Al escuchar eso, deje de besar a Ana que ya jadeaba, por los tres dedos que tenia dentro de su coño y dije:
J.- ¿Como te llamas?
T.- Luis.
J.- Auxi, ¿porque no le cuentas a Luis de donde vienes realmente?.
Auxi se puso colorada, y me miro con mala cara.
J.- Venga no te cortes, cuéntalo.
L.- ¿De donde venís?
Tras unos segundos callada, Auxi dijo:
Ax.- De un cine X que hay cerca.
La cara de Luis cambio de repente, yo ya no besaba a Ana, pero mis tres dedos seguían jugando bajo su vestido, el taxista supo como eran mis amigas, y coloco su mano en el muslo de Auxi, esta muy educada retiro la mano del joven, y dije:
J.- Auxi no seas así, tienes que ser amable con Luis.
Mis palabras excitaron a Auxi, ya conocía su cara de vicio, solo necesitaba un empujón por mi parte, para que ella se dejara llevar y disfrutara del sexo como una viciosa.
Luis volvio a colocar la mano donde antes, pero ahora Auxi no opuso resistencia, yo volví con Ana, baje sus tirantes y empece a lamer sus tetas, a la vez que metía mis dedos en su coño, ella hacia todo lo posible para abrir mas sus piernas, y sentirse totalmente llena, pare para ver como iba Auxi con el taxista, me encantaba pervertir a mis vecinas, y sobre todo disfrutaba con el control de las situaciones, el ordenar, el ofrecer sus cuerpos a otros hombres, y la sumisión de las tres, era algo que me excitaba por encima de todo.
Auxi ya tenia sus piernas separadas, y Luis campaba a sus anchas en su chochito, ella gemía de gusto mientras se mordia el labio, y el tenia bastante manejo para conducir con una mano, y masturbar a mi vecina con la otra, saco los dedos de su chocho y se los metió en la boca, Auxi los chupo con deseo tragándose sus propios fluidos, Luis saco sus dedos de la boca de esta, la cogió de la nuca y la llevo hacia su paquete, mi amiga desabrocho los pantalones del taxista, y saco una polla excesivamente venosa y bastante gorda, y sin dudar empezó a chupar, Ana y yo estábamos atentos a la escena que nos estaban proporcionando los dos.
El joven taxista había dado un rodeo considerable para llegar a mi casa, pasaban 20 minutos y aun no habíamos llegado, Luis conducía mientras Auxi mamaba aquella polla enorme con locura, Ana de ver aquello y con mis cuatro dedos dentro de su coño, empezó a gritar y a correrse de gusto, en los semáforos el taxista aprovechaba para soltar el volante, y apretar fuerte con una mano, la cabeza de Auxi contra su polla, con la otra mano intentaba llegar a su culo, que estaba algo levantado del asiento.
Tras un rato así, el taxista inclino la cabeza hacia atrás, signo inequívoco de que una corrida enorme estaba llegando a la boca de mi amiga, cuando se incorporo para sentarse bien, me miro pasando su lengua por los labios y recogiendo todo el semen que el taxista había expulsado, y Auxi con esa cara de vicio que tenía me dijo:
Ax.- ¿Así de amable querías que fuera Javier?.
J.- Si, asi de amable.
El taxista tras correrse, tomó el camino adecuado hacia mi casa, en dos minutos llegamos, despertamos a Noelia y las tres se bajaron, quedándome yo dentro del taxi y dije:
J.- ¿Creo que la carrera esta pagada no?
L.- Por supuesto, esta es mi tarjeta por si queréis que os lleve a algún sitio.
J.- Muchas gracias Luis, un placer.
L.- No el placer ha sido mio, y nunca mejor dicho.
Me baje del taxi y nos dirigimos a mi casa, me sorprendio que a las 2 y media de la mañana, hubiera luz en la porteria, abri la puerta y pase despacio, mi sorpresa fue cuando al entrar vi a Alberto el portero, sentado en su mesa.
Mire a mis vecinas sonriendo y les dije:
J.- No se lo que teneis, pero volveis locos a los hombres jajajajaja.
Las tres rieron a la vez, y nos dirigimos a saludar a el portero.
CONTINUARA...............
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