Mis vecinas la putas (2)

De como mi mala relacion con mis abuelos me lleva a conocer a unas vecinas muy especiales.

Mis vecinas las putas (2)

Mira Juan, estas dos rubitas son Katia y Violeta. Son dos hermanas rumanas y tiene 21 años. –me dijo mostrándome a las dos chicas.

Encantado. –dije yo dando dos besos a cada una.

Y esta negrita de aquí se llama Yanira y tiene 34 años y es de Brasil.

Hola Yanira, encantado. –dándola dos besos también.

Juan se quedará un tiempo con nosotras, así que tratarle muy bien. Es un invitado de honor. –dijo Mirella.

Los amigos de Mirella, son nuestros amigos –dijo Katia.

Katia y violeta eran rubias de pelo liso largo y de ojos azules. De piel muy blanca y una cara angelical. Eran muy parecidas, debían ser gemelas y eran de la misma estatura y eran muy delgadas pero con buen cuerpo. Yanira era de piel negra muy oscura. Su pelo era negro y rizado y tenía unos grandes pechos aunque no tan grandes como los de Mirella. Apenas hablaba porque aun no sabía mucho español. Sonó el teléfono y Mirella se puso a hablar mientras yo charlaba con las chicas sobre diversas cosas. Cuando colgó dijo:

Vaya Juan –me dijo Mirella –esta noche vienen unos clientes importantes y tengo que atenderles junto con las chicas. Estaremos las cuatro ocupadas, así que si no te importa quedarte toda la noche en tu habitación te lo agradeceré. Tienes un ordenador. No se si lo has visto, así que te puedes conectar a internet, por lo menos te entretendrás.

No te preocupes por mi. No faltaba mas. –dije yo.

La noche llegó y después de cenar vinieron las chicas vestidas con la ropa con la que recibirían a los clientes. Me pusieron a mil en cuanto las vi. La que no apareció fue Mirella que seguía en su habitación. Llevaban unos conjuntitos negros las dos rumanas y uno amarillo la brasileña. Sonó el timbre y yo entonces me metí a la que iba a ser mi habitación. Cerré la puerta y me senté a leer una revista que había encima de la mesa. Era de cotilleo y me aburrí pronto, así que encendí el ordenador. Escuche otra vez el timbre y la puerta. Me senté al ordenador y me puse a leer el correo. Después y tras pensar en lo que estarían haciendo las chicas me apetecía calentarme así que me metí a leer unos relatos y ver algunas fotos. Después me conecte a un chat a ver si tenía alguna charla caliente y poderme masturbar. Empecé a hablar con alguno que me contaba lo que haríamos con su mujer entre los dos y también hable con algún amo que se hace pasar por ama y se calienta con chicos como yo.

Cuando me empecé a tocar por encima del calzoncillo se abrió la puerta y entró Yanira.

Buenas noches Juan, ¿aun despierto? –me dijo en su mejor castellano.

Si, no tengo sueño. –dije yo cerrando las paginas abiertas y disimulando mi empalmada.

Mi cliente me llamó y me dijo que no venía. Y como Mirella nos dijo que te tratáramos bien he pensado en venir a hacerte compañía por si te aburres aquí encerrado.

Pues si me aburro. ¿Sabes de alguna página interesante? –dije yo haciéndome el despistado.

Si mira ya veras que bueno. –me dijo mientras se sentaba en mi rodilla.

Cerró mi messenger y abrió el suyo. Luego abrió un chat que alguna vez frecuento en la sección de sexo. En el messenger le abrió un hombre que supuestamente estaba con su mujer. La saludó por su nick y hablaron que que tal le iba. El hombre le dijo que si hoy no encendía la cámara. Ella le dijo que hoy estaba en otro ordenador y no podía. Empezaron a hablar en plan caliente y mi polla empezó a empalmarse. Yanira lo vio y me empezó a sobar mi polla mientras el hombre encendió su cámara y apareció su polla. Se estaba masturbando. Yanira sacó mi polla del calzoncillo y agarrando mi tronco lo movió arriba y abajo. En la pantalla aparecieron unas piernas de mujer y al acercarse se vio su coño. La cámara se movió enfocando perfectamente como la mujer se sentaba encima de la polla y se veía como la polla entraba en el coño de la mujer hasta que al cabo de un rato se terminó corriendo dentro de ella.

Yo estaba a mil y Yanira se quito una pequeña bata que llevaba dejando ver su conjunto amarillo. Se arrodillo y empezó a chuparmela. Yo sentado en la silla me abrí de piernas dejando que Yanira se pusiese en medio para comérmela bien. Yo le acariciaba la cabeza. Una mujer de color me estaba chupando la polla como pocas veces me la han chupado. Era perfecto. Me daba muchísimo morbo. Su lengua salía de vez en cuando para chuparme los huevos y meterselos en mi boca. Yo estaba en la gloria y me acabe corriendo en su boca. La avise pero ella siguió chupando hasta que me corrí y ella se lo tragó todo.

¿Te lo había mamado una brasileña alguna vez? –me dijo relamiéndose los labios.

No nunca y la verdad es que ha sido estupendo. –conteste yo.

Ahora vas a chupar un coñito moreno, Juan. –y diciendo esto se tumbó en mi cama.

Yo me acerque y me puse entre sus piernas. Separé sus labios vaginales con mis dedos y meti la lengua en medio. Estaba mojado y mi lengua escurría muy bien. Mis labios enseguida se llenaron de sus fluidos y empecé a empaparme la cara con sus jugos. Era muy morboso aquel coñito arreglado y todo negrito. Empecé a lamerle el clítoris hasta que ella se levantó, me tumbó en la cama y se puso encima de mi. Hicimos un 69, y cuando mi polla se puso tiesa otra vez ella me puso un condón y me hizo follarla. Se corrió varias veces hasta que me hizo terminar a mi. Después nos dormimos juntos hasta la mañana siguiente que al despertarme estaba solo en la cama.

Era tarde y no sabía si podía salir o no así que me quedé allí hasta que me entró Mirella a llamarme. Yanira se había ido a comprar y las rumanas estaban durmiendo. Mirella me preguntó que tal había pasado la noche con Yanira. Yo le dije que muy bien. Que me había dado mucho morbo una mujer como ella. Mirella me dijo que ella también se tenía que ir. Que me quedaba con las chicas rumanas y que no hiciese ruido que debían estar bastante cansadas. Me besó en la frente y se fue. Yo me quedé desayunando y solo hasta que las rumanas se despertaron que fue sobre las 5 de la tarde. Yo mientras vi la tele, chatee un rato, me hice algo de comer y volví a ver la tele. Cuando las dos chicas se despertaron y salieron al salón yo estaba tumbado viendo la televisión. Ellas llevaban unos pantalones cortos muy ceñidos y unos top. Una en blanco y otra en rojo. Estaban preciosas. Eran unos pequeños angelitos. Las saludé y me incorpore. Me preguntaron por las demás y dije que estaba solo. Comieron algo y luego me dijeron si quería ir al cine con ellas. Fuimos la cine a ver una película de miedo y al volver aun no había llegado ni Mirella ni Yanira. Nos sentamos a cenar y luego estuvimos viendo un rato la televisión y charlando.

Se pusieron cada una a un lado. Llevaban un chándal idéntico las dos. Después de la película me di cuenta que se había dormido acurrucadas a mi lado sobre mi pecho. Cuando apague la televisión las llame.

Vamos chicas que es tarde. –les dije.

Y ellas se espabilaron y se levantaron y se fueron a la cama. Yo me quedé un poco cortado al ver cerrar su puerta. Me levanté y me fui a mi habitación. Me quite los pantalones cortos que llevaba y mi camiseta para dormir solo en calzoncillos. Justo cuando me metí en la cama se abrió la puerta de la habitación.

Allí estaban las dos con dos conjuntos negros. Braguitas tipo culotte y un sujetador también negro siendo las dos cosas de licra. Yo me quedé mirándolas que no me lo creía. Sin decir nada se metieron en mi cama y me empezaron a besar y a acariciar por todas partes. Las dos hermanas me toqueteaban por todos lados mientras yo solo podía disfrutar de sus cuerpos. Mis manos no sabían donde tocar. Tenía cada mano acariciando el culotte de licra de cada una de la rubias. Estaba en el cielo y no tarde nada en empalmarme. Cuatro manos me tocaban mi polla y mis huevos. Era el cielo y yo estaba con dos ángeles.

Sus bocas manos empezaron a bajar y me quitaron los calzoncillos. Sus bocas fueron chupando cada parte desde mi boca hasta llegar a mi polla. Primero la chupo una y luego la otra. Después acariciaban el tronco de mi polla con sus labios cada una por un lado. Yo solo podía disfrutar y acariciar aquellos cuerpazos que tenía ante mi. Mientras Katia se metía mi polla hasta el fondo de su garganta, Violeta me daba lametones a mis huevos. Luego se cambiaban los puestos. Mis manos se introdujeron dentro de sus braguitas y tocaron sus coños. Estaban totalmente depilados y muy mojados. Me fue muy fácil introducir mi dedo corazón de cada mano en el coño de cada chica. Me sentí extasiado al notar sus carnes por dentro. Era una gozada. Sus bocas seguían chupando y lamiendo y las manos pasaban muy cerca de mi ano algunas veces.

Yo solo podía gemir de placer hasta que una de las chicas se sentó en mi polla y me empezó a cabalgar mientras la otra se sentó en mi cara y me empezó a restregar su húmedo coño por toda mi cara. Yo noté como se corrían de la excitación y a mi me costaba bastante no hacerlo porque yo también estaba muy excitado. Las chicas se cambiaron los puestos y yo no tarde mucho en correrme. Cuando dije que lo iba a hacer se sacó la polla de su coño y las dos se pusieron a mamamerla. No tardé mucho en correrme y la boca de una de ellas hizo de receptora. Luego delante de mi cara vi como se pasó el semen de una boca a la otra. Después se lo tragaron y luego me metieron en mi boca las dos lenguas con sabor aun a mi semen. Entonces se abrazaron cada una a un lado de mi y nos quedamos dormidos agotados. Fue una noche maravillosa que siempre recordare. Fue algo muy especial.

Espero que el relato haya sido de vuestro agrado. En este relato los nombres y algunos hechos han sido cambiados o modificados para salvaguardar la intimidad de los protagonistas. Agradeceria cualquier comentario que me dejaseis y si quereis poneros en contacto conmigo para charlar sobre cualquier cosa, este es mi dirección de correo: eles_critor@hotmail.com