Mis Tesssoros

Copa en mano y con sonrisa abierta enseñando sus pequeños dientes, estaba de nuevo frente a mi, observandome, estaba claro que el era un golfo.

Mis tessoros. El Golfo

Ahi estaba el, un sabado mas lo volvia a tener frente a mi, estaba claro que el era un golfo, seria mi golfo.

Copa en mano y con sonrisa abierta enseñando sus pequeños dientes, estaba de nuevo frente a mi, observandome, pero yo sabia que aquello era un sueño imposible, ni siquiera sabia su nombe y ambos viviamos en un crudo mundo hetero, pero aun asi deberia intentarlo, y cuando hablo de inentarlo no me refiero a ligar con el, con pasar a su lado era suficiente, verlo de cerca, olelo, rozarlo, con eso me bastaba.

Mee decido y voy de frente, el amplia un poco mas su sonisa y arquea sus finas y pequeñas cejas; me detengo a tan solo un metro de el buscando en mi bolsillo un cigarrillo, mientras el gira su cabeza moostrandome su dulce cuello y su aro en la oreja que tanto me gustaba. Escucho una voz femenina detras de mi que dice "David Daviiiiiiid!!!", el reacciona, me mira y se avalanza sobre mi, me pone las manos en los hombros y me dice "¿me dejas pasar?", yo entre alegria, tristeza, sorpresa y aturdimieno le contesto afirmativamente, me hago a un lado, el llega a junto la chica que estaba detras de mi y al par de minutos se estan besando en medio de la pista. Mi gozo en un pozo, me ha tocado los hombros, me ha hablado, le ha sonreido a la chica y para mas INRI los vuelvo a ver besandose.

Bajo mi cabeza y me voy de alli asqueado de ser gay, en un mundo heterosexual. Me acerco a la barra y me pido una copa. Una hora mas tarde seguia yo en la barra, dispuesto a pedir otra copa, la ultima antes de irme cuando detras de mi escucho una voz pidiendo un whiskie, ¿una voz? ¿he dicho una voz?, no, era su voz, bueno, no solo era su voz su cuerpo estaba pegado al mio, su brazo habia pasado por encima de mi hombro, un brazo sin apenas vello con unas marcadas venas para recoger su copa. A mi oido escucho la voz que dice:

Perdona Ruben, me he colado, ¿tomas algo? – mostrando su picara sonrisa - Te invito.

¿Ruben? ¿he oido mi nombre? Giro mi cabeza y lo tengo a quince centimetros de mi cara, y me decido a contestarle:

Otro whiskie, gracias, ¿como sabes quue me llamo Ruben?

La chica con la que me besaba antes, la que estaba detras tuya.

¿antes? – mostrando mi incredulidad - Perdona, pero es la primea vez que nos vemos

Coge la copa y vente a esa esquina que hay menos ruido y hablamos un rato.

Fui un mar de dudas, claro que me iria con el, la unica duda que yo tenia era porque sabia mi nombre y para que queria hablar conmigo, quiza me queria proponer un trio, a lo mejor ese era mi dia de suerte. En una zona mas tranquila charlamos mientras terminabamos las copas:

La chica con la que estaba antes es una buena amiga, le pregunté si te conocia de algo, ella no te conocia personalmente, pero si un compañero suyo de trabajo, me dijo que te llamabas Ruben y que te habias liado con el una vez, yo me llamo David- dijo tendiendome la mano- Encantado.

¿y bien? – contesté yo haciendome el interesante.

¿y bien? – respondió el irónicamente – te sonreía a ti, y tu a mi, o eso pense yo.

No te equivocas, ¿quieres que vayamos a un sitio mas tranquilo?

Venga vámonos que es tarde – dijo volviendo a mostrar su sonrisa de chico golfo.

Subió a mi coche, y al principio solo habia silencio, pronto comenzamos a hablar y a conocernos de camino al piso sin alquilar que tienen mis padres.

Ya en el piso nos tomamos una última copa, charlando con la única compañía de un televisor, una botella de whiskie, una cubitera y los dos solos, mi chico golfo y yo compartiendo el sofá. Su postura de macho en el sofá con las piernas abiertas marcando paquete en su ajustado tejano. Lo tenía, mi chico golfo de 22 años, todo un experto con las mujeres con un cuerpo de vicio que iba a ser mio por esa noche.

Me pidió que me acercase y a tan solo cinco centimetros de él, me agarró la cara y me sorprendió con un apasionado beso, a ese beso le siguieron otros besos, y a esos otros le siguió mi mano desabrochandole su camisa, me arrodillé sobre sus piernas y ante mi tenia un lampiño pecho con unos diminutos pezones muy duros que no tardé en saborear.

Bajé la mano pasándola sobre aquella delgada linea de vello que unía su ombligo con el pantalon, seguí palpando sobre su pantalon, y ahí estaba, aquel bulto con el que siempre había soñado, en mis manos. Le desabroché el cinturón y le abrí la bragueta del pantalon, y asomandose sobre su boxer pude ver mi sueño, la cabeza de la polla se asomaba .Le dejé bajarse el pantalon y el calzoncillo que tenía ya algo mojado, y ahí estaba mi golfo con su rabo casi del todo duro esperando para dominarme.

Quiero follarte – me interumpió él.

Me levanté y comencé a desnudarme delante de él, me pidió que me voltease y que continuase, seguí desnudandome mostrandole mi cuidado trasero de veintiseisañero. Pronto me separó las nalgas y comenzo a juguetear con su lengua en mi agujeo, empecé a gimotear de gusto, me sentó en el sofá y por fin pude ver a mi golfo desnudo, de pie ante mi. Agarrando su falo con la mano me dijo "Te voy a follar la boca, putilla", lo agarré por las nalgas y acerqué mi cara a su polla, esta olía a golfo, a macho, su rosado glande estaba ya empapado con liquido preseminal . Iba a tragarme una verga de unos 17 cms, de buen grosor, arqueada ligeramente hacia abajo, con unas abultadas venas, una verga en cuya base habían los testículos mas bellos que había visto nunca, dos bolas con escaso pelo que estaban proximas a estallar.

Comencé a lamerle los huevos apartando de momento la polla, y en pleno lametón comenzó a golpearme la cara con el rabo, salpicandome con aquel líquido encantador. No aguanté mucho mas y empeceé a lamer el largo de su polla, metí su capullo en la boca y comencé a mamársela, pronto comenzó como había prometido antes a follarme la boca, bombeando mi boca mientras yo lo impulsaba agarrandole las nalgas. Notaba como el rabo me entraba hasta la campanilla, el me agarraba la cabeza haciendo mas violenta la mamada. Paró un instante, cogió un par de pequeños cubitos de hielo de la cubitera, me los metió en la boca y seguí chupandole el rabo entre sus gemidos de placer.

Creo que estoy listo – me dijo, se sentó en el sofá con su rabo duro aun mojado por la mamada.

Me coloqué delante de él, acerqué mi polla a su boca y comenzó a recorrer con sus finos labios mi rabo, abrí las piernas y me metió un dedo en el culo, a ese dedo le siguió otro mientras yo me retorcía de placer con la polla en su boca y la tremenda mamada que me estaba haciendo y sus dos dedos penetrandome. Cogí crema para lubricar mi agujero y al rato ya tenía un tercer dedo dentro de mi.

Me corrooooo – le grité mientras el continuaba chupando con mas intensidad – tío que me corro – le repetí con urgencia.

Sacó mi polla de su boca y pajeandome mientras apuntaba a su pecho me dijo:

Dame tu leche, maricón – a la par que tres largos chorros de un espeso semen le salpicaban el pecho.

Entre espasmos salieron otros tres chorros de semen, mientras yo pasaba mi polla por su pecho esparciendo bien toda mi corrida. Se limpió con una servilleta de papel, buscó en su pantalón un condón y se lo puso con ciertas dificultades, me tumbé en el sofá boca arriba , levanté mis piernas a la altura de sus hombros, y volviendo a mostrarme su sonrisa de golfo apoyó su glande en mi agujero y dijo "esto te va a doler", hundiendo su polla en mi culo.

Pronto comencé a notar como esos 17 cms de masculinidad me atravesaban, su sonrisa se había tornado en pícara y la mía en una mezcla de dolor y placer. Había hundido su verga hasta el fondo, y sus bolas caían sobre mis nalgas. Comenzó a bombearme, cuando retiraba su polla esta quedaba al borde de salirse, y cuando la hundía lo hacía con fuerza buscando mis gemidos. Sus movimientos cambiaban de intensidad a menudo, él comenzaba a sudar y ya había perdido su sonrisa. Quince minutos me estuvo dando por el culo hasta que la sacó del agujero. Se sacó el condón y me preguntó donde quería que se corriese, no le contesté nada, pero mi mirada lo decía todo, se puso sobre mi pecho con el rabo apuntando a mi cara, me pidió que abriese la boca y por fin, entre espasmos se empezó a correr en mi boca, sin apuntar bien varios chorros entraron directos, otros se esparcieron entre mi cara y el sofá. Me volvió a meter la polla en la boca mientras yo se la limpiaba.

Su tranca comenzó a bajar de tamaño hasta convertirse en un juguete semierecto que seguí chupando un rato.

Tras limpiarnos me puse encima de el juntando nuestras pollas mientras nos besabamos apasionadamente. Nuevamente la teníamos dura y agarrando yo los dos rabos nos hicimos un pajote largo que culminó en una tremenda corrida y en un charco de semen sobre su vientre.

Así comenzó esa noche, luego nos fuimos a la cama de matrimonio donde dormimos abrazados toda la noche, el detrás de mi agarrandome fuertemente con sus brazos, y asi comenzamos una serie de relaciones con un chico al que yo yo siempre habia admirado, un chico golfo, un rey entre las mujeres y un rey entre los hombres, mi rey, mi golfo.

A David (Leví)