Mis sueños cumplidos
Esta es una historia ficticia de como se cumplen mis sueños transexuales, al canzando la felicidad como mujer
MIS SUEÑOS CUMPLIDOS
Comenzare mi relato diciéndoles que fui hijo único de madre soltera y por lo tanto muy mimado y consentido, muy pegado a su feminidad, yo nunca conocí a mi padre y siempre me falto una figura masculina, además quiero que sepan que mis características físicas siempre fueron muy delicadas y poco varoniles y siempre fui considerado como un niño bonito a quien muchas veces, para pesar de mi madre y satisfacción mía, me confundían con una niña. Cuando estaba en la secundaria sucedió un hecho que me marco, ya que mi mejor amigo que tenia en esa época una vez que estábamos solos estudiando en su casa aprovechándose de mi inocencia en el aspecto sexual, hizo que le tocara y chupara su pene, quiero decirles que no me desagrado, pero sabia que eso estaba mal y no volví a hacerlo.
Cuando estaba en la universidad conocí a una linda muchacha llamada Erika que era la mas solicitada y asediada por los muchachos, nos hicimos muy buenos amigos y después casi por iniciativa de ella novios, yo creo que me escogió a mi porque no era como los demás y siempre la respetaba, yo por mi parte acepte porque sentía admiración por ella, era muy bella y femenina, es mas internamente sabia que de haber nacido mujer me hubiera gustado ser como ella, siempre llevaba la iniciativa y a mi me agradaba que fuera así ya que me gustaba sentirme dependiente de ella.
Cuando terminamos los estudios me sentí casi obligado a casarme con ella, mi madre ya se había casado y deseaba hacer una nueva vida fuera del país en los Estados Unidos. Así pues nos casamos, quiero decirles que la luna de miel fue un desastre, los dos llegábamos vírgenes al matrimonio y me daba cuenta que no tenia la capacidad como hombre, de satisfacer las necesidades sexuales de mi esposa, supe que la admiraba como mujer pero que sexualmente no me atraía
Ambos trabajábamos en diferentes empresas aunque ella con mas éxito que yo, sexual y profesionalmente me sentía frustrado, por esa época me daba cuenta que mis preferencias sexuales se hacían mas patentes hacia el sexo masculino, me sentía atraído por los muchachos mas guapos y varoniles de la oficina y me masturbaba pensando en la experiencia que había tenido varios años atrás con mi amigo de la secundaria, no me sentía gay, mis fantasías se basaban en mi yo como mujer.
Las relaciones sexuales con Erika se hacían cada vez mas esporádicas y trataba de evitarlas al máximo, solo cuando ella me las exigía las teníamos, pero quedaba de manifiesto mi incapacidad al respecto y nuestras relaciones maritales se hacían mas tensas cada día y nuestro matrimonio se estaba derrumbando a dos años de casado.
Al cabo de un tiempo Erika comenzó a llegar mas tarde de lo debido a la casa después del trabajo y sin que yo se lo preguntara me decía que estaba saliendo con sus amigas a tomar café o alguna copa, como la veía contenta no me atrevía a cuestionarla y además ya no me exigía nada respecto al sexo, yo por mi parte me había refugiado en satisfacer mis fantasías con revistas de hombres desnudos de grandes penes que tenia bien guardadas.
En esa época mi admiración por Erica crecía día con día, observaba su feminidad y la forma tan sexy y sensual como se comportaba y se vestía, cada día que pasaba soñaba ser como ella, ahora nuestra relación se había convertido en una amistad a conveniencia de ambos, los fines de semana, cuando ella estaba en casa, hacíamos ejercicio en un pequeño gym que habíamos acondicionado en casa, yo seguía sus mismas rutinas y había desarrollado una breve cintura y nalgas respingonas, mis piernas eran largas y torneadas aunque un poco musculosas, Erica llego a comentar en son de broma que podría ser la envidia de cualquier mujer, situación que internamente me hacía sentir muy bien.
Un día viernes me sentí un poco enfermo y sin ganas de ir a trabajar, Erika cuando salio se despidió de mi deseándome que me sintiera mejor, no sin antes encargarme el quehacer de la casa, me dijo que llegaría un poco tarde y que no me preocupara, ya entrada la mañana me levante y tome un jugo y un par de aspirinas para sentirme mejor y me metí al baño, normalmente Erika lavaba sus pantaletas cuando se bañaba pero ahora las encontré tiradas en un rincón del baño, las levante para echarlas a la ropa sucia pero note que estaban húmedas de la entrepierna, las observe bien y me sorprendí porque indudablemente estaban llenas de semen que comprobé cuando las olí, al principio me dio mucho coraje porque era obvio que estaba poniéndome los cuernos, después recapacite y pensé que realmente era lógico que lo hiciera ya que yo era incapaz de satisfacerla, el coraje curiosamente se convirtió en excitación y envidia pensando como gozaría mi esposa con un hombre verdadero como los que salían en las revistas y termine por masturbarme eyaculando casi instantáneamente.
Me metí a bañar todavía excitado renegando de no haber nacido mujer, me rasure la poca barba que me salía y cuando me estaba secando sentí unos deseos enormes de vestirme con la ropa de Erica, quería saber como me vería vestido de mujer, me entusiasmo la idea ya que tenía mucho tiempo para hacerlo, procedí a depilar todo mi cuerpo con la cera depilatoria de Erika, no me costo mucho trabajo ya que había visto como lo hacia ella y además no tenia gran cantidad de vellos, solo me quedaron unos pocos en mi pubis formando un lindo triangulito, cuando termine mientras me estaba poniendo crema hidratante notaba que mi piel había quedado suave y tersa.
Me fui a la recamara y del cajón de la ropa interior de Erika saque un brasier y a juego pantaleta blanca tipo tanga de encaje que siempre me había gustado, sabia que me iban a quedar bien ya que casi teníamos la misma talla, cuando me puse las pantaletas me quedaron que ni pintadas, como eran de likra se ajustaban perfectamente a mi entrepierna y como acomode mi pequeño pene y testículos hacia atrás no se notaban para nada, obviamente el brasier no lo iba a llenar ya que ella tiene unos bonitos y turgentes senos, por lo que tuve que rellenarlos con unas medias, me senté frente al espejo y cepille mi pelo hacia atrás, desde hacia tiempo me lo había dejado crecer y ya lo tenia un poco largo pero sin ninguna forma, así que opte por ponerme una peluca muy coqueta de pelo ensortijado color castaño que a veces usaba Erica y que me gustaba mucho, pero antes tenia que arreglar mi cara, en teoría de tanto observar a Erica maquillarse sabía que pasos seguir pero ahora pasaría de la teoría a la practica, primero procedí a depilar mis cejas para darles una forma femenina, me dolía cada vez que me sacaba los pelitos pero valió la pena al ver el resultado, ahora me aplicaba maquillaje en barra para cubrir las imperfecciones de mi rostro y lo extendía con una esponjita, esto hizo que mis facciones delicadas y nariz respingada resaltaran a la perfección, enchine mis pestañas que tenia bastante largas y me aplique un poco de rimel, para darle una bonita forma a mis ojos los delinee como veía que lo hacia Erika y aplique un poco de sombras claritas sobre mis parpados, marque mis labios con un lápiz delineador por arriba de las comisuras y los rellene con un pincel de lipstik color rosa clarito nacarado, ahora lucían mas grandes y carnosos, por ultimo aplique un poco de polvo translucido y colorete en mi mejillas, me sentía totalmente satisfecho con el resultado, de tanto observar a Erica cuando se maquillaba había aprendido bastante bien, no podía creer que me estaba transformando en lo que siempre me había imaginado una linda mujer, solo faltaba la peluca, fui por ella y la cepille para acomodarla, cuando me la puse me quedaba perfecta, los chinitos caían por mi cara dándome un aspecto muy juvenil y candoroso, fui al closet y saque una minifaldita negra de vuelo, me gustaba mucho como le quedaba a mi esposa y cuando me la puse y me vi al espejo sabia que yo podía lucirla igual que ella y así era, se ajustaba muy bien a mis caderas resaltando lo levantado de mi trasero y además permitía lucir mis bien torneadas y depiladas piernas, complete mi atuendo con un coqueto y escotado top color de rosa arriba del ombligo que hacia lucir mi breve cintura y resaltaba mis rellenados senos, como ella tenia una gran numero de zapatos de todos colores y estilos y solo calzaba medio numero menos que yo, no me costo trabajo que me quedaran unas sandalias negras descubiertas con correas al tobillo de tacón de tres pulgadas muy sexis.
Cuando me vi al espejo de cuerpo entero guauuu!!!! no lo podía creer estaba hecha toda una mujercita de pies a cabeza, mejor de lo que me imaginaba en mis mas locos sueños, aunque caminaba torpemente con los tacones altos tenia tiempo para acostumbrarme a ellos, y así procedí a hacer las labores que Erika me había encargado, puse la ropa sucia en la lavadora, lave los trastes y alce la casa, cada vez mis movimientos se hacían mas naturales y femeninos mientras me acostumbraba a caminar con los tacones balanceando mis caderas coquetamente dando pasos cortos, tenia bien estudiadas las actitudes femeninas de mi esposa y trataba de ser y moverme como ella, cuando termine sabía que tenia que salir al súper a hacer algunas compras de cosas que nos faltaban en la despensa, fui a la recamara y me senté a la orilla de la cama frente al espejo del tocador, cruce coquetamente las piernas y encendí un cigarrillo mientras hacía la lista del súper, veía al espejo la imagen de lo que siempre había querido ser, dude por un momento dudé si debía terminar con mi fantasía o salir así vestido como estaba, pero me sentí tan mujer y tan encantadora que me arme de valor y decidí salir así, era ahora o nunca, solo me faltaba ponerme unas uñas postizas y pintar las de mis pies, fui al cajón de accesorios de Erica y saque unas uñas nuevecitas no muy grandes ya pintadas de rosa clarito, no tarde en colocármelas haciendo lucir mis dedos largos y femeninos, busque un barniz del mismo color y procedí a pintarme las de los pies separando mis dedos con algodones, me costo un poco de trabajo pero lo logre, se veían preciosos y podía lucirlos por lo descubierto de mis sandalias, complete mi atuendo con unos aretitos de clip y pulseras y anillos, ya estaba completa, tome un bolso de mano negro, metí dinero, cigarrillos, algunos cosméticos de los que había usado y perfume Carolina Herrera, no sin antes aplicarme unas gotitas en los lugares estratégicos, respire hondo y salí en busca de mi automóvil que tenia estacionado frente a la casa, caminando con toda seguridad y coquetería, sentía como el viento jugaba con el vuelo de mi falda a medio muslo y acariciaba mis descubiertas piernas produciéndome una sensación muy agradable, me sentía una mujer total.
Cuando llegue al súper, baje de mi auto y me dirigí a tomar mi carrito contoneándome coquetamente, veía de reojo como me volteaban a ver los muchachos y me sentía encantada, hice mis compras como cualquier ama de casa y sonreía coquetamente a los muchachos que me miraban, me sentía muy excitada y notaba como se humedecían mis pantaletas en mi entrepierna, pague mi cuenta y un muchachito que llevo los bultos a mi auto cuando le di su propina me dijo "gracias señorita", en ese momento me sentí muy especial ya que estaba pasando como una verdadera mujer.
No quería regresar a la casa aun, ya eran como las cuatro de la tarde por lo que decidí ir a comer algo, hasta ese momento no había tenido la necesidad de hablar y me dio temor que pudieran identificarme por mi voz, quiero aclarar que siempre había tenido la voz aguda y hasta cierto punto aniñada, muchas veces me confundían cuando hablaba por teléfono con una mujer, por lo que mi temor se disipo y pensé que si la hacia de una manera femenina no se iba a notar, escogí un restaurante con valet parking para no tener problemas de estacionamiento, muy atentamente el valet me abrió la puerta, tome mi bolso y baje del auto muy coquetamente dejando al muchacho con los ojos cuadrados, ya que como tenia la faldita subida me vio hasta la pantaleta, todo turbado me dio mi ticket y le di las gracias con una picara sonrisa satisfecha por las sensaciones que seguramente le había provocado.
Cuando iba a entrar al restaurante me di cuenta que en el bar que estaba en la entrada, tocaban música en vivo muy romántica y además había un letrero que decia que era la hora feliz por lo que decidí meterme en el lugar, estaba a media luz y con un ambiente muy agradable, me senté muy coquetamente cruzando la pierna y no pude evitar que mi faldita subiera enseñando una buena porción de mis muslos, el mesero se acerco y haciendo mi voz lo mas femenina posible le ordene una piña colada, cuando regreso traía dos vasos de mi bebida ya que como les dije era la hora feliz, rápidamente tome la primera, realmente era lo que necesitaba, el día había estado muy excitante y tenia que calmarme un poco, cuando estaba tomando la segunda me fije que un señor guapo bien vestido que estaba en la barra sentado frente a mi levantaba su copa brindando conmigo, tímidamente conteste levantando la mía que apure hasta el fondo, de pronto el mesero me llevo dos piñas coladas mas, le dije que había un error ya que no había pedido mas, pero me dijo que el caballero de la barra me las mandaba, como ya estaba desinhibida por lo que había tomado sintiendo un extraño cosquilleo en mi entrepierna lo mire con una coqueta sonrisa y levante mi vaso para agradecerle le detalle, no pude evitar sentirme un poco nerviosa, así que tome mi bolso para sacar un cigarrillo que coloque en mis labios mientras buscaba el encendedor, y en menos de que se los cuento el señor de la barra ya estaba sentado junto a mí ya que el asiento era corrido ofreciéndome lumbre de su encendedor, tome ligeramente su mano y encendí mi cigarrillo ofreciéndole la mejor de mis sonrisas. me pregunto casi al oído que si me podía acompañar, asombrada por su atrevimiento le sonreí y sin mas le dije que si y me dijo "No puedo creer que una linda mujercita este tomando tan solita, o esperas a alguien?", fingiendo de maravilla mi voz de mujer le dije que no, que quería escuchar la música y que por eso me había metido al bar, a lo que me contesto "Debo entender que eres muy romántica y a mi me gustan las mujeres así", yo le conteste con candidez que era muy atrevido que apenas me había visto y ya quería ligarme, nos reímos y brindamos por el fortuito encuentro, su platica era muy agradable y abierta ahora me daba cuenta de la diferencia entre la platica entre hombres y la platica entre un hombre y una mujer, sobre todo siendo yo esa mujer, la iniciativa la llevaba el y era muy dulce con lo que me decía. El tiempo se fue sin sentir y no me había dado cuenta que ya había terminado con mis bebidas y ya me sentía algo mareada, me había dicho que se llamaba Luis y yo me había bautizado como Carla que era el femenino de mi nombre de hombre Carlos, era un nombre que siempre me había gustado y decidi que asi me llamaria de mujer.
Luis no dejaba de adularme y decirme cosas bonitas, yo me dejaba querer y me sentia muy excitada de tantos halagos que me hacía y creo que no lo podia ocultar, cuando me di cuenta Luis ya me tenia abrazada y con su mano acariciaba discretamente mis muslos, en un momento nos vimos a los ojos y me perdí en su mirada, mis sentimientos femeninos lo deseaban y no pude evitar que me besara, al principio suavemente y luego con pasión me entregue a su beso sin resistencia abriendo la boca y uniendo nuestras lenguas, el beso duro varios minutos, me sentia en las nubes nunca había besado a un hombre y me parecía lo máximo, ahora me decía al oído que quería hacerme suya y que si íbamos a un motel que estaba may cerca, estaba a punto de aceptar sin pensarlo, pero recordé mi verdadera condición, mi fantasía iba mas allá de lo planeado pero deseaba con toda mi alma que se realizara y estaba a un paso de lograrlo, por lo que me arme de valor y le dije que quería aclararle algo, el pensó en ese momento que yo era una puta ya que me dijo "Te pago lo que me pidas realmente lo vales estas de lujo", me halago que pensara asi y acercándome a su oído le dije “No es lo que tu piensas mi amor, lo que pasa es que soy travestí”, por un momento pensé que me iba a mandar a volar y en eso me contesto, “¡Es una broma verdad!” A lo que le contesté, “No, no es una broma, pero creme que soy mas mujer que cualquier otra, pero no quería engañarte, así que si no estas de acuerdo no hay problema” el me dijo con una sonrisa "Muñequita, no lo creería si no me lo dices pareces toda una mujercita y para serte sincero deseo mucho estar contigo, así pues adelante, por mí no hay problema”, sin mas pidió la cuenta y salimos del bar, le dije que llevaba mi auto pero el me pidió que nos fuéramos en el suyo y luego me traería de regreso, no tardamos en llegar al motel de esos en los que el auto llega hasta la puerta de la habitación, era un lugar muy cachondo con espejos por todos lados, apenas habíamos entrado me abrazo por la cintura pegándome a el besándome apasionadamente y haciendo sentir su tremenda erección sobre mi vientre, bajando sus manos de mi cintura a mis nalgas acariciándolas por encima de mi faldita, me separe un momento para decirle que tenia que pasar al baño, ya en el baño me quite la falda y el top, me baje la pantaleta y me senté a orinar, en esas estaba cuando vi que había un bidet, pensé que seria buena idea estar limpia para lo que indudablemente iba a pasar, mis sueños y fantasías por fin se harían realidad, me quite la pantaleta y abriendo las piernas me senté soltando los chorros de agua en mi hoyito, sentí como el agua entraba en mis entrañas y expulsaba el agua, operación que repetí varias veces hasta que me sentí limpia, me seque y me puse una buena cantidad de crema que llevaba en mi bolso en mi ansioso hoyito para lubricarlo, asi como un poco de perfume, me puse la pantaleta y salí a la recamara al encuentro con Luis.
Cuando lo vi ya estaba totalmente desnudo, era delgado pero musculoso, muy velludo y con un pene riquísimo largo y grueso en total erección, acudió a mi encuentro y me beso, sentia su duro mástil sobre mi vientre, me pidió que me quitara la pantaleta y cuando me la estaba quitando le dije que mis senos eran postizos y que quería dejarme el brasier, el respeto mi solicitud y me cargo en sus brazos para depositarme en la cama, me acostó boca abajo, abrió mis piernas y comenzó a pasar su lengua por mi ano, mil escalofríos recorrían mi cuerpo y paraba mis nalgas para recibir su caliente lengua, me volteo frente a el y acerco su pene a mi cara para que se lo chupara, lo tome con la mano y tímidamente comencé a lamer su cabezota, con trabajos me lo podia meter a la boca y con mi mano arañaba suavemente sus testículos con mis uñas largas, estos se sentían retraídos y próximos a estallar, como sintió que podía venirse me pidió que lo dejara, me coloco en cuatro y con sus manos separo mis nalgas, sabia que se aproximaba el momento tantas veces soñado, abrí las piernas al máximo parando el trasero para recibir su embestida, al primer piquete recule ya que sentí un dolor tremendo, el con gran experiencia con su saliva lubrico mi ano volvió a intentarlo, pero ahora me tomo de la cintura y no dejo que me saliera, poco a poco me lo fue metiendo hasta el fondo, mordí una almohada para no gritar, ya sentia sus bolas chocar contra mis nalgas y como me tenia sujeta de las caderas, empezó a moverlas en círculos mientras bombeaba lentamente su miembro en mi ano ardiente, poco a poco aumentaba sus movimientos y no tardo en explotar dentro de mi, cuando se separo se recostó y yo me puse entre sus piernas para chuparsela y probar los restos de su tibio néctar que todavía escurría hasta que se le paro de nuevo, esa tarde mi calentura acumulada, para mi deleite, había sido apagada por Luis, me cogio desenfrenadamente en todas las posiciones imaginables llevándome a los mas deliciosos orgasmos de mi vida como si hubiera sido una verdadera mujer, me dolía todo, pero aun asi deseaba que ese placer excitante durara por siempre.
Luis también había quedado mas que satisfecho y me dio su teléfono para que lo llamara cuando deseara salir con el, salimos del motel y me llevo a mi auto y nos despedimos con un calido beso con la promesa de tener próximamente un nuevo encuentro, me confeso que nunca lo había hecho con un travesti pero que conmigo era diferente ya que para el era una linda mujercita, situación que me hizo sentir muy especial y verdaderamente mujer.
Ya eran cerca de las diez de la noche asi que me apresure para llegar a la casa ya que temía que Erica llegara antes que yo, pero no que esperanzas ella no estaba todavía, me estacione y baje los bultos de lo que había comprado en el súper, acomode las cosas en su lugar y me metí corriendo al baño ya que sentia como me escurrían los líquidos del amor con los que Luis me había llenado las entrañas y que mojaban mis pantaletas, pensé ahora que había pagado a Erika con la misma moneda, ya estábamos parejos.
Me desmaquille, me quite las uñas postizas, despinte las de mis pies y me di un rico baño, tuve el cuidado de guardar las cosas que había tomado de Erica en su lugar, excepto las pantaletas que guarde de recuerdo como estaban, me puse la pijama y me serví una cuba para darme valor, había decidido hablar con mi esposa esa misma noche a costa de lo que fuera, no estaba dispuesto a renunciar a la felicidad que había experimentado ese día y me senté a esperarla en la sala de la casa frente al televisor, satisfecho de haber cumplido mi fantasía a plenitud, me sentia cansado y con mi anito rosado pero feliz de haber encontrado el camino de mi sexualidad.
Ya había tomado varias cubas y por lo entretenido de la película que estaba viendo no me había dado cuenta del tiempo que había pasado ya eran mas de las tres de la mañana, en eso escuche el motor del auto de Erica que se estaba estacionando, apague el televisor y permanecí sentado a obscuras, cuando ella entro prendió la luz y se sorprendió al verme y me dijo muy cariñosa "Que haces mi amor pensé que ya estarías dormido ¿como sigues?", le dije que ya estaba bien mientras se acercaba a darme un beso en la mejilla, a pesar de que ya me encontraba un poco ebrio pude darme cuenta que ella también traía unas copas encima y venia de muy buen humor, además su perfume no ocultaba el olor a sexo que traía y su cara reflejaba que se la había pasado de maravilla, se sentó dejándose caer toda desparramada sacándose los zapatos, me levante a servirme otro trago y me dijo con pereza que le sirviera uno, cuando se lo di le pregunte con picardía "¿Y donde andaba la muñequita que viene tan contenta y cansada?", se me quedo viendo extrañada ya que nunca la había cuestionado y me dijo "Fui a bailar con algunos muchachos de la oficina y nos la pasamos muy bien", yo armado de valor por las copas que traía encima le dije "No quiero hacerte una escena de celos cariño pero es mejor que me digas la verdad ya que encontré en el baño tus pantaletas llenas de semen y si tienes relaciones con alguien me gustaría que me lo dijeras", se sorprendió un poco pero ni se inmuto y me dijo "Tienes razón cariño eres muy buena persona y te tengo mucho cariño, pero reconoce que como hombre no funcionas y tenia que explotar toda la sexualidad y calentura de mujer que llevo dentro, mis relaciones con otros hombres hasta ahora solo han sido por sexo, que he tenido con algunos amigos de la oficina, te quiero a ti pero como hombre no me sirves", le agradecí su sinceridad y lejos de molestarme acepte y le dije que ya sabía que yo era incapaz de satisfacer sus necesidades de mujer ya que desde siempre yo había deseado haber nacido mujer y que aunque no me consideraba homosexual me gustaban los hombres y que ese día había cumplido una fantasía que había llevado en mi mente por mucho tiempo y le conté a detalle todo lo que había sucedido con pelos y señales, cuando concluí mi relato creí que mi relación con ella había terminado, estaba atónita pero reacciono con cierta alegría y me dijo "Por lo que veo los dos hemos encontrado la felicidad que nos faltaba, porque no llegamos a un acuerdo, yo sigo cogiendo con mis amigos y como buenas amigas te ayudo a lograr tus deseos femeninos como vez", me quede cuadrado de ojos cuando escuche lo que me decía y le dije ¡De veras eso harías o te estas burlando de mí!, a lo que me contesto, ¡Claro que lo haría no seas tonto, a poco crees que no me había dado cuenta de lo femenino y delicado que eres!, ante tales argumentos le dije que aceptaba su oferta.
Erica, me tomo de la mano y me llevó a la recamara y me dijo “Creo que por lo pronto debemos descansar ya mañana platicaremos con mas calma, ahora a dormir como dos hembras bien cogidas, no crees cariño”, con una sonrisa asentí con la cabeza y no tardamos en quedarnos bien dormidas.
A la mañana siguiente que era sábado Erica me despertó de mis dulces sueños femeninos diciéndome “Arriba floja levántate ya porque tenemos muchas cosas que hacer”, abrí los ojos con gran pesadez, para mis adentros me gustaba que me tratara ahora como si fuera una mujer y que me tomara en cuenta para sus planes ya que tenia tiempo que no lo hacia, cuando me levante y entre al baño ella ya estaba en la tina de hidromasaje, me senté en el W.C. a orinar, lo adolorido de mi ano me hizo recordar dulcemente que ya había entregado mi virginidad a un hombre, Erica me dijo, “Metete conmigo, con este baño vas a quedar como nueva”, me metí a la tina frente a ella cerrando los ojos sintiendo como los chorros de agua acariciaban suavemente mi cuerpo, sentí que Erica se incorporo por una esponja que empezó a pasar por mi cuello y hombros, sentía muy rico y dejaba que siguiera adelante, ahora pasaba la esponja por mis muslos y mi entrepierna provocándome escalofríos y una pequeña erección, abrí los ojos y me dijo “¿Siempre te han gustado los hombres?” me sorprendió un poco su pregunta y le contesté “Para serte sincera si, pero nunca me he sentido homosexual porque los veo con ojos de mujer, tenía miedo de afrontar mi verdadera sexualidad y no quería lastimarte, siempre renegaba no haber nacido mujer y ayer que estuve con un hombre que me hizo sentir como toda una mujer, amé sentirlo dentro de mi y desee mas y mas, sexualmente nunca me había sentido mejor, ahora mas que nunca entiendo que tengas sexo con otros hombres”, a lo que me contestó “Así es cariño, las mujeres necesitamos sentirnos amadas y deseadas por los hombres ya sea para solo sexo o por sexo y amor, de mi cuenta corre, si tu aceptas, que de ahora en adelante, cuando menos, sexo no te va a faltar, en cuanto al amor a ti te tocara escoger al hombre que te brinde también amor, espero que anoche lo hayas hecho con condón”, me dijo, “Lo pensé pero a la hora de la hora quería sentirlo al natural” le contesté, y ella me dijo, “Deberías tener cuidado con eso porque si no conoces a la persona puede ser peligroso, espero que no pase nada”. Erica ahora cerrando los ojos pasaba la esponja por sus senos con una mano y con la otra bajo el agua acariciaba su entrepierna emitiendo pequeños gemidos de placer, me excitaba tremendamente ver a mi esposa masturbarse y al poco rato yo hacia lo mismo y no tardamos en venirnos las dos.
Salimos del baño envueltas en unas toallas y ya en la recamara Erica me dijo “Quede salir con Ricardo y varios amigos, el ahora es mi novio, me coge, pero es mi novio, vamos a ir a un bar por la noche y quiero que me acompañes, y claro, que vayas como la mujer que eres ahora cariño, vas a ver que nos la vamos a pasar muy bien, mis amigos son encantadores, seguro que te van a gustar, y sobre todo que con ellos puedes coger sin condón ya que siempre nos cuidamos mucho, no hay nada mas excitante que los hombres dejen dentro de ti su semilla”. “Por mi encantada pero no crees que voy muy rápido”, le dije, “Por dios mujer, ¿rápido?, no acaso te quitaron lo virgencita anoche y además me dijiste que te encanto, así que ahora disfruta como una mujer verdadera, explota tu sexualidad, que siempre deseaste, al máximo”.
Mira primero te voy a llevar con mi peluquera a la estética donde me arreglo para que te hagan un bonito corte de pelo y no tengas que usar peluca, ya lo tienes bastante largo pero sin forma, además necesitas que te arreglen las uñas y te perforen los oídos para que uses pendientes y a ver que mas se nos ocurre”, aunque Erica ahora me estaba confesando que tenía novio y que se la cogía yo no me sentía celosa sino encantada, por fin ahora me tomaba en cuenta para sus planes, me senté frente al espejo a secar mi pelo con la secadora y me dijo “Recógetelo con una coleta por mientras”, ahora ella ponía a mi disposición todo su amplio guardarropa diciéndome “Cariño escoge lo que quieras, quiero que te vistas muy sexy”, yo le pregunte que como se iba a vestir ella, a lo que me contesto, “Mira, para estar cómodas podemos a ponernos unos jeans bien ajustados a la cadera, tops cortitos ombligueros y sandalias de tacón alto ¿te parece?”, le conteste que me parecía muy bien, mientras ella buscaba entre sus pantaletas cuales serian las adecuadas para ponernos, me paso unas bien chiquitas de hilo dental color negro y un brasier a juego ella escogió unas igual pero blancas, me las puse acomodando mi pequeña cosita hacia atrás y la tanguita se ajusto disimulando perfectamente, además sentía una deliciosa sensación al roce del hilo de la tanga entre mis nalgas, ahora me enfundaba los jeans que me quedaron como untados, me veía al espejo como lucia mi redondeado trasero y nalgas respingonas, por el largo no había problema ya que Erica y yo somos de la misma estatura 1.65 m, le pedí una medias para rellenar el brasier, a lo que le causo gracia y me dijo, “Eso me recuerda cuando estaba en la secundaría, vas a ver que pronto vas a tener unos senos como los míos, me paso el top mas ajustado que tenia, uno color rojo bien cortito y con tirantes, que hacia lucir muy bien mis tetas falsas y mi breve cintura, ella se puso un top negro con tirantes igual de cortito y pero no se puso brassier.
Me puse unas sandalias rojas de tacón de tres pulgadas que me paso Erica y que me quedaron de maravilla junto con Erica y sus sabios consejos nos maquillamos de una manera apropiada para la hora del día, considerando que por la frescura de nuestro cutis no necesitábamos mas. Cuando terminamos de arreglarnos Erica se deshizo de elogios hacia mi persona, me decía que estaba muy guapa y femenina, sus palabras me halagaron mucho ya que venían de una verdadera sexy y guapa mujer. Fuimos a la cocina para tomar algo antes de salir, por la cruda que traíamos solo apetecimos jugo y café y nos fumamos unos cigarrillos, de pronto se me quedo viendo el pecho y me dijo, “Acuérdame de comprar uno senos de silicón que he visto en una tienda de lencería del centro comercial, creo que se te pueden ver mejor tus tetitas cariño, a proposito ¿como va a ser tu nombre de mujer, ya lo pensaste?, le conteste que a mi me gustaba el de Carla, solo sonrió y me dijo que le gustaba, tomamos unos bolsos de mano que previamente habíamos preparado, nos pusimos algo de perfume y salimos a la calle, ahora éramos dos hermosas hembras, por fin se cumplían mis sueños y casi no lo podía creer, salimos rumbo a la estética en el auto de Erica y no tardamos en llegar, nos estacionamos y salimos del auto moviéndonos coquetamente, yo ya tenia bien estudiado como sacaba Erica su feminidad y coquetería y no me costaba trabajo hacerlo igual que ella, cuando entramos a la estética Erica saludo a las chicas que trabajaban ahí con mucha familiaridad y me presento como su amiga “Carla” y le dijo a una de ellas, “Sonia, Carlita necesita que le arregles el cabello como tu sabes”, Sonia me sentó frente al espejo soltó mi pelo y me dijo “Lo tienes bonito, muy abundante y largo, ¿Como quieres que te lo arregle?”, yo le dije que me ponía en sus manos y que hiciera lo que creyera conveniente, a lo que me contesto, “Te voy a hacer unos cortes para darle forma y te lo vamos a aclarar un poco ¿Te parece bien?”, le dije que si y procedió a hacer su trabajo, mientras le pedí a una de las chicas que me arreglara las uñas de manos y pies, la labor de Sonia tardo como dos horas y al final me veía espléndida con un bonito corte muy femenino, el color de mi pelo con algunas luces iba mas con el tono de mi piel, en la estética me ofrecieron hacerme lo ultimo en la moda de maquillaje permanente que ayudaría a ahorrarme tiempo en mi arreglo diario cosa que acepté encantada, así que mis cejas, ojos y labios fueron marcados casi permanentemente, después había que darle cierto mantenimiento, las uñas de manos y pies quedaron arregladas y pintadas, Erica saco de su bolso unas lindas arracadas de oro y le pidió a Sonia que perforara los lóbulos de mis oídos, me dolió un poco pero valió la pena ya que cuando me las puso lucían de maravilla, me sentía en las nubes y muy femenina, Erica me dio su visto bueno, pago por el servicio y nos despedimos de las chicas de la estética, salimos y ya en el auto Erica me dijo “Quedaste preciosa cariño ahora te vez más femenina, ni duda cabe toda una mujercita, vamos al centro comercial para comprarte zapatos a tu medida y lencería “¿Te parece?”, yo le conteste con alegría que me parecía perfecto y que su compañía me encantaba, en el centro comercial más próximo nos metimos a la zapatería y me ayudo a escoger cuatro pares de zapatillas de tacón alto de aguja de varios colores y estilos, dos pares de botas de tacón y tres pares de sandalias de tacón alto descubiertas muy sexy, ella tenia muy buen gusto, luego nos metimos a una tienda de lencería y tome varios sostenes de la talla de Erica copa “C” y ella le pidió a la dependienta las prótesis de silicón que me había dicho y me sugirió que me probara los brasiers con las prótesis, al hacerlo ahora podía sentir el peso de mis tetas falsas que se ajustaban perfectamente al brasier formando una hendidura entre ellos, total que salí con una docena de sostenes copa “C” “Wonderbra” de varios colores y estilos, que levantaban provocativamente mis tetas haciéndolas lucir mas grandes y las tanguitas que hacían juego con los sostenes, antes de salir del centro comercial le dije a Erica que fuéramos a tomar algo ya que me estaba muriendo de sed, nos metimos a un minibar y pedimos unas cervezas, como éramos dos guapas mujeres solas, no tardamos en atraer la mirada de los muchachos, me agradaba mucho como nos comían con los ojos, Erica y yo emocionadas como unas colegialas, les coqueteábamos y ahora comentábamos abiertamente lo guapo que estaba este o aquel, situación que me excitaba mucho, teníamos una animada charla de mujeres, como ya era tarde terminamos nuestras bebidas y salimos rumbo a la casa. Cuando llegamos ya eran cerca de las seis de la tarde y la cita en el bar era a la ocho, por lo que teníamos poco tiempo para vestirnos, subimos a la recamara y Erica directo a su closet, saco dos lindos mini vestidos uno rojo y otro negro y me dijo que escogiera el que más me gustara, no dude en escoger el negro de likra, con tirantes, escotado y entalladito, Erica opto por el rojo, con tirantes, ajustado del talle y falda de vuelo, fui al baño para darme una rápida ducha sin mojarme el pelo y aplicarme un enema para estar limpia, sentía mi ano aún un poco rozado, no pude dejar de excitarme al meterme la cánula en el ano que todavía me dolía un poco recordando con verdadera excitación la verga de Luis, a quien como ya saben recién había entregado mi virginidad, después de que me lave me puse crema lubricante introduciéndola en mi ano con los dedos lo mas que podía, como se hacia tarde salí y Erica en brasier y pantaleta se estaba terminando de maquillar, además estaba prendida al teléfono, por el tono de su voz, la expresión de su cara y el tema de la conversación adiviné que hablaba con Ricardo, su novio, saque un conjunto de brasier y tanguita negro de los que había comprado y me lo puse, ahora con las prótesis podía llenar las copas de mi brasier y mis senos se levantaban tentadoramente, la tanguita también me quedaba de maravilla cubriendo solo mi pubis y dejando al aire mi redondeado trasero, Erica termino su llamada y me dijo “Te vez encantadora querida, por cierto estaba hablando con Ricardo y le decía que iba a llevar a una amiguita que estaba viviendo conmigo, refiriéndome a ti, y me dijo que uno de los muchachos Alberto no iba a llevar pareja, así que ya tienes pareja querida y además esta bien guapo, te va a gustar”, le confesé que me sentía un poco nerviosa, ya que se podían dar cuenta que no era mujer, a lo que me contesto “Mira nena estas tremendamente linda y femenina, igual o mejor que cualquier mujer biológica y si Alberto quiere contigo, pues de plano le dices la verdad, pareces toda una mujer y muy apetecible”, le sonreí nerviosamente, la aceptación de Erica de mi feminidad me hacía sentir segura de mi misma, le pregunte que medias seria conveniente ponerme, lo pensó un momento y me paso unas negras con elástico y encaje en la parte alta del muslo y me dijo picadamente “Estas son para entrega inmediata cariño”, me las puse y me quedaron de maravilla, el encaje me llegaba a la entrepierna y por primera vez sentía la sedosidad de unas medias sobre mis piernas, ahora me puse el vestido que hacia lucir mis curvas y por lo corto, mis piernas a su máximo esplendor, Erica llevaba también unas medias como las mías pero color natural y al ponerse su vestido se veía de maravilla, me puse unas zapatillas negras de raso de tacón de aguja de cinco pulgadas y Erica unas sandalias rojas igual de altas, ambas nos veíamos muy sexy, el maquillaje permanente tenía grandes ventajas, solo un poco de corrector, polvo translucido, rubor en las mejillas, rimel en las pestañas, sombras en los párpados y por ultimo, labios pintados de rosa claro fue suficiente para quedar perfecta, Erica recogió mi pelo y me peino de una manera muy coqueta y juvenil y ya estábamos listas, Erica me paso su alhajero para que escogiera, las pulseras, collares, aretes y anillos que me gustaran, tenia una gran variedad, así que no me costo trabajo hacerlo, nos pusimos perfume y guardamos lo necesario en unos bolsos que hacían juego con el color de nuestros vestidos y zapatos, me costaba un poco de trabajo caminar con los tacones mas altos, pero Erica me dijo que caminara con pasos cortos, los hombros hacia atrás parando las nalgas y balanceando las caderas, al rato ya me había acostumbrado. Muchas veces había visto salir a Erica sola a sus reuniones, muy guapa y sexy, la veía más que con celos con envidia por no ser como ella, pero ahora, yo también era una mujer como ella guapa y sexy, lista para atraer a los hombres y gozar, con un poco de suerte, del sexo como siempre había soñado.
Con gran emoción ahora nuevamente volvía a salir con mi esposa, como mujer, ahora éramos amigas, compañeras y confidentes y salíamos a divertirnos y a gozar el hecho de ser dos lindas hembras, deseosas de vivir y disfrutar nuestra sexualidad al máximo, salimos en el auto de Erica rumbo a la reunión y mientras ella conducía me decía, “Mis amigos ahora saben que soy divorciada, ya que como estábamos muy alejados preferí decirles que ya me había divorciado, espero que no te moleste”, yo le conteste que no me molestaba y que la entendía perfectamente, me quede pensando un momento y le dije, “Es mas querida, ahora ya no tiene razón de ser que sigamos casados, yo quiero seguir viviendo como mujer ¡¡ya no quiero ser hombre!! Quiero que sigamos juntas mientras podamos y me aceptes como tu amiga y compañera, si estas de acuerdo, podemos divorciarnos y así estarás en libertad de volverte a casar y encontrar tu felicidad”, Erica se conmovió con mis palabras y me dijo, “Cariño, no sabes como te lo agradezco, temía poder lastimarte pidiéndote el divorcio, y ya sabes cuenta conmigo para todo, yo te ayudare a ser lo que quieres incondicionalmente desde ya, y respecto al divorcio creo que a las dos nos conviene ser libres”, y quedamos que la próxima semana iniciaríamos los tramites legales al respecto.
Eran ya pasadas las ocho de la noche cuando llegamos a nuestro destino, el bar estaba en una de las zonas mas exclusivas y concurridas de la ciudad, donde la vida nocturna era evidente por los anuncios luminosos que brillaban por todos lados y la cantidad de hombres y mujeres guapas en buscaba de diversión, nos acercamos al bar donde íbamos y entregamos el auto al valet parking, al bajar por lo corto de nuestros vestidos no pudimos evitar enseñar las piernas y algo mas para deleite de los empleados que recibían los coches, en la entrada Erica pregunto al muchacho de la recepción por la mesa del Sr. Ricardo Sánchez y no tardo en llevarnos muy amablemente, Ricardo al vernos se levanto rápidamente dirigiéndose hacia Erica, la abrazo y la beso en la boca, me quede impresionada, realmente era todo un “MACHO”, guapo y varonil, delgado, musculoso y velludo y con un lindo trasero, media mas de 1.80 m, todo lo que yo no era de hombre, ahora comprendía como Erica no se había podido resistir ante tal espécimen yo hubiera hecho lo mismo, cuando terminaron de saludarse, me presento con Ricardo “mira esta es mi amiga Carla” le dijo, el me beso en la mejilla y me dijo que estaba preciosa, Ricardo volteo a la mesa y llamo a Alberto, el se levanto y cuando estuvo frente a nosotros Ricardo le dijo “Alberto ella es Carla, Carla el es Alberto”, nos reímos por lo formal de la presentación, mientras que Alberto me tomaba por los hombros y me besaba la mejilla diciéndome, “Guauuu..que mujercita tan preciosa”, situación que me halago mucho, el también estaba muy guapo, rubio y de ojos azules muy expresivos, delgado, musculoso, considerando los tacones que yo llevaba, el debía medir como 1.80m., en pocas palabras resulto muy de mi agrado, nos sentamos en la mesa donde ya había otras tres parejas además de nosotros que nos saludaron, Alberto me sentó junto a el y me sirvió una copa de coñac, de la botella que estaba tomando, la platica estaba muy agradable, por primera vez mi carácter era extrovertido a diferencia de otras veces que había salido con Erica como hombre, Alberto se portaba muy cariñoso y dulce y ahora le encontraba parecido con Brad Pitt, yo por mi parte derrochaba toda mi feminidad y le coqueteaba abiertamente, a la segunda copa ya me sentía totalmente desinhibida ya que no había probado alimento en todo el día, ni hambre había sentido por la excitación que había experimentado cada momento del día, y ahora estaba sentada junto a un hombre guapo que tocaba mis piernas por debajo de la mesa y que cada vez que me miraba a los ojos hacia que temblara de deseos y excitación, en un cruce de miradas me perdí en la profundidad de sus ojos azules y como hipnotizada deje que me besara abriendo la boca para recibir su ardiente lengua, no se cuanto tiempo estaríamos así pero me pareció deliciosa su forma de besar y lo hicimos una y otra vez, el ambiente del bar se prestaba para el romance y cachondeo, luz tenue y música romántica en vivo, todas las parejas estábamos en lo mismo y solo alcance a ver a Erica que me guiñaba un ojo en señal de complicidad.
Alberto me tomo de la mano y me llevo a una pequeña pista para bailar, me rodeo con sus brazos por la cintura pegándome a el, yo pase los míos por sus hombros y me colgué de su cuello, nos movíamos suavemente al ritmo de la música, podía sentir su respiración y su lengua en mis orejas que me hacia poner la carne de gallina, poco a poco sentía como se endurecía su masculinidad sobre mi vientre, ahora ya tenia sus manos sobre mis nalgas y me apretaba totalmente a el, clavando su pene en mi entrepierna, mientras nos besábamos dulcemente yo movía las caderas suavemente a modo que el sintiera que estaba disfrutando el roce de su endurecido sexo, el vestido ya se me había subido al borde de mis glúteos y las manos de Alberto bajaban sintiendo mi carne ardiente deseosa de placer, me sentía volar en la nubes.
Alberto sabia que ya me tenia súper caliente y al oído me decía que quería cogerme esa noche, yo solo le sonreía y eso hacia que se volviera mas insistente y atrevido, nos fuimos a sentar a la mesa y nos seguimos besando, la oscuridad del lugar permitía que las caricias se hicieran mas atrevidas, el ya había llevado una de mis manos a su entrepierna, ahora podía palpar su duro paquete, se sentía bastante grande y con mi mano pude comprobar que se trataba de algo hermoso capaz de satisfacer mis mas locas fantasías de mujer, sentía un dulce cosquilleo en mi entrepierna que ya se había humedecido, a Alberto le agradaron las caricias que le hacía y cerraba los ojos mientras yo movía mi mano de arriba abajo a lo largo de su pene por encima del pantalón, en esas estábamos cuando Erica y Ricardo dejaron de bailar y fueron a sentarse con nosotros, Erica se me quedo viendo con una picara sonrisa como adivinando lo que le estaba haciendo a Alberto por debajo de la mesa, me puse roja de pena y retire mi mano, Erica le dijo a Ricardo que quería ir al tocador y dirigiéndose a mi me dijo “¿Me acompañas querida?”, le di un ligero beso a Alberto en los labios, tome mi bolso y me fui tras de Erica, ya en el baño mientras nos retocábamos el maquillaje Erica me dijo, “Que te pareció Alberto, ¿parece que te la estas pasando bien verdad?”, le conteste poniéndome roja de pena que estaba muy guapo y me había gustado mucho y que me había dicho que quería cogerme esa noche pero que no sabia que contestarle ya que tenia miedo que me rechazara por no ser mujer, Erica me dijo, “Pues mira cariño, Ricardo también quiere que vayamos a coger y le propuse que nos fuéramos los cuatro a la casa y además ya le dije tu secreto”,..... ¡¡¡Que!!!..... le conteste asombrada, ¿le dijiste que no era mujer?, a lo que me contestó, “Mira querida, lo primero que debes entender es que ya eres mas mujer que otra cosa, lo único que te queda de hombre es esa pequeña cosita entre las piernas que mas bien parece un clítoris un poco crecido y nada mas, así que lo que le dije desde que hable con el en la tarde el que eras una amiguita travesti que tenía desde la universidad y estabas viviendo conmigo porque estabas en un proceso para convertirte en una verdadera mujer, pero que eras igual o mejor que cualquier mujer, al principio no me creyó, pensaba que le estaba haciendo una broma, pero después de decirle que era verdad el lo entendió perfectamente y me dijo que iba a llevar a Alberto su amigo que adoraba a las travestis bonitas y muy femeninas como tú, así que no te preocupes”, no me quedo mas que exclamar un.... UHFFFFF....me impresionaba su osadía, ojalá y no se vaya a echar para atrás, esta muy lindo y la verdad es que ya me tiene bien caliente y me gustaría que me cogiera, Erica con una sonrisa picara me dijo “Eres una puta cariño ya te dije que conmigo sexo no te va a faltar hasta Ricardo me dijo que le gustaste mucho aún considerando que no eras una mujer”, me quedé helada con lo que me decía, no conocía a esa Erica tan liberal, ella se dio cuenta de mi asombro y me dijo “Ricardo y yo tenemos una relación muy liberal y a veces por acuerdo mutuo compartimos con algunas parejas swinger siempre y cuando estemos los dos presentes”, no podía creer lo que me decía, bueno pues, salimos del baño al encuentro con nuestros hombres, yo estaba un poco mosqueada, sin embargo con toda naturalidad me senté junto a Alberto lo abrase y le di un beso en los labios que me correspondió sin problemas, solo note que ahora me miraba de una manera diferente, como con curiosidad, eso hizo que me portara aún mas femenina y coqueta, me abrazo y ahora el me beso apasionadamente como diciéndome que no le importaba como fuera, ese beso hizo que me volviera el alma al cuerpo y me dio valor para poner nuevamente mi mano en su entrepierna, ahora Alberto como queriendo saciar su curiosidad metió su mano entre mis piernas y lentamente la subió hasta llegar a mis pantaletas, la tanga apretaba mi pubis y con mi pequeña cosita hacia abajo apenas se debía sentir ya que por la excitación se había endurecido un poco, separe un poco las piernas para que Alberto pudiera palparme a su gusto y después de hacerlo note que pudo darse cuenta que en realidad no tenia vagina, pero que tampoco había mucho porque preocuparse, me acerque al oído y le susurre, “Amor ¿tu crees que si nos vamos a la cama tu orgullo de macho se sentiría herido?”, el me miro a los ojos y me dijo, “Para nada mujer, estas preciosa, si no te toco no creería lo que me dijo Ricardo, y aún así, creo lo que sentí fue un clítoris algo desarrollado ¿nooo?”, y soltamos la risa que apagamos con un rico beso de lengua, yo no lo soltaba y seguía acariciando su pene y el ahora ponía su mano en mi trasero y haciendo un lado el hilito de mi tanga con sus dedos jugaba en la entrada de mi ano, ya me tenia a mil y con la mirada le indique a Erica que ya nos fuéramos, nos tomamos otra copa mas para no ser tan evidentes con las demás parejas, nos despedimos y salimos del lugar, Alberto me llevaba del brazo y yo me sentía soñada a su lado, Erica se fue con Ricardo en su auto y yo me fui con Alberto en el de Erica y quedamos de vernos en la casa para seguir la fiesta.
En el trayecto a la casa Alberto y yo nos fuimos acariciando y besando, Alberto que estaba bien caliente me dijo “Nena ¿porqué no me la sacas?, necesito que me la chupes” , con cierta timidez baje su cierre y libere su pene de sus trusas, ahora lo podía ver en vivo y a todo color, grande, grueso y cabezón, de mayor tamaño que la que ya había probado, me parecía hermoso, estaba fascinada y no pude resistir las ganas de llevármelo a la boca, lo tome con mis labios y comencé a mamarlo como si lo hubiera hecho toda la vida para satisfacción de Alberto que venia gimiendo de gusto, solo escuche que me decía “Así, nena así, que rico mamas hummmm....aaahhhhh”, no tardó mucho cuando sentí como se descargaba en mi boca llenándola con su rico semen, trague lo mas que pude para que su pantalón no se ensuciara, saque un pañuelo desechable y limpie el resto que le escurría por su tronco y el que había quedado en la comisura de mis labios al tiempo que me decía, “Eres tremenda cariño, ¿te gusto chuparmelo?”, con una picara sonrisa aún saboreando su rico semen le dije que me había encantado, en fin, después de darle unas indicaciones sobre la ubicación de la casa llegamos, el muy amable se ofreció a abrirme la puerta y a mi me encanto, era uno de los grandes privilegios de ser mujer y que ahora comenzaba a disfrutar.
Cuando entramos a la casa encontramos a Ricardo en la sala poniendo música y Erica estaba en la cocina, deje a Alberto con Ricardo y me metí al baño a enjuagarme la boca y a retocar mis labios, salí y fui a la cocina a ayudarle a Erica que preparaba unos bocadillos, entre con cara de felicidad y le dije que era una bruja maravillosa, a lo que me contesto, “Ya vez te lo dije, estas muy linda y sabía que no te iba a rechazar, es mas a los hombres les encanta coger por el culo y tu lo tienes de lujo, así que a disfrutar querida”, le dije no sin cierto rubor en mi cara, que en el camino se la había chupado y que me había encantado, Erica solo sonrió y me dijo ”Reconoce que eres bien puta cariño” y me pidió que les llevara unas botellas de vino que teníamos en el refrigerador y unas copas, fui a la cocina tome las botellas y las copas y me fui a la sala con los muchachos que ya se habían quitado saco y corbata y estaban muy relajados escuchando la música, me movía lo mas sexy posible mientras les servia sus copas, cada que me agachaba no quitaban los ojos del escote de mi vestido y de mis nalgas y Ricardo me dijo que era una mujer encantadora, tal vez para que entendiera que a el tampoco le importaba mi situación, en esas estábamos cuando Erica entro con los bocadillos que puso en la mesa de centro y se sentó en las piernas de Ricardo y se prendió con el en un apasionado beso, le serví una copa y me senté junto a Alberto muy pegadita a el, me abraso y me beso en la boca, yo me dejaba querer y me pegaba a el alargando mi mano para acariciarle su pene que ya se sentía duro nuevamente, me sentía muy emocionada y excitada, ahora iba a compartir nuevamente con Erica nuestra intimidad pero con dos hombres muy guapos, entre besos y caricias tomábamos vino y bocadillos y bailábamos, el ambiente ya estaba muy caliente, Erica propuso que jugáramos “strip poker” y al que perdiera se iría quitando la ropa, Ricardo sugirió que para hacerlo mas rápido el que sacara la sacara la carta mas baja seria el perdedor, todos estuvimos de acuerdo ya estábamos muy alegres y desinhibidos, en la primera ronda me toco perder a mi y a petición general me tuve que quitar el vestido, y lo hice entre aplausos de los muchachos, el segundo en perder fue Ricardo, que se quito zapatos, calcetines, camisa y pantalón como si fuera un striper, me quede asombrada de su fabuloso cuerpo, su pequeña trusa mostraba un buen paquete a medias, Erica como premio le dio un beso en la boca y le acaricio el paquete por encima de la trusa que ahora ya se había puesto mas duro, el siguiente en perder fue Alberto que hizo lo mismo que Ricardo, tal vez estaba un poco mas delgado que Ricardo, pero a mi me pareció encantador y a diferencia de Ricardo ya traía una muy buena erección de la que me hizo culpable, me levante lo abrase y le di un apasionado beso, ahora nuestros cuerpos casi desnudos se juntaban por primera ves y podía sentir su duro pene en mi entrepierna, tuvimos que separarnos para continuar el juego a instancias de Erica y Ricardo, y para mi suerte volví a perder y ahora el castigo era quitarme el brasier y la pantaleta, en ese momento como volviendo a la realidad de lo que estaba pasando les pedí que quería dejarme puesto el brasier ya que aún no tenía tetas, sentí un poco de pudor de desnudarme frente a mi esposa y los guapos muchachos que ahora verían mi pequeña intimidad, Erica se dio cuenta de mi turbación y me dijo “Adelante Carlita muéstrales lo linda que eres”, entonces tomé mi copa de vino y me la tomé de un trago, me solté el pelo y baje mis pantaletas poco a poco mostrándoles mis nalgas tapando con una mano mi pubis frente a los muchachos que no dejaban de sobarse sus erectos miembros por encima de las trusas y que aplaudieron con entusiasmo cuando vieron mi clítoris como yo lo llamaba ahora, por fin perdió Erica y a petición de los muchachos tenia que quedarse solo con las medias y las zapatillas, así que con mucha gracia y coquetería se desnudo lentamente como bailarina de table dance frente a los muchachos que ya estaban al borde del clímax, yo sentí algo muy raro pero fascinante al ver como mi esposa se desnudaba ante dos hombres, encendiéndolos de lujuria con su hermoso cuerpo, Erica pidió tiempo para fijar nuevas reglas y dijo que los castigos ahora serian sexo oral y penetración, si perdía una mujer seria atendida por dos hombres y si perdía un hombre seria atendido por dos mujeres, me quede sorprendida con la proposición de Erica, y le dije “Estas segura que eso quieres cariño”, a lo que los muchachos aceptaron al unísono, me gustaba la idea que compartiéramos a los muchachos y me parecía muy excitante, pero estábamos rebasando limites, para mi suerte volví a perder y mi castigo seria mamársela a Ricardo mientras que Alberto me penetraría por atrás, pensé que era demasiado para mi pero al fin acepte, antes fui por un bote de lubricante a la recamara y cuando regrese me acomode en cuatro para cumplir con mi castigo, Ricardo se paro frente a mi, baje su trusa e introduje su duro miembro en mi boca, era mas grande y grueso que el de Alberto y me pegue a el como una corderita a las tetas de su madre, Alberto detrás de mi con sus dedos lubricaba la entrada de mi ano, primero con un dedo y luego metía dos, ya me tenia a su entera disposición y se acomodo para penetrarme sin condón sentí su dura herramienta en la entrada de mi dilatado ano que fue metiendo suavemente, estaba tan deseosa de sentirla que ni me dolió cuando comenzó a meterla y cuando me di cuenta ya lo tenia hasta adentro, me sentía feliz, comenzó a meterlo y a sacarlo primero suavemente y luego cada vez mas rápido, yo por mi parte se la seguía chupando a Ricardo, me di cuenta como Erica sentada en un sillón disfrutaba de la escena viendo como dos hombres guapos y bien dotados se cogían a su maridito ahora convertido en una linda y caliente mujercita y se acariciaba su sexo metiendo sus dedos en su linda vagina, se produjo un momento de silencio donde solo se escuchaban nuestros gemidos, que de repente fue interrumpido por Erica que pidió tiempo nuevamente en el momento que yo estaba a punto de alcanzar mi orgasmo, ella lo sabia y discretamente me cerro un ojo, Ricardo y Alberto se separaron de mi y sacamos nuevamente las cartas, grande fue mi sorpresa cuando volví a perder, sabia que Erica tenia algo que ver con esto, Ricardo se tendió de espaldas en la alfombra y me pidió que me montara en el, me puse frente a el con las piernas abiertas y de un sentón me metí su rico y duro mástil hasta el fondo, por su tamaño me costó un poco de trabajo a pesar de estar bien dilatada, ahora si me sentía totalmente llena, tenia el tamaño ideal para mi, Alberto se paro frente a mi boca, y no tarde en recibir su pene mamándolo con desesperación mientras subía y bajaba sobre la verga de Ricardo gozándolo al máximo, Erica sentada en el sillón con las piernas abiertas se daba con sus dedos disfrutando la escena, ya no aguante mas y explote en una serie de orgasmos sin tocarme que me hicieron estremecer de pies a cabeza, era algo nuevo nunca experimentado, Erica muy excitada detuvo nuevamente la acción y volvimos a sacar las cartas, ahora perdió Ricardo y Erica me dijo “Ándale putita, creo que Ricardo se quedo con las ganas de acabar en tu culito”, Ricardo le dio la razón y me pidió que me pusiera en cuatro y sin mas me la volvió a meter de un solo golpe, sentí nuevamente como me llenaba al máximo, Erica se coloco frente a el para que se comiera su panochita mientras a mi me propinaba una feroz cogida, nunca me imagine ni en mis mas locas fantasías que un hombre al mismo tiempo nos proporcionara placer a mi y a Erica, escuchaba los gemidos de Erica que tenia la cabeza de Ricardo pegada a su sexo mientras que me bombeaba frenéticamente, nuevamente me solté en un desenfrenado orgasmo cuando sentí estremecerse a Ricardo dentro de mi soltando sus chorros de semen caliente en mis entrañas, caí rendida en la alfombra, Ricardo se recostó boca arriba sobre la alfombra y Erica se acomodo encima de el en un rico 69, lamiendo de su pene semi erecto los restos de semen que todavía le escurrían, la escena me calentó de nuevo y me levante buscando a Alberto que sentado en un sillón me ofrecía su pene bien parado, me puse de espaldas y me senté en el moviéndome de arriba hacia abajo apoyándome en sus muslos, quería que calmara su fuego dentro de mi y no tardo mucho en llenarme con su rica leche al momento que yo me venía otra vez, para esto Erica ya había hecho que a Ricardo se le parara nuevamente y sentada en el gozaba de un rica cogida, el juego ya había terminado y los cuatro acabamos en la cama king sise gozando del sexo a su máxima expresión, varias veces Ricardo y Alberto me cogieron y se las mame, había visto a Erica mamársela a Alberto mientras Ricardo se la cogía por detrás, recuerdo que me quede dormida sobre el velludo pecho de Alberto todavía con su pene dentro de mi, estaba segura que tanto Erica como yo habíamos disfrutado como unas verdaderas perras en celo a nuestros machos hasta dejarlos satisfechos.
Desperté ya bien entrada la mañana y eso porque escuche que Erica me decía “Arriba huevoncita, ya son mas de la una de la tarde”, de reojo pude ver que ella ya se había bañado y estaba sentada frente al tocador poniéndose crema en el cuerpo desnuda, con una toalla envuelta en la cabeza, no me quedo mas remedio que despabilarme y abrir los ojos, le pregunte por los muchachos y me dijo “Ya tiene rato que se fueron y me dijeron que los despidiera de ti, y que se la habían pasado súper bien, sentía la boca seca aun con el sabor del semen de Ricardo y Alberto, no recordaba bien cuantas veces se las había mamado y cuantas se habían venido dentro de mi pero sentía muchas ganas de ir al baño, me levante y corrí al W.C. y cuando me senté entre gases solté chorros de semen que tenia adentro, no obstante de haber cogido tanto no sentía mi ano lastimado y eso era bueno, solo percibía un rico escozor que me hacia recordar lo mucho que había gozado y me daba gusto que así fuera, ya estaba lista para satisfacer como mujer al mas exigente macho que se me parara enfrente, me puse un enema para limpiar mis entrañas, me metí a la regadera y me di un reconfortante baño, me lave la boca, envolví mi pelo con una toalla y salí a la recamara, Erica ya se había puesto el brasier y las pantaletas y secaba su pelo con la secadora y me dijo “Que tal te la pasaste cariño, ¿verdad que los muchachos son bien lindos?”, yo me sentía algo apenada pensando si de veras sería muy puta, pero no podía disimular lo mucho que había gozado y le dije abiertamente que me habían parecido lo máximo y sobre todo Ricardo, “Es enorme y me cogió como nunca lo habían hecho” y no le importo que fuera travesti, a lo que me contesto “Me excitó mucho compartirlo contigo, si te diste cuenta el también me dejo hacerlo con Alberto, somos una pareja abierta para el sexo”, con una sonrisa le agradecí que me hubiera prestado a Ricardo ya que me había producido los mas intensos orgasmos que hasta ahora había sentido, a lo que me contesto “Si me di cuenta, parecías una perra y gemías como loca cada que te cogía, a el también le gustaste, así que cuando quieras puedes coger con el, pero solo cuando estés conmigo”, me advirtió un poco celosa, en fin era una platica de mujeres que habían disfrutado al máximo de su sexualidad, me puse crema en el cuerpo, seque y peine mi pelo, Erica me dio un tampax que inserté en mi ano por si tenia algún escurrimiento, el hecho de sentirlo adentro me inquietaba pero al fin también era parte de ser mujer, en sandalias, brasier y tanga de hilo dental, yo con un conjunto color de rosa y Erica en color blanco, fuimos a la cocina a prepararnos un café y jugo, yo tenia hambre pero Erica me dijo que mas tarde saldríamos a comer con Ricardo a algún restaurante, mientras consumíamos unos cigarrillos nuestra platica se encamino a todos los planes que tendríamos ahora para el futuro en los que me incluía a mi en mi nueva vida como mujer, mi situación laboral, el divorcio, desechar mi ropa de hombre, formar mi propio guardarropa de mujer, y sobre todo mi feminización que incluía implante de senos y la terapia de reemplazo hormonal total el tiempo se iba como el agua y como estábamos hambrientas decidimos vestirnos ya que Ricardo no tardaría en pasar por nosotras, nos pusimos a cual mas de sexy, minifaldas y tops de algodón ombligueros ajustados y escotados, Erica llevaba uno blanco y yo uno color de rosa, que permitían lucir nuestros senos al máximo, sandalias descubiertas de tacón alto, las mías rosas y las de Erica blancas, bien peinadas y ligeramente maquilladas solo para cubrir la resaca, en fin quedamos muy lindas y femeninas, me parecía mentira que en tan solo dos días ya me sintiera tan segura como mujer, en tan corto tiempo ya había experimentado el sexo con tres hombres diferentes y la verdad me había encantado y lo había disfrutado mucho y claro lo más importante que ahora contaba con la ayuda y comprensión de Erica y la iba a aprovechar al máximo.
Ricardo no tardo en pasar por nosotras, Erica lo recibió con un gran abrazo y un apasionado beso de lengua, yo no recordaba haber besado a Ricardo en la noche anterior, solo recordaba haber tenido sexo y mas sexo, cuando me iba a saludar me tomó de los hombros y me besó en la mejilla, al ver esto Erica le dijo sin más, “Ricardo no seas cruel, anoche te la cogiste varias veces y ahora Carla está deseosa que la beses en la boca, por mi no te detengas puedes hacerlo pero siempre y cuando esté yo presente” y ni tardo ni perezoso me planto un tremendo beso de lengua en la boca que me dejó con las piernas temblando, nos colgamos de sus brazos y salimos hacia su coche, el iba encantado escoltado por dos bellas y calientes hembras, debía acostumbrarme ahora a recibir las miradas de los hombres, lo cual era encantador, Erica y yo éramos demasiado atractivas y sexy, como era domingo casi todos los señores estaban acompañados por sus esposas y sus niños, pero aun así, no dejaban de vernos, yo me sentía encantada y se lo hacia saber a Erica, lo corto de nuestras faldas, dejaba poco a la imaginación y no dejaban de mirarnos las piernas y algo mas, Ricardo estaba encantado con nuestra compañía y le agradaba que nos luciéramos, en fin, llegamos a un restaurante de esos domingueros típico mexicano al sur de la ciudad, bebimos cerveza y tequila, apenas para calmar la cruda que los tres traíamos, comimos muy rico, la estábamos pasando muy bien, Ricardo se portaba muy cariñoso con Erica, sentía celos pero me los aguantaba, en el lugar había música viva y se podía bailar, Ricardo se paro a bailar con Erica, yo me quedé en la mesa tomando mi copa de tequila, no tardó mas de dos minutos cuando un muchacho que yo no había visto antes se acerco para que fuera a bailar con el, era guapo y alto y me gusto, me deje llevar a la pista por el, la música estaba muy animada, puras salsas y cumbias, el era un buen bailador y me llevaba muy bien, yo disfrutaba de la música y me movía con mucha coquetería, bailamos algunas piezas hasta que Erica me hizo una señal para que la acompañara al tocador, me despedí de mi pareja no sin antes decirme que se llamaba Javier y anotarme su teléfono en una servilleta, en el tocador Erica me dijo guaseando “Eres una putita cariño, apenas te quedas sola un momento y ya estas ligando”, yo le dije que la música estaba buena y el muchacho también, se rió en el momento que entre a orinar sentadita, ya no aguantaba, arreglamos nuestro maquillaje y volvimos a la mesa con Ricardo, pagó la cuenta y nos fuimos a la casa, en el camino Erica que venía junto a Ricardo besándose le bajo la cremallera del pantalón y le saco la verga, yo desde atrás la venía observando, la tenía bien parada y se veía hermosa, la escena de Erica masturbándolo me calentó al máximo y empecé a masajear mi entrepierna por encima de las pantaletas, Erica noto mi calentura y me dijo “¿No quieres acariciarla querida?”, no me lo dijo dos veces y alargue mi mano para sentir aquella hermosura de verga, entre las dos le estábamos haciendo una buena paja a Ricardo que seguía manejando gimiendo de placer, en eso ya habíamos llegado a la casa, Erica le guardo la verga a Ricardo y le plantó un cariñoso beso en la boca, cuando se estacionó frente a la casa Erica le dijo con picardía “¿No pasas cariño?”..... ¡Ah, después de la calentada que me dieron no me van a dejar así! Contestó, ambas nos reímos y lo metimos a la casa.
Apenas habíamos entrado, tomo a Erica de la cintura y la tiró en el sillón de la sala echándosele encima, yo me hice la disimulada y fui a la cocina por unas copas y una botella de tequila y cuando entre a la sala Erica tenia sus piernas sobre los hombros de Ricardo, su top y sujetador se habían ido, su falda estaba arriba de sus caderas y sus pantaletas estaban en el suelo, Ricardo le estaba dando una buena cogida, los ojos de Erica estaban semi cerrados como si estuviera en trance, sus tetas se movían hacia arriba y hacia abajo al ritmo de los empujes de la pelvis de Ricardo, metía y sacaba sus 10 pulgadas a un paso rápido y constante, su estado atlético demostraba como le daba a Erica la cogida de su vida, el ver el movimiento de su bien desarrollado trasero y de su herramienta larga y gruesa hacia adentro y hacia a fuera del desamparado y húmedo gatito de Erica me cautivaba. Los sonidos eran muy estimulantes, Erica y Ricardo jadeaban y gemían sin parar, se habían olvidado de mi presencia y eso me hizo sentirme celosa, mi esposa cogida por otro hombre y yo deseando ser cogida como ella.
Erica se veía como si fuera a llegar al orgasmo, la verga de Ricardo se cerró de golpe en ella por algunos segundos mientras ella se venía y se venía estremeciéndose de cuerpo entero alcanzando la dicha orgásmica una y otra vez, Erica se movió para tomar un poco de aire, su cuerpo relucía de sudor y tenía el pelo mojado.
Ricardo no se había venido todavía, yo estaba muy caliente y no me quería quedar así, y el lo sabía estaba sentado a la orilla del sillón con la verga parada reluciente con los jugos del amor de Erica, el se la frotaba ligeramente con la mano, yo me arrodille frente a el y por instinto me la metí en la boca, amé el sabor mezclado del hombre y la mujer y lo lamí gustosa, sin embargo Ricardo quería algo mas, levanto mi cara hasta su boca y me beso con pasión, el beso era caliente pero apacible y cariñoso.
“Sigues tu preciosa” me dijo, me levante y mas rápido de lo que se los cuento me baje la pantaleta y me voltee de espaldas a el ofreciéndole mi apetecible trasero, el separo mis cachetes y con sus dedos ensalivados lubrico un poco mi caliente hoyito, me tomo de la cintura para que me sentara en el, con mi mano guié su tremenda herramienta hacia mi hoyito y poco a poco me fui sentando en el hasta que me entro todo, el me sostuvo firmemente de mis caderas moviéndome lentamente al principio pero pronto conseguía ser cogida con la misma furia que el le había dado a Erica, sentía tanto placer que no podía frenar mi orgasmo por mucho tiempo y cuando sentí que Ricardo se venia me deje ir con el en un maravilloso orgasmo y mi recto se llenó de su abundante liquido, teníamos la respiración agitada y tarde un poco en salirme.
Erica que estaba presenciando la candente escena se acerco para darle unas últimas chupadas al pene de Ricardo y yo la ayude hasta que se lo dejamos limpio, estábamos bastante cansados pero satisfechos, por lo que Ricardo se excuso, se vistió y dijo que se retiraba, aceptamos porque no queríamos más tentaciones por ese día, el se fue pero no sin antes despedirse de nosotras con un agradecido y amoroso beso.
Después de una rápida siesta post-coital salté a la ducha con Erica que me dijo “Querida quiero saber como te sientes ahora ¿estas segura de que quieres ser mujer por el resto de tu vida? Por lo que he visto pienso que si, porque has disfrutado como nunca el ser mujer ¿No es así?” Me quede pensando un momento y le confirme que nunca había sido tan feliz que me encantaba ser mujer y que así quería ser el resto de mi vida, que agradecía su comprensión y su amistad, que ahora me fascinaba arreglarme y vestirme como mujer como me veían y deseaban los hombres y como había gozado del sexo con ellos, ella varias veces me había dicho que era muy puta por lo que le pregunte ¿De veras crees que soy muy puta cariño? ella sonrió y me beso ligeramente en los labios y me dijo “Lo dije de broma Carlita, así somos las mujeres, los hombres guapos son lo mas maravilloso del mundo y no podemos resistirnos ante ellos” aun sentía mi ano húmedo por el semen de Ricardo y pedí a Erica un tampax que me inserté en mi hoyito, no acostamos desnudas y no tardamos en quedarnos profundamente dormidas.
A la mañana siguiente Erica se levanto para irse a trabajar, yo me levante también y le pedí prestado una batita color negro muy coqueta que me gustaba. Mientras se arreglaba le prepare el desayuno, y cuando tomábamos café ella me preguntó mis planes para ese día, yo le dije que iba a ir a la oficina a presentar mi renuncia ya que ahora quería vivir como mujer todo el tiempo y comenzar lo mas pronto posible con la terapia de reemplazo hormonal, le dije que era la ultima vez que me iba a vestir con mi ropa de hombre, a ella le agrado la idea y me dijo “Me parece muy bien, voy a hablar con mi ginecólogo para que te recomiende con un buen endocrinólogo, te llamo mas tarde para darte los datos y hagas una cita, por lo pronto encargate del quehacer de la casa, por el dinero no te preocupes, tu sabes que tenemos un buen fondo de ahorro invertido que puede cubrir los gastos por un buen tiempo, después ya veremos, eres licenciado en sistemas de computo y creo que no te costará encontrar trabajo como mujer cuando lo decidas”, Erica era licenciada en derecho y trabajaba en un importante bufete de abogados y me había dicho que una vez dentro de la terapia hormonal y vivir como mujer todo el tiempo podía cambiar sin ningún problema mis documentos con mi nueva condición de mujer, aún sin la operación de cambio de sexo.