Mis relaciones con luz (2)
Segundo encuentro, una cita rápida, muy satisfactoria y excitante en el hotel en horas de oficina. Unos cuantos polvos mágicos cuando su marido piensa que está en el trabajo.
MIS RELACIONES CON LUZ 2ª PARTE
Este relato trata de mi segundo encuentro con Luz, una chica casada de Madrid que conocí en una disco según expresa mi relato RELACIONES CON LUZ - 1ª PARTE. Tras nuestra relación inicial, nos habíamos llamado varias veces por teléfono, habíamos comentado nuestro encuentro anterior y el deseo de ambos de volverlo a repetir. En éste segundo encuentro la llamé dos días antes de acudir a Madrid me puso mil y un imposibles, su marido ya había regresado, su trabajo, los niños...., al final la pude convencer para vernos a media tarde (en sus horas de oficina) y tomar un café, nos citamos a las 5 de la tarde en una cafetería cercana al hotel.
Llego tan atractiva y arrebatadora como la vez anterior, tenía buen cuerpo y le gustaba lucirlo, un atractivo especial de esos que hacen que los hombres nos fijemos, emanaba sensualidad y sexualidad, porque negarlo, era un chica de las que apetece llevar a la cama y hacer muchas cosas con ella. Vestía de ejecutiva, un pequeña chaquetilla bajo de ella una blusa de seda blanca semi-transparente que dejaba entrever parte de sus pechos y el dibujo o diseño de su sujetador, que no era capaz de cubrir la exuberancia de sus pechos. Haciendo juego una falda corta, del mismo color de la chaquetilla, que dejaba ver la mitad de sus muslos al caminar, creo que al sentarse dejaría ver mucho más, bastante más. Vamos que yo ya estaba inspirado sólo de verla llegar. Nos saludamos y, al besar su mejilla no retiré la cara, el segundo beso fue en los labios, abrió los ojos, sorprendida, pero no molesta, y esbozo una ligera sonrisa.
Como deseo estrecharte en mis brazos y poseerte una y mil veces- susurre a su oído mientras apretaba sus manos.
Yo también lo estoy deseando, pero tengo que regresar a la oficina, salí a visitar a un supuesto cliente y como mucho las visitas me llevan una hora u hora y media.
Vamos a hotel, tenemos tiempo de gozar de una buena sesión de sexo.
Sin tomar nada y sin perdida de tiempo nos dirigimos al hotel, era lo más práctico, dada la situación y los deseos de los dos. Poder amarnos durante un tiempo corto, pero, seguramente, muy excitante y muy placentero. De la vez anterior teníamos la experiencia de cómo lo habíamos pasado.
Entramos en la habitación e intenté desnudarla, no me dejó.
Desnúdate tú, que tengo que regresar a la oficina y no quiero que me hagas la ropa un desastre. Me dijo, mientras se despojaba de la chaquetilla y comenzaba a desabotonar la blusa. Nos desnudamos mirándonos fijamente, pegados uno al otro y encendidos del deseo. Sin tocarnos siquiera yo tenía la polla en plena erección y ella estaba completamente excitada, sus pezones se marcaban en el sujetador, la excitación los había hecho crecer, parecían dos balas prestas a ser disparadas, allí se disparó mi bocas, mis labios se fueron a sorberlos y chuparlos sobre del sujetador. Deja que me quite la falda me pidió, la dejé hacer mientras terminaba de quitarme el pantalón, mi polla se marcaba en el slip, parecía que quería salirse por la parte alta, la coloqué como mejor pude y me fui tras ella, estaba dejando la ropa bien colocada en el butacón, sólo le faltaba que quitarse el sujetador y el pequeño tanga. Sus nalgas invitaban a acariciarlas, tenía un culo redondo, muy bien formado, de esos que cuando los ves dices.
¡¡¡Eso es un culo para un tanga, si señor!!!
llegué tras ella, me pegué a su espalda y mis manos se fueron a sus pechos, los acaricié sobre del sujetador, mientras la besaba en la oreja, el cuello, giró un poco el cuello y me ofreció su boca entreabierta, me apoderé de ella y comenzamos a besarnos, chuparnos los labios, la lengua, una de mis manos se fue a su entrepierna, comencé a acariciar su pubis y su coñito por sobre del tanguita, se notaba la excitación que tenía en la humedad de su entrepierna. Mientras frotaba mi polla en su culo, la tenía a punto de estallar, casi me dolía de la excitación y de tenerla prisionera dentro del slip, estaba deseando quedar libre para apoderase de esa húmeda y sabrosa cuevecita que tenía tan cerca y tan lejos, debido al slip y al tanga, que le impedían el acceso directo a su entrada.
Se giró y comenzamos a acariciarnos de frente, mientras le soltaba el sujetador, sus manos se hicieron dueñas de mi polla, me la comenzó a acariciar, primero sobre del slip, luego, metiéndolas dentro, acariciándola directamente, la polla y los huevos, con una mano me pillaba la polla, la apretaba y la sobaba, mientras con la otra me estrujaba los huevos. Le quité el sujetador, comencé a acariciar su pechos, los pezones, primero con los dedos, luego con la lengua, los labios, se los sorbía, los chupaba, se los acariciaba, metía en mi boca lo que podía, era imposible meter todo el pecho, pues, los tenía bastante grandes para eso. Te debo una -me dijo, y bajo besando mi pecho, los pezones, el ombligo hasta llegar a la altura de mi polla, se arrodilló y comenzó a pasar la lengua por todo el capullo, enroscaba la lengua en él lo acariciaba y rodeaba por todos lados, castigaba el frenillo con su lengua, me estaba llevando al séptimo y al octavo cielo, no se si existirán o no, pero yo me sentía en ellos. Terminó metiéndose la polla en la boca, me la comenzó a chupar y a succionar de forma rápida, frenética diría yo, que forma de chupar una polla, que deseos tenía la muy condenada, me tenía a punto de correrme y no llevaba más de cinco minutos postrada ante mí, adorando y besando mi polla, parecía que estaba adorando al díos falo. Supongo que por el deseo que sentía y por que me debía una(si recordáis el relato anterior, ella término dos veces y yo sólo una, no hubo tiempo para más), según ella. Yo no se muy bien por lo que era, pero si que estaba gozando de una mamada increíble, como pude se la quité de la boca y la hice levantar, no quería correrme de forma tan rápida y precipitada, aún sabiendo que teníamos poco tiempo, quería dedicarme a hacerla gozar.
La cogí en mis brazos y la lleve a la cama, la tendí sobre ella y comencé a chupar sus pezones, mientras le iba quitando el tanguita, luego baje por su ombligo, su pubis, lo tenía recortadito, se lo pelaba, la hice que abriera las piernas y me metí entre ellas, su coñito se ofrecía ante mí, tenia el pubis peladito y los laterales, la parte exterior de los labios y la parte trasera depilados, un coño digno de echarse a la boca y fue lo que hice en ese preciso momento, comencé a chupar sus labios, busque su clítoris y le di lengua, se lo oprimí con los labios, se lo chupe, metí la lengua en el interior de su coñito, mientras con mis dedos le acariciaba el ojete.
Me hizo dar la vuelta y quedamos en posición 69, los dos de lado, mientras yo seguía con mi comida de coño, ella comenzó a chuparme la polla, sorbía el capullo, se lo metía en la boca, me apretaba los huevos, me pajeaba, lo hacía todo a la vez. Sabía como dar gusto, como realizar una mamada de campeonato, como hacer gozar a un hombre. Yo, mientras seguía castigando su clítoris con mi lengua, con mi dedo gordo metido en su coñito dándole placer y con mi otra mano acariciaba unas veces sus nalgas, otras iba a la búsqueda de sus pechos, de su cara, su boca, acariciaba sus labios con mis dedos, mientras ella me la chupaba, era genial, en poco rato pude sentir como sus movimientos eran más bruscos, más violentos. Comenzó a agitarse, movía sus caderas, apretaba su coñito contra de mi cara, me golpeaba con él, sus nalgas se contraían y sus muslos apretaban mis orejas, mi cabeza, todo lo que encontraban en medio.
NO aguanté más y comencé a llenar su boca de leche, notaba como me salía a borbotones, cuatro, cinco...., no se cuantos, pero exploté en su boca, vaciándome todo lo que pude, en la posición que estaba no se si la trago toda o no, lo único que sé es que no se la saco de la boca, mientras me corría y aún después de la corrida, siguió chupando. Sus movimientos ya eran más bruscos, más rápidos, vamos de auténtica corrida, me apretaba, estrujaba, golpeaba, hasta que se quedo toda tensa, apretando fuertemente sus muslos, pero sin mover nada más de su cuerpo, sólo apretaba sus muslos, como si quisiese que no me escapase de donde estaba, pero a la vez que no la hiciese más caricias. Estuvo como unos dos minutos en trance, corriéndose, tras la corrida, no lo se, pero se que no movía nada de su cuerpo, si acaso su lengua alrededor del capullo de mi polla, no sentía más movimiento corporal por su parte. Se ve que fue una corrida de las de época, pues, en la vez anterior, no se corrió con tanta violencia, ni de forma tan visceral, tuvo una corrida apoteósica de las de gravar y enmarcar, la pena es que eso no se podía hacer (muy peligroso) en nuestra situación.
Al poco rato fue aflojando la presión de sus muslos mientras me soltaba la polla de su boca era el momento de buscar el contacto directo el beso boca a boca, el mirar a los ojos y decir con ellos, sin palabras, ¡¡¡que corrida!!!, ¡¡¡que forma de gozar!!! Y de hacer gozar también, pues, no sólo gozamos de forma separada, tanto ella como yo, sino que fuimos capaces de hacer gozar a la otra parte, de hacerle sentir el mismo placer que sentíamos y vivíamos nosotros a la vez. Nos estuvimos comiendo la boca unos minutos hasta que noté que tenía la polla dura de nuevo, me metí entre sus piernas y se la fui metiendo poco a poco, jugando con ella en la puerta, se la pasaba por los labios del coño, por el clítoris, buscaba su ano, la estuve acariciando un buen rato con ella, hasta que excitada de nuevo, comenzó a mover sus caderas a querer que se la metiese. Se la dejé ir un momento bombeándola despacito, luego se la volvía a sacar y comenzaba de nuevo con el juego de frotársela en el exterior, en los labios del coño, el clítoris, se la volvía a meter, volver al bombeo lento. Hasta que sin poder aguantar más comienza de nuevo a moverse más rápido a apretar mi espalda y mi culo a pedirme que se la meta toda, que la quiere sentir hasta el fondo, que le de fuerte, que se va a correr, que se corree....., se queda enganchada como la vez anterior, un minuto, dos minutos, no se cuanto, pero creo que ni respiraba, luego se deja ir y más que respirar resopla, suspira fuerte como diciendo, cuanto lo necesitaba.
Me quedo sobre de ella, sin sacarla, yo no he terminado, me queda energía para echarle otro polvo, la sigo besando el cuello, las orejas, los labios, suavemente, hasta que comienza a responder a mis caricias, a la vez que comienza a acariciarme de nuevo, una de sus manos se va y comienza a acariciarme la base de la polla, a exprimirla, como si me estuviese haciendo una paja en la zona de la base, el trozo no que estaba dentro de su coño. Me salí de su interior y la puse de rodillas en el borde de la cama, presioné sobre su cabeza para que se agachase quedando en posición de cuatro patas.
Su hermoso culo ante mi, toda ofrecida, abierta de piernas y deseando que le metiese la polla hasta el fondo de sus entrañas, no me hice mucho de rogar, se la fui metiendo hasta que no puede más, hasta que mi pubis y mis piernas chocaron con su nalgas. Se la tenía metida hasta el fondo, comencé a acariciar sus pechos, mientras la bombeaba lentamente, una de sus manos se fue a acariciarme los huevos, me los acariciaba, apretaba, como si pretendiese ordeñarme. Con un dedo comencé a urgar en su ojete, aprovechando los jugos vaginales, se lo fui suavizando, metiendo el dedo, no lo rechazó, es más parecía gustarle, pues, movía le culo, lo rotaba si cabe, con más ganas, con más deseo. Tras el primer dedo, fue el segundo, tampoco hizo muestras de rechazarlo, ante esto saqué los dedos de su culo, la polla de su coño y la puse en la entrada del ojete, presioné un poco hasta que entró la cabeza, intento escaparse, pero no la deje, con la mano libre la abracé por la cintura y la pegue a mi, presioné un poco y logré meter casi la mitad, la dejé ir despacito hasta que conseguí meterla toda, la fui bombeando despacito, mientras le acariciaba el coño, metí varios dedos en él y a la vez le frotaba el clítoris, no tardo mucho en reaccionar a mis caricias. Al poco rato movía su culo al compás de mis empujones, cada vez le daba más fuerte, pues, entre lo estrecho de su culo y la forma en que lo movía estaba a punto de correrme, de vaciarme en su interior, me estaba literalmente ordeñando con su culo, seguro que no era la primera vez que la recibía por detrás y sabía como mover los esfínteres para ordeñar una buena polla. La mía en ese preciso momento lo era, estaba a tope, a punto de explotar, aumenté en ritmo de mis caricias en su coño y su clítoris y conseguí ponerla a punto de correrse otra vez, yo no podía aguantar más y comencé a soltar leche en su interior, mientras el movimiento de mis dedos fue capaz de conseguir lo que pretendía, hacerla correr una tercera vez (la mayoría de las ocasiones no se consigue, pero en ésta, si fui capaz de conseguirlo), mientras yo terminaba de vaciar toda mi leche en su culo ella comenzó a correrse, gemía, se contorsionaba, las convulsiones de sus muslos y su culo, los apretones de su coño en mis dedos y su ojete en mi polla, delataban que se estaba corriéndo por tercera vez. Se dejo ir rendida sobre de la cama y yo sobre ella, al no poder aguantarla en su interior, entre el movimiento y que se había aflojado un poco, me tendí a su lado y comenzamos a besarnos suavemente en los labios, no decíamos nada, nuestros ojos, nuestros labios lo decían todo. ¡¡¡Que polvos!!!, que gozada!!!.
Terminamos duchándonos juntos, acariciándonos mutuamente en la ducha, era excitante, pero una excitación relajante, no buscábamos otro polvo, sólo relajarnos, tras la sesión de sexo tan intensa que habíamos disfrutado. Aparte que ella tenía que regresar a la oficina antes de las 7, terminamos la ducha y nos vestimos rápidamente, la acompañé a coger un taxi y quedamos para una próxima ocasión, pero eso es otra historia.
Si les haya gustado y he sido capaz de encender sus deseos, de excitarles y desear y sentir el placer de poder ser la protagonista, espero sus comentarios, noticias y, porque no, posibles contactos.
Mi nick o nombre de guerra es: Infiel
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