Mis Recuerdos ;) IV
Mi primer faje?
Aquí está el link del relato anterior https://www.todorelatos.com/relato/161986/
Después de ese masaje, sentí como una complicidad muy buena con mi hermano Saúl, él cambió totalmente conmigo, fuimos más amigos, más confidentes, pero nunca hablamos de ese tema, hicimos como si no sabíamos de lo que hacíamos, pero no vayan a creer que todo el día nos la pasábamos pegados, pasaron muchos, muchos días, para que llegará de poner una mano en mí, pero se hizo una buena conexión.
Yo por mi parte, quería sentir más, quería explorar más, y coincidía con mis amigas que cada vez que quería probar cosas nuevas, mínimo experimentar el primer novio.
Con los chicos del salón, los juegos empezaron a ser más frecuentes, y esto fue cómplice de nosotras, ya que nos hacíamos más distraídas y ellos se daban vuelo con sus miradas por debajo de nuestras faldas, o cada vez habían más “llegues” de ellos hacia nosotros, tomaban cualquier pretexto para pegar su pelvis en nuestras pompis, y cada vez lo dejábamos más.
Como a la semana del masaje de mi hermano, me senté en el último asiento de la última fila que queda en el rincón del salón pegado a la pared, adelante tenía a dos chicos de los juegos que teníamos, a mi lado tenia a mi amiga Karla, y adelante de ella estaban los otros dos chicos con los que también teníamos los juegos, y delante de ellos mis demás amigas. Entonces ese día yo traía mi falda, en clase, me acorde del masaje que tuve con mi hermano, o del encuentro que tuve con el papá de mi amiga, y me estaba emocionando de solo recordar, como estaba escondida, olvide que estaba en el salón y estaba recordando eso encuentros, y entonces vino a mi mente esa sensación de cosquilleo que me quedo en las piernas y que se sentía rico se contraía mis piernas, pero que no pude explorar más, así que trate de reproducir ese pequeño placer ahí en salón, entonces cruce mis piernas mientras me encontraba sentada en mi asiento, y el profe daba su clase.
Primero intente presionar la pierna que tenía arriba con la de abajo, pero me cansaba mucho, me gusto rozar unas piernas, pero entre tanto las movía, creo que encontré la forma de sentir muy rico, con las piernas cruzadas, si contraigo la pelvis, hacia como una sensación, rica, primero vi si alguien más lo notaba, o si era muy evidente, entonces, noté que todos estaban tan aburridos como la propia clase, entonces, después de unos minutos de encontrar la forma, empecé a sentir muy muy muy rico, extremadamente rico, que incluso sentí que me empecé a ruborizar, y que sentí mucho calor. Trate de disimular mis gestos, porque aunque era algo que empezaba a tomarle gusto, y que se sentía muy rico desde mi interior, era bastante cansado, en eso termino, la clase, y pude acompañar a mi amiga al baño en lo que llegaba el próximo maestro, ya en el baño me relaje un poco, y me vi en el espejo que si me había cambiado el color, en lo que me ponía un poco de agua en la frente, mi amiga desde el inodoro me decía que los chicos se la pasaron volteando a vernos las piernas, me sorprendió un poco eso porque según yo, me encontraba escondida hasta atrás, y pensé que tal vez había visto algo, mis piernas se sentían cansadas, pero tenían una sensibilidad muy rica, y regresamos al salón.
La asesora ya se encontraba en el salón y cuando nos vio entrar nos echó el mismo sermón de siempre, nos dijo que esta hora íbamos a estar solos, porque no llegaría el profe, así que nos dejó una actividad, pusimos los mesabancos en forma de circulo, y estábamos platicando mi amiga y yo con los otros chicos de siempre, pero hubo un momento donde me quede sola con dos de ellos, Carlos y Alán, en especial estos dos eran más marcados los juegos conmigo, ya que los otros dos de su grupo de cuatro iban con mis otras amigas.
Como yo escribía en mi cuaderno, querían mi atención, pero los ignoraba un poco, y como estaban sentados enfrente de mí, fácilmente podían taparme a los demás del salón, Carlos, puso su mano en mi rodilla, y como mis piernas aún estaban sensibles, reaccioné mirándolo, pero él se dedicó a decirme que si nos brincáramos la clase, es decir que no entráramos a las últimas dos horas para terminar el día, pero les decía que no, aunque era una cosa que ya había hecho con mi amiga por no traer la tarea, jamás lo había hecho con un chico, pero ellos trataban de convencerme, y en ese rato, Carlos no quitó para nada su mano de mi rodilla, como vieron que no reaccione a ese hecho, de broma me subió la mano hasta mi muslo, y yo lo golpee diciéndole que me dejara en paz, entre risas me decían que no habían hecho nada malo, y me acosaban de violenta, pero ya había quitado Carlos su mano de mí, volví a mi cuaderno, pero ahí seguían los dos enfrente de mí, pero Alán quería aventurarse como lo hizo su compañero, y puso su mano en mi otra rodilla, los dos tenían una mirada duda, por saber mi reacción de nuevo, lo deje, pero este de lugar de ser brusco y rápido, con sus dedos empezó hacer un movimiento de círculos muy pero muy bueno, era aun movimiento que no podía ignorar, pero no podía dejar su mano porque le daría a entender a los dos que me estaba gustando, pero tampoco quería quitar su mano, pero él continuo, y antes de que decidiera hacer algo, Carlos volvió a poner su mano en la otra rodilla, y eso me dio chance de quitarlos de nuevo y decirles que me dejaran en paz, y así, me salí del salón, para ir al baño, cuando caminaba sentía que mis piernas estaban algo sensibles y sentía ese cosquilleo, me gustaba mucho esa sensación, y por un momento desee que Carlos y Alán, continuaran con sus juegos, cuando iba de regreso se escuchó el timbre, y antes de llegar a la mitad del camino, veo que vienen hacia mi tanto Carlos como Alán, uno me toma del brazo y preocupados, me dicen que ya había llegado la maestra de inglés, que era la materia de las dos últimas y que ya no nos iba a dejar entrar, que mejor nos fuéramos, porque si nos veían la asesora, no pondría reporte y citatorio para nuestros padres, no les creí y me dirigí al salón y antes de que llegue al salón, veo que efectivamente, la teacher, ya había llegado, ,e hice para atrás, para esconderme de que no me viera, y volteé, y estaban los dos a lo lejos haciéndome señas de que fuera con ellos.
Mi secundaria era grande, muy grande, tenía dos plazas cívicas, y dos canchas deportivas, y los salones rodeaban las plazas en forma de ocho, y luego había unos pasillos alrededor de esos salones, y luego los rodeaban otros salones, y entre estos últimos salones y la barda exterior de la secu, había un espacio de tierra como de dos metros de tierra, donde la mayoría de alumnos nos la pasábamos en el receso, ya que los profes ni asesores iban por lo mismo que era de tierra, pero los últimos salones al fondo por las canchas, eran los laboratorios de computación, que por alguna razón tenían cortina, este espacio en medio tenía unos arbolitos o arbustos, como de un metro y medio, como eran los salón más escondidos, y que no siempre usaban, más los arbustos de ahí, era el escondite perfecto, conocido entre nosotros como “los arbustos”.
Sin que nadie nos viera fuimos a los “arbustos”, para nuestra suerte estaba solo, y ahí nos metimos, era difícil de que alguien nos viera, y si nos cachaban solo nos podían ver por un lado, la entrada de ese túnel que tapaba la barda, arbustos y salones con cortinas.
Y ahí estábamos los tres, la construcción de los salones permitía que hubiera una borde plano que nos servía perfectamente de asiento, primero estaba Carlos sentado contra la pared y vigilaba de que nadie nos viera, le seguía Alán, y luego yo. Las bromas y las risas que teníamos nos iban a delatar, y sentía que mi miedo por ser descubierta, trata de mantenerlos callados, pero eran más ruidosos que era imposible, entonces ahí un punto donde quedo sentada en medio de ellos por tratar de callarlos, y quedaron muy pegados, entonces Carlos volvió a poner una mano en mi rodilla, así que lo deje, creo que la sensación de estar sola con ellos dos, y con el antecedente de nuestros juegos, quisieran aprovechar la situación, me sentía vulnerable pero me gustaba serlo ante ellos dos.
Empezaron con sus preguntas de con quién del salón me dejaría que me dieran un beso, y yo les decía que con nadie, pero poco a poco el acercamiento era mayor, cada quien con una mano en cada pierna, y la mano ya no estaba en mi rodilla, ya estaba un poco arriba, y como mis piernas ya estaban sensibles, y como no podía controlar las dos manos de los dos, hay un punto donde los deje, la cara de ellos los delataban, se veían tan excitados, pero creo yo sentía que tenía el control de la situación, cada vez estaban más pegados hacia mí, y me pare, le dije a Carlos que siguiera vigilando, y me dijo que lo hiciera yo, que a él le valía si nos descubrieran.
La verdad el miedo de que me descubrieran con ellos dos metidos ahí, seguramente iban a pensar de mi tanto los asesores como toda la secundaria, quería seguir vigilando, pero como Carlos no se quitó dónde estaba sentado, y los arbustos me estorban, me pare, para asomarme, no se veía nada, se escuchan ruidos de los salones pero nadie cercano, y volteo hacia donde están ellos, me encontré que los muy descarados estaban agachados viéndome por debajo de la falda, quise gritarles, pero no podía, luego nos iban a descubrirnos, vieron mi enojo, y quisieron calmarme, y Carlos hizo un movimiento como queriendo abrazarme, pero me iba a caer arriba de él, así que trate de sentarme a su lado, pero ahí estaba ya Alán, y quede medio arriba de él, pero Carlos no me soltaba aún porque según eso me daba un abrazo, y como quede sentada arriba de Alán, los dos empezaron a burlarse, me solté y me volví a parar, y ellos seguían burlándose, me volvía inclinar y volvieron aprovechar a ver por debajo de mi falda, pero como era obvio mi “enojo”, que solamente trata de disimular, Carlos me dijo que ya no me enojara, y me tomo de la cintura y me sentó arriba de él, y me dijo “aquí siéntate y vigila que nadie nos vea” al quedar sentada arriba de él, me di cuenta que la situación para nada la tenía controlada, que había caído totalmente en las intenciones de los dos, y me gustaba mucho, que no me pude controlar, no dije nada, y los dos estaban expectativos a tal movimiento, no dije nada, y ni me quite, me incline un poco, y me volví asomar por la pared de que nadie nos viera, creo que ellos dos no dudan crédito de lo que estaba pasando, pero yo estaba súper bien, así, me gustaba estar sentada en Carlos y sentir las dos manos de Carlos en mi cintura, y créeme que se sintió súper bien cuando me incline, no tardó Alán en poner una mano en mis muslo, y cuando la subió me pare, para darles a entender que no podía pasar ese límite, y creo que lo entendieron bien ese movimiento, porque no volvieron a subir más allá su mano por debajo de mi falda, se paró Alan, y se puso atrás de mí, me tomo con las dos manos por la cintura, y s eme pego, y ahí fue donde sentí el pene duro de Alán, se sentía tan bien, tan rico, me desconocía a mí misma, por no recriminarles nada de esta situación, me deje, y muy adentro de mí, deseaba que ojala solo fuera un secreto entre nosotros tres.
Como Alán notó que no puse resistencia a su “llegue” (así los llamamos en México), presionada más, pero como era mucho mucho más fuerte que yo, provocaba que saliéramos de nuestro escondite, entonces lo eche para atrás y para que no nos fueran a descubrir, porque ya estaban ellos dos fuera de control, lo empuje lo necesario para quedar sentada arriba de Alán, y Carlos voltio a vernos, pero le dije que fuera a vigilar, pero era evidente que le encantaba verme arriba de Alan, así que me pare y me volví a sentar arriba de Carlos para seguir vigilando, pero el reclamo de Alán era evidente, que ahora a él le tocaba, yo no quise participar en la discusión y seguía vigilando, pero como eran dos chimpancés peleándose por una hembra, era mucho el ruido, así que me pare, y le dije a Carlos, que se quitara, y en su lugar se puso Alán, cuando lo hicieron Carlos dijo algo como “pero ahorita me va de nuevo”, se sentó Alan ahora, y yo volteé a ver en donde me iba a sentar, y aunque fue rápido, vi cómo se le veía su paquete dentro del pantalón y cuando me volví a sentar y sentar sus manos en mis caderas, yo sentí que algo salió dentro de mí, como si hubiera sudado, entre mis piernas, pero no le puse atención porque era mucho la mezcla de emociones y placeres que sentía, y aunque la situación se prestó, los dos chicos eran tan inexpertos como yo, así que no hacían nada más que tenerme sentada arriba de ellos, no hubo movimientos, no hubo más, lo que sí hicieron, es que en el cambio ahora de Alán a Carlos, es que a este último, me quedaron mis piernas un poco afuera de las suyas, y entonces abrió Carlos sus piernas provocando que las mías se abrieran un poco, le dije que no hiciera eso, entonces las mantuvo medio abiertas, y eso provoco que la falda se me alzara mucho, quedando mis muslos descubiertos, al parecer fue algo que les encantó, porque dijo Alán algo como “no mames Faty¡¡¡ tienes unas piernotas¡¡¡”, y Carlos agregó: “si estás bien buena¡¡¡¡” entonces como vi que ya había alumnos con su mochilas, creí que ya no tardan en dar el timbre para la salida, maravillosamente ya se habían pasado dos horas, entonces me pare y dije que ya iban a timbrar, Carlos, salió del escondite, y dijo que iba a ir por su mochila, y quedamos Alan y yo solos, entonces como ya me iba a salir yo también por mi mochila, Alán, me tomo del brazo y me dijo que no había sido justo que me la pasara con Carlos, pero como lo dijo de una forma tan triste que me conmovió, y le pregunte que quería, y dijo algo como “enséñamelas”, y me tomo por sorpresa, y no entendí a que se refería, le dije que fuera claro porque ya iban a timbrar la salida, y entonces me tomo de la cintura y me jalo enfrente de él, pensé que me iba a besar, y miro hacia mis pechos y dijo, enséñamelas ahorita, me tomo tan de sorpresa que no me dio chance de decirle que no, pero en mi mente rápidamente se encontraba la idea de que sería súper difícil que se las enseñara en ese momento, y se me salió decirle “te las enseño pero no ahorita, ni hoy, ni mañana, pero serás el primero en verlas” fue tan contundente mi respuesta que dijo que si con una gran sonrisa, pero aun estábamos abrazados, realmente esperaba a que me besara pero el muy idiota dijo “bueno pero ahorita déjame te agarro esas nalguitas”, yo con mi cara de “really?” le dije que sí, entonces su manos en mi cadera pasaron a mi trasero y las toco y me pegaba contra él, y sentía su pene duro duro duro en mi pancita, y en eso sonó el timbre anunciando la salida, por arte de magia nos separamos y me dirigí casi trotando a mi salón por mi mochila, sin voltear a ver hacia atrás, vi a lo lejos a Karla con mi mochila, y su cara de sorprendida, porque dijo “que paso??, me tienes que contar… maldita” tome mi mochila y le dije que saliéramos de una vez, no quería ver a ninguno de los dos. Tenía mucho que contarle a mi amiga.