Mis Recuerdos ;) II

El primer roze en mis pompis

Aquí está el link del relato anterior: https://www.todorelatos.com/relato/161710/

Bueno después de ver mi primero pene, las cosas cambiaron recién entramos al tercer año de secundaria, las  piernas engordaron mucho las caderas se me ancharon más, y mis pompis pasaron hacer mi mayor atractivo, pasamos a usar la falda más arriba para que llevara más allá de la rodilla, mi amiga Karla también terminó se desarrolló mucho, pero además de los mismos cambios, a ella le creció mucho el pecho, además de que era más alta que yo, y con la piel más clara que yo, en definitiva mi amiga me opacaba, pero me gustaba la idea de ser, de acuerdo a los compañeros de clase “la segunda más buena”.

Pero aun así no teníamos novio, porque los compañeros de salón no eran los más listos, y se nos hacían muy tontos, pero el tema sexual no faltaba en nuestras platicas de receso en la escuela entre nosotras dos y otras tres chicas que terminaban de conformar el grupo, ninguna tenía experiencia, y hacíamos bromas entre nosotras pero inexpertas.

Nuestra única experiencia, es que empezó un tipo de juego, en el que un grupo de cuatro chicos del mismo salón, donde ellos disimuladamente se acercaban por atrás cuando nosotras estábamos “distraídas” y nos daban un “llegue”, es decir, su pelvis la pegaban a nuestro trasero y hacían un empujo discreto para que haya contacto el pene con nuestras pompis, y aunque era súper obvio su intención con Karla, a nosotras cuatro también nos tocaba algo, y aunque no sentíamos mucho su pene en sí, era muy excitante hacer eso aunque no era con mucha frecuencia, también nos encantaba calentarlos, porque nosotras nos hacíamos las indiferentes cuando se nos subían las falda arriba de la pierna estando sentadas, o que abriéramos más de piernas al pararnos y ellos aprovechaban para vernos, aunque nosotras nos hacíamos las enojadas cuando los descubríamos siempre estuvimos consientes porque nos encantaba calentarlos.

Aun así Karla y yo queríamos ir más allá, pero los chicos tenían una gran bocota y no queríamos manchar nuestra reputación.

Lo bueno llegó cuando un fin de semana me invitó a su rancho,  afueras de la ciudad, el traro del papá de mi amiga fue subiendo, hasta que ahora ya se atrevía que me veía bonita, o que tal blusa o pantalón me quedaba muy bien, lo bueno que a mi amiga no le molestaba nada de eso.

Ese fin conocimos que al tío, nunca entendí si era el tío de mi amiga Karla, o era algún conocido de muchos años que le decían de cariño el tío, pero todo el mundo le decía así.

Cuando vio a Karla no tardó en decirle lo mucho que creció y que ya era toda una mujer, se notaba que le fascinaba a Karla, y aunque mi amiga no me lo dijo, sabía que le encantaba los halagos del tío.

El propósito de nuestra ida el fin de semana, era enseñarle a Karla a manejar, y ver el nuevo potrillo que había nacido, y ahí estábamos… el papá de mi amiga y el tio y nosotras dos en la camioneta. Nos enseñaron todo, clutch, pedal, velocidad, palanca, la diferencia de un carro a la camioneta de ahí, etc, etc, le dieron la camioneta a Karla, y se le apagaba, incluso me lo prestaron a mí, y era obvio que no servíamos para eso, las risas pasaron a desesperación,  y entonces el papá de Karla pasó a ir por el carro, porque pensaron que sería mejor,  pero tardaría un poco, nos quedamos nosotros tres en un amplió terreno, y pasó lo increíble… el tío le planteo la idea de que sentara arriba de él, que el controlaría todo, que ella solo se dedicará al volante, y con la normalidad del mundo y enfrente de mí, presencié una escena que incluso, me fascinó, ahí estaba mi amiga con sus grandes piernas arriba de su tío, y el tío encantado de tener a Karla, así, aunque la escena fue normal, yo sabía que ellos disimulaban algo, y mi amiga lo disimulaba muy bien.

Pero llegó el papá de Karla, y bajamos, el tío le sugirió que me enseñara a mí, en lo que él le enseñaba a Karla. Al papá de mi amiga se le olvidó su hija, porque veía el gusto que tenía él por enseñarme, y entonces se van Karla y su tío, y se veía como daban vueltas por el terreno.

Me explico la función una vez más y me presto el carro al ver que se me volvía a pagar, sugirió lo mismo, y antes de decir algo, veía como el papá de mi amiga, se pasaba al asiento del copilo al mío, mientras yo me alzaba para dejarlo pasar, y cuando me senté, fue… excelente, recordé la experiencia que tuvimos meses atrás de cuando le vi el pene, y que a partir de ahí, había un juego de miradas que no pasaban de eso, pero ahí estaba sentada arriba de él, aunque sentía que mis piernas y mis caderas habían crecido demasiado, me sentía chiquita arriba de él, y empezó la clase de manejo, y me volvió a acomodar,  y ahí fue cuando lo sentí, a pesar de los juegos con mis compañeros de clase, creo que no había sentido un pene como tal hasta ese día, era algo durísimo que se ponía en mis piernas, sentía como abarcaba a lo largo de mis pompis, incluso sentí que era muy chica para ella.

Con sus manos en mis piernas, y arriba de él, fue lo maravilla, y noté que para sentirse más, aceleraba él un poco y frenaba eso hacía que se hiciera aun movimiento, me tomaba por las caderas y el empujaba hacia adelante, mientras me jalaba por atrás, yo sentía perfectamente como su pene se rozaba con mis pompis, y yo me sentía realizada.

Las piernas me temblaban y sentía un cosquilleo que iba desde mi vientre y cruzaba hasta mis pompis, sentí que mi vagina se sentía muy diferente, jamás había sentido eso, y el papá de mi amiga aprovecho todo lo que pudo, hasta que vimos estacionada la camioneta y tanto mi amiga Karla y su tío abajo de ella, y decidimos ir con ellos, aunque yo hubiera preferido seguir así.

Cuando nos bajamos, todos teníamos una cara de complicidad, mi amiga Karla me quería decir algo, y como que yo también, pero no quedamos callados, disfrute ver como tenían una cara de satisfacción, y aunque el papá de mi amiga había aprovechado para frotar su pene en mí, no le interesó que alguien hacía los mismo con su hija.

Pasamos a la casa a comer, y la acción se quedó en aquel baldío abandonado, y aunque estuvimos mucho rato solas mi amiga y yo, ninguna de las dos tocó el tema de ese día.

Por mi parte ese día, el tener mi primer pene en mis pompis, creció un gusto y una debilidad que hizo que cometería unos errores más adelante.