Mis recuerdos

Hombres y mujeres, todos perseguimos lo mismo con diferente nombre. Amor, Sexo, Placer, Lujuria. En esta y todas las épocas, el comportamiento general siempre ha sido el mismo. ¿Qué hace diferente la relación entre “padres e hijos”, si ya en la antigüedad era algo frecuente?

Todos guardamos recuerdos, de la infancia, la niñez, quizás de unas vacaciones o de nuestra primera experiencia en cualquiera de los campos que la vida te ofrece. Recuerdo con gran intensidad, lo que sucedió unos 20 años atrás.

Soy Bruno, nací cuando mamá tenía solo 24 años y papa ya 36, hacia solo dos que se habían casado, un año después nació Laura, mucho tiempo después supe por qué era tan joven mamá, y esos 12 años de diferencia de edad entre ellos.

Recuerdo que desde temprana edad, y sobre todo los fines de semana, ya el viernes por la noche cuando nos acostábamos, mamá nos traía un chocolate a la cama, al principio esperaba a que lo tomáramos y se llevaba los vasos, cuando fuimos algo más mayores los dejaba y a la mañana siguiente al despertar ya no estaban. Mama siempre fue muy cariñosa con los dos y lo demostraba siempre que podía, papá siempre fue más hosco.

Uno de esos viernes cuando yo tenía unos 14 años, fue cuando comencé realmente a tomar conciencia de la historia, trajo el chocolate como siempre y lo dejo sobre la mesilla de noche, yo estaba en el baño y al salir ella de mi habitación nos cruzamos en el pasillo, estaba muy guapa con un vestido que no le había visto nunca, al ir a tomarme el chocolate cayó el vaso y se derramo por completo, me apetecía, pero esa noche me quede sin él, me dormí aunque al rato algo me despertó, era la primera vez que me sucedía, pues siempre dormía de un tirón hasta la mañana siguiente, incluso en ocasiones me habría quedado un rato más en la cama porque me sentía cansado y con sueño.

Intrigado me asome al pasillo y comencé a oír una serie de sonidos que desconocía, fui avanzando por el y pasé frente a la habitación de Laura, al llegar al salón vi la puerta del sótano abierta, por lo general estaba siempre cerrada porque no nos permitían bajar nunca, decía papá que había herramientas con las que nos podíamos hacer daño. Lo que vi me puso los pelos de punta. Los dos estaban completamente desnudos. La habitación estaba muy iluminada y en medio estaba mamá. Con algo que desconocía en la boca y atadas las manos con los brazos en alto, a una cuerda que pasaba por una polea sujeta en el techo.

Papa iba girando en torno suyo, y con una especie de látigo le iba dando golpes en los pechos, las piernas, el sexo, el culo, los brazos, mientras que ella se retorcía a cada nuevo golpe, pero me di cuenta que evitaba la cara y la parte baja tanto de las piernas como de los brazos, me quede un rato como hipnotizado viendo semejante espectáculo, ahora comprendía porque solíamos ir a la playa con nuestros tíos y primos pero sin ellos, decían que el sol les sentaba mal a la piel.

Cuando papá aflojo un poco la cuerda, imagine que eso se había terminado, pero en realidad no hizo más que comenzar, no me había fijado que los tobillos estaban fijados a sendas argollas en el suelo y papa paso la cuerda por otra polea que había en una de las paredes, para forzar la posición al tirar de ella y quedar doblada sobre una especie de travesaño donde apoyaba el vientre, alargando los brazos, en esa posición papá la penetro de forma brutal sujetándola por las caderas, y por como gruñía mamá a pesar de lo que tenia en la boca, seguro que le hacia daño.

Emitiendo un rugido que semejaba el de un león, papá vibro como un poseso y después saco su polla de donde fuera que la tuviera, cuando se giro hacia la puerta entornada desde donde yo miraba, pude distinguir claramente restos de haber sodomizado a mamá, había visto en casa de un amigo alguna de las pelis porno de su padre y una en concreto era muy desagradable, precisamente porque incluía escenas de ese tipo, pero lo que llego a continuación si que me impactó. Le soltó las manos de la cuerda, pero permanecía con ellas atadas entre si y la hizo arrodillar sobre el suelo, que imagine estaría frio. Con una voz ronca, pero muy autoritaria papá dijo.

¡Chupa puta! y déjala como a mi me gusta, que no queden restos de nada.

Mamá abrió la boca y comenzó a tragarla sin aparentes dificultades, una polla que comparada con la mía era inmensa, y eso que yo tenía un buen tamaño, bastante superior a la de mis compañeros. No solo lamió y tragó todo lo que encontró sin poner mala cara, parecía satisfecha después que papá le sujetara la cabeza y le follara la boca, causándole arcadas en más de una ocasión. Cuando eyaculo entre sus labios primero, por la cara y los pechos el resto, me pareció que si se había terminado.

Soltó sus manos y sin soltarle siquiera los tobillos se dirigió hacia la puerta detrás de la que estaba espiándolos, me retire deprisa, pero faltó poco para que me pillara, tuve apenas tiempo de esconderme en un armario del pasillo, cuando entró en su habitación, volví a bajar la escalera a riesgo de que mamá me sorprendiera.

Quería ver si estaba en condiciones de subir sola la escalera, y asegurarme que no estaba lastimada, pensé que la encontraría llorando enfadada y avergonzada por el trato recibido, pero para mi sorpresa, con cara de satisfacción, todo lo que iba retirando de su cuerpo se lo metía en la boca, esa misma boca con la que después nos besaba, pues siempre había sido muy cariñosa con nosotros.

Subí a mi habitación y recogí los restos del chocolate que había derramado, me metí en la cama pero no me pude dormir, al rato, por una rendija de mis parpado entornados, vi aparecer la figura desnuda de mamá, llevaba el cabello mojado aún, seguro que se había dado una ducha para eliminar los restos de lo ultimo con que le había premiado papá, y quizás también para mitigar parte del dolor y hacer desaparecer la inflamación de los azotes recibidos.

La noche siguiente, tampoco tomé el chocolate que vertí en el lavabo, bajé pronto hasta mi puesto de observación, a tiempo de ver la primera discusión entre mis padres, nunca los había visto discutir por nada, pero eso fue muy fuerte para mi, lo primero que oí al llegar, fue a mamá muy indignada como decía.

Siempre he hecho lo que te ha apetecido, nunca he tenido reparos en nada, incluso cuando siendo una adolescente me violaste, y después me dijiste que me querías para que no te denunciara, tampoco cuando comenzamos este juego de sumisión, donde al principio según tú alternaríamos el rol, tampoco me queje porque fueras siempre tú el amo y yo la sumisa, pero esto no lo pienso consentir.

Papá muy serio, trato de convencerla diciendo.

¿Cuando he echo algo para perjudicarte? Dices que te violé, nunca hasta ahora te has quejado de eso, es cierto que para follarte la primera vez no te pedí permiso, ni paré cuando me lo suplicabas, pero ya ves lo bien que nos va.

Traer a alguien para que vea como jugamos, incrementará el morbo y por tanto el juego será mejor para ambos, y quizás con el tiempo, incluso desees que alguien más participe de nuestros juegos, para hacerlos más amenos.

Mamá no estaba dispuesta ceder y respondió.

De acuerdo, podemos hacerlo si es como yo diga, invitaré a unas cuantas mujeres y seré yo la domina y tú el esclavo, pero nada de cambiar luego, a solas tú seguirás siendo el amo, en público yo seré la domina, pero claro, imagino que no es eso lo que pretendes, siempre has sido “

TU Y SOLO TU

” quien ha marcado los límites y ha impuesto las normas.

A papá se le congestiono la cara, levanto la mano y mamá aguanto el tipo, con una fría mirada le dijo en un susurro casi inaudible desde donde yo estaba.

Durante el juego, puedes disponer de mi cuerpo como se te antoje, pero si me pones la mano encima fuera del juego, se habrá terminado todo, ya te lo dije la primera vez que lo intentaste antes de que nacieran los niños.

Papá, maldijo entre dientes mientras bajaba la mano lentamente, se quedo pensativo unos instantes y según deduje por como lo dijo, más como amenaza que porque lo quisiera cumplir añadió.

Ya no quiero estar más contigo, mañana me iré y no me veras más, apáñatelas como puedas pero no cuentes conmigo para nada, mi abogado ya se encargara de los temas legales, tanto de la empresa si me quieres comprar la parte, o se vende y dividimos lo que nos den, como lo de la pensión de los niños si es que ha lugar, en cuanto a la casa, como nos la dieron tus padres no hay nada que tratar, solo me llevare algo de ropa.

Mamá no se amilano y respondió.

Haz lo que quieras, y no te preocupes por la pensión de los niños, no necesitan nada de ti, además nunca han sido para ti más que un estorbo, yo nunca les habría dado somníferos para tener más tranquilidad en nuestros juegos, pero fue una más de las cosas a las que accedí, solo por complacerte y aunque no me arrepiento de nada, ahora que lo pienso no lo volvería a hacer.

Cuando vi que se dirigía a la puerta, corrí como alma que lleva el diablo hasta mi habitación y poco después oí como mamá entraba en el cuarto de Laura, en toda la noche no dormí y de madrugada me asome y pude verlas juntas, mamá se abrazaba a mi dormida hermana sollozando. Y eso me entristeció mucho.

Por la mañana, la única que no sabia nada era Laura y yo trataba de disimular, después de desayunar llego nuestra tía Lola la hermana de mamá, nos despedimos de ellos como tantas otras veces, en que íbamos a pasar el día con los tíos y nuestros primos, durante todo el día impero la tranquilidad, jugamos en la piscina con mis primos y mis tíos, por cómo se comportaban comprendí que no sabían nada sobre la inminente separación de mis padres.

Cuando llegamos, papá ya no estaba y mamá estaba muy triste, me abrace a ella y le dije que no se preocupara por nada, Laura nos miraba y no entendía de qué iba aquello, entonces mamá nos dijo.

Papá se ha ido y no regresara nunca, esto no tiene nada que ver con ninguno de vosotros, teníamos serios y no podíamos continuar así, por eso hemos decidido dejar de vivir juntos, estoy convencida que lo echareis en falta, pero pronto os acostumbrareis a estar sin él igual que yo. Procurare que esto os afecte lo menos posible y por el tema económico no tenéis que preocuparos, nuestros abogados llegaran a un buen acuerdo.

Laura comenzó a llorar, bese a mama en la mejilla y tomando a Laura de la mano subí a su habitación, me senté en la silla de su escritorio y le dije.

¿Recuerdas que me dijiste por navidad? Que no te gustaba como te miraba papá, tampoco a mi algunas de las cosas que le he visto hacer últimamente, incluso creo que pegaba a mamá, esta noche después de cenar, cuando nos acostemos dile a mamá que se quede un rato contigo y seguro que lo hará, entonces trata de ver lo que tapa la ropa de calle y mañana me dices algo.

Laura me miraba, y sin decir nada le cambio la expresión de la cara. Se tranquilizó y dejo de llorar, bajamos al salón otra vez y ya todos más tranquilos nos dispusimos a cenar, mamá había pedido una pizza como muchos otros domingos, tratando de que la situación fuera lo más normal posible, mientras la comíamos me dijo que me hiciera a la idea, que desde entonces “seria el hombre de la casa”.

A la mañana siguiente, mientras desayunábamos Laura me hizo un gesto que fue suficiente para indicarme que había visto “marcas” en el cuerpo de mamá, nos llevó a la escuela como cada día, Laura y yo, hablamos a mediodía en el patio después de comer y antes de comenzar las clases de la tarde, muy seria me dijo que no quería volver a ver a papá y esperaba que nadie la obligara nunca a hacerlo.

Mama iba dos veces en semana a la empresa, que según pude averiguar con el tiempo, había comprado a papá su 40% y ese otro 10%, era para cubrir nuestra pensión alimenticia, fue un acuerdo muy favorable para todos, no lo vimos jamás, desapareció de nuestro entorno y pronto nos habituamos a otro estilo de vida.

Llego el verano, nos fuimos con los tíos, primos y mamá, a disfrutar de las playas de Ibiza, ella había insistido en que la llamáramos “Sonia” que es su nombre, porque según decía eso de mamá resultaba muy formal y además la hacía sentirse mayor.

Poco antes de navidad, encargó hacer una auditoria en la empresa y como resultado se presentó una querella por desfalco, contra el Gerente y el jefe de producción, que dejaron el puesto a la espera de juicio, en su lugar contrato a dos personas jóvenes que supervisaba mamá directamente.

Mamá se encargaba exclusivamente de nosotros, acompañando a Laura a clases de piano, o a mí en los desplazamientos del equipo de futbol en el que jugaba, también se ocupaba de la empresa, y aunque cuidaba mucho su imagen, en ningún momento me pareció que tratara de encontrar pareja.

En cuanto me fue posible, comencé a bajar al sótano cuando mamá estaba fuera con Laura, fotografié todos los artilugios que no eran pocos, me llamo la atención que hubiera allí una televisión de 43”, cuando miré un poco más vi que no tenía toma de antena, pero si un lector de CD. Busque hasta encontrar en un cajón una colección notable de CD, con la fecha como única inscripción, tome uno y lo coloque en el reproductor, lo que vi me impulso a sacar unos cuantos cada vez para hacer copias.

Unos días después, ya tenía el contenido de todos los CD en 14 DVD, contando un promedio de 9 horas de video por cada DVD resultaban más de 120 horas de filmación, que me tomo más de un año ver a escondidas y además hacerme un catálogo, con las escenas que me causaron más curiosidad, por su contenido o quizás por la inclusión de un nuevo dispositivo, los cuales no necesite recurrir a Internet para conocer su funcionamiento, así como tomar consciencia de la cantidad y calidad de los actos allí recogidos y asimilar todo ello.

En ese tiempo, muchas veces espié a mamá, veía como de madrugada bajaba al sótano, y regresaba horas después con un semblante agitado. Me decidí una noche a seguirla para ver que hacia allí. Primero se desnudó como en una especie de ceremonia, aunque bajó cubierta tan solo con un ancho vestido pero muy fino, que no solía emplear nunca en nuestra presencia, ya desnuda tomó un par de vibradores.

Untándolos con algún tipo de lubricante imagino, se introdujo uno por el ano y lo puso en marcha, poco después se introdujo el otro en la vagina, comenzó a contorsionarse pues permaneció todo el rato de pie, poco después vi que con dificultad se acercó a uno de los armarios y saco algo. Estaba de espaldas a mí, pero mientras evolucionaba, se inclinaba hacia delante y un lado primero y al otro después, cuando se giró lo suficiente pude comprobar que se había colocado “las ratoneras” en los pezones, que además de presionarlos, tiraban de ellos hacia abajo pues las había tenido en la mano, y pesaban lo suficiente como para arrancarle unos sordos lamentos.

Tardó más de media hora en alcanzar un orgasmo, que hizo que se revolcara por el suelo, mientras yo me estaba masturbando como un mono, pero es que incluso me llegaba el aroma a hembra que desprendía. Aunque el espectáculo en directo, era mucho menos completo que lo que había visto en las grabaciones.

Salí con algunas chicas, contaba con poca experiencia real que pronto amplié, pero con mucha más teoría que muchos de mis compañeros, porque no era lo mismo ver las evoluciones de una pareja o grupo en una peli porno, que saber que tal o cual cosa se puede hacer a una mujer en la realidad, algunas sufrieron un poquito entre mis manos, cuando les retorcía los pezones por ejemplo, pero no dañe a ninguna lo suficiente como para no querer repetir.

Nuestra vida, prosiguió sin grandes altibajos y antes de cumplir los 18 hice la selectividad, quería estudiar empresariales, para poder hacerme cargo de la empresa llegado el momento, y tanto mamá como mis tíos y abuelos maternos, acordaron darme dinero en lugar de regalarme nada, como premio por la nota que saqué.

El día de mi cumpleaños fue raro, en casa madrugamos todos siendo sábado, pero es que Laura, marchaba una semanas a Londres en viaje de fin de curso, después de desayunar y tirarme de las orejas, la acompañamos al aeropuerto mamá y yo, era la primera vez que se separaba de nosotros y nos parecía extraño, se estaba haciendo mayor, después fuimos a celebrarlo a casa de los abuelos toda la familia menos ella.

A media tarde de regreso para casa, me pregunto mamá si quería quedarme en algún sitio, pero le dije que prefería llegar a casa y probar el Calvados que me había regalado el abuelo. Poco después de entrar en casa, de un cajón donde lo había puesto antes de salir, saque una caja y le dije a mamá.

Esto es para ti, si te gusta quiero ver cómo te queda, y si no te gusta ya tratare de encontrar la forma de que me llegues a perdonar, pero quiero que sepas que te quiero y lo último que deseo es que te enfades conmigo.

Mamá, con un mohín me dijo.

Que habrás hecho esta vez, en lugar de hacerlos, recuerda que el que ha de recibir regalos eres tú, que para algo eres el cumpleañero, pero no te apures, es imposible que hoy me llegue a enfadar contigo por nada.

Fue a su habitación y poco después la oí entrar al baño, yo salí al jardín con una copa de Calvados, tome unos sorbos y estaba francamente fuerte, entre al rato pero mamá no había salido aún, desconocía cuál sería su reacción y me senté en un sillón esperando que saliera, cuando lo hizo llego hasta la puerta del salón y se quedó allí con la cabeza gacha, al mirarla con detenimiento me di cuenta que el regalo no le había desagradado, lo lucia con orgullo como única indumentaria, junto a unos zapatos rojos de tacón de aguja.

Se trataba, de algo que había encargado especialmente para ella, consistía en un collar de cuero forrado de terciopelo por dentro, en medio llevaba una inicial grabada [B] y debajo una argolla de la que pendía una cadena de plata que bajaba entre sus desnudos pechos, y que llegaba algo más abajo del final de su vulva, que aparecía roja e inflamada, quizás por haberla depilado con prisas ella misma.

Como no decía ni hacía nada, tan solo mantenía los brazos pegados a lo largo del cuerpo como signo de sumisión, le dije que quería verle los ojos, levanto la mirada y la fijo en algún lugar detrás de mí, se había maquillado y estaba esplendida, entonces le dije que se acercara.

Llego junto a mí y se arrodillo en el suelo, después de depositar la cadena encima de mi antebrazo dejando la cabeza gacha, entonces le dije que ahora sí que era en realidad “el hombre de la casa” y que me mirase a los ojos. Lo que quería era asegurarme de que me aceptaba como amo.

Con 42 años mamá tenía un cuerpo sensacional, por cómo me miro, comprendí que estaba del todo dispuesta a llevar ese collar y lo que significaba, estoy convencido de que también ella habría fantaseado con algo así, entonces fue cuando pronuncio solo tres palabras.

Gracias mi señor.

Cuando me levante del sillón, ella intentó seguirme a gatas pero fui tajante.

Sonia levántate y camina a mi paso, vamos primero a tu habitación y después ya veremos. Me siguió como una perra, que es como le gusta ser tratada según deduje por lo visto en los videos. Llegamos al dormitorio de matrimonio y le ordene que me desnudara, y después que me diera placer como mejor supiera e intuyera que me podía gustar, no quería tener que castigarla por falta de imaginación.

Me desnudo muy deprisa y sin ninguna pasión. Cuando comenzó a pajearme y me di cuenta que lo que quería es que la llevara al sótano y le aplicara un correctivo, la sorprendí al ordenarle que se pusiera cara a la pared en una esquina de la habitación, pasada una hora en que yo estaba tumbado en la cama, mientras ella seguro que estaría dolorida y con agujetas, pues los zapatos altos son muy incomodos para estar a pie firme, le dije.

Tienes solo otra oportunidad, para evitar que te quite ese collar y que nunca más quiera saber nada de Sonia, y seas para mí solo “mamá”.

Tal amenaza causo el efecto deseado, tal y como estaba tendido en la cama, me hizo sentir cosas que ni siquiera podía imaginar, comenzó con una mamada suave que tenía por misión ponerme en orden de marcha, entonces mientras se ensartaba en mi pero sin mirarme a los ojos, algo que remedie, tomando su barbilla y elevándola hasta que nuestros ojos coincidieron y ya no los apartó, eso también le sirvió para poder cambiar de ritmo en varias ocasiones, dependiendo de lo cerca que estaba yo del orgasmo.

En al menos tres ocasiones noté como se tensaba y era yo quien tirando de sus pezones la hacía parar, no quería que tuviera un orgasmo, pensé que ella quería en el fondo aguardar para hacerlo coincidir con él mío, que cuando llego fue con una gran descarga inicial y muy ruidoso, ella se mordía los labios y clavaba las uñas en las palmas de las manos, entonces recordé que antes de un orgasmo en las grabaciones, el mal llamado (papá) le daba permiso, lo hice y entonces comenzó a berrear de forma exagerada, mientras una serie de espasmos la sacudían de una forma bestial, algo que tan solo contribuyo a que mis sucesivas descargas le llenaran las entrañas de semen.

Se derrumbó encima de mí, la acaricie agradecido y en mi interior algo avergonzado, la había espiado para poder llevarla al punto donde estaba, cuando ella comenzó a reaccionar, trato de apartarse un poco pues al parecer ella no “podía” gozar tanto de un orgasmo, pero la atraje y le murmuré al oído.

Algunas cosas, ya nunca serán como fueron antaño. Quiero que me digas en este momento que es lo que te gustaría que te hiciera.

Ante su mirada de escepticismo le dije.

¿Piensas ser mi esclava? Pues QUIERO saber cómo hacerte gozar, para poder castigarte sin ello cuando lo merezcas.

Su respuesta no pudo ser más directa ni concisa.

Dolor señor, necesito que me proporcione dolor señor, sé que no me hará daño, solo ese punto de dolor que sabrá en todo momento que es el que mi cuerpo merece y usted será justo en dármelo. Pero antes de eso ¿Me permite que le limpie?

Tan solo afirme con la cabeza y su dedicación me maravillo, chupo lamio y succiono todo lo que había quedado en la polla o sobre la pelvis, después de puso de pie junto a la cama y se calzo los zapatos rojos otra vez, me levante y la precedí hasta el sótano. Allí después de atarla en aspa contra un soporte de igual forma y ponerle una mordaza pasamos más de dos horas.

Empleando pesos con pinzas en los pezones, un huevo vibrador en el ano y con un micrófono vibrador que pasaba por su vagina, conseguí que tuviera un largo interminable y doloroso orgasmo, para terminar la sesión la lleve al límite de lo que podía soportar, con un método antiguo que ella desconocía, se trataba de agua templada a alta presión, que le hacía bailar el clítoris, tan rígido y ufano al principio y que al estar tan sensible conseguí hacerle perder el sentido, quedando desmayada sujeta al aspa y con el cuello doblado, mientras que multitud de espasmos cruzaban su cuerpo.

Le solté los tobillos primero, para después de sujetarla con una especie de sabana por debajo de los brazos, y soltar con mucho cuidado las muñecas, cuando fui soltando la sabana, su cuerpo fue venciéndose sobre mí y en cuanto pude la subí hasta su habitación, me tendí a su lado, y esperé a que después de recobrar la conciencia, asimilara lo sucedido.

Cuando por fin pudo fijar sus ojos en mi me dijo balbuceando.

¿Qué me has hecho? Hacía mucho tiempo que no, bueno en realidad NUNCA, había gozado tanto en tan poco tiempo y ahora hay una cosa que me preocupa. ¿Cómo lo haremos para continuar esto? Claro si es que realmente quieres que sea para ti, algo más que tu madre.

La bese en los labios suavemente, después le acerque un poco de zumo, y cuando imagine que estaría ya centrada del todo le dije.

Por Laura no te preocupes, ella tiene otras cosas en que pensar, además seré yo quien se encargue de hablar con ella, por todo lo demás tampoco te has de preocupar, antes de dar este paso lo he pensado mucho y asumo la responsabilidad que conlleva ser el dom de una sumisa, claro si es que deseas seguir con ese rol.

Una mirada bastó para confirmarme que si era lo que deseaba. Y la tranquilice al decirle que NUNCA le exigiría nada que no pudiera cumplir, pero que ella también tenía que ayudarme a ser un buen compañero de juegos. Y entonces me preguntó que desde cuando lo sabía, mi respuesta fue, desde la noche antes de que tuvieran la discusión por la que marchó papá, comenzó a reír y me dijo.

Aquella noche me pareció verte, pero pensé que era imposible ya que os poníamos somníferos en el chocolate, también me pareció verte un rato después de que él se fuera, mientras yo terminaba de recoger, además como al ir a tu habitación dormías.

Riendo le confesé que no dormía, y que recordaba perfectamente que entró a verme desnuda y con el cabello mojado.

Toda esa semana solos, fue un verdadero carrusel en el que ambos terminábamos cada día agotados, llego el domingo y cuando fuimos a buscar a Laura llego muy contenta, en el viaje había disfrutado mucho, siempre hemos sido más que hermanos cómplices, y nos lo hemos contado todo, incluso cuando el año anterior me conto que iría al cine con un compañero de clase, pero que no sabía besar la ayude, con unas cuantas prácticas que no pasaron de ahí.

Ya en casa y a solas me contó que había dejado de ser virgen, y que en contra de lo que contaban algunas de sus compañeras, no había sido nada traumático, en parte porque había sido con un chico ingles de unos 25 años, y que se notaba que tenía experiencia, eso fue el mismo día que llegaron y han estado toda la semana juntos, con la ayuda de las compañeras.

Cuando le dije que también tenía algo que contarle, se sentó y presto mucha atención, a medida que iba progresando en mi relato, de cómo habían sucedido “cosas” con

UNA MUJER

, ella iba poniendo cada vez más atención, hasta que sentada en el filo de la silla me dijo sorprendiéndome.

Así que mamá ya tiene otra vez lo que necesita.

No me mires así porque yo también conozco ese sótano. Hace un par de años, baje un domingo en que no fui a verte jugar el partido, ¿Recuerdas que estuve con anginas todo un fin de semana? Necesitaba unas tenazas o algo semejante, porque tenía una chincheta clavada en un zapato.

Temí hacerme daño si empleaba un cuchillo, bajé al sótano por ver si encontraba algo que me sirviere, pero descubrí toda la parafernalia y la tele, busque algún CD y vi uno por completo, después me hice un dedo solo imaginar lo bien que se lo pasaban, hasta que supongo que papá debió pasarse de la raya en algo.

Muy serio, le pregunté cuál sería su comportamiento de ahí en adelante, por mi parte pensaba seguir si es que eso no le iba a causar a ella algún tipo de problema, sonriente me contesto.

Solo hay una condición, esto quiero hablarlo directamente con mamá y que acepte el compromiso, que llegado el momento me permitirá al menos ponerme en tus manos, quiero comprobar si eso me puede gustar a mi tanto como a ella.

Esa misma noche hablaron después de cenar, mientras yo tomaba una copa de calvados tranquilamente en el jardín, en un momento me pareció que habían alzado un poco la voz, pero pronto pasó el chaparrón, al poco me llamo Laura para decirme que iba a acostarse ya, me beso en la mejilla y entro en la casa otra vez, salió después mamá y me dijo.

Esta noche para ti soy Sonia. Tu hermana ya me ha dicho que está al corriente de lo nuestro, si no te parece mal hemos acordado que de momento no participara, pero asistirá los fines de semana como publico silencioso a nuestras sesiones. Y en algunas ocasiones nosotras tendremos encuentros en solitario, para tratar de completar su formación sexual.

Solo asentí y la tome de la cintura, así juntos fuimos al dormitorio principal.

Posiblemente algún día, me decida a contar como resultó la participación de Laura, en ese otro estilo de vida que elegimos entre los tres.