Mis queridos hijos

Descubro a mis hijos haciendo algo algo inesperado.

- Nenes, voy a hacer la compra. ¿Necesitáis algo? - Pregunté asomándome a la habitación de mis hijos mientras ellos jugaban a la consola.

- Compra un par de pepsis mamá, gracias.- Contestó Fran sin despegar los ojos de la pantalla.

- Muy bien, ahora vuelvo.

Deje a mis hijos con su videojuego. Estaba muy orgullosa de ellos. Habían terminado el instituto con todo aprobado y los habían aceptado a los dos en la carrera de ciencias de la actividad física y del deporte y yo les había recompensado con una playstation 4 por sus esfuerzos. Os parecerá raro que dos jóvenes de hoy en día no tuvieran antes una videoconsola de última generación y compartieran habitación a su edad pero mi situación no daba para más.

Me llamo Elena y soy madre soltera. Con sólo 18 años me encontré embarazada de gemelos de un cerdo que desapareció de mi vida en cuanto se enteró. Mis padres me ayudaron mucho los primeros años hasta que conseguí un buen trabajo como camarera en un buen restaurante. No era mi trabajo soñado pero es un sitio muy bueno y tengo un buen sueldo. Asi que con 21 años pude alquilarme el piso donde vivimos actualmente y dejar a mis padres descansar. A pesar de que el sueldo es aceptable, un sólo sueldo para tres personas no da para muchos caprichos, pero vivimos bastante bien los tres. Ya con 34 años, puedo decir que vivo bastante cómodamente.

Bajé al parking del bloque y nada más entrar a mi coche me di cuenta de que me había olvidado el móvil en mi habitación. Pensé en seguir pero mi obsesión por las redes sociales me hizo volver a casa.

Volví a subir y me dirigía a mi habitación cuando escuché algo que me hizo detenerme. Por el pasillo que llevaba a nuestras habitaciones escuché los gemidos de una mujer. Unos gemidos bastante escandalosos que sólo podían significar una cosa.

"Los nenes están viendo porno" Pensé

Mi primera reacción fue volver a irme a la compra, pero cedí a la curiosidad y avancé a su habitación. Me asomé disimuladamente y vi la televisión que tenían colgada de la pared donde momentos antes jugaban al juego de basket. Una mujer rubia con unas tetazas operadas cabalgaba una polla enorme mientras gemía descontroladamente. Desde mi posición sólo veía el pie de la cama de mis hijos. Me asomé un poco más cuidadosamente hasta que llegué a ver sus miembros y sus manos pajeándose.

"Madre mia, se están masturbando los dos en la misma cama"

"Elena, no se de que te asombras si tú, más joven que ellos, hacías lo mismo con Patricia"

"Pues también es verdad. Pero no sé, entre hermanos... Aunque ellos siempre se han llevado muy bien, tal vez sea normal que hayan descubierto el sexo investigando juntos"

Por un momento me arrepentí de no haber hablado nunca con ellos de esos temas, pero no creí que fuera tan malo lo que estaban haciendo.

Me asomé un poco más y vi los abdominales de mis nenes. Los dos jugaban en el equipo del instituto de basket y tenían una buena forma física. Casi sin pensar empecé a acariciar con mi mano mi coñito por encima de la falda del vestido.

Desde su padre había tenido más parejas, por supuesto. No duraban mucho, salir con una mujer con dos hijos no es del gusto de los hombres jóvenes y ya pasados los treinta buscaba más algo pasajero que una relación estable. Aunque últimamente estaba pasando un periodo de sequía bastante serio.

Con 34 años tenía un buen cuerpo. Yo le había inculcado a mis hijos el hacer deporte de manera habitual. Tengo unas tetas de tamaño medio muy bonitas, con unos pezones claros y muy suaves y blanditas al tacto. Mi culo es mi mayor orgullo, un culito trabajado en el gimnasio al que mis parejas les encanta sobar mientras me follan desde atrás.

Pronto, el inocente toqueteo por encima del vestido pasó a la historia cuando introduje mi mano por dentro de mis braguitas y empecé a meterme el dedo índice en el coño. Reprimí un suspiro cuando mi dedo atravesó mi húmeda entrada y empecé a meterlo y sacarlo con un ritmo lento para no alertar a mis hijos.

"Joder, me estoy masturbando mirando a mis hijos mientras hacen lo mismo"

Me convencía de que me masturbaba mientras miraba la película porno del televisor pero en realidad no apartaba la vista de sus pollas, de las cuales hay que decir que eran de un tamaño considerable.

Así seguí un rato hasta que vi algo que me impactó. Observé como Fran y Javier soltaban sus pollas y, sin ningún atisbo de duda, cada uno cogía la polla del otro y se pajeaban mutuamente.

- Ufff, joder Fran, que bueno.- Decía Javi.

- Buff ya te digo. Y no veas la guarra esa como la come.

Miré un momento la pantalla y vi a la chica tragándose ese miembro inmenso hasta la garganta. Seguí observando a mis hijos mientras el calor invadía mi cuerpo. Sin darme cuenta aceleré el ritmo de mi paja y me di cuenta de que habían empezado a escucharse los chapoteos de mis dedos penetrando mi coño que ya estaba mojadísimo. Alarmada, saqué mi mano sin dejar de mirarles. No sabía si lo habrían escuchado con el ruido de la televisión y salí de casa haciendo el menor ruido que pude. Dejé el móvil, no quería enfrentarme a pasar delante de su habitación mientras ellos se masturbaban.

Bajé al parking y entré en el coche. Miré en el retrovisor mi cara totalmente colorada y comprobé que no hubiera nadie cerca de mi coche. Recliné el asiento y me abrí bien de piernas, aparté la tela de mi ropa interior y empecé a masturbarme a placer. Mis dedos entraban y salían de mi coño mientras los ruidos de mis fluidos invadían mis oidos. Con mis ojos cerrados rememoraba la escena que acababa de vivir. Cuando me faltaba poco para acabar empecé a imaginar las enormes pollas de mis hijos corriéndose sobre sus abdominales mientras cada uno masturbaba al otro. Solté un gemido bastante fuerte cuando yo misma me corrí. Mis piernas temblaban y metí mis dedos en la boca para no dejar escapar más gemidos hasta que me tranquilizara. Cogí un pañuelo del bolso y me limpié los fluidos que corrían por la parte interior de mis muslos, arranqué el coche y me fui a la compra.

Ya en casa, estaba colocando la compra cuando apareció Fran en la cocina. Después de lo de antes le miré de arriba abajo. Era un chico muy alto y guapo, me fijé en sus pectorales y abdominales definidos, ya que iba sin camiseta por la calor del verano. Bajé la vista sin poder evitarlo hacia su entrepierna y vi un generoso bulto marcándose en su pantalón corto.

- ¿Te has acordado de la pepsi, mamá?

Dí un respingo cuando su voz me sacó de mi ensoñación. Noté la cara ardiendo y le dí la espalda a mi hijo para centrarme en mis bolsas.

- Si, cariño. Ya la he metido en la nevera. ¿Y tu hermano?

- Ha salido. Gracias por la pepsi, eres la mejor.- Y colocó sus manos en mis caderas mientras yo me estremecía y me dio un beso en la mejilla.

Se sentó en la mesa de la cocina con su refresco mientras yo seguía a lo mio.

- Oye mamá. Antes, cuando has vuelto...

Me eché a temblar al oir sus palabras. Me debían haber esscuchado entrar o salir. Me quedé callada pensando una excusa para no confesar lo que había visto.

- Perdónanos. No esperábamos que volvieras tan pronto. ¿Habías olvidado algo o qué?

"Perdónanos ha dicho. O sea que sospechan que yo haya podido enterarme de lo que hacían. Mejor hago como si nada"

- Si, me había dejado el móvil.

- Ya, eso he pensado cuando lo he visto ahora encima de tu mesita.

" Mierda, ahora imaginará porqué no lo he cogido cuando he vuelto"

- Bueno, he escuchado la televisión desde el pasillo y he preferido no molestar.- Contesté sin saber muy bien lo que hacía, simplemente pasaba las cosas de una bolsa a otra muy nerviosa.

- Mamá, hemos oidos tus pasos acercándose a la habitación y un rato después alejándose.- Me dijo mientras yo daba un respingo al oir su voz más cerca de mi.

- Bueno, si. No me había dado cuenta de lo que hacías hasta llegar más cerca de vuestro cuarto.- Le dije mientras giraba la cabeza y le sonreía torpemente.

- Si, aunque ha pasado un buen rato desde que te has acercado hasta que has vuelto a irte. Mira mamá, no queremos que te alarmes por lo que has visto. Es sólo que es más placentero que otra persona te masturbe a pajearte tú mismo. Y Javi y yo siempre nos hemos llevado muy bien y nos queremos mucho.

- Bueno Fran, no hace falta que te excuses. A mi me parece bien que hagáis lo que queráis.- Seguí hablándole si mirarle, avergonzada. - Pero no quiero que baséis vuestra sexualidad sólo entre vosotros dos. Algún día conoceréis a algún chico que...

- Jajajaja. - Me interrumpió Fran.- ¿Algún chico? Mamá que no somos gays. ¡Si Javi está ahora mismo con su novia! No te había dicho nada aún porque es algo reciente.

- ¿Su novia? Pero vosotros dos...

- Si, nos gusta masturbarnos juntos y a veces masturbarnos el uno al otro pero nos gustan las chicas.

- Bueno, cielo, pues no se que más decir... Supongo que estoy contenta de la confianza que tenéis, no se. Nunca había pensado en vosotros en ese plan, pero si lo tenéis claro... Sólo que algo más de cuidado que no vivís solos.

- Pues ese es otro asunto. Verás cuando hemos terminado, hemos hablado de que te hayas quedado observándonos. Y por eso me he quedado aquí, para comentártelo. Ya que te has tomado tan bien y tan natural lo nuestro...pues hemos pensado que... tal vez...

Me giré alterada por lo que creía que fran me estaba intentando decir cuando le vi con su pantalón bajado y su polla asomando sujeta por su mano.

- ¡Fran! ¿Qué haces?

- Pues mamá, no se. Ya te he explicado que lo que hacemos mi hermano y yo es por placer y diversión, nada más. Y como parece que te había gustado lo que habías visto, pues hemos hablado que... no se como decírtelo mamá... pues que estás muy buena.

- ¿Pero que dices? No, Fran, esto no...- Le decía mientras pegaba mi espalda todo lo que podía en la encimera sin apartar la vista de su polla.

- Verás, desde que empezamos a "jugar" entre nosotros nos hemos fijado en lo atractiva que eres y me he quedado aquí para hablar contigo de esto. Es sólo para que te masturbes con nosotros mamá, nos encantaría verte... y tocarte...y que nos toques...

- Fran, esto no... desde luego que no Fran... Vosotros haced lo que queráis pero yo no...

"Joder, como se le está poniendo la polla...¿Tan malo sería jugar con ellos?"

"¿Pero que estoy pensando?"

Mientras mi mente era asaltada por estos pensamientos frutos de la sequía de sexo que atravesaba, sin pensar me mordí el labio inferior sin dejar de mirar el tremendo cipote de Fran. Mi hijo debió malinterpretar este gesto involuntario porque se acercó más a mi y me cogió la mano.

Lentamente acercó mi mano a su polla. Mi respiración empezó a agitarse. Desde que los vi pajearse había fantaseado con ellos pero esto no podía ser. Mis dedos rozaban ya su tronco. Abrí mi mano y agarré la polla de mi hijo convenciéndome a mi misma de que si pajearlo sería lo mejor, me dejaría en paz y no volveríamos a hablar de esto.

Empecé a subir y bajar mi mano por su tronco lentamente, viendo su brillante cipote aparecer y desaparecer de su prepucio. Mi hijo soltó mi mano y la apoyó en la encimera.

- Joder mamá. Que bien lo haces, sigue.

La visión de su polla en mi mano y él llamándome mamá mientras le pajeaba empezó a hacer que mi cuerpo reaccionara. Notaba mi coñito temblar y deseaba meter mi mano dentro de mis bragas... o que él lo hiciera. Pero no podía ser yo la que diera aquel paso.

La polla de Fran estaba ya enorme. Aceleré el ritmo hasta que vi aparecer las primeras gotas de líquido preseminal, paré y acaricié su capullo con mis dedos para mojarlos con aquel líquido y volví a masturbalo algo más lento. De repente, mi hijo se acercó más a mi y metió su mano por debajo de mi falda por detrás, agarrándome el culo.

- Vaya culo tienes, mamá. Joder, como me estás poniendo.

Yo seguía muda. Por un lado estaba turbada por lo que estábamos haciendo mi hijo y yo. Por otro lado me estaba poniendo cachonda perdida con las caricias de mi hijo. Mi batalla interior la ganó la mujer y la perdió la madre. Abrí un poco las piernas y Fran comprendió perfectamente lo que quería. Metió su mano por dentro de mi braguita  desde atrás y empezó a acariciar con dos dedos la entrada de mi húmedo coño. En ese momento solté mi primer gemido delante de mi hijo, le miré a los ojos y me mordí el labio sin dejar de acariciar su polla.

-Dios mamá, que coño más mojado. Estoy deseando meter mis dedos dentro de ti y masturbarte.

Yo seguía estúpidamente en silencio. Fran lo interpretó como un "adelante". Sacó su mano, me bajó las bragas, me arremangó el vestido en torno a la cintura y metió sus dos dedos dentro de mi coño un tanto bruscamente.

- Tranquilo cielo, con cuidado.- Le dije.

- Perdona mamá.

Empezó a meter y sacar sus dedos de mi coño. Ya estábamos muy cerca. Notaba su cipote rozar mi abdomen mientras yo seguía masturbándole y nuestro aliento acariciaba la boca del otro mientras gemíamos. yo abrí más mis piernas y cerré los ojos abandonándome al placer. Fran empezó a follarme con sus dedos con más rapidez. Empecé a gemir más alto mientras escuchaba los sonidos de mi coño encharcado.

- Joder Fran, sigue asi cariño, voy a correrme pronto, sigue.- le supliqué dejando mi mutismo en el olvido.

Mi hijo me obedeció y siguió masturbándome con fuerza mientras yo soltaba su polla y apoyaba mis dos manos en la encimera a mi espalda. Abrí los ojos y miré hacia abajo para ver los dedos de mi hijo taladrando mi coño hasta que mis piernas empezaron a temblar, eché la cabeza atrás y solté un gemido que me salió del alma mientras me corría y escuchaba el sonido de mis flujos cayendo al suelo de la cocina.

Cuando mis piernas volvieron a sostenerme, abrí los ojos y vi a Fran lamiendose los dedos con los que me había masturbado mientras se pajeaba. Me coloqué dtrás de él, aparté su mano y empecé a masturbarlo yo misma de nuevo con una mano mientras con la otra le masajeaba sus cargados huevos.

- Joder mamá, sigue por favor, me corro...me corro...

Me asomé por un lado de su espalda pajeándole con rapidez y vi como los chorros de semen salían disparados. Salieron unos buenos trallazos de lefa que caían en el suelo mientras yo le apretaba los huevos y volvía a notar como me excitaba.

Cuando todo acabó la realidad volvió a mi.

- ¡Madre mia Fran! ¿Qué hemos hecho?

- Mamá, tranquila. Ha sido genial, ¿no?

- Si, pero... Esto no está...Bueno, ha pasado y ya está. No le digas nada a Javi, por favor.

- Mamá, no pasa nada. Me ha gustado mucho y nadie se va a enterar.- Me dio un beso en la mejilla y se fue al baño.

Yo me coloqué bien el vestido y empecé a recoger el estropicio. Menuda cantidad de semen había soltado el cabrón. Luego miré el charco que había en el suelo donde yo me había corrida y sonreí mientras pensaba que a alguien habría salido. Terminé de limpiar, de colocar la compra y me fui a la ducha.

El resto de la tarde hice como que nada había pasado. Javi volvió de ver a su novia y nos sentamos los tres a cenar charlando como una familia normal. Poco después ellos se fueron a su habitación y yo me quedé en el salón viendo una película. Al estar solo me quité el pantalón corto que llevaba y me quedé con una camiseta negra de andar por casa y unas braguitas también negras. Abrí las ventanas del salón a ver si entraba algo de aire y me senté a disfrutar de la película. Pronto escuché los gemidos del televisor de mis hijos.

"Ya están otra vez. ¿Y si me asomo?"

Finalmente me quedé en el salón. El sonido de mi película era más alto pero incoscientemente intentaba prestar más atención alos sonidos que salían del cuarto de mis hijos.Empecé a ponerme cachonda, cerré los ojos y metí mi mano dentro de mis bragas y empecé a acariciarme el coño. Apoyé los pies en la mesita de centro con las piernas bien abiertas y me dejé llevar al placer. De repente, escuché un sonido detrás de mi.

Saqué mi mano y giré la cabeza hacia atrás para encontrarme con el cuerpo desnudo de Fran en la puerta del salón, con la polla erecta y sonriéndome.

-¿Qué? ...¿Pero qué?...

- Ven a nuestro dormitorio.- Me dijo. Se dio la vuelta y se fue.

Me quedé atontada en el sofá. Estaba tan cachonda que me decidí y fui a la habitación de mis hijos pensando en que sería mejor masturbarme mientras los miraba que allí yo sola. Estaba fuera de mi. Me paraba y seguía andando por el pasillo hasta que finalemente llegué a la habitación.

- Hola mamá.- Me saludo Javier sonriéndome mientras se acariciaba la polla.

Miré a mis hijos allí desnudos y miré el televisor donde una chica morena estaba siendo empalada por dos negros con unas pollas monstruosas.

- Siéntate ahí.- Me indicó Fran.

Miré donde señalaba y vi su silla de ordenador colocada frente a su cama, debajo del televisor mirando hacia ellos. Me senté en la silla en silencio y me quedé observando como se masturbaban. Al rato, Fran volvió a hablar.

- Vamos mamá, queriamos que vinieras para que te tocaras con nosotros. Me da un poco de palo que te quedes ahí sentada sin hacer nada.

- Eso mamá. Disfruta con nosotros.- Añadió Javi.

Empecé a moverme muy torpemente. En mi cabeza me decía que ellos me obligaban, pero realmente era yo la que quería hacer aquello con mis hijos. Abrí las piernas y las apoyé en el borde de su cama y empecé a acariciarme por encima de la braguita.

Ellos parecían complacidos porque dejaron de mirar la televisión y se centraron en mi mientras machacaban sus grandes pollas a mi salud. Pronto, Javi soltó su polla y agarró la polla de su hermano. Fran le devolvió el favor y empezaron a masturbarse el uno al otro delante de mi. Yo nunca he visto porno gay ni nada parecido, pero aquella visión de mis hijos, cada uno pajeando la polla del otro, me estaba poniendo a mil. Levanté el culo de la silla sin dejar de mirarles y me quité las bragas para poder pajearme delante de ellos agusto.

- Pues tenías razón Fran. Vaya coño bonito tiene nuestra madre. - Se confirmaba que Fran se lo había contado todo.

- Te lo dije. Y lo rápido que se le moja.

- Ya te digo.

Desde luego tenían razón. Yo ya tenía el coño mojado y escucharlos hablar de mi cuerpo delante de mi mientras se pajeaban hizo que me encharcara a los pocos minutos de meter mis dedos dentro de mi.

- ¿Y sus tetas que tal? - Preguntó Javi.

- No lo se, llevaba el vestido.

- Mamá, ¿porqué no te quitas la camiseta? Estarás más cómoda y además estaremos en igualdad de condiciones.

Solté una risita por las excusas de mierda que me daban para verme las tetas, pero ya todo me daba igual. Me quité la camiseta despacio para que vieran mis tetas caer cuando la tela las sobrepasó. La tiré a un lado y seguí a lo mio.

- Joder que tetas! - Exclamó Fran.

- Buff, estás buenísima mamá.

- Jajaaja, que tontitos sois. Venga vamos a corrernos.

- Pero mamá, tranquila, que lo vas a pasar bien con nosotros. - Dijo Javi.

-Bueno, he venido porque esta tarde he estado con tu hermano y no contigo. Pero yo no me muevo de la silla ni vosotros de la cama. Y ya mañana volvéis a vuestras cosas y yo a las mias. -

Los dos me sonrieron, asintiendo mientras volvían a dirigir los ojos a mis dedos mientras me follaba y aceleraron el ritmo de las pajas. Yo pasaba mi mirada de una polla a otra averiguando quien masturbaba mejor a su hermano mientras metía y sacab mis dedos de mi coño sin parar. Un rato después vi a Fran susurrarle algo al oido a su hermano y Fran asintiendo.

- Bueno mamá -empezó Fran- como has aceptado tan bien nuestro hobbie y has sido tan enrollada vamos a hacer que te pongas muy cachonda y te corras con ganas.

Y sin darme tiempo a responder, Fran se puso de rodillas en la cama mirando hacia su hermano con la polla durísima. Javier me miró un segundo, se incorporó un poco, agarró la polla de su hermano y se la metió en la boca.

Mi mano paró de joderme. Estaba en shock. Uno de mis hijos le daba una mamada al otro conmigo desnuda en la habitación. Nunca había visto, ni en pornografía ni nada, a un hombre mamarle la polla a otro. Fran jadeaba sin parar mientras de la boca de Fran salían los sonidos típicos de una buena mamada. Mis pezones se endurecieron muchísimo y volví a masturbarme con fiereza.

"Joder, que espectáculo. Como la chupa mi hijo"

Lejos de ser confusa, la situación era muy morbosa. Mi hijo Fran mamaba la polla de su hermano con ansia. Tuve la tentación de mamarle la polla yo a él o de pajearlo mientras se la comía a su hermano. pero había decidido que esa noche acabaría todo para mi y no quería seguir cruzando líneas con ellos. Volví a acomodarme en la silla y me pellizqué con fuerza un pezón con una mano mientras con la otra me taladraba mi coño mojado.

De repente, Fran agarró la cabeza de su hermano, Javi soltó la polla de Fran y éste me miró mientras empezaba a mover la cabeza de su hermano y le follaba la boca. Javi empezó a pajearse mientras yo observaba la escena extasiada, machacando mi coño mientras escuchaba los sonidos guturales que salían de la garganta de Javi y los gemidos y bufidos de Fran. Pronto vi los chorros de semen salir de la polla de Javi cayendo sobre su cuerpo y empecé a correrme, gritando de placer, mientras Fran sacaba la polla de la boca de su hermano y se corría sobre su pecho.

Miré hacia abajo, mirando mis piernas temblar y el cerco de fluidos que había dejado en la silla de mis hijos. Levanté la vista y los vi a los dos mirándome sonriendo, con sus pectorales subiendo y bajando por el esfuerzo. Volví en mi y me levanté como pude, les sinreí timidamente y les dije un débil "buenas noches" y me dirigí a mi habitación.

Cerré la puerta y me acosté en mi cama desnuda cubriéndome el rostro con las manos. Mientras pensaba en cómo afectaría lo que acababa de pasar a nuestra relación me abrí de piernas y volví a acariciarme el coño.

"Joder, menudo espectáculo"

Seguí masturbándome mientras sonreía por el tremendo recuerdo que me quedaría de aquella noche.

Continuará...

Después de un tiempo de inactividad, he decidido volver. Me encanta escribiros y recibir vuestros comentarios. Podéis escribirme a elenasaga6@gmail.com . Besos.