Mis primos del alma 2.

Dentro de poco haré otro relato de lo que pasó en Ikea.

Lo siento por no escribir y porque sea tan corto:

Lo siento por no describir me en el primer relato: Mido 1,77m, soy delgadito, rubio oscuro, ojos verdes, dicen que tengo unos labios preciosos, con una gran sonrisa, y me preguntan si me pinto los labios... pero no, casi siempre llevo gorras, no soy muy moreno, no hablo mucho, cuando estoy nervioso me muerdo los labios y cuando me habla la persona que me gusta, no sé porqué pero me vuelvo sordo.

Algo por la noche me despertó con una hostia en la cara. Cogí mi móvil que estaba en la cabecera, alumbré con él a mi cama y vi que era Alfredo, se había subido a la cama. Estuve mirando lo un rato, y me di cuenta de lo que había pasado, se la había mamado. Me entró un bajón, que no sé lo que me pasó, pero empecé a llorar. Le desperté, y con angustia me dijo:

  • ¡Qué pasa!-. me dijo Alfredo cuando me escuchó llorar entre la oscuridad.

  • Eh... Una pesadilla... Que, que... me quedaba encerrado en un ascensor... y, y, que la cuerda se rompió y caí con el al fondo. Y me desperté.- improviso muy bien ¡eh!

  • Buah... ¿Por esa mierda lloras? Anda, que tienes ya 14 años... Ven, acorrucate en mi pecho.

  • Va-vale.- Y nos dispusimos a dormir.

Por la mañana siguiente, viernes, me despertó un rayo de luz que entró por la ventana de mi habitación, en mi cama, sólo, y tapado hasta la nariz. Escuché el sonido de el agua caer:

  • ¿Alfredo?- dije con un ojo abierto y otro cerrado.

  • Estoy en la ducha.

No sé porqué, pero entré al baño, me picó la curiosidad en volver a recordar esa polla. Entré sin hacer ruido, abrí la puerta y entré. Me fui acercando poco a poco, esquivando su pantalón y ropa interior, y en una esquina vi una toalla y ropa limpia. Hasta que llegué a la mampara que la abrí un poquitín. Cuando la abrí un trozo, vi ese cuerpo, esos brazos, piernas, culo, espalda. Hasta que se dio la vuelta, y le vi ese pene, flácido, era alargado, grueso, mediría unos 14 centímetros, hasta que fui subiendo la vista, y creo que me vio. Corriendo me metí en el armario de las toallas. Oí como salía de la ducha, como se secaba, vestía y secaba el pelo. Ami se me durmieron las piernas, sentado sobre unas toallas dobladas, metido literalmente en un armario, semidesnudo, solo con un slip, que se notaba una buena erección. También escuché como abría la puerta:

  • ¿Javi, hola, dónde estás, Javi?-. preguntó Alfredo al salir del baño.

Abrí la puerta del armario en el que estaba, miré hacia lo lados, y no había nadie. Intenté salir del armario pero no podía, tenía las piernas dormidas.

  • Aiiiiih... ¡La hostia!- dije en bajo, yo solo. Me había caído de frente al suelo del baño.

Me incorporé, me cogí por los muslos, y empecé a estrompar me las piernas contra el suelo, haber si se despertaban. Levanté la vista, y vi a Alfredo asomando la vista, y entró al baño, riendose:

  • ¿Pero que haces? Jajajajaja, anda, toma, ropa limpia, coge tu una to-a-lla y duchate, jajajaja.- si que me había visto, bueno, da igual, ya se la vi ayer...

Me metí en la ducha, y me duché. Cuando terminé me sentía bien, muy bien, limpio y relajado. Me sequé, me puse un slip de London, un pitillo azul y una sudadera de Oxford roja. Me peiné y fui a la cocina, donde estaban mis padres y Alfredo desayunando café, ColaCao, tostadas, galletas, mermelada...etc.

  • Bueno, y ¿qué tal habéis dormido?- preguntó mi padre

  • Bien, bien. Muy bien. ¿A que si Javi?- dijo Alfredo pegandome una patada debajo de la mesa

  • ¿Eh? Si, si, muy bien, bien. Hemos caído rendidos- dije un poco nervioso

  • Me alegro. Bueno, a las cinco, cinco y media vamos a Ikea a comprar muebles, y cosas para la casa, a si que estar listos a esa hora para salir de casa e irnos. Ah, y Alfredo, me han llamado tus padres, y dicen de que hoy no van a estar en casa, que se van a tomar el día para ellos.- dijo mi madre tranquilamente

  • A, vale, pues voy con vosotros- dijo Alfredo sonriendo

Terminemos de desayunar, y fui a mi cuarto, hice la cama y me tumbé en ella. Puse la televisión, cogí mi móvil, y empecé a twittear, me aburría. Alfredo entró, cerrando la puerta cuando ya estaba dentro, se acostó alado mío.

  • Me encantó la nochecita de ayer, y el beso de por la tarde. La mamas muy bien primito, aún que sin tu querer chuparmela.

No le dije nada, seguí twitteando. Me dio un codazo en las costillas, entonces le miré mal. El se rió, y su sonrisa me hipnotizó. Me abrazó, y me susurró el oído que nunca se iba a separar de mi, y que yo soy suyo, para siempre.

Salimos de. La habitación, y fuimos al salón, mis padres algunas veces después de comer toman la siesta, asi que estábamos solos en el salón. Yo me tiré a lo largo en el sillón, y Alfredo también, en el otro sitio. Encendió la televisión y fue pasando canales, no había nada interesante, hasta que puso el canal de fútbol, puso exactamente lo que amí era lo único que no me gustaba, a si que me giré, mirando hacia el sillón, y me fui durmiendo, hasta que me dormí totalmente. Me desperté, con Alfredo alado, mi perfil derecho estaba apoyado en su regazo, acariciando me el pelo y las mejillas. Cuando le miré a los ojos sonreí, era mi debilidad mirarle a los ojos y verle la sonrisa.

  • Lo siento, sigue, sigue durmiendo.- dijo Alfredo

  • No puedo.- dije en bajo

  • ¿Por?

  • Porque no me estás dando la mano.- así que le cogí de la mano con la mano derecha, y la agarré con fuerza, y cerré los ojos para ahora si poder seguir durmiendo.

Seguía acariciando me las mejillas, yo ya no podía dormir, pero por lo menos descansaba la vista. Me hacía circulitos al rededor de la mejilla izquierda. Me metió un dedo en la boca, y su dedo y mi lengua jugaban, hasta que escuché a Alfredo bajarse la cremallera de la bragueta, y abrir me la boca. Yo me incliné y le dije que estábamos en el salón, que en cualquier momento podía aparecer mi padre o madre, y él me cogió por la cabeza, y me la volvió a aposar en su regazo. Yo volví a cerrar los ojos, con la boca abierta, y él se sacó el pene, lo sabía por el olor que soltaba el capullo, y porque me lo posó en la mejilla.

Mi primo me gustaba, sentía algo por él que me encantaba, no lo sé, pero le quería aún más té lo habitual. Entonces Alfredo fue introduciendo su pene por mi boca, y yo puse mi mano izquierda abierta contra su pecho, y le dije como pude que no hiciese nada. Abrí los ojos, y mi esa hermosa polla de mi primo de 16 años enfrente de mí, como un cachorro pidiendo comida. Lo cogí por el tronco, y me lo fui introduciendo en la boca, chupando lo, lamiendo lo, saboreando lo, y pajeando lo. Alfredo tenía los ojos cerrados, y las manos en la cabeza, y hacía movimientos pélvicos para meterme la y sacarme la de la boca, hasta que se corrió. Me tragué todo el semen que me dejó, me saqué esa polla de mi boca y me limpié con la manga de la sudadera los labios. Me dolía la boca, y la lengua estaba como dormida, como... no sé.

  • ¡Nos vamos!- dijo mi madre

Nos calzamos, salimos de casa, nos montemos en la parte trasera del coche y fuimos dirección a Ikea. Por el camino Alfredo y yo jugabamos a pegarnos, a picarnos y a hacernos los muertos para que en las curvas, nos moviesemos hacia los lados...

Continuará...