Mis primeros goces sexuales

Lo que nos proponemos hacer una compañera de la secundaria y yo en los microbuses llenos de gente...

MIS PRIMEROS GOCES SEXUALES

Queridos lectores, soy una chica inquieta nacida en algún lugarcito de Veracruz, México, lugar de temperatura calida que hace que la sangre suba de temperatura, por lo que desde chiquilla era muy fantasiosa y caliente.

La historia que les contaré sucedió cuando tenia 14 años y estaba en secundaria y en ella interviene una amiguita que era mi compañera de escuela. Los nombres para que nos identifiquen son Mariana que soy yo y Rosalía que es mi amiga y ella tenia 13 años.

Como todas las chicas actualmente, en la escuela escuchábamos los comentarios de las compañeras que contaban lo que hacían con los novios durante los fajes, algunas platicaban que mientras se besaban, sentían como se les ponía dura su verga a los novios y eso las excitaba pegándose a ellos para sentirla, otras mas aventadas decían que durante el faje, le abrían el cierre al pantalón y sacan su verga dura y se juntaban a ellos para sentirla mas mientras que otras mas atrevidas contaban que después de sacárselo so lo habían mamado hasta sacarle su lechita y tomársela toda.

Como podrán comprender, estos exaltados comentarios que escuchábamos nos ponían ¡¡¡a mil y mojaditas de la conchita!!!! a mi amiga y a mi, lo malo que no teníamos novios para poder poner en practica lo que escuchábamos y nos quedábamos con las ganas. Así las cosas, escuchando estas pláticas, Rosalía me comentó que a lo mejor eso era lo que había sentido días antes en el Microbús cuando se dirigía de la escuela a su casa y le tocó subirse a un camión lleno de gente contándome lo siguiente:

Como estaba lleno, y yo me bajo casi hasta la estación, trate de irme hasta la mitad donde me acomode en un pequeñito espacio junto a varios hombres. Trate de acercarme al asiento para agarrarme del tubo y no caerme.

El camión continuó su marcha y comencé a sentir que uno de los señores atrás de mi se me acercaba mas de lo normal. No se si lo empujaron o lo hizo a propósito, pero se acercaba tanto que sentía sobre mi cuello el aire caliente de su respiración

El señor se pegó mas hacia mi recargándose sobre mi espalda, y en ese momento sentí que en mis nalguitas me recargaba algo duro que se metía entre la división de las dos nalguitas.

Eso me hizo que la temperatura de mi cuerpo subiera y comencé a sentir cosquillitas en mi conchita. Con el movimiento del camión de acelerar y parar, sentía como me empujaba mas a cada rato su verga entre mis nalguitas. Fue tanto el goce que sentía que quería mas así que se me ocurrió comenzar a agacharme hacia adelante para ver por la ventanilla como si buscara donde estábamos y así su verga se metía mas y me rozaba la parte del calzoncito donde estaba mi conchita, que para eso ya estaba bien mojada.

Fue demasiado para mi, sentí que las piernas me temblaban y me dieron ganas de orinar en ese momento por la calentura que me dio ese roce tan rico que se acabo cuando el señor después de tocarme con sus manos las nalgas debajo de mi faldita corta, toco el timbre y se bajo. Por la pena no quise voltear a ver quien era el que me había regalado un momento de satisfacción.

La calentura que me causo esto hacia que al caminar rumbo a mi casa después de bajarme del camión, caminara como si flotara en una nube y mis pezones seguían estando erectos y duritos por el goce y el roce de la blusa.

Al llegar a la casa apenas y salude, entré presurosa y me dirigí al baño me urgía entrar, quitarme mi calzoncito mojado y tentar mi cosita para mitigar esa sensación de ardor o necesidad de roce que me seguía latiendo.

Al quitar mi calzoncito y tocar con mi dedo este se lleno de mis líquidos vaginales que seguían saliendo solo de recordar lo que me había sucedido, palpe mi clítoris que estaba hinchado (yo aun no sabia bien que ese era) y al tocarlo un escalofrió recorrió mi cuerpo así que decidí seguir moviendo mi dedo sobre él.

Cerré mis ojos y a mi mente traje el recuerdo del camión, de como el señor se apretaba hacia mi y sentía entre mis nalguitas su bulto creciendo y queriendo entrar entre ellas y mas rápido movía mi dedo. Mi cara reflejaba la excitación tremenda del momento y por mi cuello escurría el sudor mientras mis movimientos continuaban frenéticos.

Mi cuerpo se arqueaba, sentía que el piso se movía y aceleraba mas el toque de mis dedos en mi rajita, mi clítoris vibraba las piernas me temblaban de nuevo hasta que en un momento sublime, sentí como una descarga eléctrica que comenzaba en mi conchita y se regaba por todo el cuerpo, me tuve que tapar la boca para gritar sin que se dieran cuenta y quede desmadejada, sudando y bañada de mis jugos, pero feliz por lo que había sentido que sin saber fue mi primer orgasmo completo.

Después de escuchar atentamente lo que me platicaba mi amiga Rosalía, yo también tenia bien mojada la conchita por el deseo y le dije que esa era la forma en que podíamos gozar igual que nuestras compañeras aún sin tener novios, por lo que nos pusimos de acuerdo para irnos juntas siempre en al camión y buscar un lugarcito junto a hombres que nos pudieran proporciona ese placer.

Pero esas historias las contaré después. Si desean que les sigamos contando nuestras aventuras en los microbuses, escríbanme a mi correo y me dicen si les gustó este episodio y cuénteme también que nos harían a las dos en un microbús si nos ven con nuestras falditas del uniforme bien cortitas y las nalguitas paradas esperando una buena verga dura que nos acaricie. Adiós y besitos.

Marianita.- marianahottest@yahoo.com