Mis primeros amantes

A partir de ese guiño, ella se recogió el pelo hacia un lado y se metió la polla de mi hermano en la boca, no dejaba de mirarme mientras lo hacia, y mi pequeño pene se estaba poniendo a tope.

Este relato sucedió cuando yo tenia 18 años, en aquella época vivía con mis padres y mi hermano Luis de 24 años. Precisamente mi hermano sufrió un accidente en la fabrica en la que trabajaba cuando se apoyo con ambas manos sobre una placa metálica caliente, esto le causó quemaduras graves en las manos y tre meses de baja. Durante ese tiempo mis padres y yo le ayudábamos en todo lo que no podía, y la  verdad es que sin manos se puede hacer poca cosa.

Al poco de esto nuestros padres tuvieron que salir de viaje, mi hermano y lo les convencimos para que no lo anularan. Durante sus vacaciones yo estaba todo el día con Luis, la verdad es que había muy buen rollo entre nosotros y siempre estábamos de broma, yo le trataba como un bebe cuando tenia que darle de comer y el me daba patadas para defenderse.

Al principio lo mas incomodo era llevarle al baño, solo tenia que bajarle y subirle la ropa y él hacía el resto sentado, pero al ducharle le veía del todo. Era un joven bien formado, bastante atractivo, la verdad, y tenia un miembro que a mi se me antojaba enorme en comparación con el mio, que aun estaba creciendo. Durante esas duchas la verdad es que aunque me fijaba en el, no me sentía atraído, ni sentía excitación alguna, solo curiosidad.

Un día, al llevarle al baño para que meara le pregunte: - ¿Prefieres que te la sujete en lugar de bajarte los pantalones? - ¿Como? - Se sorprendió - ¿Me la quieres tocar? - No es eso imbécil, ya te la toco al ducharte, pero es mas cómodo y rápido que quitarte los pantalones. - Bueno, va, que tengo ganas de mear.

Le bajé el pantalón un poco y se la agarré como si fuera yo el que meaba, pero con un pene mucho mayor. Trataba de no mirar, para darle intimidad, pero el me reclamó: - Pero apunta a la taza, cegato! - Con un tono un tanto jocoso. Entonces tuve que mirar a la fuerza y esa vez el ver su miembro orinando me produjo una pequeña excitación. Al acabar fuimos al comedor a ver la TV y una duda saltó a mi cabeza, trate de pensar en otra cosa, pero al final le tuve que preguntar:

  • Oye Luis, ¿tu como te lo montas cuando estas cachondo? - No era la primera vez que hablamos de cosas de estas, y me intrigaba saber como poder hacerme una paja sin manos, ya que el no tiene novia y en su estado difícilmente podría ir de putas solo.
  • Pues me aguanto, ¡idiota! - Me replico un tanto malhumorado.
  • En serio, ¿te frotas con la cama?
  • ¡Que no! que no hago nada, me aguanto y ya.
  • ¿Llevas mas de un mes sin cascartela? - Dije admirado - Pero si yo tengo que hacerlo a diario, sino reviento. - Después se produjo un silencio un tanto incomodo. Era evidente que el necesitaba eyacular y yo quería ayudarle, pero no sabia como, de modo que volví a preguntarle:

  • ¿Quieres que te la casque? - Su mirada era todo un poema. Alguna vez ya me había hecho pajas con los amigos, unos a otros, solo por variar y no pasa nada. El lo sabia, pero no le hacia gracia que fuera su hermano pequeño el que le masturbase.

  • Con el tiempo que llevas sin correrte no creo que tardes mucho.- Se lo pensó un poco y me dijo:
  • Ve a la mesa de mi ordenador y coge el DVD que pone "Historia del arte".- Lo hice y lo puse en el DVD del salón. ¡Era una peli porno! de hecho eran varias en un mismo disco.
  • No pienses que voy a excitarme contigo.- Me dijo, y aunque es algo que no debiera importarme, he de admitir que un poco me molestó, como si yo no fuera capaz de hacerle correrse.

Le quité la voz a la película para que no la oigan los vecinos, le quité los pantalones y esperé a que se le pusiera dura viendo la peli. Lo cierto es que yo no se si estaba más atento a la película donde varias tías se follaban a un afortunado, o a la polla de mi hermano que cada vez era mas grande. Sentía deseos de que esa fuera mi propia polla. Cuando la tenia bien grande, se la cogí y empecé a meneársela arriba y abajo, con suavidad, como si no quisiese acabar nunca, me encantaba tener ese trozo de carne en mi mano. Era como hacerla una paja a mi brazo.

Llevaba unos minutos masajeando la polla de mi hermano y mirando de reojo la peli porno, en donde las tias se turnaban la polla para mamarla o metérsela. En ese momento se me pasó por la cabeza la idea probar el miembro de Luis y no tardó en llegar el momento. Justo cuando mi hermano echó su cabeza hacia atrás, yo agaché la mía para lamerla un poco con la punta de mi lengua, un lametón corto, pero instantáneamente Luis levantó la cabeza y me miró:

  • Perdona... - Le dije asustado, pero sin dejarme decir nada más me dijo - Tranquilo, tu sigue.

No sabía si se refería a que entendía mi curiosidad y que siga con la paja, o que siga mamando, así que volví a menearsela como antes, pero al rato, el me puso la mano en la cabeza y la empujó hasta su polla. Estaba claro que quería una mamada, y yo quería aprender a mamar.

Al principio solo la lamia por fuera, de arriba a abajo, llenándola de saliva, pues imaginaba que me iba a hacer falta toda la lubricación posible para metérmela en la boca. De vez en cuando le daba un beso en la punta, cada vez con la boca mas abierta y chupando más. En una de esas me armé de valor y me la metí en la boca, era enorme, o mi boca muy pequeña, latía y se notaba muy dura, tanto como la mía en ese momento, pero la suya era mucho mas grande y seguro que mucho mas jugosa.

En plena excitación de ambos sonó el timbre, yo me quedé helado y de un bote salte hacia atrás sin saber que hacer. Creo que del susto incuso se me bajó la erección de golpe. los dos nos quedamos en silencio, como si quisiéramos que pareciera que no hay nadie en casa. Suena de nuevo el timbre y esta vez voy a abrir. Era nuestra vecina, que traía unas bolsas.

  • ¡Hola chicos! os he traído el pan y algo de verduras que seguro que vosotros solo compráis comida basura. - Me dijo sonriendo, mientras se hacia paso hacia la cocina, fue en ese momento cuando me dí cuenta que mi hermano esta desnudo y que no podría vestirse solo, así que traté de evitar que le viera.

  • Voy a cambiaros el recambio del ambientador del comedor.- Antes de darme cuenta se dirigía hacia la sala donde estaba mi hermano

  • No, déjalo ya lo haré yo.- Le dije tratando de evitar el desastre.
  • No me cuesta nada, así veo a tu hermano, porque supongo que esa película es suya, ¿no?- Me volvió a helar la sangre, desde la cocina ella no podía ver a mi hermano, pero si se veia perfectamente la televisión y la película porno que no habíamos quitado. Sin más que una leve sorpresa por su parte, se dirigió a la sala y vio a mi hermano desnudo, con los pantalones por los tobillos y tapado con un cojín.

  • Hola Sofía.- Supongo que es lo único que se puede decir en esa situación.

  • ¿Que?  ¿Haciendo unas pajillas? - Me desconcertó un poco la tranquilidad con que lo dijo, después se giró hacia mi y me dijo: - No es justo, tu tienes ventaja, tu puedes usar las manos.- El chiste quitó mucha tensión y todos no reímos y nos relajamos un poco. Sofía era una mujer madura, de unos 40 años, con dos hijos poco más jóvenes que yo, pero que se conservaba estupendamente. Llevaba el pelo suelto con un tinte pelirrojo que le quedaba muy sexy. Hoy vestía con un vestido de una pieza verde con botones por delante y escote cuadrado, la falda llegaba hasta poco mas de las rodillas. Realmente lucía preciosa. Se quedo un minuto embobada con la película y dijo:

  • Venga, va, que te hecho una mano.- se sentó junto a mi hermano y levantó el cojín.- Vaya con Luisito! - Se sorprendió al ver su miembro ya bastante flácido. no esperó a que se le ponga duro de nuevo, lo agarró con su delicada mano y lo masajeó como antes lo hacia yo, supongo que mejor. Yo me quedaba embobado viendo como la que hasta ahora era la señora de enfrente, paso a ser nuestra compañera de juegos. Al tocar la polla de mi hermano, Sofía me miró y me guiño el ojo, haciendo un gesto con la mano, como que notaba la humedad, de la mamada que le estaba dando.

A partir de ese guiño, ella se recogió el pelo hacia un lado y se metió la polla de mi hermano en la boca, no de jaba de mirarme mientras lo hacia, y mi pequeño pene se estaba poniendo a tope. Parecía que me estuviera enseñando a mamarla, y por supuesto yo estaba tratando de aprender. Cuando mi hermano estaba casi a punto de correrse, ella paró, dejo la chupar su pene y se dirigió hacia mi. Sinceramente pensé que me la iba a mamar, pero ese no era su plan de momento. Me agarró con dulzura y me besó como ninguna chica me había besado hasta el momento

  • No has dejado de mirarme - Me dijo - ¿Te gusta mi vestido? - Preguntó mientras daba un vuelta muy coqueta.
  • Si mucho.
  • Pues desnudate - Me ordenó mientras ella se desabrochaba la ropa. Cuando yo estuve desnudo y ella ya se había queda en tanga y sujetador, que lucía divina, me volvió a ordenar:
  • Ahora ponte mi vestido - Mientras con su mano me lo acercaba. Eso me dejó perplejo, pero yo le seguí el juego y acepté. De todos modos ella nos podía haber metido en un lío si le cuenta a nuestros padres lo que vio. Es lo menos que podía hacer y la verdad es que hasta me apetecía.

El vestido no me quedaba mal del todo, al ser bastante chico, podía ponerme la ropa de ella sin dificultad, me sentía raro, pero me gustaba. Nuestra adorada vecina, ya casi desnuda, le preguntó a mi hermano que como me veía: - Se ve preciosa - Dijo mirándome con curiosidad, pero sin rechazo. Dominado por el vestido empecé a comportarme de manera mas femenina, no como una locaza, sino como una niña. Sofía me miró y se acerco para besarme de nuevo, pero ambos notamos enseguida que algo se asomaba entre los botones del vestido. Bajo poco a poco hasta mi cintura y me levantó la falda.

Sin ni siquiera tocarme con las manos, ni lubricarla por fuera, se la metió entera en su boca, no era difícil después de la de mi hermano. Dejaba la polla quieta dentro de su boca y jugaba con la lengua sin sacarla, eso me volvía loco, sobre todo porque nunca antes me la habían mamado. Ojala hubiese durado tanto como Luis, pero me corrí a los pocos minutos. Toda mi corrida se había quedado dentro de su boca. Pensé que se la había tragado cuando subió a besarme. Pero me sorprendió pasándome mi propio semen. Estuvimos un buen rato jugando con el semen en nuestras bocas, un poco se se escurrió por la mejilla y manchó el vestido, pero a ninguno nos importó.

Después me dio la vuelta, mirando a mi hermano y desde mi espalda me meneaba la polla mientras me mordía la oreja, casi me corro otra vez, y Luis estaba muy empalmado viendo el espectáculo. Ella me susurró a la oreja: - ¿Te gusta su polla? - Yo solo asentí con la cabeza, pues estaba seguro que el no oía nada. - Pues ve a por ella, seguro que esta a punto de estallar.- Yo me puse de rodillas ante su enorme miembro mientras ella acomodaba la falda por encima de mis nalgas y me lamia los huevos. Yo le correspondía a mi hermano con todo lo que había aprendido de Sofía minutos antes.

La escena era muy excitante, yo, vestido con la ropa de mi vecina, le lamia la polla a mi hermano mientras ella me lamía el culo y me encantaba. Poco a poco iba introduciendo más la lengua en mi agujero a la vez que yo me metía más el rabo en la boca. En una de sus intrusiones acompañó la lengua con un dedo, lo cual me puso tan caliente que aceleré la mamada que esta haciendo. Se notaba en los jadeos de Luis que le gustaba y que el gran final estaba cerca. Enseguida fueron dos dedos, y eso me hizo perder el sentido. Solo podía pensar en el placer que sentía por ambas partes y que casi me coro sin tocarme. Pero de repente la polla que tenia en la boca soltó todo su jugo, lo que hizo que yo también me corriese de nuevo, manchando el vestido. Trate de contener todo su semen en la boca, tal como antes hizo Sofía, pero era tanto, que se me escapaba por las comisuras.

Con la boca llena de semen quise devolverle la jugada a ella, pues no pensé en besar a mi hermano. Me incorporé y la vecina enseguida entendió que pretendía. Esta vez era tanto el semen que teníamos en nuestras bocas que acabamos con todo el cuerpo manchado, yo aproveche para lamerle un pecho y de paso quitarle el sostén. Mis manos pasaron de su culo a su coño, primero por encima del tanga y después apartándolo. Me sorprendió pues no tenia el coño depilado del todo, pero se notaba que hacía poco lo depiló. Mientras yo inspeccionaba su monte de venus ella, pasó una mano de nuevo a mi ya dolorida polla y la otra al agujero de mi culo, que poco a poco lo iba abriendo. En ningún momento pensé que quería que me folle a mi hermano hasta que le preguntó. - ¿Quieres probar este culito? - Mientras señalaba al mio - Se ve delicioso - Mi hermano quería follarme, o tal vez solo quería follar, en cualquier caso yo no creía que todo lo que tenía entre las piernas me cupiese por el culo. Por el momento ya eran tres los dedos que me cabían solo con saliva, y empecé a creer de verdad que podría hacerlo, me apetecía de verdad. Sofía dejó mi culo y me besó, aun sabia a semen. Se quitó el tanga y dijo.

-Toma, ponte esto mientras vuelvo - Me puse el tanga después de olerlo y reírme con mi hermano por la situación. Pensé que había ido al baño a lavarse un poco el semen que tenia por el cuerpo y por eso se había quitado el tanga. Pero volvió igual de guarrilla y con una zanahoria y un pepino de los que había comprado en cada mano. Me hizo sentar junto a mi hermano, con el culo al borde del sofá y las piernas abiertas. Sabía lo que pensaba hacer y yo me dejaba. Luis miraba entusiasmado, tanto que volvió a empalmarse, así que yo volví a cogerle la polla y moverla como para entretenerme. El me susurró al oído, "menuda zorra estas hecha" y yo le correspondí con una sonrisa y apretando un poco su polla.

Sofía apartó su propio tanga, lamió mi culo y abrió hueco para la zanahoria, no le costaba mucho de entrar y a mi me gustaba. Era la primera vez que me metían algo por el culo y me gustaba. Mientras con una mano metía y sacaba la zanahoria, con la otra masajeaba mis huevos y mi polla. Me volvía loco, la movía en círculos para que mi culo se abriera más, en eso que cambió la zanahoria por el pepino, mas parecida en tamaño a la polla de mi hermano. Entrar entró bien, pero cuanto mas me lo metía más sentía como me si quemara. pero al poco desapareció esa sensación y disfruté del regalo de mi vecina.

  • Creo que ya estas listo - Me moría de ganas, me levanté y me senté sobre mi hermano, pero mirando al frente para ver a nuestra desnuda mientras follamos. Me puse sobre su pene, ella guiaba la punta hacia mi abierto culo y yo poco a poco fui bajando, sintiendo cada centímetro de él. Me habría gustado verme en un espejo o en vídeo, estaba vestido con la ropa de mi vecina mientras me follaba mi hermano, delicioso. Su miembro entraba cada vez más adentro, hasta que notaba su vello en mi trasero. Cuando llegaba abajo del todo, me paraba y movía mi culo en circulo, lo cual siempre provocaba alguna exclamación de mi hermano, como "zorra", "Guarra", o "Putilla" y eso me volvía aun mas loco. Después me levantaba mucho para que su polla salga de mi culo y luego volvía a entrar entera. eso es lo mejor de follar. Sofía se dedicaba a mirarnos y a besarme de vez en cuando.

  • Te quiero comer el coño.- Le dije lleno de excitación. Sofía se inclinó hacia atrás sobre la moqueta abriendo las piernas y mostrando su lindo coño, al verlo yo pensaba en que se vería aun más delicioso depilado del todo, pero aun así lucía divina. Me levanté me saqué la polla del culo y ayudé a mi hermano a levantarse. Después me puse a cuatro patas para lamer el coñito de la vecina mientras presentaba mi culo a Luis. Este se puso de rodillas y me metió todo su miembro de golpe y lo dejo dentro mientras yo me recreaba con la rajita de Sofía.

Después comenzó a embestirme cada vez con mas fuerza, yo no prestaba atención a mover el culo, solo pensaba en chupar los labios del coñito, era todo lo más que un chico de mi edad sabia sobre comer coños, pero ella me enseñaba y me indicaba que hacer, mientras mi hermano sacaba su polla y la volvía a meter en mi culo. Me decía donde chupar y donde morder, yo le metía dos dedos y jugaba con su agujero. Me sentía en el cielo del vicio. De vez en cuando me tocaba la polla por encima del tanga y me excitaba aun más. Ya solo me quedaba una cosa por hacer en esta alocada sesión de sexo lujurioso.

  • Sofía, ¿Te puedo follar? - Ella me sonrió y asintió con la cabeza, entonces me tumbé sobre ella y saqué mi polla del tanga de ella que yo llevaba puesto. Ella cogió mi polla y la puso a la entrada de su cueva. Fue mi hermano quien de una acometida me empujó hasta el fondo de su sexo. Con mi polla en su coño y la de Luis en mi culo me volví a correr casi de inmediato. Aprovechando que yo ya estaba casi extasiado de placer, los tres cambiamos de postura. Yo me tumbé boca arriba con el vestido puesto y la polla de nuevo en el tanga, Sofía me puso su coño chorreando mi semen en la cara, para que lo lama, mientras ella le comía la polla a Luis. Se apresuró para que se corra sobre ella, lo mejor es que el semen resbalaba por su sudoroso cuerpo y caía en mi cara. Después de correrse mi hermano exclamó:

  • ¡Las dos sois unas zorras! - Esto nos hizo reír a los tres, Sofía se sentó de rodillas a mi lado, mirando mi cuerpo con sus ropas, mientras mi hermano nos miraba con su polla ya decayendo. Yo estaba como en una nube después de todo lo vivido.

  • Te queda muy bien ese vestido.- Dijo ella mientras Luis asentía con la cabeza.- Seguro que en casa tengo mucha ropa que te quedaría divina.
  • Y a mi me encantaría follarte con esa ropita.- Se apresuró a decir mi hermano. Lo cierto es que este solo fue el primero de nuestros encuentros, pero también fue el mejor.

Nos levantamos los tres y nos sentamos al sofá viendo la película porno, no porque quisiéramos más, sino porque no nos apetecía cambiar de canal. Comentábamos las escenas como si estuviésemos viendo una serie de televisión cualquiera. "Eso lo podríamos probar otro día", "mira que tetas mas lindas tiene esa", y cosas por el estilo. Al rato me dijo que le devolviera la ropa que debía volver a casa a ducharse antes de que vuelva su marido y nosotros también necesitábamos una ducha. Al quitarme la ropa me dijo que podría quedar la tanga, y que si alguna vez quisiera lavarla, pues se la diese y ella me daría las que lleve puestas.

Se marchó y nosotros nos fuimos a duchar, esta vez yo también me desnudé para ducharme con mi hermano, pero él me dijo que me pusiera la tanguita y me duchara con ella. En la ducha le froté todo el cuerpo ya que él no podía y me entretuve bastante en la polla. Nos mirábamos con deseo, y como no quería besarle, me agache para darle una mamada bajo el agua. Mientras se la comía, yo me masturbaba sobre el tanga hasta correrme, otra vez, mucho antes que el. Para acabar pronto el se masturbó en mi cara y yo abrí la boca para que me entrara el poco semen que le quedara. En cuanto se corrió yo me lo tragué y me quité el tanga para poder lavarme bien, se lo restregué por la cara y lo puse cerca de la ducha pra luego.

Al salir de la ducha fui a preparar la cena. Esa noche no hablamos de otra cosa, y quedamos en repetir mas a menudo, con vecina o sin ella. Incluso me comentó que otra vez puede que sea el que mame la polla y se deje follar. Eso me agradó mucho, pero yo prefería ser follado por su enorme pollón.

Espero comentarios en mi correo electrónico: elbosqueprohibido@hotmail.com (no adjunto al msn, solo correo)

Besos a todos