Mis primeras vergas, mi primera mamada

Despúes de la celebración de su cumpleaños mi entrenador de natación me inicia en el sexo oral.

Mis primeras vergas, mi primera mamada

Caromar1985@hotmail.com

Mi piernas temblaban, estaba agitada, sentía miedo, mucha ansiedad, y demasiado placer. Germán, mi entrenador de natación chupaba mi vagina, por primera vez un hombre besaba mi ano; cuando lo rozo con su lengua y después lo succionó, sentí un fuerte corrientazo que partía de mi culo, se extendía por todo las terminales nerviosas de mi cuerpo y estallaba como un relámpago en mi cerebro.

Me sentía mareada, embriagada de placer, un placer que me impedía actuar, coordinar palabras.

Observe su gran falo, parado, erecto, babeando,  cerré los ojos, me prepare para perder la virginidad, Germán se acercó, me beso, sentí en olor de mi coño impregnando su boca y entonce……

Corría el año de 1999, vivía con mis padres en un apartamento en el barrio San Fernando en la ciudad de Cali,  era una estudiante destacada, que además recibía clases de natación, mi profe Germán era un tipo de 1, 80 cms, cuerpo musculoso, conversador, paciente, bien parecido y muy buen  entrador, le amarraba los perros a cuanta chica podía. Ya había tenido mis primeros novios, mis primeras tocadillas a hurtadillas, con el último conocí en directo una verga, la pude tocar, besar, oler, masturbar. También supe que era que me chuparan las tetas, me dieran dedito y me mamaran el coño.

Cuando pajeaba al novio de esa época en su carro, en la sala de la casa,  en el cine y en su finca sentía que mi cuerpo ardía y quería ir más allá, mi virgo estaba condenado a desaparecer, solo era cuestión de esperar al hombre que tendría la osadía  y la inteligencia para rompérmelo de una vez por todas.

Casi siempre antes del entreno mi novio pasaba por la casa para llevarme a las piscinas, entraba conversábamos un ratico, nos besábamos, nos tocábamos, me chupaba las tetas, yo le acariaba su polla por encima del pantalón y cuando la empleada deba papaya se la sacaba y lo masturbaba, en otras ocasiones mientras conducía le tocaba el paquete en el carro y en más de una ocasión, aprovechaba los vidrios polarizados, se lo sacaba y lo tocaba hasta hacerlo correr en mis manos.

Con estos juegos llegaba caliente al entreno, siempre estaba mojada, la natación me despejaba la cabeza, pero miraba a Germán, observaba su paquete, me lo imaginaba y pensaba que sería deli masturbarlo, conocer otra verga, quería mirar, tocar, oler, pajear otras vergas pero no me atrevía a hacerlo.

No sabia que Germán se había percatado de mis miradas y empezó a ser diligente conmigo, se ocupaba de mi técnica, sentía sus roces en la piscina y  un trato especial,  no caí en cuenta que  había decidido seducirme. Sumarme a su lista de amantes.

El día de su cumpleaños organizamos una fiesta sorpresa. Preciso en esa semana había terminado con mi novio, peleamos por bobadas, me sentía triste, pero estaba contenta por la celebración. Torta, vino, cerveza, gaseosa, conversaciones, chistes, juegos, baile, algo medio zanahorio, mucha camaradería entre un grupo de adultos, jóvenes y  adolecentes.

Me familia me informo que no podía recogerme al final de la fiesta, que le pidiera a alguien que me llevara a casa, en medio de la risa y de los juegos inocentes se me paso solicitar el aventón. Al final  todos se fueron marchando, quedaron unos pocos que vivían en el sur de la ciudad. Germán se ofreció llevarme a casa con otras personas que residían en el oeste.

Cuando fuimos hacia el carro me sentí mareada por el vino, 20 minutos después estaba sola en el auto con Germán.”Caro pasamos por mi apartamento recojo algo y vamos a tu casa”, acepte me pareció una propuesta normal.

Entremos, me ofreció una última copa de vino, acepte, fueron dos, quizás tres, no recuerdo. Charlábamos, me pregunto por mi novio, le dije que no tenía, no me creyó, me pregunto por mi intimidad, me sonroje, no le dije nada,  insistió, no respondía, se acercó, me dijo, a tu edad ya debes tener novio o amiguitos especiales , te he visto como miras en la piscina , seguía anonada, no sabía que responder, me sentía descubierta, débil, vulnerable.

Me abrazo, y me dijo muy suave en el oído, segura que no tienes amiguitos especiales, yo puedo ser un buen amiguito. Su voz tan cerca de la oreja me erizo, se percato, se aproximo más y me dijo muy quedo en mi orejita he visto tus mirada en la piscina, he visto como te miran los otros chicos, todos te quieren, pero tu me miras a mi, me deseas a mi . Beso mi oreja, y deslizo su lengua por mi lóbulo, me derrite, no pude aguantar, hui de la caricia, nos miramos, busco besarme, acepte sus labios, Germán lidero el beso, me beso a su antojo, por primera vez me besaba un hombre adulto.

Su lengua, su forma de jugar con mis labios me enloquecieron, las piernas empezaron a temblar y la excitación fue en aumento, sentí mis pezones erectos, ganosos de ser besados, la vagina se humedecía pero la sensación era distinta a las anteriores; sentía un fluido más intenso y un espasmo de placer diferente, sentía que quería ser penetrada por primera vez…..

Me sentía exhausta, la cabeza por el licor me daba vueltas, pero también era el placer de esos besos, de esa lengua calentándome.

Me beso el cuello… me abrazo, sentí sus manos en mi culo, me estremecí, mi vestido le facilitaba su labor. El vestido que me puse con la intensión de ser la más hermosa de la fiesta, el vestido para llamar su atención había sido un éxito. Sus manos se deslizaron por los muslos, paso cerca de mi vagina, estoy segura que percibió la húmeda que me invadía, quería que la tocara, él maldito siguió de largo de nuevo a mi cola. Seguía alternando besos en mi cuello y en mi boca.

Sentí ganas de ir al baño, quería orinar, huir, tomar aire, quería seguir con él, no sabía que quería, sentía placer, ganas de ser desvirgada pero el miedo era inmenso. Orinar era pedir time, él acepto, fui, me dijo que entra en su baño privado, camine hacia su habitación, me sentí inundada por mis líquidos, baje el calzón, efectivamente estaba derritida como helado en verano; orine con los ojos cerrados, sentí placer con mis fluidos, me despeje un poco… apenas si me seque, sentía placer con la vagina mojada y orinada, Sali del baño.

Le pedí agua a Germán, él se había cambiado, estaba en ropa deportiva, seguía haciendo tiempo, fuimos a la cocina, me sirvió, tome, busco besarme, acepte sus besos. Estaba decidida, respondí,  disfrute de su lengua, de sus manos acariciando  mi cuerpo, que volvía a encenderse, que era presa del  temor, de la incertidumbre, de la ansiedad porque pasaran más cosas.

Regresamos a la sala ya estaba semi desnuda, en el trayecto Germán soltó mi vestido, me lo quito con ternura, pero con seguridad de macho que sabe lo que hace, no sentí temor, me gustó ser tratada como mujer y como hembra. Cuando quitó mi sostén, sus labios fueron por mis tetas, me las beso con ternura, las recorrió con su lengua, lento, sin prisa….

Cerré lo ojos, disfrutaba, el hormigueo en la chocha se incrementaba, la húmeda también, gozaba  de la suavidad de las caricias, pero un fuerte chupón me saco de mi estado de placer. Germán empezó a chuparme las tetas con fuerza, los espasmos de placer del pezón a todo el cuerpo eran como descargas eléctricas; simplemente, gemí, el ohhhhh, salió con naturalidad de mi boca, no era fingido, no era buscado, el ritmo del placer era tanto, que solo podía expresarlo de esa manera.

Grite cuando su mano se deslizó a mi entrepierna, sus dedos entraron por mi cachetero y recorrieron mi raja desde el límite de mi ano hasta mi clítoris, se detuvo en él y con sus yemas lo acariciaba, mientras me chupaba mis tetas. Gritaba y gemía, me sentía entregada, quería más, mucho más…

Una vez en la sala  me sentó en el sofá, le mire la entrepierna, disfrute su erección, se sentó en el suelo, me saco los cacheteros, me sentí observada con deseo, no con morbo. Me abrió las piernas, sentí placer que observara mi capullo, que lo deseara, baje mi mano y le abrí los labios, me toque; lo hice porque me salió, porque quería hacerlo. Él no dudo, y empezó a besar mis tetas, bajo al abdomen, se deslizo por mis piernas, bajo, subió, se demoró pero si yo estaba con ansiedad de sentir su lengua en mi flor, él también quería chuparla y la chupó. Gane el duelo, no se lo pedí, Germán bajo, primero besitos, besitos, después la recorrió con la punta de la lengua; sabía que disfrutaba del olor de mis fluidos y de mi orin, me excitaba, empezaba a tener la cabeza despejada para explorar otras dimensiones del sexo. El primer momento de pérdida total pasaba, sentía que podía crear, no ser poseída como una muñeca de plástico, como una puta barata.

Después de los besos, chupó mi vagina, el grito fue intenso, sentí que moría, que me infartaba, el corazón me saltó con la caricia; por primera vez en la vida mi concha era succionada: los labios, el clítoris. Los besitos y las lamidas quedaran atrás, ahora era chupones y chupones que generaban placer, y más placer, gritos huracanados, que subieron en decibeles cuando bajo y con su lengua toco mi culo y después lo chupó y me enloqueció chupándome el chocho y el culo. Mi orgasmo llegó, solo recuerdo que pataleaba y quería que no me chupara más, no resistía tanto palcer….

En medio de ese estado, Germán se incorporó, bajo su pantaloneta  y vi su verga. Grande, gruesa, cabezona; respire profundo, me iban a desvirgar. Se puso de rodillas, sentí su cabeza rozando mis labios, presionó su glande contra mi culo, allí descubrí que el sexo anal mi iba a encantar, el placer fue indescriptible. Enseguida empezó a sobar su glande por mi raja, por mi ano y a masturbarse con mi clítoris. No gemía, gritaba de placer, el segundo orgasmo llegó; ahora solo faltaba el momento definitivo, sentí su polla tiesa, dura, apenas para que rompiera mi virgo, para sangrar y gozar como decían algunas de mis amigas, pero…

Germán se levanto, acerco su pene a mi cara y empezó a dar ordenes…

Escúpelo

Lámelo

Dale besitos

Chupa su cabeza, pilas con los dientes, no lo rayes… eso es,  eso, eso es…

Ahora mételo lo que más pueda en tu boca…ahora mamalo, repite, baja, sube, chupa seguido, hazlo suave…

Vamos perra escúpelo de nuevo, más, escúpelo…

Chúpalo, chúpalo, así, eso es, aprende a chupar huevos de macho perra…

Sus palabras me sorprendieron, no las esperaba, pero me gustaron, no eran de insulto, eran de trangresión, hacia una mujer que rompe con su modelo social y se inicia y explora su sexualidad. Por eso seguí sus indicaciones y goce con sus palabrotas…

Después se arrodillo de nuevo, ahora si era el momento de ser desvirgada, pero no, repitió las caricias con su ariete, goce y goce con la sobada, con ser masturbada con una polla y no ser poseída; con las ganas de ser penetrada. No aguante y se lo pedí, métemela por favor, él sonrió había ganado esta vez.

Se incorporo y empezó a sobar su verga en mi cara y a castigarme con ella, me pegaba vergazos en la cara y me la sobaba, te gusta perra, te gusta la verga, si supieras cuantos te quieren coger en la piscina, abre la boca , la abrí y me la metió fuerte, sentí ganas de vomitar me tomo de la cabeza y me empezó a follar por la boca. Lo hacía suave y duro, sentía deseos de trasbocar, pero cuando baja el ritmo cogía aire. Después se presionó contra mis mejillas y se masturbo con ella.  Jadeaba, pero sentía placer, no le pedía que parara y ahora estaba ganando, su macho se sentía herido, volvió a follarme por la boca, la cerre un poco, cuide de no rayarlo con los dientes, empezaba a crear a colaborar con el placer de mi macho, pero gozando con la experiencia, como aprende la zorra, que mamona vas a ser…..

Se calmo y me pidió muchas veces que lo escupiera, tome vino para salivar, le eche vino a su polla, y se la escupí,  cinco  o más veces, quedo bañanada en saliva, parada, roja, mojada, y se la chupe, se la mame como me había enseñado, se quedo quieto, me a saco de la boca y me mostro sus huevas, lamelas perra , lo hice mientras recibía pollazos en la cara.

Vamos chupala la escupi y se la mame de nuevo, aumente el ritmo, sentí que empezaba a  crisparse, acelere, su verga creció, acelere la mamada, ma la saco un poco y recibi el primer lechazo en la frente, el segundo entre la nariz y la boca el tercero en la boca…se la escupí, quedo impregnada de leche y saliva y se la mama, ahora el que grito fue él…. Le saque la última gota de leche…

Me llevo a casa…. Le mame muchas veces la verga a Germán, pero mi virgo se lo llevó otro, meses después aprendí por casualidad lo que era mamar muchas vergas en un día, pero eso es una historia de otro relato.

Caro

Caromar1985@hotmail.com