Mis primeras experiencias sexuales (05)
Mi madre inventa un viaje a otra ciudad, con la intención de que su malvado hijo la haga suya.
Autor: Salvador
Dirección: demadariaga@hotmail.com
MIS PRIMERAS EXPERIENCIAS SEXUALES V
PATY, MI MADRE
"Apresúrate"
La voz de mi madre sonó imperiosa, instándome a bajar del tren, donde me había entretenido conversando con unas muchachas y despreocupándome de las maletas que ella me había encargado.
El día anterior me urgió a que la acompañara a regularizar una propiedad y no quería viajar sola.
"Serán solamente dos días, hijito"
Me dijo con mirada tierna, a la que no pude resistirme, por lo que ahora me encontraba en otra ciudad, sin ningún otro panorama que aburrirme acompañando a mi madre durante dos días haciendo trámites en oficinas fiscales.
Nos dirigimos a un hotel modesto pero elegante, donde mi madre pidió solamente una pieza, pues deseaba ahorrar dinero en ese viaje, según me dijo.
Salimos a cenar a un restaurant cercano al hotel, donde mi madre pidió una botella de vino, que nos servimos entre los dos. Debido a mi poca costumbre de beber, el par de copas que mi madre me sirvió me pusieron alegre y bromee con ella todo el resto de la velada. Ella, por su parte, parecía divertirse con mis salidas.
Ya en el hotel, nos dispusimos a acostarnos cada uno en una de las dos camas de la habitación. Mi madre salía del baño vestida con una enagua de seda blanca, que resaltaba su figura con cada movimiento de ella. Se dirigió a su cama seguida por mis miradas que la comían.
"Ufff, qué frío"
Dijo al tiempo que se acurrucaba en su cama.
"¿Por qué no dormimos juntos, mijito?"
"Bueno, mami"
Dije presto y me metí a su lado, abrazándola bajo las sabanas y acurrucándome a su lado.
"Estas caliente, mi amor"
Dijo mi madre y se apretó a mí, con lo que su trasero se pego a mis entrepiernas.
"Voy a dormir como tronco esta noche"
Agregó en tanto adquiría la posición fetal que acostumbraba para dormir.
Mi brazo quedo colgando a un lado de su cintura, en tanto mi pecho se apegaba a su espalda, en una posición similar a aquella que vivimos la última vez que dormimos juntos.
El vino acelero la sangre en mis venas y muy pronto mi verga respondió a la cercanía de su trasero, acercándose peligrosamente a sus redondeces, en tanto que la mano que colgaba en su cintura se acercaba peligrosamente a su entrepierna.
La situación era tan semejante a la vivida anteriormente que me sentí envalentonado como para llevar mi mano hasta su cuerpo, el que no pude alcanzar debido a la posición de su pierna. Solamente un par de mis dedos logro alcanzar la seda de la enagua, que tocaron con suavidad intentando alcanzar su calzón, pero ello no fue posible.
Debido a la imposibilidad de alcanzar mi objetivo, me dediqué a levantar lentamente su enagua, lo que me llevo al menos diez minutos hasta que logre que quedaran sus nalgas a la vista.
Saqué mi verga y la acerqué a sus redondas carnes, con la intención de sentir su piel en mi instrumento, pero mi madre se revolvió y estiró su pierna, con lo que su calzón quedó al alcance de mi mano.
Puse mi mano en su calzón y empecé a acariciar suavemente su tela, sintiendo en mi palma las puntitas de los pelos de su pubis que me clavaban, en tanto sus labios vaginales me parecían gruesos, suaves y húmedos al tacto.
Corrí el calzón por una punta e introduje uno de mis dedos para acariciar sus pendejos y su vulva. La sensación era increible: tenía mi mano bajo el calzón de mi madre, recorriendo sus partes intimas, en tanto que mi verga se apoyaba en su parte posterior.
Empujé suavemente a mi madre de manera que sus nalgas quedaran más expuestas, pero ella se revolvió y sentí el pavor de ser sorprendido en plena faena incestuosa.
Pero mi madre en lugar de darse vuelta como la vez anterior y de esa manera terminar con mis incursiones nocturnas, ahora se limitó a quedar en la misma posición en que estaba pero bajando la pierna de manera que toda su zona pubica quedó expuesta a mi exploración.
Lentamente tome su calzón y empecé a bajarlo, con todo el cuidado posible. Bajaba un poco y me detenía, para evitar turbar su sueño con mis movimientos. Así pasaron algunos minutos, al cabo de los cuales sus calzones habían bajado solamente a la altura de sus nalgas, que me impedían continuar. Estaba por desistir de la tarea y dedicarme solamente a tocar su túnel de amor con mis dedos, pero hice un último intento y me encontré con la sorpresa de que mi madre había levantado la cintura, con lo que su calzón bajó sin problemas.
¿Cómo había sido eso?
Comprendí en ese instante que mi madre no estaba durmiendo y que secundaba mis intentos, pero sin parecer que estuviera conciente de ello. Bueno, pensé, si las cosas se están dando así, continuemos pues tengo el campo libre, siempre que le siga el juego a ella.
Y lentamente, aunque no tanto como antes, bajé sus calzones que se los saqué completamente y puse mi instrumento entre sus nalgas para metérselo a " lo perrito"" pero acostados.
Metí un dedo entre sus piernas para levantar una de ellas y así facilitar la introducción, lo que resultó fácil pues ella levantó su pierna como en respuesta a mi presión, dando a entender que era yo quien hacia todo el trabajo, cuando en verdad no habría podido levantar ni un centímetro de su pierna si hubiera estado realmente dormida.
Y así, ambos acostados, yo detrás de ella, puse mi verga a la entrada de su vulva y empecé a empujar suavemente, pero la posición no permitía que entrara más, a pesar de que las piernas de ella habían cooperado lo suficiente para ello.
Lentamente saqué mi verga y la puse de espalda, a lo que ella respondios inmediatamente. Con una de mis manos le abrí suavemente las piernas y una vez que ella estaba en posición de entrega, me puse entre ellas y mi herramienta quedó colocada a la entrada de su gruta.
Mi madre aparentaba dormir como si estuviera soñando, en tanto mi verga empezó a presionar en su túnel para entrar, pero suavemente, como no queriendo despertarla, siguiendo su juego.
En ese momento en que yo me encontraba sobre ella, con mi instrumento en la entrada de su vulva, presionando para que entrara, ella abrió los ojos como si despertara de un sueño profundo y se mostró sorprendida de lo que estaba sucediendo.
En ese momento no supe como reaccionar y mi primer impulso fue retirarme, pero ella con los ojos abiertos de asombre, empezó a mover lentamente su pelvis, de manera que su vulva se paseaba la punta de mi verga entre los labios vaginales.
"No, ¿qué haces?"
Decía con voz suave, mientras su vulva insinuaba acercamientos a mi verga, como queriendo meterse parte de ella.
"No, no, no, cariño"
Y sus movimientos cada vez eran más insinuantes.
"No, no, no lo hagas, por favor"
Sabedor de su juego, le metí la punta de mi vega, lo que fue para ella como un golpe de electricidad.
"¿Que haces, cariño?"
"Te voy a culiar, mami"
Dije mientras mi instrumento penetraba lentamente su cueva de amor, lubricada por sus jugos previos.
"No, no lo hagas, cariño"
Y adelantó su pelvis de manera que mi verga quedo clavada hasta la mitad en su interior.
"¿Qué haces? No, no, por favor"
Y mientras ella adelantaba su pelvis, yo empujaba mi instrumento hasta que quedo completamente hundido en su vulva. Ello fue demasiado para ella, que empezó a moverse con desesperación.
"No, .no, no , mijitooooooo"
Se aferro a mí secundando mis movimientos, mientras continuaba con sus grititos de protesta, que se mezclaban con los de gozo por sentir una verga en su interior.
"No, no, mijitoooooo, no, cositaaaa"
Levanto sus piernas al aire, dejando más espacio para que mi trozo de carne se hundiera más aun en su interior.
"Nooooo, mijitooooo, ahhhhh"
Me tome de sus piernas que seguían al aire e imprimí fuerzas a mis arremetidas, haciendo esfuerzos para retrasar el clímax.
"Ahhhhh, cositaaaa, cositaaaa, ricoooooo"
Al fin había roto las ligaduras y ahora se entregaba libremente a la copula incestuosa.
"Mijito, es ricoooo, ricooooo. Maaaaas, maaaaas"
Y sus movimientos se trocaron por un arqueo de su cuerpo y una distensión de sus músculos, mientras sus jugos vaginales salían a borbotones.
"Aghhhhhhhh, ricoooooooo, aghhhhhhhh"
Detuve mis movimientos y esperé unos instantes a que se repusiera para reiniciar el mete y saca, a lo que ahora se prestó gustosa.
"Metelo todo, todo, todo"
"¿Te gusta?"
"Si, es ricooooooooo"
"¿Te gusta como te culeo?"
"Lo haces rico, mijito. Culeame mas, por favor"
"Toma, toma, toma"
"Ayyyyyyy, que cosa mas ricaaaaaaaa"
"Acaba, mijita, acaba"
"Si, mijito, siiiiiiiiiiiiii. Ricooooo, ricoooo, aghhhhhh"
Después de descansar un momento, tome su cara y deposite un beso en su boca, el que ella respondió sacando la lengua y metiéndola en mi boca, donde jugueteó con la mía.
"¿Te gustó la sorpresa?"
Pregunte aludiendo a su "despertar" con mi verga en la entrada de su vulva.
"¿Cuál sorpresa?"
"Despertar con mi pico en tu chucha"
"No, eso no fue sorpresa cariño"
"¿Cómo?"
"El propósito de este viaje era este precisamente. ¿Recuerdas la última vez que dormimos juntos? Desde entonces que quedé con el bicho atravesado y cuando te sorprendí con Jenny en la pieza de los materiales tome la decisión de estar contigo a solas, como hoy, para que me dieras lo mismo que le diste a ella"
Me quedé mudo por su revelación.
"Pero, basta de charla. Menos palabras y más acción, cariñito"
Se subió sobre mí y tomando mi verga con su mano la metió en su vulva, la que se fue bajando hasta tragarse completamente el trozo de carne de su hijo.