Mis primeras experiencias sexuales (02)
De como mi hermana mayor me usó sexualmente como ella quiso.
Autor: Salvador
Dirección: demadariaga@hotmail.com
MIS PRIMERAS EXPERIENCIAS SEXUALES II
CLAUDIA, MI HERMANA MAYOR
Mi primera experiencia sexual con mi hermana claudia fue intensa y en ella me toco un papel pasivo. Desde hacia tiempo vivía pendiente de sus piernas y senos, los que inspiraron en mi algunas masturbaciones increíbles. Pero mi afán por tener alguna vision, aunque fuera pasajera, de sus piernas o senos, o conseguir algún calzón o sostén suyo para pasarlos por mi verga mientras me la refregaba, obedecía a una fantasía que veia dificil de cumplir, y menos en la forma en que se llevo a cabo.
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Mi despertar al sexo fue a los quince años, cuando mi interes por mis hermanas y mi madre tomo un tono erotico que me hizo sentir las primeras llamadas de la carne, situacion que llego a su climax cuando estaba acostado y senti una sensacion agradable que nunca antes habia experimentado y que termino en un flujo liquido que inundo mis entrepiernas y dejo las sabanas manchadas.
A partir de ese dia mi deseo de ver las partes intimas de mi madre o de mis hermanas era mi obsesion, por lo que todo el dia andaba pendiente de algun descuido de parte de ellas que dejara al aire algo mas de sus piernas o de sus senos. Especialmente agradable me era el ver sus cuerpos al trasluz, especialmente en las tardes, cuando el sol les llegaba de lleno y sus figuras se recortaban con toda su carga erotica.
Mi primer acercamiento no fue a ninguna de mis hermanas y se produjo de manera casi casual, cuando mi madre dormia a mi lado, una noche de invierno particularmente fria.
Ella me invito a dormir a su cama pues mi pieza no tenia calefaccion. Me acoste a su lado y la abrace para dormirme. Al cabo de un rato mi madre se dio vuelta, dándome la espalda, y pasado unos minutos me llego el suave y acompasado sonido de sus ronquidos. El problema empezo entonces, pues su trasero quedo pegado a mi ingle y no pude evitar el sentir que mi verga se paraba ante el estimulo de la seda de su enagua pegada a mi.
Aun la tenia abrazada y con el movimiento que ella hizo mi mano quedo colgando frente a su estomago, a la altura de su calzon, ya que ella mantenia una pierna sobre la otra.
La situacion me produjo una excitación increible: mi verga frente al trasero de mi madre y mi mano detenida frente a su vulva, sin tocarla. Detuve el aliento, sin atreverme ni siquiera a respirar, esperando alguna señal de que ella siguiera dormida.
Al cabo de unos minutos de indecision, mi mano se acerco lentamente a su calzon, muy lentamente, de manera que pareciera que era el movimiento natural de mi mano descansando en su cintura. Todo esto lo hice no sin cierta dificultad ya que ella mantenia una pierna encogida sobre la otra, por lo que no me era facil el llegar a mi objetivo.
Senti la textura del calzon de mi madre en la yema de mis dedos, que lo rozaron tan suavemente que parecio que en todo momento habia estado ahí. Puse cuidado extremo en que no pareciera algo premeditado, por lo que el proceso de bajar mi mano y ponerla en su calzon demoro al menos unos cinco minutos.
Lentamente, muy lentamente, mis dedos aumentaron la presion en el calzon de mi madre, hasta sentir el leve picor de los pelos de su vulva. Fue una sensacion increible. Segui presionando sobre la tela, hasta que senti los contornos de sus labios vaginales, los que recorri lentamente, muy lentamente, casi imperceptiblemente.
Un leve movimiento de parte de ella me paralizo, por lo que detuve mis movimientos, sin atreverme a retirar mi mano por temor a que al hacerlo resultara un movimiento brusco que la despertara.
Contuve el aliento, abrazado a ella como si estuviera durmiendo profundamente. Pero mi mano y mi verga demostraban lo contrario.
Al cabo de un rato en que me parecio que habia despertado y se habia dado perfecta cuenta de la situacion, senti con alivio que su respiracion volvia a ser acompasada, señal inequivoca de que estaba en los brazos de morfeo muevamente.
volvi a presionar sobre su calzon y la picazon de sus pelos se acentuo sobre mis dedos. Intente tocar con la palma de mi mano pero el hecho de que ella tuviera una pierna encogida sobre la otra me lo impedia, ya que no alcanzaba mi brazo hasta ahí, por lo que me contente con seguir pasando mis dedos solamente por sobre su calzon, recorriendo sus labios vaginales en la reducida zona de movimiento a que tenia acceso.
De pronto ella se acomodo y en su movimiento la pierna encogida se estiro paralela a la otra, con lo que mi mano podia llegar sin problemas a la zona deseada. Quede helado, pues ahora tenia su calzon entero para mi.
Puse la palma de mi mano sobre el calzon y con ella cubri todo el paquete que formaba su vulva y sus bellos pubicos, produciéndome una sensacion erotica increible, al punto que mi verga se pego mas aun a su trasero.
Lentamente, suavemente, con mi mano libre, subi la enagua de mi madre hasta dejar frente a mi solamente su calzon, que se hundia entre las redondeces de sus nalgas. Con la misma mano saque mi verga y la acerque hasta ponerla entre los dos pedazos de carne, por debajo del bulto que formaba su calzon cubriendo su vulva.
Empece a presionar suavemente, de manera que ella no se diera cuenta de lo que sucedia en su retaguardia, en tanto mi otra mano tomaba su calzon y lo hacia a un lado lentamente, con la intencion de tocar su vulva.
No sin cierta dificultad logro hacer a un lado un costado del calzon y uno de mis dedos se introdujo entre los pelos de su vulva hasta alcanzar la entrada de su gruta, en tanto mi pene aumentaba la presion trasera.
Mi madre se revolvio bruscamente y se acomodo nuevamente, esta vez poniendo distancia entre ambos y aprovechando de bajar la enagua hasta que cubriera las zonas que habia estado explorando. Un frio intenso, producto de la sorpresa, se apodero de mi y me di vuelta haciéndome el dormido, expectante de la reaccion de mi madre por mis correrias intimas.
Pero ella no dijo nada y siguio durmiendo, cosa que yo tambien hice al cabo de un rato.
Mi madre no me invito mas a dormir con ella, pero nunca me dijo nada acerca de lo sucedido esa noche, por lo que quede con la duda de si se habia dado cuenta de mis exploraciones nocturnas.
Pero esa experiencia me sirvio tiempo despues para lograr los favor de mi hermana claudia.
Fue una tarde de verano, mientras haciamos la siesta. Estabamos los dos solos en casa y ella estaba durmiendo cuando llegue y me recoste a su lado. Vestia una falda que le llegaba a la altura de sus rodillas y remataba con una blusa de tela suave, cuyos botones superiores estaban desabrochados.
No me dijo nada cuando me acoste a su lado y se acomodo en posicion fetal para continuar durmiendo, poniéndose de espaldas a mi.
Al verla en esa posicion me hizo recordar lo sucedido con mi madre en su cama y un deseo irrefrenable por mi hermana se apodero de mí.
Me puse a su lado y una de mis manos se puso en su hombro, inocentemente, mientras mantenía mi pelvis a prudente distancia. Al cabo de un rato mi mano cambio de posición y mi brazo descanso a la altura de su cintura, con lo que esa mano, casualmente, quedo a la altura de su entrepierna.
Poco a poco, como lo hiciera con mi madre, la mano se fue acercando a su vientre, donde descanso un momento, mientras mi respiración parecía la de alguien durmiendo profundamente.
Mi mano empezó a presionar sobre la tela del vestido y a bajar con lentitud para no despertar sospechas en ella. Cada centímetro que avanzaba me hacia sentir como si hubiera llegado a mi objetivo y mi excitación iba in crecendo, por lo que mi verga aumentaba sus dimensiones.
Finalmente, al cabo de varios minutos, mi mano llego a la altura de su vulva, pero no me fue posible tocarla debido a la posición en que mi hermana se encontraba, la que dejaba mi mano en el aire sin posibilidades de alcanzar el objeto de mis deseos.
Defraudado, saque la mano y la baje hasta el pie de su falda, la que empecé a levantar lentamente, muy lentamente. Y a cada centímetro que la subía, sus piernas me iban revelando sus encantos posteriores, hasta que la parte trasera de sus muslos aparecieron a mi vista en todo su esplendor.
Saque mi verga y la lleve a sus muslos, con la intención de ponerla entre sus carnes, para lo cual la empuje muy suavemente para que se recostara sobre el pecho y así tener mejor acceso a sus partes posteriores.
Y ahí estaba claudia, mostrándome sus nalgas en toda su dimensión y yo con mi verga dispuesto a ponerla entre ellas.
Pero todo el espectáculo se vino al suelo pues claudia se estiro de brazos y dando un largo bostezo se levanto dando por terminada su siesta, en tanto yo intentaba ocultar mi verga.
Salio de la pieza sin siquiera mirarme, por lo que no se dio cuenta de que tenia sus nalgas al aire y que mi verga estaba presta a ponerse entre ellas. Simplemente se levanto, salio y el ruido de sus pasos me indico que bajaba la escala rumbo a la cocina.
Loco de deseo y de frustración y sin esperar a ir al baño, tome mi verga en la mano y empecé una masturbación furiosa buscando calmar mis deseos.
Pero ni siquiera la posibilidad de una satisfacción manual me estaba permitida pues un grito de mi hermana desde el primer piso llamándome me hizo interrumpir mi actividad onanista y acudir presuroso a la cocina.
"¿Qué pasa? ¿Qué te sucede?"
Le pregunte apenas llegue a la cocina, donde mi hermana estaba subida en un taburete intentando bajar algo de la despensa.
"Sujétame el piso, por favor, que creí que me caía"
Me acerque a ayudarla y me encontré en la deliciosa posición de tener las piernas de mi hermana a la altura de mi cara. Subí la vista para mirar por debajo de su falda y pude contemplar sus muslos y finalmente. . . Su vulva desnuda.
"¿Qué tal, te gusta lo que ves?"
Sorprendido, no atine a articular palabra y miraba embobado las dos columnas de piel de mi hermana y la mata de pelo rodeando sus labios vaginales.
"¿Crees que no me di cuenta de tus intenciones?"
Y bajo del taburete, poniéndose frente a mi, muy cerca de mi.
"Me gusta llevar a mi la iniciativa. Me desagrada que me manejen"
Dijo con voz autoritaria, mientras su mano bajaba a mi entrepierna y presionaba mi instrumento.
"Así que las cosas se harán a mi manera, ¿correcto?"
Yo, mudo, aun no podía decir palabra.
"¿Aceptas las cosas así, si o no?"
Su mano abrió mi pantalón y saco a la luz mi verga, que lucia esplendorosa con sus venas cargadas de sangre.
"Guauuu, estas muy bien dotado hermanito"
Se sentó en el taburete y agachando la cabeza hundió en su boca todo el trozo de carne que tenia para ella.
Chupó con suavidad, lentamente, de manera que mi pene entraba y salía con lentitud de sus labios. Ella no decía nada, solamente chupaba y gemía.
" Mmmmmhhhhhhh, mmmmhhhhh "
Tomándome de su cabeza empecé a seguir sus movimientos de mete y saca, los que prontamente se fueron haciendo mas ligeros. Pero ella se detuvo.
"No acabes aun. Te quiero adentro"
Me tomó de la mano y me llevo al living, donde se levanto la falda, se puso en cuatro patas y me ordeno que me pusiera encima suyo, cosa que obedecí al instante. Cuando mi instrumento estaba cerca, lo tomo en su mano y lo llevo a su vulva, de manera que adoptáramos la posición conocido como "a lo perrito".
"Empuja con ganas, ya"
Y yo, siempre a sus ordenes, le metí completamente mi verga, mientras ella echaba el cuerpo hacia atrás, pegando con sus nalgas en mi ingle, lo que aumentaba mas aun la sensación que me daba el meter y sacar la verga de su cueva de amor.
"Mas, mas, dale, mas, mas"
Repetía y sus movimientos se hacían cada vez más rápidos, apretando sus nalgas y retirándolas, mientras mis bolas pegaban en su vulva cuando mi verga estaba completamente hundida.
"Ya, ya viene, ya, ya"
Y el ritmo de sus movimientos se hizo frenético, al punto que me fue imposible seguirla y deje que ella hiciera todo el trabajo, manteniéndome quieto mientras claudia metía y sacaba mi verga de su vagina al compás de sus nalgas que retrocedían y avanzaban al encuentro del pedazo de carne que aparecía y desaparecía de escena.
"Ricooooo, ricooooooo, yaaaaaaaaaaaa"
Agotadas sus fuerzas, mi hermana se hecho al suelo, con lo que mi verga salio de su cueva aun en pie de guerra.
Pasado un momento, y al percatarse de que yo aun no acababa, claudia se puso de espaldas, encogió sus piernas y las abrió, ofreciéndome su vagina.
"Métemela, penétrame"
Sin hacerme esperar, me puse sobre ella y le hundí mi trozo de carne, que se perdió en su gruta de amor sin ninguna dificultad, ayudado por los efluvios de su clímax reciente.
"Quiero mas, dame mas, ya, ya"
Repetía mientras sus piernas se elevaban y rodeaban mis espaldas, elevando y bajando su cuerpo en busca de mi instrumento, que le hundía y sacaba frenéticamente. Mis movimientos se hicieron cada vez más rápidos y sentí que el clímax era cercano.
Ella se dio cuenta de lo que sucedería y exclamo:
"Espera, espera, tengo que acabar yo primero"
Y apuro sus movimientos mientras hacia esfuerzos para dilatar el final que parecía inevitable. Al cabo de unos segundos, mi hermana se agito convulsivamente y sus brazos se hundieron en mi costado, en tanto que sus piernas perdían fuerzas y sus gritos de gata en celo me indicaban que ya podía dar rienda suelta a mi propio orgasmo pues ella había conseguido el suyo.
"Yaaaaaa, ricooooooo, ricoooooooo, yaaaaaaaaaagggghhhhh"
"Siiiiiiiii, mijita, ricooooooooooooo"
Nos recostamos uno al lado del otro, con nuestros pechos agitados por la respiración descontrolada, producto del orgasmo reciente.
Recuperado el aliento y mientras yo seguía acostado en la alfombra, mi hermana se levanto y desprendiéndose de toda la ropa, se me presento completamente desnuda, moviendo su cuerpo de manera sensual mientras con una sonrisa picara levantaba sus brazos y soltaba su pelo, que cayo sobre sus hombros como una cascada.
"Soy rica, ¿no es cierto?"
Decía y seguía moviéndose con sensualidad.
"¿Qué tal mi cuerpo?"
Y doblando sus rodillas acerco su cuerpo a mi cara, que a esas alturas tenia nuevamente mi instrumento en ristre, dispuesto al combate.
"¿Quieres hacerlo otra vez?"
"Si"
Dije en un hilo de voz mientras su cintura se movía frente a mí.
"Te aguantas, porque ahora yo no quiero"
Y acerco su cuerpo a mi de manera que su vagina estaba muy cercana a mi boca.
"¿Te gustaría metérmelo?"
"Si"
"Pero yo no quiero. ¿Qué harás entonces?"
Y se levanto, alejándose pero siempre moviendo su cintura.
"¿Qué harás?"
Mi instrumento seguía parado por efecto de la excitación y yo lo tome con una de mis manos mientras continuaba observando los movimientos de mi hermana.
Cuando ella vio que tomaba mi verga con una mano, ella llevo uno de las suyas a su vagina y empezó a acariciársela, mientras sus ojos permanecían fijos en mi trozo de carne.
Comprendí lo que ella deseaba y empecé a mover la piel de mi verga de arriba abajo, lentamente, de manera que parecía una paja en cámara lenta.
"¿Eso es lo que querías?"
Pregunte mientras el cuero de mi verga bajaba dejando al descubierto la red de venas henchidas de energía que recorrían el trozo de carne.
"¿Te gusta?"
Pregunto ella mientras uno de sus dedos se introducía en su vagina y su lengua jugueteaba en su boca.
"Párate y pajéate frente a mi"
Me pidió con tono imperioso y con mi verga en la mano y sin dejar de pajearme, me levante y me planté frente a mi hermana, que a estas altura tenia dos dedos metidos en su cueva.
Levanto su rostro con los ojos cerrados y con su mano libre tomo uno de sus senos que llevo a sus labios, en tanto los movimientos en su vagina se hacían mas intensos. Yo, por mi parte, seguía con mi paja lentamente, no queriendo perderme detalle del espectáculo que me regalaba mi hermana.
"Párate, no sigas"
Casi como un grito, su orden me golpeo y automáticamente detuve el masaje sobre mi trozo de carne.
"No sigas haciéndote la paja"
En el tono de su voz comprendí que tenía planes que no quería participarme, por lo que preferí seguirle la corriente.
"Agáchate. De rodillas"
Y mis pies se doblaron hasta quedar de rodillas frente a mi hermana, que seguía con sus dedos en su vulva y chupaba uno de sus senos.
De pronto sus dedos salieron de su vulva y se agarro de mi cabeza.
"Chupa, ya, chupa"
Y puso su vagina en mi boca, la que se abrió para recibir sus labios, por los que introduje mi lengua que rauda iba en busca de su clítoris.
"Mijito, ¡qué rico!"
Y prácticamente sentada sobre mi cara me soltó un chorro de jugos vaginales que se escurrieron de mi boca hasta llegar al suelo, en tanto sus gritos se hacían descontrolados.
"Ricooooooo, mijito, ricooooooo, aggghhhhh"
Con sus jugos aun escurriendo desde su vagina, se sentó en la mesita del teléfono y me hizo señas para que me acercara.
No necesitaba que dijera nada para comprender sus intenciones y ahí, al borde de la mesita, tome sus nalgas entre mis manos, me acomodé entre sus piernas y le hundí mi verga hasta el fondo.
Mientras mi instrumento entraba y salía de su cueva, claudia me abrazó y buscando mi boca metió su lengua que se revolvió con desesperación en la mía.
"Mmmmmmmhhhhh, mmmmmmmmmhhhhh"
Y entre besos con lengua y abrazos nos llego el orgasmo nuevamente, el que ella completo con gritos de goce:
"Ricooo, ricooo, mijito rico, yaghhhhhh"
Ya calmado nuestros deseos, nos vestimos y fuimos a sentarnos al living.
"No imaginé que te portaras tan bien, Ricardo"
"Gracias"
"En la cama yo estuve despierta en todo momento y quería saber hasta donde llegarías"
"Entonces, ¿por qué te levantaste?"
"Temía que quisieras irte por el camino equivocado"
"¿Camino equivocado?"
"Ya lo sabrás. En todo caso, me gusta ser yo quien maneja las acciones"
"¿Podríamos volver a hacerlo en otra oportunidad?"
"Creo que si"
"¿Cuándo?"
"¿Quedaste con ganas?"
"Si"
"Los martes en la tarde podrían ser nuestros, ya que quedamos solos"
"Ya, pues"
"Pero por ningún motivo digas nada a nadie, ¿ya?"
"Si"
"Entonces el próximo martes tendremos otra sesión privada, hermanito"
Levantándose se apoyó en mi entrepierna y dio un último apretón a mi verga, en señal de contentamiento por la labor cumplida.
Me quedé feliz saboreando el recuerdo de los instantes que habíamos pasado con mi hermana, en que si bien ella fue la que llevaba las riendas, me permitió aprender mas de las mujeres.
Y el próximo martes aprendería mucho más.