Mis primeras experiencias como chica (parte II)

Trío con Pau y mi amiga Manu

De a poco empecé a despertarme con caricias sobre mi rostro. Me había dormitado un rato después del polvazo con Marce y Paula. Ya era de noche y veía como Paula me acariciaba suavemente con sus manos grandes. Sonreí y fui hasta el baño a lavarme. Seguía con las zapatillas, mis piernas largas desnudas y depiladas, mi tanguita negra que estaba muy metida en mi cola y la remerita que me había dado Pau. Me miré en el espejo y estaba hecha toda una chica. Me encantó verme así. Estaba relajada y contenta. Mi primera experiencia como chica había sido muy placentera de la mano (y algo más) de estas dos amigas.

Al salir les pedí si me podían sacar el maquillaje que me tenía que ir. Insistieron en que me quede porque ellas iban a comer algo y después tenían un invitado. La verdad que sonaba muy tentadora la invitación. Me gustaba la idea de estar de chica para un lindo hombre pero ya había tenido suficiente y era consciente de que está elección recién empezaba. Les agradecí eternamente cómo me habían ayudado. Les dije que por más que recién las conociera eran mis amigas. Me ayudaron a sacarme todo el maquillaje, me dejé la tanguita y me volví a poner mí ropa de varón y emprendí el regreso a casa. Intercambiamos números con Pau y volví pensando en lo bien que lo había pasado y sobretodo con ella, su cuerpazo, su fuerza que me hacía sentir una nena delicada entre sus brazos y la rica pija que me hizo gozar muchísimo. Estaba como atontada pensando en ella y así estuve todo el domingo. Antes de dormir recibí un mensaje de Pau: "como está mí nena? Me quedé pensando en vos. Anoche la pasamos bien con Marce pero tenía ganas de que te quedarás. Ojalá nos podamos ver pronto". El mensaje me hizo cosquillas en la panza. Le respondí y me fui a dormir. Arranqué la semana con mucha alegría. El mismo lunes fui a comprar más tanguitas y me animé a comprar una pollerita negra pero no a probarmela. De apariencia nunca tuve rasgos ni gestos femeninos y eso era lo que más me gustaba y excitaba. Dar la imagen de un "varón" hetero cis y tenés mis secretos y complicidades con algunas personas.

En mí cabeza estaba Paula hasta que la rutina del trabajo y estudio empezaba a devorar las fantasías y deseos. Sin embargo empecé a usar tanguitas todos los días y dormir con ellas para que la textura de esas prendas rozando el interior de mis nalgas sea el recuerdo de esa hermosa tarde.

El jueves por la mañana Pau me escribió invitandome a cenar a la noche y acepté con gusto. Marce no podía ir por compromisos con su esposa y quedamos nosotras dos. Llegué temprano y nuevamente me ayudó a producirme. Con mis zapatillas, una tanguita blanca minúscula, la pollerita negra pegada al cuerpo y muy cortita, corpiño y una remera adolescente pegada al cuerpo. Con el maquillaje y la peluca rubia estaba de nuevo como una nena y me fascinaba verme así. Pero más me gustaba sentirme deseada por Pau. Que me mirara con tanto libido, que mientras estábamos en su casa me tocará mis piernas, me besara agarrándome con fuerza mí cola. Ella estaba con un vestido rojo corto, con tacos, corpiño pero sin tanga. Al besarme y tenerme contra su cuerpo sentía toda la dureza de su pija. No llegamos a preparar nada para comer. Mientras estábamos en eso en la cocina se puso detrás mío, levantó mí pollerita, se agachó y corriendo mí tanguita empezó a chuparme la cola con pasión y lujuria, metiendome sus dedos gruesos hasta que estuviera bien abierta para recibir semejante pija. Se sacó los tacos para quedar a la misma altura y empezó a penetrarme desde atrás, ambas paradas, yo con las manos en la mesada de la cocina. Su penetración era distinta esta vez. Era intensa y profunda, sin separar su pecho de mí espalda. Sentía cada centímetro y mí excitación iba en aumento. Estaba entregada en sus brazos, a esa cross que me volvía loca. Gemia cada vez más agudo y suave, me sentía cada vez más mujer junto a ella. Me la sacó de a poco, me sentó sobre la mesada de frente a ella y con mis piernas abiertas envueltas en su cintura me siguió cogiendo de la misma manera mientras me besaba de manera tierna e intensa. Yo la abrazaba y movía mis caderas para sentir cada centímetro de su pija dentro mío. Luego de eso me levantó, me agarré de sus hombros colgando de ella y me volvió a cojer como la primera vez. Me mataba cuando me cogía así. Me sentía muy abierta y como su pija me penetraba al máximo. Un fuego recorría mi interior. Luego de eso fuimos a un sillón donde me puse en cuatro parando la colita y ella de pie me cogía con fuerza. "Cómo me gustas Jime" me decía. "Querés probar mí lechita bebé?". "Quiero todo de vos" le respondía y luego la recosté sobre el sillón y me puse a chupar suave su pija. Me mojaba la mano y le hacía una paja mientras se la chupaba. No aguantó mucho más y empezaron a salir muchos chorros abundantes de leche que llenaron la boca la cara y la peluca. La juntaba con mis dedos y me la tragaba. Ella daba alaridos mientras se corría intensamente.

Así seguimos toda la noche. Me cogió durante horas en el piso, la cama, silla, sillón, de parados. Hacía mucho que no pegaba tanta onda con alguien. La verdad que no pensaba que mis primeras experiencias como chica iban a ser de esta manera pero me encantaba. Así estuvimos varias semanas, nos veiamos una o dos veces por semana y no parábamos de coger. Cómo nunca mí colita ya estaba bien abierta y acostumbrada a una buena pija. Cada vez que nos veiamos ella me esperaba de chica, me ayudaba a producir (aunque de a poco fui aprendiendo) y cogíamos como si no hubiese mañana. Nos fuimos haciendo muy amigas, nos contábamos de otras y otros amantes pero en esas semanas no habíamos visto a nadie más. Estábamos como en una luna de miel entre nosotras. De vez en cuando yo la cogia a ella para acabar pero sólo unos instantes. A mí encantaba como me penetraba y a ella le encantaba, la volvía loca mí colita joven, lampiña y cada vez más abierta.

En el medio de este romance no volví a ver a Marce, nunca habíamos podido coincidir y mí amiga Manu (ver la primera parte) me escribió varias veces preguntándome qué había pasado con mí primera experiencia como cross, si había estado con algún chico estando yo como nena y otras preguntas más. Se ve que le calentaba mucho la idea y me insistía en que teníamos que pasar una noche juntas estando yo como Jime. No le conté mucho por mensajes pero le dije que nos teníamos que juntar.

Una tarde nos vimos para tomar unos mates en la plaza. Cómo les había dicho Manu tiene mucha personalidad, es muy libre en su sexualidad y le encanta probar de todo. Es muy guarra y se calienta mucho con los detalles. Yo soy más tímida para contar pero entre tanta insistencia le conté cómo fue la primera vez con Marce y Pau y de cómo nos seguimos viendo con Paula. La describí físicamente y sobretodo que era una "semental". Le brillaban los ojos. Me dijo que le encantaba lo "femenino" pero que no le gustaba estar mucho con chicas porque "me encanta la pija" y largaba carcajadas. Que por eso quería estar con Jime pero que ahora que le contaba le encantaría estar con nosotras dos. Yo lo tomé bien y le dije que me causaría mucho morbo compartir algo así. Que me sentiría muy rara que ella me viera de mujer pero que lo quería probar. El problema es que no sabía si a Pau le iba a gustar la idea y que se lo quería proponer personalmente.

Esa misma semana cuando la fui a ver Pau, después de cojer de una manera muy dulce, yo en pose misionera y ella arriba besándome y penetrandome muy profundamente, le comenté de la conversación que tuve con Manu. Lejos de tomarlo mal le encantó la idea. Creo que la pasión que sentíamos al estar juntas me hacía perder de vista que al igual que a mí, a Paula le encantaba el sexo de todas las formas, las fiestas y todo. Sólo que durante este tiempo estábamos particularmente enganchadas nosotras dos pero no quitaba estar con otras personas o compartir noches juntas con otra gente. Así nos habíamos conocido y así era una linda forma de vivir nuestras vidas. Arreglamos que podía ser el fin de semana cuando ninguna de las tres tuviera compromisos. Quedamos para el domingo pero Manu se emborracho mucho la noche anterior y no estaba de ánimo ese día. Así es ella. O a lo mejor no estaba tan segura. Volvimos a quedar para el miércoles y yo me fui temprano a la casa de Pau para producirme y esperarla a Manu como chica. El día anterior me depile todo el cuerpo y me puse un conjunto de colegiala japonesa que era una de mis fantasías y me lo compre para esa ocasión especial. Me maquille y me hice unas coletas en la peluca rubia y abajo tenía una tanguita blanca diminuta que tenía sólo una tirita entre mis nalgas. Pau estaba con un vestido negro ajustado y bien cortito con una tanga de encaje también negra y sus acostumbrados tacos que la hacían medir más de 1,90. Antes de que llegara Manu me dijo que estaba un poco nerviosa porque hacía mucho no estaba con una mujer y la intimidaba la personalidad que le contaba de Manu con apenas 22 años.

Cerca de las 10 de la noche oímos llegar un taxi y era Manu tocando la puerta. Yo estaba nerviosa por la reacción de Manu cuando me viera. La atendió Pau diciéndole "hola preciosa, sos más linda de lo que imaginaba". Manu que siempre pone primera le dió un beso suave en la boca diciéndole "vos sos todo lo que me imaginaba". Oí su voz y en un segundo llegó al comedor donde yo estaba sentaba. Me miró sería y me dijo "vos si que sos mucho más de lo que me imaginaba". Sonreí tímidamente y se acerco seria, puso sus brazos sobre mis hombros y me dio un beso profundo por varios segundos. Se aportó y me dijo "sos preciosa Jime, hoy la vamos a pasar muy bien". Luego paso al baño y Pau me dijo en voz baja "que perra que es esta pendeja. No puede tener está personalidad!". Y se reía. Creo que ella ya estaba relajada y a los minutos apareció Manu que vestía unos jean medios sueltos y una remera escotada que dejaba ver la dimensión de sus grandes y hermosas tetas. El ambiente era relajado y Pau empezó a entrar en confianza con ella. No dejaba de sorprenderse por lo suelta que era. Tomamos unas cervezas e íbamos entrando en calor. Lo bueno es que nadie tenía que romper el hielo, sabíamos que estábamos ahí para tener mucho sexo aunque estando Manu presente yo me mantenía muy tímida. Me parecía raro estar de chica frente a mi amiga con la que tantas veces habíamos cogido y yo siempre intentando ser el varón viril que la satisfacía. Pero me daba cuenta que todo eso era una estupidez. La notaba que estaba más caliente que nunca desde el momento que llegó y me vio como Jime. Yo me empecé a mover y me encantaba sentir esa pollerita corta de colegiala y las miradas de Pau sobre mis piernas y mi cola. Quería que Manu viera como me cogía.

Quién nuevamente tomó la iniciativa fue justamente Manu. Yo estaba volviendo de la cocina con más cerveza y Manu me frenó. Me miró de arriba a abajo, hizo que me diera media vuelta para ver mi pollerita. Me empezó a acariciar entre las piernas suavemente y empezó a subir. Me decía "a ver cómo te queda la pollerita bebé? La puedo levantar un poquito?" Y al hacerlo dejo mi colita al descubierto con la tanguita bien chiquita. "ay pero que colita más linda bebé. Estás muy putita así". El tono en que lo decía exudaba lujuria y calentura. Puso sus manos en mi cola y se arrodilló, corrió el hilo de la tanga y me empezó a chupar la cola por dentro de mis nalgas y en mi agujerito. A esa altura ya tenía mi pija muy dura que estaba por explotar dentro de la tanga. Manu fue bajandola hasta mis tobillos. Seguía con el sexo oral en mi cola mientras me empezó a masturbar suavemente. Me dió media vuelta y empezó a chupar mi pija mientras miraba para arriba. Paula miraba mientras se tocaba por debajo del vestido. Se acercó a dónde estábamos y Manu le levantó el vestido y ya se notaba esa terrible pija que ya salía de la tanga. "Uy mi amor que grandota la tenés" dijo Manu con los ojos brillantes. "A ver...vamos a probar un poquito". También le bajó la tanga y seguía arrodillada entre nosotras. Al ver la pija de Pau en toda su dimensión no hizo más que guardar silencio, acariciarla por cada centímetro y empezar a chuparla. Se la devoraba e hizo una pausa diciendo "vení Jime, ayúdame que no puedo sola". Sin pensarlo me arrodillé junto a Manu y empezamos a chupar la pija de Pau cruzando nuestras lenguas y labios. Manu se paró y se sacó rápidamente su ropa dejando desnudas esas grandes y hermosas tetas quedándose solo con su tanga. Volvió a chupar conmigo y luego se paró inclinada sobre la pija de Pau y con la cola bien parada. Era una señal para mi y me pare detrás de ella, le bajé la tanga y forro mediante la empecé a coger bien fuerte. Me encantaba como se le llenaba de jugos su conchita bien depilada. Era un manjar y la notaba más caliente que nunca. Estuvimos así un rato y Manu no paraba de gemir mientras la cogía y devoraba la pija de mi amante. Después de unos minutos se salió, la agarró a Pau de la mano y la sentó en el sillón para subirse encima de ella inmediatamente. De a poco se fue sentando sobre la pija de Pau y la empezó a cabalgar y gemir fuertemente. Manu llevaba las riendas y Pau la agarraba de la cola con sus manos fuertes. Yo sólo miraba como mi "sementala" la cogía y como esa pija grande y gruesa desaparecía en la conchita de Manu que tuvo su primer orgasmo a los gritos hasta quedar rendida sobre el cuerpo de Pau. Salió de ella, con una sonrisa pícara y sus ojos brillantes clavó su mirada en mí, me agarró de la mano y me llevó para la habitación y Pau nos seguía. Manu quería mucho más de nosotras y  se tiró en la cama con las piernas abiertas para que le chupe la concha. Yo sabía que después de un orgasmo le encantaba que se la chupé bien suave. Pau se puso detrás mío y mojando un poco mi cola y su pija con saliva me empezó a penetrar. Sólo con eso Manu se volvió a poner a mil y me dijo "uy putita que fácil te entro. Mi amor estás re abierta". Y luego de un rato de chuparle la conchita se incorporó para ir a ver cómo Pau me cogía. Yo estaba en cuatro, con mi cara en el colchón y la cola bien parada mientras Pau me cogía y Manu miraba detrás mío sin perder detalle. Me acariciaba la cola y la espalda y seguía diciéndome guarradas, escupiendo entre la pija de mi amante y mi colita. Luego de un rato así quería cabalgar a Pau por lo que me salí y le pedí que se acueste para montarla. Manu seguía mirando cada detalle de cómo esa pija entraba y salía de mi cola mientras yo gemia. Luego se sentó sobre la cara de Pau para que le chupara la concha dándome la espalda y pudiendo observar la linda cola de Manu que Pau la agarraba con fuerza mientras yo la cabalgaba y ella le pasaba la lengua por el clítoris. Así Manu tuvo su segundo orgasmo pero no se detuvo. Estaba muy caliente con la situación y se paró diciendo "les traje un regalito" y se rió yendo a buscar rápido algo en su mochila a los saltos con sus tetas rebotando. Con Pau nos empezamos a reír y me salí de ella poniéndome a su lado entre sus brazos mientras esperábamos a Manu que llego a los pocos minutos con un arnés y un consolador de 20 cm aprox y grueso como la pija de Pau. Con toda su simpatía entro diciendo "bueno putitas, no quería ser menos esta noche y traje mi propia pija, les gusta? Por qué no me la vienen a chupar?" Con Pau nos reímos y a gatas nos dirigimos a esa pija de goma y la empezamos a chupar mientras acariciábamos las piernas y la cola de Manu. Con ella no sólo nos calentamos sino también nos reímos mucho. En un momento dijo "bueno suficiente, quédense las dos así, no sé muevan". Estando las dos en cuatro, una al lado de la otra, vimos como Manu se fue detrás nuestro, se ensalivo los dedos índice y mayor de las dos manos y nos empezó a meter sus dedos al mismo tiempo. "Quien la quiere primero?" Decía. "Me parece que te toca a vos Pau". Y acto seguido se la empezó a meter de a poco ante los gemidos secos e intensos de mi amante cross. A los segundos ese dildo entraba y salía fácilmente entre las potentes nalgas de Pau que tenía los ojos desorbitados. Manu aceleró el ritmo hasta que se frenó y dijo "ahora le toca a mi putita" y de a poco me empezó a coger. Me daba mucho morbo la situación y encima Manu me daba nalgadas y me decía "pará la colita como las putitas". No daba más de calentura y Pau se puso frente a mí para que se la chupara. Cuando Manu se cansó, salió de mi cola y la puso a Pau boca arriba diciendo "quiero que me cojan, no doy más". La situación de cogernos con ese arnés la había comentado mucho. Se subió encima de Pau y la volvió a cabalgar. Sin mirarme me dijo "y vos Jime haceme la cola porfi". Me puse el forro, saliva en su cola y en mi pija y empecé a intentar. Pau se frenó para que se la pueda meter y de a poco empezó a entrar. Manu hacia gestos de dolor pero me decía "seguí seguí. No pares. Métela toda". Una vez que entró, no quedamos quietas las tres y nos fuimos moviendo de a poco. La confianza que teníamos estando los tres cuerpos juntos hacia que nos pudiéramos mover con ritmo. Manu estaba en las nubes y gritaba de placer. Era una doble penetración muy caliente. Sentia la potente pija de Pau que presionaba sobre la mía. Tenía el pecho pegado a la espalda de Manu y sentía en mis piernas el roce con las piernas de Pau. Yo no aguantaba mas y empecé a terminar anunciando mi orgasmo con gemidos fuertes y Pau aceleró su ritmo para acabar también y Manu había tenido dos orgasmos seguidos. Entre jadeos y cuerpos agitados nos quedamos las tres quietas y salí de a poco de la cola de Manu y ella salió de la de Pau. Había sido hermoso, un orgasmos intenso. Nos quedamos así un rato acostadas haciéndonos caricias y de a poco nos empezamos a incorporar.

Al rato Manu dijo que se iba y yo me saqué el maquillaje, me dejé puesta la tanguita y me vestí de varón y nos volvimos juntos con Manu. Al despedirnos de Pau, Manu le dió un beso de varios segundos con mucha pasión y al bajarse del taxi me dijo al oído "es la noche más caliente que tuve en mi vida. Pau es realmente una semental y vos sos una putita hermosa". Llegué a mi casa con una sonrisa de oreja a oreja y me llegó un mensaje de Pau diciendo "nunca conocí a una piba así, me volvió loca esa pendeja. Que descanses bebé, hermosa noche pasamos". Con la tanguita puesta y muy relajada me puse a dormir.