Mis primeras dobles penetraciones
La constante busqueda por nuevas emosiones que enriquezcan nuestra relación de pareja de mente abierta, nos llevo a realizar una de mis grandes fantasias, gracias al apoyo de mi esposo en este maravilloso mundo. Comentarios al correo: armandoverdades@gmail.com
En nuestro afán de buscar nuevos aires en nuestra relación de 23 años de matrimonio, Armando y yo (Miriam) ambos de 50 años de edad, decidimos entrar al mundo swinger o algo por el estilo. Armando fue muy persistente en convencerme de algo que en el fondo yo quería y que solo me lo prohibía las estúpidas reglas de la sociedad que uno mismo se impone. Siendo así comenzamos a adentrarnos en este mundo con juegos eróticos, contactos con amigos nuestros y mucho exhibicionismo en lugares públicos.
A pesar de que para comienzo de este año 2017 habíamos tenido tres encuentros con algunos amigos íntimos, estos no pasaron de ser un trio a medias como los llamo yo, donde mi esposo no pasaba de ser un simple espectador de lo que nuestro amigo de turno y yo hacíamos (a el le encanta ser cabron); es por eso que constantemente le pedí que me regalara un encuentro donde verdaderamente compartiéramos los tres de una divina experiencia sexual físicamente hablando. Ardía en deseos de ser poseída por varios hombres, de ser penetrada doblemente, siempre fue una fantasía mía.
Al llegar el 1º de enero de este año, recibí una llamada de mi ex cuñado (anteriormente casado con mi hermana) que en la actualidad es uno de nuestros amigos íntimos, felicitándonos por el año nuevo e invitándonos a Armando y a mí, a su casa a compartir el fin de semana de Reyes Magos, lo cual me encantó, pero inmediatamente me pidió que le pasara a mi esposo con el cual habló largo rato, cosa que me lleno de suspicacia pero lo deje pasar.
Al llegar el viernes 6 de enero nos alistamos y emprendimos viaje de unas dos horas hasta la población donde vive Felix. Al llegar nos recibió como siempre con tragos, algo de pica, pero al rato me dijeron que necesitaban salir a comprar algunas cositas, me indicaron que me fuera poniendo cómoda con mucha suspicacia y me dejaron solita. Tardaron como una hora, mientras tanto me coloque un conjunto de babydoor con un pequeño hilo color aguamarina que había comprado para la ocasión y mis sandalias de tacón alto blancas, me recogí el cabello y perfume cada rincón de mi cuerpo. Al llegar me hice la desentendida, pero escuche mucho ruido, al entrar a la casa…sorpresa!!!!!, eran Felix, mi esposo y el vecino (con el que ya habíamos compartido anteriormente) disfrazados de reyes magos, era comiquísimo, me sentaron en un sillón y me dieron unos lindos regalos chocolates, me colocaron una cadenita tobillera en mi pie, me dijeron que eso me convertía en su esclava y una crema (imagine inmediatamente cual era el uso).
Fue una velada divina, comimos, bebimos y bailamos los tres juntos, era divino sentir el roce de seis manos deseosas de mi piel, me decían groserías y morboseria, lo que siempre soñé, estar a disposición de varios hombres. Armando comenzó a besarme apasionadamente, mientras Felix me quitaba el hilo y metía su lengua en mi cuquita, Enrique me acariciaban y chupaba los senos, todos me rozaban con sus penes erectos, me decían palabras obscenas. Luego me sentaron y me presentaron al frente los tres guebos rozagantes de ganas, comencé a lamerlos desesperadamente como una perra maluca, cada uno es distinto del otro, el guebo de Felix resaltaba por su grosor exagerado, el de Enrique era largo pero delgado, ambos blancos, el de mi marido negrito como más me gusta, de tamaño normal pero muy efectivo. Me los Chupe todos hasta la garganta, solo Enrique no aguanto y me acabo en la boca, me baño hasta los senos, fue divino.
En ese morbo pasamos mucho tiempo, mientras se turnaban de posición para besarme y lamerme mi cosita y mi culo; hasta que Armando tomo la iniciativa y se sentó en el sillón y me puso de espalda a el mientras me lubricaba mi culito, me dijo que el sería el primero por ser mi marido y porque era el que tenía el pene más pequeño, para ir acostumbrando mi culito y así fue como me senté y me introduje todo su guebo mientras yo movía mis caderas como loca, Armando me abrió las piernas y yo le hice señas a Felix quien comenzó a chuparme la cuca apasionadamente, mientras Enrique se acercaba a un lado para pajearle y lamerle el guebo, allí acabe incontable veces sin saber. Armando me levanto las piernas y me abrió el clítoris suavemente mientras yo invite a Felix a penetrarme por mi cuca, le costo un poco, dado que tiene un pene exageradamente grueso, pero lo logro con la ayuda de Armando, mientras tanto a veces desatendía a Enrique un poco…el extasis de sentir dos penes y su semen dentro de mi al fin fue una realidad y la lluvia de orgasmos fue interminables hasta el punto que me orine, me dio mucha pena, pero ellos lo disfrutaron plenamente.
La noche fue muy larga, parábamos tomábamos algo, yo me lavaba y comenzábamos de nuevo en diferentes posiciones y lugares, ellos se propusieron cojerme cada uno por mi culo y cuca, yo pensé que no lo aguantaría, pero en la madrugada al ver a los 3 dormidos exhausto en la cama, en el piso y en el sofá; me di cuenta que este ímpetu que me acompaña desde muy joven y que nunca había podido expresar, era más fuerte de lo que creía, es divino sentirse puta por una noche y ser deseada frenéticamente por varios hombres, valió la pena mi primera doble penetración…bueno en realidad fueron mis primeras 6 doble penetraciones. Esperamos se repita.