Mis posiciones favoritas
Mi tío es mi primer hombre y me acostumbró a darle el placer como él lo quiere, cuando quiere y como le viene en gana y estas son mis posiciones favoritas para entregarme a él.
Mi tío me manoseaba y al final fue el primero, por mucho tiempo fue el único.
Yo me dejaba hacer lo que él quisiera, al final, ya me había desvirgado y me encantaba la violencia, el control, la forma de aprovecharse y desaguarse las ganas dentro de mí. De usarme y humillarme.
La tiene más o menos grande, no es exageradamente larga, tampoco es corta, pero si muy gruesa, venuda, y pues me acostumbré a que me tomara cuando quería, siempre me ha lastimado, pero ese dolor es tan rico, que en vez de molestarme, me gusta y mucho.
Cuando pasa mucho tiempo de no hacerlo con una verga que me llene, la de él me lastima más, cuando me da con mucha fuerza, me deja hecha pedazos por dentro y al otro día no puedo ni sentarme, pero es tan rico coger con dolor, con fuerza, nadie me da con tanta fuerza como él, nadie la mete tan rico y es tan sucio para hacerlo. Muchas veces le digo que no y lucho contra él, pero siempre se sale con la suya, termina violándome, es cuando más me duele, creo que le gusta obligarme, disfruta violarme y le encanta terminar dentro de mí.
Él solía visitarme cuando mi madre iba a ver a mi abuela, vivíamos solas y ya grande, pues con toda la libertad.
Mi posición favorita siempre ha sido el misionero, sentir su peso empujando en mi concha que se moja con solo verlo parado. Así abierta recibiendo sus embestidas, fuertes, con todo su peso ahogándome, jadeando en mi oído, aplastando mis tetas, diciendo que soy su puta, bombeando con tal fuerza que debo empujarme haciendo resistencia con la pared, hacía abajo para no topar la cabeza, sintiendo dolor al ser penetrada, hasta recibir su leche caliente, abundante dentro de mi vagina, que lo recibe gozosa, terminar con su verga disfrutando en mí, me gusta darle placer a los hombres, me gusta que me usen y me revienten, me gusta abrirme para recibirlos, pero con él es especial, me gusta más, me mojo más, termino más veces, de tanto que me excita que desde que me la mama, yo ya estoy chorreando y terminando en su boca, cuando me penetra, me pongo tan loca que en un par de minutos ya me estoy corriendo en su cosota.
La posición favorita de mi tío, es sentarse y me le siente encima, que lo cabalgue y mueva las caderas, mientras me dejo caer bien abierta y chillo del dolor, le gusta agarrarme de la cintura y jalarme hacía abajo con fuerza, yo me abro toda para que me entre todo el palo, pero cuesta mucho y duele demasiado, me hace pedazos esa posición, es cuando más vidriosa se le pone la mirada y más grita al terminar, es tan rico cogérmelo, hacerlo gritar de placer y que al venirse me diga lo perra que soy y que le encanta como le saco le leche. Así que el dolor se me vuelve exquisito.
Lo más complicado es cuando toma, porque le dura más la erección y me rosa mucho, luego me arde y muchas veces ya no quiero y ya no tengo ganas y tengo que seguir dejándome para que se le baje la verga, además la tiene muy dura, se le pone bien poderosa, por más que se la mamo y se la cojo bien fuerte, no se le pasa y me lastima, siempre le pido que ya no pero él sigue y sigue hasta que se corre y me deja casi desmayada.
Lo más tranquilo es cuando me da por el culo, solo por el culo y no me coje la panocha, lo hace despacio y se corre fuera y más rápido de lo normal, allí me toca que limpiarle la pija y mamársela hasta que me trago todo su placer y me encanta verle la cara desencajada, tocarle los huevos mientras, es rico comer pija y tragar leche caliente, me complace darle placer. Igual me toca mamarlo si termina dentro.
También me gusta que me siente en sus piernas y me empiece a manosear y meterme los dedos, mientras se le va poniendo dura y luego bajarle los pantalones y mamarlo mientras me hace presión para ahogarme con la verga y sienta nauseas, me deja unos segundos y mientras se la estoy chupando. Luego se pone violento, me ahorca, me pega en las chiches, en la cara con la verga, en la cuca con la mano y con la verga, me pone de perrito y me la empuja, hasta que no puedo mantener el equilibrio y así me sigue dando, con fuerza, cuando se cansa, me pone otra vez en cuatro y se pone más suave para metérmela por la cola, eso cuesta, se me cierra, así que suave porque a él le aprieta, le duele y le cuesta mucho meter su pito dentro. Yo suelo chillar y quejarme, decirle que me duele y él responde que así le gusta a las putas, calientes, puercas, les encanta dar las nalgas y para eso buscan macho para quitarse las ganas con una buena pija y una buena revolcada.
Ay, que rico, tengo un vibrador pequeño entre las piernas, las tengo cerradas y como recordar es vivir, estoy a punto de correrme, así que voy a dejar esto hasta aquí para darme placer y abrirme para gozar de mi cuerpo, para correrme con fuerza y con dolor. Besos