Mis planes y mis empleadas

...como ejecuto mi plan para someter a mis tres empleadas.

Por aquel entonces yo tenia un pequeño negocio que se dedicaba a la venta de recuerdos en una pequeña y turistica ciudad española. El negocio iba bien y yo pasaba el día en él, controlando el personal y supervisando todo. Tenia tres empleados, concretamente tres chicas jóvenes que atendían a los clientes y se encargaban de cobrar. Yo pasaba mayormente mi tiempo en un pequeño despacho que quedaba encima del almacén y desde el cual a través de un ventanal divisaba todo. Yo tenía 45 años por aquel entonces, soltero, alto, ni delgado ni gordo, pelo castaño, todos los días iba al gimnasio y me cuidaba medianamente. Las tres empleadas eran Maria de 25 años, Ana de 26 y Lidia de 19. En este tipo de trabajo los empleados son muy importantes, el trato con los clientes, el ser simpático y claro esta, el tener un físico agradable era fundamenta. En base a estos criterios yo siempre hacía la selección de mi personal.

María era la más antigua en la tienda, llevaba conmigo cerca de 5 años. Era una chica alta y diría que corpulenta, pelo con media melena castaño con mechas rubias y un peinado siempre alborotado en la parte superior. Ojos negros, tez morena, pómulos marcados labios medio gruesos, ancha de caderas. Tenía las piernas largas y un culo un poco alto y grande. En ese aspecto era un poco desproporcionada pero lo disimulaba muy bien con su vestimenta. Tenía unas manos preciosas con las uñas siempre arregladas. Si la tuviera que definir diría un poco morbosa. Ella fue seleccionada sin duda alguna por su educación, era exquisita en sus modos, esa especie de timidez mezclada con las palabras justas en el momento cierto. En definitiva cumplía perfectamente, educada, siempre con una agradable expresión en su rostro y un físico correcto.

Ana era una chica delgada, quizá demasiado, con una cara aniñada que pese a ser mayor que María aparentaba menor edad. Tenía melena castaña, era de estatura media alta, también tenía unos rasgos faciales muy marcados, ojos castaños, labios finos y dientes pequeños. Era guapa y sobre todo muy alegre y simpática. Tenía unas manos largas y finas y siempre tenía una sonrisa en la cara, era muy alegre. Tenía caderas anchas y pese a su delgadez un pecho prominente. Definitivamente fue seleccionada por su simpatía.

Lidia era la más joven, tenía una cara preciosa y muy llamativa, era tímida y educada, tenía una larga melena castaña clara, ojos azules, tez morena, se veía muy niña. Era alta y con unas caderas grandes y un culo grande también, su pecho era pequeño y los labios eran casi perfectos, carnosos que siempre dejaban entrever sus blancos diente. Sin duda Lídia fue seleccionada por su cara, no era especialmente simpática pero cumplía con su trabajo y muchos jóvenes entraban a comprar solo porque ella les atendiera, razón de más para ser contratada.

La verdad es que tenía un ojo para el negocio genial, la mitad de mi negocio estaba en manos de aquellas tres jóvenes.

Ahora me toca a mí. Yo era un hombre normal, aparentaba mi edad, había decidido no casarme por convicción de que jamás sería una buena pareja para una mujer. Tenía mis amiguetes, mi gimnasio, mis fines de semana viajando y mi negocio que marchaba a las mil maravillas. De vez en cuando un ligue que otro, mis cigarrotes de marihuana, vamos que no una vida, mejor aquello era un vidón. En el tema sexual siempre había sido algo fantasías y tenía alguna que no renunciaba a convertir en realidad. Una de ellas estaba relacionada con mi negocio y mis empleadas que últimamente no me salía de la cabeza. Se trataba de someter a mis caprichos sexuales a aquellas jovencitas pero por supuesto sin poner en peligro ni el negocio ni a mi, claro está, pues si algo tenía claro era que mi pene no se iba a nombrar en dirigente de mi vida y menos aun echar por tierra mi vidón.

Un día en mi despacho empecé a idear como conseguir lo que quería.

Mis empleados siempre cobraban un poco más que los iguales del sector para evitar así tentaciones d la competencia, pero aun así las dependientas tenían un convenio bajo que superaba en poco los 600,00 €. Yo les pagaba 700,00 €. Empecé pensar que ese era un punto vital, chicas jóvenes, les gusta salir, comprar ropa de marca y por lo tanto el poder ganar más dinero era un gancho para conseguir mis metas. Después empecé a pensar cual sería la elegida, ahí había varios factores a valorar. Todas ellas me atraían, eso no me iba a ayudar a decidir, la más morbosa era María, pero tanta educación me daba la impresión que me iba a costar convencerla, era recta, siempre correcta, no se. Ana, era la más fácil de encarar siempre con bromas, fácil sacar el tema y dejarlo caer. Lídia, era la más joven y tímida, se morirá de verguenza, roja como un tomate e igual sale corriendo. No lo tenía nada claro, aunque evidentemente Ana parecía la más apropiada para empezar. Así lo decidí, cuando llego final de mes y les pagaba en mi despacho, le dije a Ana que al acabar viniera a hablar un minuto conmigo:

Llegó la hora, yo estaba excitadísimo, tocaron a la puerta, y yo dije:

Adelante Ana

Hola Don Antonio

Cierra la puerta y siéntate un momento, quiero comentarte algo.

Hay algún problema?

No, no todo lo contrario, estoy muy contento con tu trabajo.

Ana se sentó en la silla enfrente a mi, estaba con su traje negro que era el uniforme de la tienda. Yo no cabía dentro de mi.

Digame entonces

Mira, quiero comentarte algo, pero ante todo quiero que entiendas una cosa, esto es algo que hablaremos hoy y quedará aquí y morirá aquí. Quiero decir que no cambiará nada del ambiente en la empresa y que de ninguna manera cambiará actitud alguna mía hacia ti ni nada. Te lo comento, te lo piensas y si aceptas bien y si no también, de acuerdo?

Vale.

Ana seguía igual que había llegado, no imaginaba para nada lo que le iba a decir, con su sonrisa de siempre como si aquí no pasara nada.

Pues mira, primero voy a subirte 100,00€ al mes por tu buen trabajo.

Gracias.

A ti te gustaría ganar más dinero?

A quien no?...jejeje

Mira, he pensado que si tu aceptas obedecerme en una serie de cosas que a mi me gustarían que hicieras para mi podrías ganar el doble de lo que ganas.

Ana quedó mirando y callada, la respuesta era obvia.

¿Qué tipo de cosas?

Pues de índole sexual.

No me anduve con rodeos

Ana quedó callada, sin sonrisa en la cara y mirándome.

Me adelante a hablar y le dije:

Recuerdas la primera parte de la conversación?, pues no tienes ni que contestar si te sientes violenta, no quiero incomodarte y nuestra relación seguirá siendo la misma. Y si te lo quieres pensar pues con venir el día que quieres y decir acepto será suficiente, a partir de ese momento ganarás el doble.

Don Antonio yo,

Ana no te atormentes, piénsatelo y punto, hasta mañana.

Ana se levanto y se fue.

Yo suspiré y dije, jodeeer!, estaba un poco nervioso

Al día siguiente llegue como si nada pasara y me pasé casi todo el día en el despacho, tarde un par de días en hablar con Ana para que el asunto se enfriara. Cuando lo hice aparentemente todo parecía normal. Ana se comportaba como siempre. Pasó el tiempo y yo casi ya tenía olvidado el tema cuando, sorpresa!!!!, estoy en mi despacho y llaman a la puerta:

Adelante

Hola Ana, querías algo

Pues…, quería decirle que …., si sigue en pié su oferta?

Que oferta?

Ya sabe…, lo que me comento hace un par de meses

Yo me di perfectamente cuenta, pero me hice el loco.

No recuerdo Ana, como no me digas más

La oferta de duplicar mi sueldo

Aaaahhh! Te has decidido

Pues he pensado, si podría especificarme más el asunto

Pues no, Ana, si aceptas aceptas y punto creo que he sido bien claro, no?

Si pero,

Ana no estas obligada a nada piensalo bien, pero yo no voy a explicarte nada.

Vale, acepto.

Bien a última hora vente a mi despacho después de cerrar la verja del negocio

No dijo nada, dio la vuelta y salió del despacho. No me lo podía creer como me había engañado, estaba empalmado como un cañón, me iba a recrear en la situación y disfrutar al máximo no perdí un minuto y empecé a idear algo.

La tarde no pasaba, no me moví del despacho y ya tenía todo ideado.

Llegó la hora, sonó la puerta, se abrió y Ana apareció delante de mi.

Has cerrado?

Sii

Ana estaba seria miraba hacia el suelo y las manos no sabía donde ponerlas, redije:

Tranquilízate.

Yo me quedé sentado, ella estaba de pié.

Sácate los pantalones

Ana me miró y empezó a desabrochas los pantalones negros de su uniforme. Los dejo caer y quedó con una diminuta tanga.

Descálzate

Obedeció, se saco los zapatos y echo el pantalón encima de la silla. La figura de Ana de pie delante de mi en tanga con los pies desnudos sobre el frio suelo me excito un montón. La chaqueta le tapaba el culo asi que le dije que se la sacara, obedeció y la echo sobre la silla. Era delgada, sus piernas también lo eran, un poco arqueadas sobre todo la parte bajo las rodillas. Los pies eran grandes para una mujer y huesudos. Las piernas se unían al llegar a la zona del pubis, algun pelo púbico asomaba sobre su diminuta tanga. Las caderas eran anchas, marcando los huesos de la cadera. La barriga plana con un profundo ombligo, las costillas se le marcaban a ambos lados de dos redondas y grandes tetas. Los hombros también marcaba los huesos y altos. Pensé que si un día llegaba a engordar aquella chica sería un tanque.

Date la vuelta y enseñame tu culo.

Obedeció, Pude comprobar que Ana estaba muy delgadita, las piernas parecían palillos pero en cambio el culo era más bien grande y alargado. Dos amplias nalgas con una piel tersa, tres granitos en una de sus nalgas, la marca del bikini, un poquito de pelusilla se juntaba en la raja vertical de culo. Desde esta posición las caderas se veían rectas, la piel de naranja, lo justo de cartucheras, era real, nada de esos culos adulterados, era un culo real como la vida misma, Dios estaba como una moto. Estaba solo con la camisa blanca y el tanga. Le dije que se sacara la camisa, lo hizo luego el sujetador, siempre de espaldas a mí. Cuando solo le faltaba el tanga me quedé un rato observandola. Le dije que se diera la vuelta y ahí aparecieron sus grandes tetas, grandes para la delgadez que exhibía. Eran redondas, pero la fuerza de la gravedad hacía lo inevitable, caían y se alargaban. Los pezones un poco oscuritos. Los brazos a los lados, la cabeza al suelo y como única ropa el tanguita blanco.

Levanta la cabeza y sonríe.

Ella lo hizo y simuló una pequeña sonrisa.

Bueno y ahora que hacemos contigo, te gusta?

No

Pues a mi sí

Sácate el tanga

Verla sacárselo y quedar desnuda delante de mi me volvió loco, tuve que controlarme.

Date la vuelta y ábrete ese culo quiero verlo bien y acércate.

Yo seguía sentado en el sillón ella dio la vuelta alrededor de mi mesa y se acerco, se dio la vuelta y totalmente de pie me enseñó el culo.

Inclínate hacia delante y ábrelo con tus manos hasta que vea el ojete.

Se inclino un poco y separó su nalgas

No lo veo, abretelo más.

Las nalgas tenían algunas estrias de engordar y adelgazar, pero aquel culo me parecía precioso, era más bien alargado y se le notaba esas encipientes cartucheras que terminaría convirtiéndola en una mujer culona. Las largas manos de Ana, aferrandose a aquellas dos nalgas, que humillante y que delicioso a la vez. Le dije que abriera mas las nalgas y por fin vi su esfínter rojo y totalmente cerrado.

No te muevas- le dije

Acerque mi cara a su culo, lo oli y le di un lenguetazo en todo el esfínter, ella suspiró.

Esta bien, vístete.

Ella se vistió rápidamente y antes de que se fuera le dije, espera un momento.

Una cosa, no quiero que te laves tanto el culo. No lo volverás a lavar hasta que yo te lo diga.

Pero..

Ana, ya te lo he dicho solo yo pongo las reglas.

De acuerdo

Dió media vuelta y se fue.

Yo estaba empalmado como un burro me hice una paja para relajarme y empecé a idear el próximo encuentro.

Deje pasar un par de días, todo normal, el negocio seguía como siempre y Ana también, quizá la note un poco menos bromista pero bien. Las otras como siempre y parecían no saber nada del asunto.

El tercer día le dije a Ana que al acabar el día pasara por mi despacho. Cuando llego el momento y sonó la puerta le dije a Ana que pasara y que se sentara.

Como vas?

Bien

Estas disgustada por algo?

No pero es un poco violento para mi,

Sabes que cuando quieras lo dejamos y punto, yo te pagaré doble este mes igual, pero solo este mes claro

No, necesito ese dinero al menos un par de meses.

De acuerdo

Has hecho lo que te dije

Si,

Y?

Me pica un poco

Bien, a ver enséñame!

Se levanta y empieza a bajar los pantalones,

Acercate

Rodea la mesa, con los pantalones por las rodillas, se da la vuelta y su hermoso culo esta de nuevo ante mí.

A ver

Se inclina, se baja la tanga, yo ya noto un olor distinto que me pone a cien, se abre las nalgas y observo, el esfínter moreno ya no esta rojo, y las paredes internas de las nalgas de un moreno sospechoso. Acerco mi cara y huelo, percibo ese olor rancio pero encantador, mezcla de sudor y microscópicos restos orgánicos.

Perfecto has sido muy obediente, has sido penetrada analmente?

No, no

Pues quédate quietecita, así como estas.

Yo cogí un rotulador negro que tenía sobre el escritorio y se lo acerqué al culo. Se lo recorrí de arriba abajo por la raja del culo, intentando que se empapara bien de los olores y sudores de aquel hermoso culo, cuando lo creí oportuno, lo olí y pude ver que aquel rotulador tenía perfectamente adquiridos los olores de aquel sitio, incluso como el exterior era de color blanco pude ver como se había oscurecido ligeramente, lo volví a oler, era divino.

Date la vuelta, por favor.

Solto las nalgas, se incorporó y quedó de pié delante de mi con los pantalones en los tobillos.

Desnudate

Se saco la ropa y la puso sobre mi escritorio.

Arrodillate

Yo en el sillón y aquella jovenzuela a mis piés.

Abre la boca.

Sus ojos intentaban evitar los mios, y ella con sus labios finos y sus pequeños dientes abría su boca. Cogi el rotulador y lo posé en su lengua.

Chupalo y limpialo, es tu mierda que no te de asco

Ella tardo un poco y con una expresión como llorosa, cerro sus labios entorno al rotulador. Yo saque y meti varias veces hasta que el rotulador recupero su blanco original. Ella con una mueca de asco se dejo caer sobre sus piernas.

No hemos acabado, levantate de nuevo y abrete de nalgas.

No,

Ana, no discutas

No puedo

Si, que puedes y lo vas a hacer

Es asqueroso

A mi no me lo parece

Jodeer

Es tu mierda y aprenderas a saborearla

Venga ponte.

Se levanto y volvió a la posición inicial

Esta vez las intenciones eran distintas. Pasé de arriba a bajo un buen rato el rotulador por su ano y luego le dije no te muevas, tendrás que aguantar. Se lo puse en la entrada del esfínter y empujé. Ella dijo un aiii! Pero mantuvo abiertas las nalgas con sus finas y largas manos. El rotulador entró un poco, yo seguí empujando y entró un poco más, se oía la respiración de Ana apurada y suspirando.

Me haces daño

Tranquila, te acostumbrarás

Lo introduje un poquito más, observando como el esfínter rodeaba el rotulador como una ventosa. Oi un pequeño ruido, como de gases que se escapaban, y eso me puso a doscientos, por que a cien ya estaba.

Incorpórate

Pero sacame eso.

No, incorporate, debes acostumbrarte.

Se incorporo y quedó de espaldas, mitad del rotulador estaba dentro y mitad fuera. Le dije que se moviera por la habitación, que se pusiera los zapatos de tacón que usaba con su uniforme y que paseara. Me encantaba, ella andaba incomoda con las piernas un poco abiertas . Le dije que no podía dejar que se saliera el rotulador y que a partir de ahora cuando yo se lo dijera se lo metería en el culo y se pasearía así. Al cabo de un rato se adapto.

Acercate y sácatelo

Se acerco y agarrando el rotulador por la punta tiró de el, con la mala suerte de que le saco el capuchón.

Jajjjejj

Me salió una carcajada.

Lo tienes bien enterrado, jjeej, que guarra

Ana, se puso roja de vergüenza e intento agarrarlo pero se estaba pintando las manos todas, con lo que no se le ocurrió mejor idea que ponerse de nuevo el capuchón y al hacer presión el rotulador se fue enterrando más y más hasta desaparecer en su interior.

Yo me partía el culo y ella se empezó a poner nerviosa.

Don Antonio, que se me ha metido dentro

Eso te pasa por tener el culo tan grande guarra.

Yo estaba hiper cachondo.

Como te sientes? Te hace daño?

No, pero lo siento dentro.

Bueno vamos a ver tendrás que hacer fuerza para sacarlo como si estubieras en el baño. Saca las cosas de encima de mi escritorio y súbete a el.

Ana, totalmente desnuda se movía sacando los papeles y las cosas y poniendolas en el suelo, moviendose como si nada. Desnuda en mi despacho, yo no le sacaba la vista de encima.

Llevas alma de guarra Ana, tienes futuro.

Ana me miraba sin saber que decir, al rato se subió encima del escritorio y de pié me dice que hago.

Agachate como si fueras a defecar

Se puso en cuclillas y le dije que hiciera fuerza y que abriera las nalgas, yo me agache para ver, ella hacía fuerza con los ojos cerrados, incluso hacía ruido como si estuviera guiñando. Era buenísimo, yo le tocaba el esfínter y notaba el calor. Al cabo de un rato un fuerte ruido salió de su culo, me estaba cagando un pedo casi en la cara.

Joder Ana vaya cuesco, empuja chica!!

Iiiinnnn

Venga

Aahhhhh

Al cabo de un rato empezó a asomar el rotulador, yo la animaba a seguir empujando, cuando ya salía un poco le agarre la punta y empecé a tirar lentamente por él. Con el esfuerzo a Ana se le escapó un chorrito de orina, y cuando acabo de salir el rotulador, Ana había perdido el control sobre su esfínter y siguió evacuando un par de cagallones de mierda con ruidos incluidos. Yo me aparté, aquello olía de lo lindo.

Joder Ana que cerda eres, te has cagado y meado

Ana se levanto, miró el pastel y se bajo de la mesa

Don Antonio lo siento pero es que no me pude controlar

Límpiate un poco y pon esto en orden, mañana compra un ambientador para que mi despacho huela mejor.

Ana salió rumbo a los servicios:

Eeeh , limpia esto primero, guarra!

Pero con que?-mirando para los lados

Con las manos so guarra

Don Antonio que es mierda!!

Si la tuya, sácala de aquí coño!

Ana se acerco al pastel y con una de sus largas, finas y arregladas manos barrio hacia el vértice del escritorio y depositó parte en la otro mano. Y así con cara de asco, desnuda y con mierda en las dos manos y entre sus arregladas uñas, que tardaría días en quitarles el hedor, se fue al baño. Cuando volvió, traía un paño en la mano para limpiar los restos de encima de mi escritorio. Se vistió y se fue. Yo me hice otra enorme paja a su salud.

Al día siguiente llegué tarde, todo el mundo estaba en su sitio, por supuesto vi a Ana y le dije que se pasara por mi despacho inmediatamente. Al cabo de un rato llamó a la puerta.

Adelante

Si, Don Antonio?

Como vamos?

Bien

Me refiero a tus manos y tu culo claro.

Pues no consigo sacarme el olor

A ver?

Se acerco y me enseñó las manos. Estaban totalmente limpias, las olí y tenía un tenue y delicioso olor a mierda.

Ten cuidado al atender los clientes, no todos tenemos el mismo gusto.

Date la vuelta

Se dio la vuelta le baje los pantalones y la tanga y la hice inclinar y le separé las nalgas, tenía el ojete irritado. Le escupi en el y le dije que viniera cada hora que había que hidratarlo y que no se limpiara. Durante todo el día a cada hora vino a verme, ella se bajaba la braga y los pantalones se abría las nalgas y yo le escupia en el culo para hidratar su ojete. La humillación era absoluta.

Después de aquel día le di un descanso a Ana, deje pasar una semana y empecé a idear otra sesión de humillación.

Cada cierto tiempo a la tienda llegaban comerciales ofreciendo nuevos productos para su venta en la tienda y fue uno de estos que me dio una gran idea. El producto consistía en una serie de muñecos, con diferentes caracterizaciones, brujas, duendes, mounstruos y todos ello se podían manejar como titeres. Junto con el producto la casa daba una promoción donde montaba un pequeño escenario que con un doble fondo permitía el manejo de los titeres y que tapaba el cuerpo del que manejaba los muñecos excepto la cara. La promoción incluía un curso de manejo de titeres a uno de los empleados y varias historias algunas infantiles y otras para públicos de cualquier edad. Me interesé en el producto y al cabo de 15 días tenía un pequeño escenario montado en la tienda y con una especie de camerino cerrado detrás desde el manejador de marionetas veía el público y el público solo le veía la cara. Seleccione a Ana para que asistiera al curso de marionetas y al cabo de 1 mes Ana contaba las historias manejaba las marionetas y jóvenes y mayores entraban a la tienda y paraban a ver y por supuesto comprar alguna de aquellos personajes de trapo.

Ya estaba todo listo para empezar mi plan, organice para el viernes una sesión especial, hice publicidad y le pedía a mis empleadas que se lo dijeran a amigos y familia para que asistieran al espectáculo, sin necesidad de comprar claro esta pero que sería un buen detalle para mi que asistieran sus padres y familia allegada. El jueves a la noche le dije a Ana que viniera a mi despacho al acabar.

Don Antonio?

Si, pase!! Como vas?

Bien

Estas preparada para mañana?

Si jejej, será divertido, además vienen mis padres y mi novio.

Bien, perfecto, tengo una sorpresa preparada. Te meterás en el camerino desnuda y harás toda la función desnuda.

Pero, se me notará

De ti depende, piensa que tienes a tu familia y a tu novio

Ana no se inmutó, parecía que aquel juego le gustaba más.

De acuerdo, entraré desnuda.

Solo llevarás puesto los zapatos de tacón.

Vale

Hasta mañana entonces.

A la mañana siguiente todo discurrió entre preparativos pues la función empezaría a la tarde. Ana se veía alegre y sin ningún problema ante lo que le esperaba.

Llegó la hora de la función y todo estaba preparado de forma que Ana estaba en la parte de atrás de la tienda y yo había dado orden a las otras dos empleadas a poner cintas para que nadie traspasara a esa zona. La tienda se empezó a llenar de gente y llegaron los padres de Ana, dos señores mayores bajos y regordetes, los padres de María, la madre era alta y guapa el padre también y los de Lidia, jóvenes todavía y también muy guapos, estaban un grupo de amigos de Ana y su novio un chico alto y corpulento, con toda la apariencia de modelo.

Yo me encontraba en la parte de atrás con Ana.

Bueno ha llegado el momento, desnudate y sal a escena.

Ana se empezó a desnudar, se sacó toda la ropa y se quedó desnuda frente a mi. Me acerque a ella y le meti un dedo en la vagina y le meti la lengua en su boca. Se oía el murmullo de la gente que estaba a escasos metros, solo separados por una tela negra. Me saque la polla y le dije que se la metiera en la boca. La agarré del pelo la hice arrodillar y empecé un mete y saca en su boca. Empecé a oir el murmullo del público impacientándose y gritando el nombre de Ana. La levanté por lo pelos y la conduje al camerino. La hice arrodillar de nuevo y volví a meterle mi pene en su boca. Mientras yo asomé la cabeza y empecé con la presentación.

Buenas tardes a todos

hice un par de chistes fáciles, la gente se reía mientras yo seguía follándome a Ana en su boca. Alli estaban sus padres y sus amigos y su novio el cual se reía ajeno a todo y al cual yo no le sacaba los ojos. Asi como a su madre, mientras hablaba pensaba, jejeje me estoy follando a su hija,…hablé de Ana y de sus grandes cualidades y los padres de veían orgullosos. Al cabo de un rato empecé a notar que llegaba a mi extasis mientras Ana ya había entrado en el ritmo. Llegué al final de mi discurso en el momento en que me venía en la boca de Ana.

y con todos ustedes AAAAAnnaaaaaa!

Saque mi cabeza y agarré fuertemente a Ana por su pelo hasta descargar hasta la última gota de semen en su boca, saque la polla y le dije

arriba es tu turno, traga si no quieres que se te note.

Nooo aaggggghh,

La agarre del pelo y la levante hasta que su cabeza empezó a asomar, ella hizo un gesto y note como se tragaba el semen y sonreía, los labios un poco humedecidos, un poco sonrojada. Pasó la lengua por los labios y empezó a hablar.

Yo me quede sentado en el suelo con la polla en las manos y su precioso culo a la altura de mis narices. Empecé a acariciarla, le metía la mano en la vagina y en el culo a mi antojo, se lo besaba, le metía la lengua en el culo, le chupaba sus jugos. Evidentemente estaba caliente y ella mirando al cornudo de su novio de vez en cuando se miraban y yo mientras comiéndola toda. Seguí un buen rato hasta que hubo el intermedio.

Ella se despidió hasta dentro de 15 minutos, tiempo que la gente aprovecho para comprar en la tienda.

Ella respiraba entrecortada.

Estas caliente, guarra.

Quien no Don Antonio

Ella se tocaba la entrepierna y se metía un dedo.

Tengo una idea. Vas a llamar a tu novio para charlar con el un rato mientras yo te follo por detrás.

No me pida eso Don Antonio.

No seas tonta si lo estas deseando guarra

Vale, pero tenga cuidado de que no se entere.

Ana saco la cabeza y llamó a su novio. Yo desde atrás la agarre por las caderas y se la metí hasta el fondo. Ana dio un quejido mientras su novio se acercaba.

Hola, Dani, te gusta?

Eres genial, no sabía que eras tan buena en esto.

Mientras yo bombeaba desde atrás en la vajina de su novia, ella se agarraba a la estructura para compensar mis envestidas.

Han venido todos, estan tus padres.

El chico le hizo un gesto para que se acercaran mientras Ana le decía que no hacía falta cuando los padres ya estaban frente a ella.

Estas espectacular, lo estas haciendo muy bien

Gracias, gracias

era lo máximo que conseguía decir. Yo le saque la polla de la vajina y se la meti por el culo. Un suspiro de Ana hizo que la madre le preguntara.

Estas bien? Te veo un poco roja?

Son los nervios mama, todo va bien.

Tengo que dejaros ya va siendo horas de empezar

Mientras los padres se iban, el novio se acercó y le dio un beso a Ana en los labios, en ese momento yo empecé a venirme y descargué toda mi leche en su culo, mientras Ana seguía besando a su novio.

Ella retiro su cabeza y se sentó en e suelo frotándose frenéticamente su coño. Ella seguía masturbandose como una posesa mientras yo le ofrecía a que me limpiara mi polla con restos de semen y olor a su culo. Ella la agarro y chupo ansiosamente mientras con la otra mano se masturbaba frotando fuertemente su clítoris. Estaba fuera de si. Después de un rato se deshizo en un orgasmo mientras respiraba entrecortada con mi polla trincada por sus labios.

La levanté, la besé, le temblaban las piernas, la agarre entre mis brazos le miré a la cara y le dije.

Tienes alma de puta me encantas guarra. Acaba tu trabajo.

Se dirijió al escenario y acabo con el resto de la actuación.

El día resulto genial, en todos los sentidos, hubo una gran aceptación y las marionetas se vendieron muy bien, Lidia y Maria me presentaron las ventas y les di una buena comisión por su trabajo. Los padres de Ana, vinieron a saludarme y les comente lo orgulloso que estaba de su hija y el buen trabajo que estaba haciendo. Todo salió redondo. A la noche le pedí a las tres que se quedaran que quería hablar con ellas. Les dije lo bien que habían trabajado y que estaba muy orgullosas de ellas. Las invite a cenar, charlamos de las cosas, Ana estaba toda contenta, María estaba muy animada y Lidia contagiada por el ambiente también parecía muy animada. Al acabar las deje en casa y me fui a descansar. Por el camino empecé a pensar en que ya me había divertido suficiente con Ana y que ahora le tocaba a María, esa zorra tenía que caer, pese a sus modales de señorita me la iba a follar y humillar si cabe más que a Ana y después de ver a la madre no dudé que por ahí deberían seguir mis planes.