Mis perros (3: Me esforcé)
Mi tarde de descanso fué todo lo contrario.
Hola de nuevo, en vista de los mails recibidos, y de mi propia intención, les presento un nuevo relato.
Recuerdo una ocasión de entre tantas, en que ya estando harta de todo (ya saben, dar clase, atender a padres y madres de familia, calificar tareas, dejar más tarea, llenar papelería, llegar a la normal después de clases en la primaria, leer textos, caminar a casa, preparar nuevas sesiones, redactar mi documento recepcional, lavar, preparar la comida, comer, lavar los trastes, etc ) me sobrevino otra nueva circunstancia: Me quedé sin dinero.
Bueno pensé- ¿y ahora como demonios le hago?, me mandan dinero en quince dias, nadie me ha querido prestar y trabajos no hay y aunque hubiera, con todo lo que hago no tengo tiempo para nada.
Por fortuna se me "prendió" el foco, como dicen, y aprovechando que ya no pedía permiso a nadie en la casa para nada, saqué mi pancarta: "Se cuidan y bañan perros", se veía muy atractiva la oferta, además agregué "barato".
Ya se imaginarán, la gente que conocía a mis perros recordó lo bonitos que siempre andaban, y muchos niños, señoras y uno que otro chavo de $$ me encargó a sus mascotas a lo largo de la semana, eran muchos animales así que puse manos a la obra, comenzando a bañarlos uno por uno y utilizando mi secadora para que no se fueran a revolcar y terminaran más sucios de lo que ya estaban.
En esas estaba, cuando ya húmeda por tanto bañar perros, decidí ponerme algo mas apropiado, así que fui por unos shorts y una blusa un poco más gruesa, pues me estaba calando frio, entré, y me desnudé, dejandome solo el bra y la panty, de pronto, entró Juguete, pero al notar mi olor a otros perros, se portó raro, como si estuviese celoso de mí, y me gruñó. Ante esto me quedé como tonta, viendo con ternura como Juguete sentia celos, seguro sufria, así que intenté acercarme a él, pero cada vez que lo intentaba el se retiraba como reprochándome una infidelidad, cosa de la cual yo era inocente, pero por cuestiones de tiempo y por estar próxima la llegada de los dueños por sus mascotas, tuve que terminar de cambiarme y continuar con mi labor.
Al fin terminó el dia, la tarde estaba muy bonita, soplaba un viento fresco y aún calaban tibios los rayos del sol, y viendo que podia darme un relax, fui a un sillón y puse una película de dibujos animados, estaba decidida a tener una buena tarde después de tanto trabajo, y necesitaba olvidar mis apuros económicos, y la escuela por supuesto.
Viendo la tele, me adormilé, y decidí ponerme mi bata de dormir, que en verdad es sencilla, solo consta de una camisa de franela que me llega hasta las rodillas y dormité un poco.
Al despertar me noté un poco abierta de piernas, y queriendo dar a entender a Juguete que yo le era fiel lo llamé e invité a acercarse, me quité la panty y aunque con un poco de esfuerzo, logré que se acercara a mí y poniendo su hocico en mi vagina lo animé a que me lamiera, al principio lo hizo con celeridad, pero poco a poco le fue tomando gusto hasta terminar dándome sexo oral de una forma desquiciante, cada lengüetazo era increíble, sentir toda su lengua cubrir y recorrer mis labios vaginales, "peinar" mi vello púbico y repetir la operación a cada segundo era enloquecedor, yo gemía y me mordía los labios para no gritar, de pronto, se acercó Pluto, y al ver lo que estaba ocurriendo, se acercó curioso, solo para terminar lamiéndome también, era una locura estar abriendo las piernas y recibir el placer antes descrito pero por partida doble, las lenguas se encimaban, lamían como para ver quién era mas rápido, las narices chocaban con mis muslos, a veces las lenguas se metían entre mis nalgas y alcanzaban mi ano, uno, dos, tres orgasmos, y eso no terminaba, cada vez mejoraba eso, sin embargo comprendí que ellos ya casi necesitaban satisfacción, y atiné, Pluto, más copulento que Juguete, intentó montarlo, así que me levanté, y tomando a Pluto por la mitad del cuerpo lo separé, pero como dije, es muy corpulento, así que se jaló y caí de costado, en parte por su fuerza, y en parte por el tratamiento recibido no hacia mucho, así que decidí tomar un respiro, respiro que se convirtió en algo mas ya que Pluto en su arrechera me abrazó y comenzó a moverse como montándome, y Juguete mientras se acercó ahora con la intención de ser él quien montara a Pluto, así que lo llamé y no muy convencido se acercó hasta estar al alcance de mi mano, y aunque un poco incómoda por estar de lado, y aparte debajo de Pluto, logré mover la mano para tomar su pene, ante esto Juguete se acercó más, lo suficiente para estar mas cómoda y masturbarlo a gusto, Pluto entendió que así no me estaba follando, así que se separó y olfateó mi entrepierna, y colocándose entre mis piernas comenzó a lamerme la concha, ese estímulo provocó que me recostara y como pude jalé una almohada que coloqué bajo mi trasero, de esa manera Pluto tenia al alcance del hocico mi concha, y a la vez yo terminé con la cabeza entre las patas traseras de Juguete, obteniendo un primer plano de cómo crecía su miembro en mis manos, mientras una que otra gota de su lubricante caía en mi cara y cuello, y esporádicamente en mis labios, sin embargo no le tomé sabor, estaba embelesada por la sensación en mi entrepierna debido a las lamidas de Pluto, que cada vez estaba mas inquieto, mientras que yo estaba perdida en una especie de trance, ya no tenia en mente otra cosa mas que satisfacer a mis fieles compañeros, sentir una vez más esos miembros calientes, húmedos y enormes en mi interior, esa sensación que desde que la sentí por vez primera me agradó, toda mi cabeza estaba en otro mundo, pero mis órganos sexuales tomaban el mando ahora, y decían una cosa: Sexo.
Al fin, con las piernas ya adormecidas, con la cara llena de los jugos de Juguete, y al ver que ellos ya necesitaban desfogarse, me acerqué al sillón, y como pude me coloqué de forma que estaba exponiendo mi trasero a los deseos de mis dos perros, Juguete, ya con mayor experiencia no tardó en brincar a mi, me tomó de la cintura y con su miembro me penetró con toda la fuerza y desesperación que tenia acumulada por todo el rato que había pasado conmigo, me penetraba en una forma brutal, me estaba haciendo pedazos literalmente, una y otra vez sentía su miembro entrar y salir a una velocidad prodigiosa, no tuve un momento de descanso, hasta que sentí en mi interior la humedad y calidez de su semen, noté como algunas gotas de él se escapaban y ya caían al piso mientras que otras resbalaban por mis muslos, de pronto me acordé de su bulbo, palpé y noté que ya lo tenia dentro, ni siquiera me di cuenta de cuando lo introdujo, pero ya no me importaba, lo comencé a saborear haciendo movimientos de pelvis y tratando de contraer mis músculos de la vagina para sentir todo ese miembro desde la base hasta la punta, Juguete al parecer se sintió bien, y descargó una vez más sus testículos en mi, ya no fue tan abundante, pero me hizo sentir feliz y llena.
Al fin Juguete se safó, con un tirón se quitó de encima y al retirarse dejó que de mi interior saliera un chorro de esperma, de MI esperma, ya que ahora, en mi interior, todos esos espermatozoides caninos ya me pertenecían por completo, eran míos, a mi me había costado sacarlos a fin de cuentas.
En eso estaba pensando cuando un repentino peso me tumbó, era Pluto, que en su tremenda calentura ya no estaba dispuesto a esperar un segundo más, o al menos eso a mi me pareció, ya que alcancé a ver con el rabillo del ojo su silueta precipitándose a mi, y con un tino increíble alojó su delicioso instrumento en mi, era mucho más grande que el de Juguete, mas largo y mas grueso, con una deliciosa punta y un bulbo descomunal, mi novio me tiró al piso y caí de cara, pero ya estaba ensartada, sujeta por sus enormes y (no es por nada) musculosas patas delanteras, intenté levantarme, pero no podía, estaba en una posición muy incómoda, pero a la vez placentera, ya que podía sentir mejor la follada tan tremenda que Pluto me estaba proporcionando, sentía que mi interior era solo líquido, una mezcla de genes humanos y caninos en un equilibrio perfecto, como pude me arrastré a un punto de apoyo y de un impulso me coloqué en cuatro, el miembro de Pluto ya no me lastimaba, lo sentía todo, tan delicioso, e intentando voltear a verlo no pude más y entre dientes, con toda la pasión que podía sentir en ese momento le dije: Pluto, perrito lindo, estas riquísimo, mi amor, mi vida, te adoro, te amo chiquito, dame mas
No sé si me entendió, pero sentí sus movimientos más y más fuertes golpeteando sus testículos contra mis labios mayores, que estimulaban mi clítoris y me producían un auténtico mar de placer, yo correspondí moviendo mis caderas hacia arriba y abajo, paladeando con mi concha su deliciosa herramienta, acelerando mas y mas, sus embates eran cada vez mas violentos, meciendo mis pechos con un ritmo salvaje al grado de que se habian salido del brassier y golpeaban mi barbilla ya que estaba en cuatro patas, mirando como boba como el piso se me movía al frente y atrás, en un momento dado sentí su bulbo entrar de golpe, abrir mis labios vaginales al tope, alojarse en mis entrañas y expandir más mi interior, no me importó, yo seguía moviéndome, intentando sentir todo su pene, sus venas negruzcas, lo tenia adentro y lo quería disfrutar, todo en un total éxtasis, hasta que sentí su semen en mi interior, tan cálido, acuoso y abundante, apreté mis dientes y cerrando los ojos me concentré en sentir cómo se vaciaba en mi interior, saboreándolo, no pude retenerlo en mí y se salió una buena parte, yo estaba de veras cansada, simplemente descansé mi cara en el piso, pero cuidando que mi culo siguiera apuntando hacia arriba, ensartado por completo, abierto, mientras Pluto babeaba, su baba recorría mi espalda, llegaba a mi nuca y se perdía en mi cabello, estaba tanto o mas cansado que yo, estuvimos pegados un rato, no sé realmente cuanto, no tuve un reloj a la mano para medir los minutos, solo me importó sentirme suya, y a la vez sentirme su dueña, dueña de Juguete también, que estaba frente a nosotros, ya con su pene en estado normal, y en un momento dado Pluto se safó, me asusté al ver su pene tan grande, mucho mayor que lo normal, con un bulbo tremendo y goteando jugo, suyo y mío, se limpió a lengüetazos, pero cuando se acercó para limpiarme a mi lo retiré, ya que yo no estaba dispuesta a permitir que me quitara su regalo, mi recompensa, el semen que hubiera querido absorber en mi organismo y guardar en cada una de mis células como un recuerdo de tan maravillosa experiencia, no me importó lo dilatado de mi entrada vaginal, me levanté un poco y noté como escurría de mí todo el contenido, tan tibio, resbalando por la parte interna de mis muslos, haciéndome cosquillas en la parte trasera de las rodillas, llegar a mis pantorrillas y terminar en mis talones, Tomé a Pluto y como ya era noche decidí que dormiría con la concha asì como estaba, rebosante de esa vida microscópica que estaba sin duda en busca de un óvulo para fecundar, cosa que sin duda no lograrían, en total desnudez llamé a Juguete a la cama, y me acosté de lado, abrazando a Pluto y sobando delicadamente su miembro, palpando cada milímetro de él, tocando sus patas delanteras y traseras, acariciando su cuello, su cabeza, todo su ser, con un amor tierno como cuando me enamoré por primera vez, y jurándole que aunque la sesión de ese día era para complacer a Juguete, yo estaba enamorada de él, que si tenía que compartirme era porque Juguete también tenia derecho por haberme enseñado a disfrutar del sexo con un perro, pero yo amaba únicamente a uno, su nombre era Pluto.
En medio de esa situación, toqué su pene, sobé su capuchón y en un acto de agradecimiento a todo el placer recibido esa tarde, decidí que esa noche Pluto me tendría una vez más, así que colocándolo con el pecho hacia arriba, me coloqué en cuclillas a un lado suyo, y acerqué la cara a su pene, dispuesta a sacarlo de su escondite de la forma mas tierna, metí lentamente la punta de la lengua en el orificio de su peludo albergue, sintiendo en ella algunos pelos y abriendo un poco mas la boca, succionando suavemente para que Pluto respondiera, el sabor me agradó, no por lo salado o dulce como algunas dicen, sino por ser el sabor de mi macho, porque era para mi.
Pluto no tardó en reaccionar, acomodándose un poco se acortó boca arriba, abriendo las patas traseras para darme más accesibilidad a su miembro, que creció hasta que definitivamente ya no podia albergarlo en mis labios, limitándome a mamar la punta y lamiéndolo por completo, recorriendo sus venas y saboreando hasta que terminó en una eyaculación que casi me ahoga, pero que creo que a ambos nos dejó totalmente satisfechos por esa ocasión.
Espero les haya gustado este relato,sin embargo no es el fin, ya que tuve muchas experiencias más, antes y después de esta que ya relaté, ya que crucé a Pluto y me regalaron un cachorro, que ya es tan bello como su padre, y al cual cuido con la esperanza de que sea tan bueno como él.
Atte: Adrea Paola