Mis padres y su Amigo el Alcalde

Relato sobre una calurosa noche de verano que viví con mis padres y su amigo

Espero sus comentarios y opiniones, espero que lo disfruten! No sean muy duros conmigo ya que es mi primer relato ;)

Era un viernes de Agosto, eso significaba que esa noche venía a cenar Juan un amigo de mis padres, tenía unos 50 años de pelo canoso y algo fondón. A mis padres les encantaba y mucho más ahora que se había convertido en uno de los hombres más poderosos de la ciudad, ya que había salido victorioso de las últimas elecciones. Eso les daba un poco más de prestigio. A mi sinceramente me era indiferente.

Cuando Juan llegó yo estaba sentada en el Jardín de nuestra casa, junto a la piscina, con una copa de vino blanco en la mano, ya era la tercera de la noche, necesitaba varias copas más para aguantar esas cenas. Por aquél entonces tenía el pelo cobrizo y la piel ligeramente bronceada, no me gustaba estar muy morena, mi pecho aún que no es muy grande es del tamaño ideal para que hombres como Juan se pierdan en mí escote, al contrario de mi culo que es más grande aunque súper bien puesto ya que dedico mucho tiempo al deporte.

-       Buenas noches, cada día estás más guapa Laura- me dijo pegándome un repaso y parándose como siempre en mis tetas.

-       Se hace lo que se puede Juan, ¿te sirvo una copa?- le dije tocándole el hombro.

-       Pues claro preciosa, aquí te espero!

Mientras me alejaba escuché como le comentaba a mi padre; menudo peligro tienes en casa, me recuerda a tu mujer cuando era más joven. A lo que los dos rieron y ya no pude escuchar nada más.

Me paré un momento delante al espejo que había en el pasillo antes de entrar en la bodega y me fijé en mi cuerpo, estaba buena, y joder que bien me quedaba ese vestido blanco de tirantes, incluso si te fijabas un poco se podía ver que no llevaba sujetador solo un tanga blanco. Mientras me adoraba un poco mi madre pasó por mi lado. –¿Vamos? Ya sabes que eres guapa, a ver si le sacas partido a ese cuerpo joven que tienes y puedes cazar a un hombre rico que te mantenga! – me dijo riéndose, pero en el fondo yo sabía que lo decía de verdad.

Cogí una botella y me fui a la mesa, serví el vino a mis padres y a Juan. Se pusieron a hablar de negocios y de política cosa que a mí me aburría bastante. Así que cogí el móvil Juan se percató de ello y exclamó

-       Vaya, veo que no has enseñado modales a tu hija Marga, las conversaciones de mayores le aburren! – mientras me miraba el escote.

-       Laura! No seas maleducada, tienes que  mostrar respeto, deja el móvil.

-       Quizás nos puedas decir qué es eso tan importante que necesitaba tu atención durante la cena- me dijo Juan poniéndome la mano en mi rodilla por debajo de la mesa, mientras me la acariciaba un poco.

-       Perdón, perdón nada importante, solo mis amigos, que me preguntaban si iba a ir a la fiesta esta noche.- respondí quitando suavemente la mano de Juan de mi rodilla.

-       Sea lo que sea puede esperar!- Me dijo mi padre mirándome fijamente, sabía que nada los cabreaba más que alguien que cogía el móvil en mitad de una comida.

-       Sí papá perdona- respondí poniendo cara de niña buena y esperando que eso no afectara en el dinero que me iba a dar para salir.

-       Está bien, está bien, vamos a prestarle más atención a la niña- dijo Juan poniendo otra vez su mano encima mi rodilla, pero esta vez la dejó un poco más arriba, acariciando mi muslo. – Tienes novio ya Laura?

-       Para nada, solo se dedica a follar con críos- respondió mi madre, a lo que me ruboricé.

-       MAMÁ!- exclamé, no podía creer que mi madre acabara de soltar eso en la mesa y delante de Juan, mi padre se reía y afirmaba con la cabeza. A lo que noté que la mano de Juan subía un poco más hacía mi entrepierna, hice un movimiento sutil para apartarla y el cedió.

-       A ver, levántate quiero verte- dijo Juan, miré a mi padre que me decía que me levantara con la cabeza y mi madre de mientras se llenaba la copa de vino. Estaba sorprendida con lo que estaba pasando, no podía creer que la conversación estuviera yendo por ese camino.

Me levanté y me puse delante de Juan y de mi padre, ellos me miraban, de arriba abajo, Juan me hizo un gesto para que me diera la vuelta y así lo hice.

-Lo que te decía antes Miguel, me recuerda a Marga cuando era joven. Está igual de buena.- Mi padre se reía y yo no podía creer nada de lo que estaba escuchando.

  • Sí que es verdad, tienen las mismas tetas, lo noto con ese escote, aunque creo que mi mujer tiene un culo mejor-dijo mientras le daba un sorbo a su copa.

  • Eso se puede comprobar, Marga cariño porque no te pones de pie así tu marido y yo podemos comprobar quien tiene razón.

-Pues claro hombre como no- mi madre se levantó de un brinco y se puso a mi lado. Llevaba puesto un vestido verde con flores, a decir verdad le quedaba muy bien con esa melena rubia y resaltaba ese escote, de hecho mi padre no tenía vergüenza en meterle mano donde fuera, siempre que estábamos comiendo dejaba caer su brazo en los hombros de mi madre y sutilmente le acariciaba los pechos. Sí que tenía un cierto parecido con ella, al fin y al cabo era mi madre.

Ella me miró y me susurró, recuerda en sacar partido a ese cuerpazo joven que tienes para conseguir lo que quieres. Se dio la vuelta para que los dos pudieran admirar su cuerpo y me guiñó el ojo.

-       Mmmh, con tanta ropa no sé si podemos decidir correctamente- dijo mi padre, yo ya estaba atónita, frente la situación.

-       Tienes razón, Laurita cariño quítate el vestido, o quieres que te lo quite yo? – me dijo Juan mientras se acomodaba el paquete, esa situación lo excitaba, igual que a mi padre, que estaba devorándonos con los ojos.

-       Yo,yo…la verdad prefiero no hacerlo- dije con voz inquieta.

-       No seas tonta, es solo un juego, además seguro que te divertirás- me dijo mi madre- Demuéstrame que tienes mejor cuerpo que yo.

-       Venga Laurita, no querías un coche? Entonces tu haz lo que te digamos y tendrás lo que tú quieras- me dijo mi padre, sin duda sabía lo que quería y como jugar.

Asentí con la cabeza y miré a mi madre, que me cogió de la mano, me puso enfrente de ella y me quitó el vestido dejando al aire mis pechos que rápidamente cubrí con mis manos. A lo que ella me dio un bofetón y me dijo que no fuera estúpida.

-       Ahora desnúdame tu y procura hacerlo sensualmente, míralos mientras lo haces- asentí con la cabeza y empecé a deslizar hacía abajo los tirantes del vestido de mi madre, fui bajando hasta que sus pechos quedaron al aire, igual que yo ella tampoco llevaba sujetador solo un simple tanga aunque el suyo era de encaje negro.

-       Mmmm, madre mía que mujeres tienes en casa Miguel, me ponen enfermo! Nose como puedes vivir así! – dijo Juan mientras se seguía tocando el paquete.

-       Jajaja, que me vas a contar!

-       No has tenido fantasías con las dos? No te voy a negar que yo me he hecho varias pajas pensando en tu hija y en tu mujer y para qué negarlo con las dos así me apetece hacerme una ahora mismo. Me las dejas?- Dijo Juan guiñándole el ojo a mi padre.

-       Pues claro a Marga le gustas ya lo sabes y así Laura se gana su coche! Además que cojones, yo también me voy a hacer una paja!

No sabía dónde meterme cuando vi que los dos se bajaban los pantalones y empezaban a sacudírsela, mi madre me agarró y me dijo que observara bien que así podía conseguir exactamente todo lo que quisiera solamente con mi cuerpo. Ella empezó a acariciarse los pechos mientras miraba a Juan, se notaba que le gustaba, más que él en si el poder que Juan tenía. Mi padre me dijo que me acercara a él, yo dudé un momento pero al final accedí, la situación empezaba a excitarme. Mi padre mi hizo un gesto para que me sentara en su regazo y mientras se masturbaba me agarraba el culo.

-       No sabes las veces que le he reventado el coño a tu madre pensando en tu culo, madre mía como me pones. Ven escúpeme en la polla, ponte de rodillas!- y de un golpe me tiró al suelo, se notaba que le podía la excitación y eso hacía que el coño se me humedeciera un montón.

Miré la polla de mi padre y no podía creer lo grande y gorda que era, ahora entendía los gritos de mi madre por las noches, era realmente espectacular, realmente el cuerpo me pedía que me la comiera pero antes de poder actuar recibí una bofetada de mi padre.

-       Escupe joder!

Lo hice sin vacilar, pero esa polla me llamaba a gritos deseaba chuparla hasta saciarme y hacer gritar de placer a mi progenitor. Sin darme cuenta me había llevado la mano a mi coño que estaba empapado. Qué fuerte! No sabía que me podía llegar a gustar tanto ver a alguien masturbarse y mucho menos si ese alguien era mi padre. Me dio tanta envidia que empecé a masturbarme yo también, mientras miraba a mi padre.

De reojo vi a mi madre y a Juan, mi madre le estaba comiendo la polla mientras él la cogía del pelo bruscamente, dios que ganas tenía de sentir lo mismo que ella, me estaba dando envidia. Metí dos dedos en mi coño con tal brusquedad que me hizo gemir de placer. Eso llamó la atención de Juan que me miró con lujuria, levantó a mi madre del suelo y le dijo algo al oído. Ella asintió y se dirigió hacia mí, me cogió la cabeza y me dio un bofetón, no muy fuerte pero intenso, mientras miraba a Juan y a mi padre. Luego me dio un beso en los labios y me dijo yo te voy a enseñar a tocarte y tú vas a repetir exactamente lo mismo que te haga conmigo. Se sentó a mi lado y me abrió las piernas de forma que dejaba a la visto de mi padre y Juan todo mi coño húmedo.

Empezó a acariciarme el clítoris suavemente, en círculos, dios, que gusto me estaba dando, empezó a acelerar el ritmo y cuando estaba a punto de correrme paró de golpe.

-NOOOOO! Mamá porque?-grité

  • Te dije que tenías que hacerme exactamente lo mismo que yo a ti. Sino no te voy a dejar correr nunca bonita.

Asentí con la cabeza y metí la mano en el coño de mi madre, estaba chorreando casi tanto como yo. Y seguí con los movimientos que ella me había enseñado primero en círculos suaves y luego más rápido…No pude resistirme y le chupé un pecho. Dios mío como estaba disfrutando.

-       Que guarras son Miguel, nos vamos a poner ciegos!- dijo Juan-

-       Bfff, lo estaba desando.- dijo mi padre.

Aceleré el ritmo cuando noté que mi madre se iba a correr y justo un segundo antes le metí dos dedos para que se corriera en mi mano. Exactamente como ella había hecho conmigo, y un enorme orgasmo envolvió nuestros cuerpos.

Saqué los dedos de dentro de su sexo y se los metí en la boca, como había visto en bastantes videos porno. Ella chupó como si no hubiera un mañana y luego le limpié su mano de mi corrida.

Mi padre y Juan ya no podían más estaban a punto de estallar de placer después del espectáculo que les ofrecimos. Así que se levantaron y nos hicieron poner de rodillas.

-Nos vamos a correr en vuestras caras- dijo mi padre- y luego os limpiareis la una a la otra, como las zorritas que nos habéis demostrado que sois.

Aceleraron el ritmo de sus pajas, madre mía que ganas tenia de que me llenaran la cara de leche, moría de ganas de probarla y de sentirme más perra todavía, el primero en venirse fue mi padre que agarró mi pelo con fuerza y me tiró la cabeza hacía atrás, en poco tiempo noté como su leche empapaba toda mi cara, se corrió con muchísimas ganas. Y eso mismo hizo Juan, se corrió de tal manera que empapó la cara de mi madre mientras gemía de placer. Le llenó tantísimo la cara de leche que no podía ni abrir los ojos así que tal y como nos habían dicho empecé a lamer la cara a mi madre limpiándole toda la lechita que el alcalde había derramado. Y eso mismo hizo ella cuando yo terminé.

Estábamos todos satisfechos con la cena, así que me acerqué a mi padre y le pregunté

-Papiii!¿Me he ganado el coche?-dije con voz muy dulce.

-Tendremos que terminar de negociarlo preciosa! Pero vas por buen camino. Veremos cómo te portas el Viernes que viene.

-Vale papi!

-Señor alcalde nos vemos la semana que viene! Que me he quedado con ganas de probar esa polla que se comía mí mamá!

  • Pues claro preciosa, te vas a hartar- me dijo guiñándome el ojo y dándome una cacheta en el culo.

Continuará