Mis mujeres (2)

Cierto día estando solos y cuando ya no podía más le pedí a Elena que me comiera la polla a lo que accedió enseguida ya que tenia ganas de probar mi leche tan concentrada como debía tenerla, retiró la sabana muy despacio quería saborear el momento de ver mi polla toda tiesa esperándola con deseo.

MIS MUJERES (2)

Cumpliendo mi promesa os relataré otra de nuestras experiencias.

En cierta ocasión y por un accidente con la moto estuve ingresado en el hospital un mes entero, al principio como es lógico no estaba para muchos trotes pero cuando llevaba dos semanas ya muy recuperado, aunque no podía moverme de la cama por tener las piernas escayoladas, empezaba a necesitar desfogarme y mis mujeres también aunque ellas se tenían la una a la otra y unos juguetitos que les había regalado yo no hacía mucho, pero aun así decían que me echaban de menos.

Empecé a preguntarles lo que hacían en la cama y si utilizaban los juguetes y ellas me contaban todo con cantidad de detalles cosa que me ponía a mil, como se acariciaban la una a la otra como se metían los juguetes, como le metía Elena los dos juguetes uno por el coño y otro por el culo a Marta poniéndolos a la máxima potencia haciéndola gritar de gusto mientras le comía el coño y como después era al revés Marta se los metía a ella mientras le ponía el coño en la boca para que se lo comiera.

Claro con estas descripciones yo me excitaba muchísimo y se me notaba un gran bulto por debajo de la sabana que ellas acariciaban suavemente, por suerte estábamos en una hospital privado y tenia una habitación para mi solo y como estaba siempre acompañado por alguien las enfermeras solo venían cuando se las llamaba ó tenían que hacer algo concreto.

Cierto día estando solos y cuando ya no podía más le pedí a Elena que me comiera la polla a lo que accedió enseguida ya que tenia ganas de probar mi leche tan concentrada como debía tenerla, retiró la sabana muy despacio quería saborear el momento de ver mi polla toda tiesa esperándola con deseo mientras yo me dedicaba a tocarle los pechos acariciándoselos suavemente rozando con mis dedos sus pezones y notándolos casi tan duros como mi polla, a cada caricia mía ella se estremecía diciendo que echaba de menos mis manos, se inclinó y besó la cabeza de mi polla con mucha suavidad sacando la punta de su lengua para probar el liquido preseminal que se escapaba por la punta solo de lo excitado que estaba, poco a poco se fue introduciendo la cabeza en su boca mientras mis manos se metían por debajo de su falda acariciando por encima de sus bragas su coño que estaba mojadísimo, me corrí casi de inmediato en cuanto aceleró el movimiento de su boca sobre mi polla, aun así seguí tocándole el coño pues había conseguido echar sus bragas a un lado y metido un dedo dentro, sintiendo como ella apretaba sus piernas para conseguir aumentar más sus sensaciones pues también se estaba corriendo.

Días más tarde cuando estábamos los tres solos en la habitación, Elena metió su mano por debajo de la sabana acariciándome la polla suavemente mientras Marta miraba un poco extrañada pues siempre había el peligro de que entrará alguien una visita, algún medico ó enfermera, entonces le contamos lo que habíamos echo días atrás, hizo como si se enfadará y dijo que ella también quería probar mi polla metió la cabeza por debajo de la sabanas y se metió mi polla toda en al boca empezando una mamada como si me la quisiera arrancar de un bocado. Mientras Elena me besaba y entrelazaba su lengua con la mía, yo acariciaba los coños de las dos consiguiendo corrernos los tres a la vez.

La cosa prometía pues ahora casi cada día me comían la polla una u otra incluso las dos al mismo tiempo, faltaban 5 días para que me dieran el alta en el hospital pero yo no podía más necesitaba echar un polvo ya, así que me propuse pedírselo a la primera de las dos que viniera, estuve todo el día esperando que llegará la hora en que venían a verme, normalmente suele venir Elena antes que Marta pues sus horarios de trabajo no coinciden pero este día Marta había tenido que salir antes del trabajo pues tenia que ir al colegio de nuestros hijos. Así que se presentaron juntas y en un principio me descolocaron unos segundos, pero podían más mis ganas que mi sorpresa, ellas me miraban extrañadas supongo que por la cara que puse al verlas entrar, luego cuando les explique porque se echaron a reír y Marta me decía mientras se quitaba las bragas lo mismo que su hermana que iba a poder elegir con quien lo iba a hacer, retiraron la sabana de encima mío dejando al descubierto mi polla toda tiesa y dura les dije que me daba lo mismo que fueran ellas la que decidieran quien debía se la primera pues en ese momento había decidido que lo haría con las dos, entonces Elena que según ella deseaba sentir mi lengua en su coño se subió a la cama y me puso su coño en la boca mientras Marta al ver esto también se subió a la cama y se metió mi polla en su coño de un solo golpe empezando un movimiento circular muy suave para continuar con otro más fuerte y rápido subiendo y bajando por mi polla besándose con su hermana acariciándose los pechos la una a la otra, en un momento determinado y cuando ya casi estaba apunto de correrme, Marta detuvo sus movimientos paladeando el momento sintiendo mi polla dentro suyo como hacia casi un mes que no la notaba palpitar cuando estaba apunto de soltar toda mi leche dentro de ella, al cabo de unos segundos empezó otra vez a moverse pero muy despacio haciendo que me corriera mientras ella tenía un orgasmo, al mismo tiempo Elena se convulsionaba a cada toque de mi lengua alcanzando el orgasmo unas décimas después que Marta y yo.

La verdad es que había hablado demasiado pronto pues aun no estaba lo suficientemente fuerte como para resistir otra sesión como esa, se lo dije a las dos y Elena comprensiva como siempre me dijo que en otro momento sería que no me preocupara pues con mi comida de coño había tenido bastante pero que se lo debía.

Justo en el momento en que ambas se recompusieron las ropas entraron con la cena ¡nos había salvado el hecho de estar yo débil todavía! Aunque por la cara con la que nos miraban las enfermeras desde fuera debían haber oído algo, si fue así les agradezco que no entraran antes.

En mi próximo relato les contaré como nos pillaron haciéndolo en el monovolumen que tenemos y como casi acabamos en la comisaria de policia y gracias a un pequeño detalle nos escapamos del peligro.