Mis mejores Amigos
Mis tres amigos tenían preparada una sorpresa para mi. Jamás imagine que seria algo como esto. No estoy seguro de la categoría así que me decidí por esta.
Mis tres amigos tenían preparada una sorpresa para mi. Jamás imagine que seria algo como esto.
Debía esperar a los muchachos en la pequeña habitación que había en la parte de atrás de la casa de Sebastián. Entre, sabia que no habría llave puesta. Estaba mal iluminado, era algo tarde y la poca luz del día que aun quedaba se filtraba por una pequeña ventana a través de una cortina raída. En realidad era bastante pequeño, no había nada ahí. Una mesa pequeña también y una lámpara en el piso. Me sentí tentado a encenderla cuando llegaron los tres, Sebastián, Carlos y Daniel. Me sentí torpe nada más de verlos, yo era el único vestido con un traje formal. El cabello, que me llega a los hombros, recogido hacia atrás con una bandita. Algunos rizos se soltaban y caían sobre mi cara. La piel bronceada me hacia parecer excursionista o que se yo...por alguna razón mi cabeza estaba trabajando demasiado nada más de verlos, estaba nervioso imaginándome incoherencias. Debió ser que se tenso el ambiente cuando ellos entraron.
-Hola Paolo- Carlos me sonríe maliciosamente, Sebastián cierra la puerta y me sorprende notar que le pone cerrojo.
-Hola- respondo con cierto temor sin saber por que, es decir, son los muchachos, mis amigos de toda la vida, ¿por que habría de tener miedo?.
-Paolo, estábamos pensando intentar algo nuevo- Daniel se acerca y siento que me desnuda con la mirada. Esos ojos verdes tan penetrantes me recorren desde la cabeza hasta la punta de los pies mirándome lujuriosamente -te va a gustar, es una demostración-
-No entiendo ¿demostración de que?- les pregunto.
Daniel esta justo frente a mi, puedo sentir su aliento en la cara y su mano en mi espalda, en realidad no me sorprende mucho que me hayan llamado para platicarme de una nueva idea, trabajamos juntos, pero ver a Daniel tan...¿lujurioso?, por Dios que parece que babea. Sebastián también me mira de forma lasciva, pero a diferencia de los ojos de Daniel, los ojos azules de Sebastián me miran con un poco menos de lujuria y un poco más de dulzura o al menos eso me parece y Carlos...bueno...Carlos solo sigue sonriendo. Además ¿por que demonios Daniel me abraza así?.
Por fin, después de minutos que me parecen siglos escuchando mi corazón palpitar más rápido a cada momento, Daniel me responde: - De cuanto te queremos-
-¿como?- pregunte desconcertado, no esperaba eso como respuesta ni remotamente.
La mano de Daniel en la espalda baja un poco, lo que me hace estremecer, me hago hacia atrás tratando de alejarlo de mi pero choco contra la pequeña mesa que hay en la habitación. Los otros dos muchachos se acercan. Estoy rodeado. Carlos toma el lugar de Daniel y me besa en los labios.
-¿Que haces?- lo empujo hacia atrás y lo miro con franco temor
-¿No te gusta? Vamos abre la boca- Yo solo atino a mirar a Carlos con disimulado horror. En realidad ese beso me ha desconcertado y me siento curioso.
Me tapa la nariz, trato de evitarlo pero Sebastián y Daniel me agarran y me inmovilizan. A pesar del esfuerzo solo aguante la respiración unos segundos, tal vez por el miedo, y Carlos me planta un beso. Siento su lengua jugar con la mía, estoy sudando. Carlos abre mi camisa. Los otros muchachos me quitan el saco. Me quitan la camisa también y Carlos abre mi cinturón. Sebastián chupa mi pezón izquierdo. La sensación fue extraña. Succiona mi pezón que ya esta erecto, tiesecito nada más de sentir la aterciopelada lengua de Sebastián saboreándolo, chupandolo, pellizcándolo. Sebastián me acaricia el pecho casi con ternura y su mano se desliza hasta mi pantalón. Ahora si trato de quitarme, hago acopio de fuerza y me abalanzo contra Carlos, lo tiro al piso y trato de huir, resbalo con mi propio saco y caigo al piso, Daniel se tira sobre mi -¿A donde vas amor? apenas comenzamos-
Me arrancan los zapatos, el pantalón y toda la demás ropa que me queda puesta. Con Daniel sobre mi y yo en el piso no puedo ver lo que sucede de mi cintura para abajo. Siento unas manos subir por mis piernas. -Déjame Daniel, por favor, déjame ir- le suplico. Lagrimas corren por mis ojos hasta tocar el piso. Estoy asustado, expectante y calentándome al mismo tiempo. Daniel no dice nada, me mira condescendiente y me acaricia los pezones, los jala y los pellizca haciéndome estremecer. Tengo miedo pero a la vez siento que crece la expectación por saber que me harán los chicos. Siento más que miedo a que me follen, miedo a excitarme anticipándome a la idea de ser follado. De pronto siento una descarga recorrer todo mi cuerpo. Alguien lame la punta de mi pene. Muerdo mis labios. No puedo creer lo que esta pasando. Cierro mis ojos y los aprieto con fuerza. Las lagrimas siguen corriendo a través de mis parpados cerrados. Tiemblo como una hoja absolutamente excitado. Esa boca que se cierra alrededor de mi pene tragándoselo entero me hace ver estrellas. En eso, siento que me acarician el cabello y escucho la voz de Carlos que me susurra al oído -Lo vas a disfrutar, tu relájate y déjate llevar- Espantado me doy cuenta de que Sebastián es quien esta chupando mi pene con avidez. Me sorprendo pensando que me succiona un poco y muerde cómo si se tratara de un caramelo haciéndome abrir los labios y dejando escapar un gemido- aaaaahhhh mmmmhhh!
-Te gusta verdad- Me dice Daniel sonriendo con malicia mientras se quita la camisa. Siento la lengua de Sebastián recorrer mi pene desde la base hasta la punta. Se lo mete completo a la boca. Me esta enloqueciendo la sensación. Arqueo la espalda y sigo emitiendo gemidos sordos. Carlos me acaricia más el cabello. Daniel se quita de encima mío y puedo entonces ver como la boca de Sebastián tiene dentro mi pene, Sebastián me sonríe con los ojos mientras mete y saca mi herramienta de sus labios. Acaricia mis testículos con la mano derecha y mi muslo con la izquierda mientras sigue trabajando mi pene. A pesar de que estando en el suelo la posición no es muy cómoda la mamada es maravillosa.
Me percato de que tengo una gran erección. Me duele mi pene y me sonrojo. Carlos me besa en la boca y acaricia mi pecho. Sebastián deja de hacerme esa monumental mamada cuando mi excitación esta al máximo para evitar que me corra en su boca y mi respiración se vuelve más lenta. Carlos me levanta del piso y me conduce a la mesa. Yo me dejo llevar sin resistencia. Daniel y Sebastián se despojan de su ropa hasta quedar completamente desnudos y Carlos hace lo propio la suya. Los tres miran hacia mi, sentado en la mesa y sintiéndome cada vez más pequeño, apuntándome con sus enormes penes. El de Daniel es el más largo y el de Carlos el más grueso así que doy gracias al ver que es Sebastián quien se acerca primero.
No, me equivoco, los tres se acercan solo que los otros dos chicos a los lados. Daniel me da la vuelta y me inclina sobre la mesa, mi pecho pega contra la mesa. Mi culo esta totalmente expuesto. Rápido, trato de levantarme, pero Carlos y Daniel me detienen y me empujan, manteniéndome firmemente contra la mesa. Sebastián se arrodilla y siento que separa mis nalgas. Siento su respiración en mi culito. Aprieto mi esfínter. Siento de pronto, su lengua en mi hoyito. Un escalofrió recorre mi espalda. Sebastián lame mi hoyito lubricándolo abundantemente. Es una sensación deliciosa. Me mete la lengua en el culo haciendo que me fallen las piernas. Me agrada sentir como su lengua se trata de meter en mi huequito. De pronto se detiene y siento algo tratando de abrirse paso por mi culo. -Estas muy apretado Paolo- me dice Sebastián quejándose, Forcejeo un poco, pero no lo suficiente, en ese momento ya estaba muy caliente como para pedirles que se detuvieran. Por fin, su dedo índice penetra mi esfínter.
Me tiemblan las piernas y suelto un gemido- Uuummmh ummpf!-
Carlos me acaricia el cabello - Te gusta ¿verdad?- Sebastián mete y saca su dedo de mi culo alternándolo con su dulce lengua que me hace apretar los labios para no gemir. Me empiezo a acostumbrar a la sensación y después de un minuto el dedo entra y sale con facilidad. Sebastián introduce otro dedo. Escupe sobre mi ano e inmediatamente introduce otro dedo que me hace gritar- Ahhh! Detenteeeee- le pido. Mi mente me pide que pare, que me trate de zafar, pero mi cuerpo arde de deseo y no me deja moverme ni un milímetro para dejare que me follen.
Daniel acaricia mi espalda -Tranquilo- me susurra al oído.
Los dedos se mueven rítmicamente entrando y saliendo, Sebastián me lubrica bastante con su lengua moviéndola en círculos deliciosamente, entrando y saliendo de mi culito virgen. No puedo evitarlo más, mis labios se rinden. Empiezo a gemir suavemente y a sentir que mi huequito ya esta bastante dilatado.
Sebastián saca sus dedos de mi culo y se dirige hacia mi cara. Cuando lo tengo de rodillas frente a mi me pregunta- ¿Te dolió?-
-Si, un poco- respondo. La excitación se hace visible en el rubor de mi cara.
Sebastián mete sus dedos en mi boca y yo los chupo sin resistirme. Cuando considera que ya he saboreado sus dedos lo suficiente me mira muy serio y me dice: -Mira Paolo lo que sigue te va doler más si no te encargas de lubricarme bien -
Al escuchar esto le pregunto con un grito: ¡¿Como?!-
Ahora lo miro con los ojos muy abiertos francamente espantado, de pronto siento la mesa mucho más fría en mi pecho.
-Mejor decídete de una vez- Sebastián se pone de pie y su pene queda justo frente a mi boca -te dolerá más si no lo haces-.
Me resisto pero Daniel me tapa la nariz y cuando no puedo aguantar más abro un poco la boca permitiendo que Carlos meta sus dedos de cada lado y separe mis labios aun más. Trato de gritar pero solo emito quejidos. El pene de Sebastián entra en mi boca. Quiero gritar pero es algo difícil con un pene dentro. Lo mete y saca con dificultad y creo que lo lastimo con los dientes porque se queja un poco. No es tan malo. No se porque pero cuando saca su pene de mi boca yo le doy un beso a la cabeza. Sebastián se sonríe. Y lo deja así, inmóvil frente a mi cara. Siento que el culo me palpita y suplico mentalmente que me penetren, pero decido concentrarme en ese hermoso pene que tengo enfrente. Con la lengua hago pequeñas lamidas a la cabeza de su pene. Me meto la punta a la boca y lo chupo un poco. Sebastián gime. Hago movimientos circulares con la lengua sobre la punta de su pene. Me encanta saborear el dulce néctar que sale de ese manantial prohibido. Me siento como puta nada mas de imaginarme que estoy mamando la polla de mi mejor amigo. Me siento sucio y a la vez divertido medio siendo supuestamente violado por que aunque me empezaron obligando yo ya no ejerzo ninguna resistencia y me rindo ante ellos muerto de excitación. Sebastián interrumpe mis pensamientos cuando se agarra de mi cabello y trata de meter más su pene en mi boca. No me resisto, trato de abrir la boca lo más que puedo. Lo mete hasta el fondo provocándome arcadas.
-No vayas a vomitar Paolo- Carlos se ríe de mi -Aguanta Paolo. Me siento como puta. Su puta. La putita de Sebastián.
Sebastián saca su pene y lo mete de nuevo pero esta vez poco a poco. Cuando lo saca de nuevo le digo a los chicos que me suelten. Se ríen. Chupo y chupo lo más que puedo ensalivando el pene de Sebastián bastante. Sebastián lo mete todo en mi boca quitándome al aire a ratos.
-Chúpalo bien mi amor- Sebastián esta extasiado -Mmmhhh mmmhhh aasiii, noo te paress- Yo me aplico y lo chupo agarrandolo con mi mano derecha ya liberada de la prisión en que la tenían Daniel y Carlos. Con la mano empiezo a masturbarle el pene mientras mi lengua sigue jugando con su glande,
Después de unos minutos Sebastián me quita el pene entre gemidos. -Así esta bien lindura- me da una palmadita en la cabeza y se agacha para besar mis labios. Yo abro la boca. Sebastián me responde besándome como nunca me han besado en la vida. Fue un beso largo, intenso, nuestras lenguas se entrelazaban saboreándonos mutuamente. Me acaricia el cuello mientras me besaba. Yo lo beso con igual pasión pero algo incomodo por que la posición en la que estaba sobre la mesa me estaban lastimando y ya sentía el cuerpo algo adormecido. Los bordes de la mesita se me encajan en el pecho y el abdomen. Cuando nos separamos me sonríe y se incorpora
Se dirige a atrás de mi. Ahora tengo miedo de nuevo. Mi culo palpita más que nunca y emito un quejido anticipado. Sebastián separa mis nalgas. No puedo ver lo que me hará y Carlos y Daniel me hacen mimos y caricias pero ejercen presión sobre mi espalda impidiendo que me pueda levantar. Siento algo intentando abrirse paso por mi culo. Me duele. Sebastián empuja con fuerza emitiendo un quejido. Por fin, entra la punta, yo siento que me parten por la mitad y grito -aaahhh ummmppfff Aaaaahhh!-
Siento que me desmayo. Sebastián sigue empujando abriéndome poco a poco. Me duele muchísimo. -Por favor Sebastián para, detente, me duele mucho- le pido entre sollozos Lagrimas corren por mis mejillas. Lloro desesperado entre gemidos de dolor. Sebastián empuja otro poco sujetando mi cadera, no parece haber escuchado mi suplica. Me duele, me arde. Siento que lo tengo encajado hasta la garganta. Lloro mucho y Carlos se preocupa, me dice cosas dulces al oído tratando de calmarme. Daniel esta nervioso. Siento que algo corre por mi muslo. Después sabré que era lubricante. Sebastián empuja con fuerza hasta que me entra todo. -Mmmmpppff....aaahhhh....aaahahh!. - Siento el cuerpo de Sebastián pegado al mío. -Lloro en silencio por que el deja de moverse. Me arde el culo. Sebastián se escucha agitado. Estoy agotado, mareado, adolorido, recargo mi cabeza en la mesa volviéndola a la izquierda.
Daniel había gritado pero no había pensado en eso hasta ahora, lo miro a los ojos y me sonríe con ternura. -¿Duele mucho amor?- Le respondo con un leve movimiento de mi cabeza que si -Me clavaste las uñas cuando el te ensarto- Me muestra su brazo, es verdad, le he clavado las uñas.
-Lo lamento- Lloro un poco más, no puedo evitarlo.
-Tranquilo Paolo, no pasa nada, duele al principio un poco, lo que pasa es que estas muy estrecho amor- me dice Sebastián
Cierro los ojos pero no puedo evitar que salgan más lagrimas. Sebastián se mueve un poco y pregunta -¿Estas bien Paolo?-
En realidad no se que responder, me duele pero quiero que me reviente el culo, tengo ganas de que me folle todo lo que quiera -Creo que si- le digo.
Sebastián empieza a sacar su pene y a meterlo en un movimiento lento y pausado. Me provoca más dolor- Aaaaahhh...Nooooo...detenteeeee...aaauuuu....sssseeeebbbb- Sebastián me responde compungido -Pero Paolo, no lo puedo dejar ahí dentro ¿verdad?- Se mueve dentro de mi y siento como mi culo ya se esta acostumbrando al tamaño de su pene. Cuando empiezo a disfrutarlo Sebastián saca su pene de mi hoyito adolorido. Me levanta de la mesa y me voltea hacia el. yo miro hacia mis piernas y puedo ver que es lo que corría por ellas además de lubricante (que no supe de donde sacaron), un hilillo de sangre corría por mi muslo desde mi adolorido y ahora desvirgado culo.
Sebastián me voltea la cara hacia el. Me da un beso en la boca, mete su lengua y juega con la mía, yo cierro los ojos y siento sus manos recorriendo suavemente mi espalda. Me empuja hacia atrás y hace que me recueste en la mesa. Respingo un poco al sentir el frió de la mesa contra mi espalda desnuda. Estoy sudando a mares. Sebastián separa mis piernas y las levanta. Carlos se sitúa detrás de mi, es decir, del otro lado de la mesa y le dice a Sebastián- Yo se las detengo- Carlos levanta mis piernas y las levanta moviéndolas hacia el, hacia mi pecho. con las manos me agarro de los bordes de la mesa y aprieto los labios. Sebastián se acerca a mi y me da un beso en el muslo izquierdo. Se agarra de una de mis piernas y toma su pene con la mano y coloca la punta en la entrada de mi culo. Siento que algo duro hace presión sobre mi. Sebastián empuja su pene hasta hacerlo entrar. Tengo la punta dentro y duele -aaaaahhhh....sseeeebbb!- Sebastián me lo mete poco a poco mientras Daniel me dice al oído -Siente cada centímetro de esa verga en tu culo virgen-
Eso es justo lo que hago, cada centímetro que entra me hace sentir dolor y placer y emitir gemidos. Sebastián termina de meterla toda. Dios como me gusta. Sebastián empieza a mover su pene adentro y afuera con suaves movimientos.
El mete-saca que hace me empieza a provocar nuevas sensaciones. No quiero que pare. Quiero que me parta el culo, que me reviente, que me folle con fuerza. Me muerdo el labio inferior con fuerza. En realidad ya no me duele en absoluto pero temo que si se enteran que grito por excitación y no por dolor entonces si me partan el culo entre los tres.
Al tener Carlos mis pierna levantadas mi pene roza con mi propio cuerpo. Mi culo se acostumbra rapidamente al pene de Sebastián que entra y sale de mi. Sebastián sigue moviéndose al compás de mi respiración agitada. Solo un inmenso placer. No aguando más y mis labios se abren dejando escapar un gemido de gusto-ohhh ahhh siiii- Sebastián me sonríe y se mueve más rápido entrando y saliendo.
Me agarro los pezones y sigo pidiéndole más - Ahhhh ssiiiii siiiigueee follameee parteme el culooo-
Sebastián se agarra de mi cuerpo- ¿Te gusta Paolo?- Apenas escucho su voz, estoy perdido en oleadas de sensaciones.
- Siiiii, meee gustaa mucho, no tee deeetengaas....aaaahhh...mmmhhhh...ohhh...siiiii maaaas- Sebastián me bombea un buen rato, me siento agotado, pleno, feliz, finalmente siento que empieza a moverse más rápido.
-Ahhh me vengoooo aaahhhhh ooohhhh aaaahahhh- Sebastián se hace para atrás pero lo detengo diciéndole: -Nooo, lo quiero dentro- A lo que Sebastián responde ensartándome de un solo golpe e inmediatamente siento como me inunda chorros de su semen caliente.
-Aaahhh mmmhhh mmmhhh- gemimos ambos.
Sebastián se detiene y deja su pene dentro de mi hasta que termina de eyacular. Cuando saca su pene me escurre semen por el ano que ya esta bastante dilatado por la cogida que me acaban de dar. Me relajo un poco pero me duele mucho mi pene pues yo no pude eyacular y terminar con ese mar de sensaciones nuevas. Carlos deja mis piernas. Estoy calmado pues creo que ya termino mi supuesta 'violación' que me ha ido encendiendo hasta sentir que tengo afiebrado el cuerpo. Me levanto de la mesa y me doy vuelta, recargo mis manos en la mesa y respiro profundo, cual no seria mi sorpresa cuando unas poderosas manos me empujan hacia la mesa haciendo que mi pecho pegue directo contra ella, volteo rápido mi cara hacia un lado para evitar que se golpee. Siento que alguien me aprisiona contra la mesa y a la vez alguien se apodera de mi cadera. Todo pasa tan rápido que no me doy cuenta. Siento algo en la entrada de mi culo.
-Esperen Nooo!- grito por la sorpresa- ¿Que hacen?-
Nadie me responde, solo siento presión en mi culo y siento como alguien me ensarta de un solo golpe.
-Aaaahhh NOO aauuuhhh- me duele mucho, me llega más profundo que Sebastián- nooo me duele paraaa-
Bombea rápido entrando y saliendo rítmicamente de mi antes pequeño agujerito. Grito sin parar algo que se confunde con gemiditos placenteros -ooohhh aaahh mmmhhhh mmmhhh aaaahhh- Me duele pero es un dolor muy gratificante. Sebastián me recoge el cabello que para ese momento ya se ha liberado de la bandita que lo sujetaba y me besa en la frente. Estoy sudando a mares. La fricción de mi cuerpo con la mesa es enloquecedora. El golpeteo de los cuerpos produce un sonido peculiar. Me trato de relajar pero me cogen con fuerza y entran y salen de mi demasiado rápido. -Aaaaahhh baaastaa yaaaa mmmhhh ohh uhhhmmm- Después de unos minutos se aferran a mis caderas y siento como chorros de esperma inundan mi hoyito- mmmmhhhh mmmhhhh aaahhhh- Me gusta la sensación de estar lleno de leche. Cierro mis ojos y grito:
-me vengooo voy a terminaaar Ahhhhhmmmmhhhh mmmhhhhh- No puedo evitar tener una eyaculación. Chorros de semen caen al piso. Cuando terminamos de venirrnos siento como el pene que tenia enganchado se desliza fuera de mi culo. Me tiendo agotado sobre la mesa respirando profundo. Carlos me dice al oído -No creas que ya terminamos ¿eh?-
Por fin puedo ver a mi atacante. Daniel. Con una sonrisa se para frente a mi y me pone su pene aun erecto en la boca
-Límpialo puta- me dice. Siento que sus centellantes ojos verdes son capaces de atravesar mi piel. Lo miro consternado.
-No lo llames puta- le reclama Sebastián
-Lo siento mi amor- Daniel se disculpa y aprieta su pene contra mi boca que a su vez aprieta los labios para no dejarlo pasar -No lo haré más...abre la boquita-
Niego con un movimiento de mi cabeza. Me tapa la nariz. Ese jueguito ridículo de taparme la nariz ya me lo se ahora, pero dejo que me lo hagan como para justificar la mamada que le haré. Quiero mamar su pene pero a la vez me siento avergonzado de que sepan que me encanta que me follen. No aguanto mucho tiempo y cuando abro la boca Carlos que esta detrás mío mete sus dedos en mi boca separando mis labios como cuando se la mame a Sebastián. Daniel mete todo su pene hasta mi garganta - prueba el sabor de tu culo virgen Paolo- Me ahoga.
Lo saca y lo vuelve a meter. Parece que esta cogiendo mi boca. Se agarra de mi cabello y empieza a bombear mi boca. La saliva escurre por mis labios hasta la barbilla y cae al piso. Increíblemente después de magrearme un rato Daniel vuelve a eyacular dentro de mi boca. No puedo respirar, no saca su pene hasta que me lo trago todo en un intento por no ahogarme. Me encanta su leche, espesa y caliente. Cuando Daniel nota que ya no puedo más saca su pene y me pide que lo limpie con la lengua. Lo hago lamiéndolo de punta a punta, metiendomelo entero en la boca. Mientras le hago esto siento como una lengua hurga mi hoyito lastimado. Me meten la lengua abriéndome el culo. La sensación es tremendamente deliciosa. La lengua entra y sale de mi hueco violado. Me lamen todo mi hoyito. Un dedo se mete sin dificultad en mi ya dilatado agujero. Otro dedo entra. Tres dedos. Entran y salen mientras le como el pene a Daniel. Me encanta y no puedo evitar dejar escapar un gemido -mmmhhhh mmmhhh mmmhhhh-
Daniel retira su pene de mi boca y Sebastián mete el suyo. Sin esperar ser obligado empiezo a mamarsela. Chupo con avidez el pene que robo la virginidad de mi culito. Sebastián tiene otra erección. Los dedos hacen un magistral trabajo en mi culito. Mi pene se erecta de nuevo y no puedo creerlo pues estoy cansado pero me empiezo a excitar de nuevo. Los dedos me follan. Otro dedo entra. Entran y salen alternándose con sendos lengüetazos en mi hoyito. -Mmmmhhh mmmmhhhh aaahhhh- Me encanta. Sigo con la mamada a Sebastián. Estiro la mano y acaricio los testículos de Sebastián a lo que el responde acariciando mi cabello. Daniel ya se ha vestido. Me besa la espalda y me da las gracias. Se marcha. Sebastián gime y gime apretando los ojos-Mmmmmhhh siiii Paolo me encantaas aahhh siiii siguee-
Siento un inmenso placer con aquellos dedos maravillosos cogiendome. Me pregunto si podría aguantar la mano entera dentro, follandome, hurgando mis entrañas...mi pensamiento es interrumpido nuevamente cuando Sebastián saca su pene de mi boca y al mismo tiempo los dedos salen de mi culo. Carlos deja de masturbarme y me levanta en vilo de la mesa dándome la vuelta y acostándome en ella. Yo inmediatamente abro las piernas adelantándome a lo que viene. Sebastián soba mis pezones. Los pellizca. Cierro mis ojos. Se mete uno a la boca y lo succiona un poco. Su lengua pasa por cada uno de mis pezones erectos y los chupa rodeándolos, los mordisquea. Me encanta esa sensación. Con la mano acaricio el cabello de Sebastián apretando su cara contra mi pecho. Me muerdo los labios y gimo sin parar. Pienso en que el pene de Carlos es enorme y tiemblo de excitación anticipada imaginando que me lo mete todo y me hace suyo. Carlos empieza mamar mi pene.-Ohhhh aaahhh mmmhhh mmmhhhmmmhhh- me encanta. Sebastián lame mis pezones, los muerde con fuerza provocándome un poco de dolor pero a la vez aun más excitación. Mi pene esta a punto de estallar. Estoy muy excitado, demasiado caliente. Ya no puedo esperar a sentir el gran aparato de Carlos dentro de mi, moviéndose, lastimándome y escucharlo llamarme puta, zorra, y todas las lindezas que quiera, pero no me atrevo a pedírselo por temor a sonar como una verdadera puta.
Acaricio el cabello de Sebastián disfrutando de la sensación de tener su cara sobre mi pecho chupando mis pezones ansiosos. Mis pezones están tan tiesos y Sebastián se los come tan dulce como si se le fuera la vida en ello, me encanta pensar que le gusta mi pecho, que le encanta lamerme, y que me encantaría que su lengua hurgara en todos y cada uno de los rincones de mi cuerpo.
-mmmhhhhhmmhhhh ttee amoo Seb- No puedo creer lo que estoy diciendo, pero en ese momento de verdad siento que lo amo. Sebastián me muerde más fuerte, tremo que me arranque el pezón. Me pierdo en las sensaciones que me rodean. La mamada que me esta haciendo Carlos no me pone tan excitado como los labios de Sebastián atrapando, rodeando mi pecho. Ese instante es solo de Sebastián y mío. Cierro los ojos y deseo estar así para siempre. Con Sebastián. Solo con Sebastián.
Sebastián deja de juguetear con mi pecho y se levanta de encima mío. Me siento un poco triste. Carlos deja de mamar mi pene y coloca el suyo en la entrada de mi culito. Sebastián le dice que espere, que debe lubricarlo para que no me lastime mi ya destrozado culo, aunque yo no pensaba en mi culo lastimado, solo quería que Carlos me follara ya, que me ensartara lo más pronto posible, que me hiciera suyo. Carlos se separa de mi y Sebastián se hinca. Se mete todo el pene de Carlos en la boca y le aprieta las nalgas. Sebastián mama con maestría, Se mete los testículos de Carlos a la boca y se los chupa. Se come el pene, se lo mete lo más que puede en la boca hasta la garganta y Carlos empieza a bombear la boca de Sebastián que excitado chupa y chupa hasta que la saliva le empieza a escurrir. Me encanta verlo mamar el enorme pene de Carlos. Sebastián mira a Carlos a la cara con sus hermosos ojos azules mientras le come el pene. Carlos se aferra a la cabeza de Sebastián tratando de hacer que su pene le llegue más y más profundo. Empiezo a masturbarme el pene con la mano emocionado de ver como ese pene entra y sale de la boca de mi amigo. Sebastián masturba a Carlos y chupa ese pene como si fuera a ser la ultima vez, Cierra sus ojos extasiado, yo me pellizco los pezones y cierro los ojos. Me sigo masturbando apretando los ojos pensando que es a mi a quien le hace esa mamada espectacular Sebastián y no a Carlos. Gimo pensando en el, en su boca, en su lengua. Cuando estoy a punto de alcanzar otro orgasmo Carlos suelta el cabello de Sebastián, lo detiene y lo deja ahí arrodillado. No se porque pero me calienta más ver como Sebastián se limpia con el brazo toda la saliva y demás líquidos que le escurren de la boca y me sonríe.
Carlos se acerca de mi. Tengo las piernas abiertas lo más que puedo esperando emocionado lo que viene. El pene de Carlos es el mejor de los tres. Mucho más grande y grueso. Ya quiero tenerlo dentro. Carlos agarra mis piernas y me acerca a el. Yo me tiendo en la mesa y me aferro a los bordes. Carlos, con una mano se agarra el pene y coloca la punta en la entrada de mi culo. Mete la cabeza con un poco de dificultad y yo suelto un profundo suspiro. Me encanta. Siento el culo ansioso y caliente.
-Sigue Carlos, sigue. No te detengas- le pido casi como suplicando.
Carlos sigue entrando en mi culo. Siento que me parte, me siento totalmente lleno de ese pedazo de carne que se va haciendo espacio en mi hoyo. Carlos empuja un poco más. Por fin me entra todo. Siento cada milímetro de ese tronco enorme dentro de mi, cada vena, cada movimiento. Me siento en el paraíso. Me enloquece. En ese momento siento las manos de Sebastián juguetear con mi cabello diciéndome no se que cosas. No puedo escuchar nada. Toda mi concentración esta en mi culo lleno de Carlos.
-uummffh ya lo tienes todo dentro- una observación innecesaria por parte de Carlos, yo ya lo había sentido entrar y estar todo dentro.
Las paredes de mi culo se pegaban a la piel de su pene. Pensé que no cabria nada más en mi agujero a parte de ese enorme pene. Estaba en la gloria. En eso Carlos empezó a entrar y salir de mi culo lentamente. Lo hacia con facilidad, creo yo que el semen de la anteriores corridas dentro de mi facilitaban mucho la tarea. Carlos lo sacaba entero y luego me lo metía todo de un empujón. Semejante pedazo me estaba matando pero de gusto cuando lo sentía penetrar mi esfínter para meterse profundo y después salir dejándome un vacío que deseaba ardientemente ser llenado una y otra y otra vez más. Yo hacia esfuerzos por alternar mis gemidos con mi respiración y abrir las piernas para ver si me llegaba más adentro. Ardo de deseo implorando mentalmente que me pueda entrar más.
Sebastián me dice -Si respiras de manera corta y rápida tu orgasmo será más intenso, pero si quieres tener un orgasmo más prolongado trata de respirar profundo y lento- No me cuesta trabajo decidir, quiero un orgasmo largo. Trato de respirar profundo pero Carlos acelera sus movimientos entrando y saliendo de mi culo embistiéndome más fuerte, casi levantándome de la mesa en cada envite y se me olvida lo de respirar pausado y no se que y más bien empiezo a luchar por poder respirar siquiera un poco. Carlos me roba el aliento con cada ensartada. Siento que voy a reventar por algún lado. Me taladra el culo como un maniático.
-ahhh mmh siii siii me encaantas- le grito a Carlos -no pares...siii...ahhh mmppfff mmppfff aaayyy-
Dejo de escuchar todo a mi alrededor. Me aprieto el pecho, jalo mis pezones, arqueo la espalda. Carlos me empuja con fuerza y Sebastián detiene mis hombros empujándome a la vez hacia Carlos para facilitarle la salvaje penetración. Carlos me coge, me folla, me la mete como poseído. Me encanta, me araño el pecho como loco, me revuelvo en la mesa, cierro los ojos, me retuerzo, grito, gimo, suspiro.
-mmhh mhhh ayy siiii siii mmmmmh ahhh ahhh- gimo y gimo sin parar, como una verdadera puta. Carlos me dice que me siente muy caliente. No le respondo, estoy concentrado en las sensaciones que me inundan tratando de arrancarme los pezones y clavándome las uñas en la carne mientras rezo para que Carlos me la pueda meter más y más durante más tiempo. No quiero que me la saque nunca.
Carlos me taladra el culo como animal. El mete-saca que hace me esta enloqueciendo. Aprieto los dientes en un fracasado intento por atrapar mis gemidos en la boca.
-Mmmmh mmmff mmmhhh aaahh siii me vengooo mee vengooo- Ya no puedo más. Arqueo la espalda y me corro apretando con mi culo el pene de Carlos. Oleadas de placer me invaden. Cuando ya he acabado Carlos acelera sus movimientos.
- ahhh ahhh mmmpfff mee corrooo- Grita Carlos, se hace para atrás y saca su pene con un movimiento rápido. Se corre en la boca de Sebastián que no supe ni como fue a arrodillarse junto a el esperando la corrida para tragársela toda. Le hace una mamada que se ve deliciosa y se traga toda la leche de Carlos, este me levanta de la mesa y me inca frente a Sebastián que me besa en la boca compartiéndome la corrida de Carlos que yo creí había tragado, pero el había guardado en la boca para compartírmela. Yo beso a mi amigo con ardor, con lujuria, ansioso por probar la leche de Carlos. Un poco de semen me escurre por la comisura de los labios y me escurre por la barbilla. Sebastián lame esos restos de semen y se los traga. Estoy aturdido, agotado. Me siento en el piso y me arrastro hasta llegar a la pared. Me recargo en ella para recuperar las fuerzas. Carlos se sienta junto a mi y me recargo en su hombro. Sebastián se acerca, se tiende en el suelo y recarga su cabeza en mis piernas. Yo respiro profundo. Cierro los ojos y me relajó por completo recargado en Carlos y con la mano en el cabello de mi amado Sebastián.
Creo que he encontrado los mejores amigos.
Este es mi primer relato. Espero que no haya sido muy largo. Deja un comentario... aun si es para decir que no debería seguir escribiendo.