Mis inicios sexuales

Dos relatos cortos acerca de cómo desperté sexualmente.

Hola, esta es mi primera historia, por lo tanto me gustaría comenzar por relatar mis inicios en el sexo. Tengo 30 años, me llamo Lore, soy morena, senos pequeños y cadera ancha con culo grande. Mis inicios en el sexo fueron muy espontáneos y llenos de momentos morbosos que ni siquiera sabía que lo eran. Los voy a relatar por momentos hasta llegar al momento culminante...

Lo primero sucedió con una prima cuando éramos niñas. Teníamos 11 años y la inquietud de besar a alguien (ella más que yo, quizá en ese sentido fui lenta), por lo que no me di cuenta de su juego, me dijo "vamos a jugar a la mamá y al papá", y yo no entendía cómo se jugaba ese juego en el cual estábamos acostadas en la cama, las dos desnuditas. Teníamos nuestros coñitos sin ni un pelito, y sentíamos calientito si acercábamos la mano al vientrecito de la otra, de pronto, ella me dio un beso rápido en los labios y yo me quedé asombrada. Esos besos cortitos "de piquito", sólo se los daban los adultos y ella me estaba dando uno a mí..., me dijo: "es que así juegan la mamá y el papá", en ese momento lo creí correcto y comencé a jugar. Ella pellizcó mis pezones para ver qué sentía y yo me quedaba quieta dejándome hacer, porque no sabía cómo jugar... "bésame, vamos a darnos unos besitos, vamos a jugar" -me dijo-. Toda tonta yo seguían inmóvil, jamás había visto jugar así a mis papás, entonces escuché que me sacaba del pasmo con un "a ver... te voy a enseñar", y me pegó su carita de nena a la mía, sentí su aliento caliente y una lengua que me abría los labios mientras me besaban, estaba siendo besada por mi primita con la que jugaba siempre, tenía sus senos de nena calientes arriba de los míos, un calor delicioso en mi panochita y ella tocándome los pechos, la cintura y las piernas cuanto podía. De pronto se escucharon los gritos de mi primo, tres o cuatro años mayor que nosotras, nos gritaba para que saliéramos a jugar. En ese momento corrimos por nuestras prendas, ella huyó al baño y yo me quedé temblando en el cuarto intentando entender porqué tenía tanto calor en el cuerpo, y una sensación de seguir queriendo más.


Tiempo después de lo que pasó con mi prima, no volví a tocarme, hasta que un día... estaba sola en la casa viendo televisión, tirada en el piso, boca abajo y con una almohada en el pecho. Estaba sola en casa porque mis padres habían salido de emergencia. Estaba aburrida y de repente me di cuenta que la almohada que al inicio estaba en le pecho, ya estaba oprimiendo el pubis y en vez de molestarme me hacía sentir bonito, entonces se me ocurrió bajarla un poco más para saber qué se sentía, de repente sentí una sensación deliciosa en el centro de cosita... eso era mejor que los besos de mi prima, entonces comencé a moverme de atrás hacia delante para ver si lograba otro efecto en mi cuerpo... uno dos, uno dos, adelante, atrás, adelante, atrás... qué rico que siente, y apretaba mis piernitas contra la almohada; después cerré los ojos y abrí las piernas mientras seguía haciéndome hacia atrás, atrás, atrás hasta que instintivamente medí medio dedito adentro de mi vagina y trás... me salen chorros de líquido de la conchita. Gritaba y gemía como una perrita pequeña que recién aprendió a gozar. Desde ese día noche tras noche perfeccioné la técnica y gemía bajito para no despertar a nadie.


No sé si estos temás sean de su agrado o son muy sosos, pero si así es, también podría contar cómo perdí la virginidad... Besitos. Lore.