Mis Inicios (II)

Voy a la prueba con el Señor Carlos

-      Ok, de acuerdo putito, ahora toca la segunda parte de la prueba. Para no arriesgarnos a que nos vayas a quedar mal con un cliente, necesitamos saber que sabes como satisfacer a un hombre. Muchos de nuestros clientes son muy exigentes y con un niño como tú, seguramente pagarán mucho, pero querrán que les cumplas…

-      ¿Cómo…?

-      Sí, necesitamos probar que puedes hacerlo. Tendrás que darle un servicio de una hora a Carlos. Si cumples con lo requerido quedarás contratado y te pagamos el servicio al 100%, de lo contrario solo te pagaremos el servicio

No creí tener otra alternativa, así que acepté.

-      Ok, de acuerdo…

-      Muy bien, pero antes de que vayas ve con Claudia (la chica transexual que me recibió) para que te arregle un poco y te veas más… lindo

Claudia sonreía pícaramente. Me tomó del brazo y me llevó a una habitación en donde se dedicó en pocos minutos a dejarme con un look muy sexy y andrógino, parecía más una chica que un chico, con unos shortsitos de mezclilla que hacían resaltar mi trasero y mis piernas, que mantenía siempre depiladas, un top rojo con la palabra BITCH escrita en letras blancas, unas tobilleras blancas y unos flats también rojos, me maquilló un poco, dio forma a mis cejas, un poco de mascara y rubor, y brillo en los labios, sin olvidar un perfume dulce. Me prestó un bolso en el cual colocó un par de condones, lubricante, brillo de labios y mi cartera.

-      ¡Lista! Ahora, vas a bajar y subir al carro que esta en la puerta, el Señor Genaro ya sabe a donde llevarte. Se va a esperar ahí y al terminar te traerá de vuelta. ¿Alguna duda, cielo?

En aquel instante tenía una mezcla de miedo y excitación. Pensaba que sabía exactamente lo que me esperaba al contestar aquel anuncio, pero no me imaginaba esto.

Bajé las escaleras y al salir del edificio vi un Tsuru color azul plateado con un hombre maduro y mal encarado al volante, quien adivine era el Señor Genaro. Abrí la puerta de atrás para subirme, a lo que el Señor Genaro me gritó:

-      ¡No soy tu chofer, Putito, sube adelante!

Aquel grito hizo que me salieran un par de lágrimas en los ojos, me sentí muy vulnerable en aquel momento. Abrí la puerta del copiloto y subí al carro. El Señor Genaro arrancó sin brindarme mucha atención al principio, como que sabía lo que tenía que hacer, y seguramente no era la primera vez que llevaba a un mariconcito como yo a una prueba como esa. A los pocos minutos, en un semáforo, volteó a verme, y me recorrió con la mirada de los pies a la cabeza.

-      Eres virgo, ¿verdad?

-      … No, soy Geminis…

-      Jajajaja, me refiero a que es tu primera vez

-      … sssí…

-      Se te nota… Pero te ves muy lindo… Si no tuvieras que ir con el Señor Carlos yo mismo te estrenaba…

Al decir esto, sentí su mano apretar mi pierna, lo cual me dio un escalofrío de miedo de que este macho quisiera abusar de mi, pero sabía que a estas alturas no tendría escapatoria.

-      No importa, ya tendré oportunidad de gozar de ese culito tuyo…

Aquel hombre me imponía, era mayor que mi padre y mis tíos, se veía mucho más varonil que los hombres que había conocido hasta aquel día, su voz era gruesa, igual que todo él.

Condujo por varios minutos en los cuales me decía lo putito que me veía, lo mucho que le gustaba y las ganas que tenía de tenerme un día para estar con él, conversación que me resultó incomoda y me provocaba más miedo de lo que estaba haciendo. Detuvo el carro y me dijo:

-      Ya casi llegamos, Putito. Vas a entrar al hotel y decir que vas a la habitación 305, es la habitación del Señor Carlos. Cuando llegues a su habitación, tocas 3 veces, una vez adentro le dices al Señor Carlos que vienes por la prueba, que eres virgo pasiva, y después de ahí te recomiendo que seas muy obediente y que solo hables si te pregunta algo. ¿Tienes alguna duda?

-      … Nnno…

Llegamos finalmente al hotel, bajé del auto y entre a la recepción. Seguí las instrucciones de Don Genaro y me encontraba en la puerta de la habitación 305…

Continuará…