Mis Inicios (I)

Cuento cómo fue mi descubrir sexual y cómo me transformé en una linda mariconcita.

Lo que voy a contarles es real y ocurrió a finales de los 90's en la Ciudad de México.

Antes de contarles mi historia me describo por aquellos días. Estudiaba la preparatoria en una escuela para puros varones. Físicamente era alta, muuuy delgada, lampiña, con muy poco vello corporal y facial, con piernas torneadas y un culito respingón, herencia de mi madre, y de cara con rasgos aniñados, más bien femeninos, que siempre fueron la causa de las burlas de todos mis compañeros, eso, además de mis modales tan delicados.

Justo por esos días había decidido salir del closet con mis padres, lo que me llevó a gritos y sombrerazos en casa, a que me mandaran a terapia para que me curaran… No mis mejores días.

Un día de esos, al revisar los anuncios clasificados del periódico, me encontré con un anuncio en donde solicitaban masajistas. Ya sabía de que iba la cosa, así que marqué aquel número y me respondió una voz varonil, imagino de un hombre grande, en sus 40s, robusto de aspecto rudo. Platiqué con él por apenas unos escasos minutos y me confirmo mi sospecha, buscaban jóvenes para dar masajes eróticos a otros hombres. Me hizo un par de preguntas para saber si estaba dispuesto al trabajo, me comentó como era el pago, me informó que a mi me tocaría el 60% del servicio, que un chofer de ellos me llevaría al encuentro y esperaría a fuera por si había algún problema, y que para aceptarme debía acudir a una entrevista en persona y una prueba. Me preguntó respecto a mi preferencia: Activo, pasivo o Internacional. A esas fechas sabía poco respecto a esos términos, la verdad es que era virgen aún, pero sí sabía que no era activo, así que le dije que era pasivo. Al preguntarme mi edad le dije la verdad, pero le convencí diciéndole que me veía mayor, ante lo que aceptó a darme la cita.

Acudí a aquella cita con muchos nervios. Me vestí con unos jeans que me quedaban ajustados y que hacían resaltar mi trasero, una playera blanca, calcetas cortas blancas y mis tenis, con un poco de brillo en los labios y ya. Al llegar al domicilio, me di cuenta que era un edificio de departamentos sobre una calle muy transitada. Llamé al timbre y de nuevo volví a escuchar esa voz varonil, que me invitó a pasar. Subí las escaleras de esos 4 pisos, llegué exhausta lo que hizo que mis mejillas se sonrojaran.

Al tocar la puerta de aquel departamento, me abrió una mujer transexual con rasgos masculinos, espalda ancha, voz gruesa y me invitó a pasar. Le dije que buscaba a “Jorge”, me preguntó mi nombre y me invitó a sentarme en un sillón en lo que esperaba, mientras ella ingresaba a una de las habitaciones de aquel lugar. A los pocos minutos salió del brazo de un hombre alto, robusto, con aspecto rudo. Volví a escuchar aquella voz varonil:

-      Qué bueno que te animaste a venir. Te ves muy bonito, es obvio que eres pasivo, pero te ves muy pequeño, dijiste que te veías mayor…

Aquel hombre me imponía, se veía muy macho y yo deseaba ser contratado, deseaba explorar mi sexualidad, prohibida por mis padres, así que mentí. Casi con lágrimas en los ojos le dije:

-      Perdón, señor. La verdad necesito trabajar. Necesito apoyar en mi casa con los gastos…

-      Te entiendo, pero no podemos meternos en problemas, y siendo menor de edad…

-      Por favor señor…

-      Ok, ya no llores, vamos a ver cómo te va en la prueba y ya después hablamos. ¿Estás listo para la prueba?

-      Ok. Lo primero que necesito es que te desnudes.

-      ¿Aquí?

Su rostro de molestia respondió a mi pregunta. Comencé a quitarme las ropas de forma torpe.

-      Tendrás que aprender a desnudarte de un modo más sensual cuando estés con un cliente…

Terminé de desnudarme en frente de él y de aquella chica transexual. Me hicieron quedarme de pie frente a ellos y comenzaron a inspeccionarme por todos lados, tocando a veces mi cuerpo y haciendo algunos comentarios. Tras de algunos minutos, él habló:

-      Tienes un cuerpo muy lindo. ¿Ya has tenido sexo con hombres antes?

No tuve otra escapatoria que mentir, y ellos lo sabían.

-      Ok, de acuerdo putito, ahora toca la segunda parte de la prueba. Para no arriesgarnos a que nos vayas a quedar mal con un cliente, necesitamos saber que sabes como satisfacer a un hombre. Muchos de nuestros clientes son muy exigentes y con un niño como tú, seguramente pagarán mucho, pero querrán que les cumplas…

-      ¿Cómo…?

-      Sí, necesitamos probar que puedes hacerlo. Tendrás que darle un servicio de una hora a Carlos. Si cumples con lo requerido quedarás contratado y te pagamos el servicio al 100%, de lo contrario solo te pagaremos el servicio…

Continuará…