Mis inicios (2)

Mi tia me enseña a hacer el amor.

MIS INICIOS 2

Al día siguiente de la primera vivencia sexual, a escondidas me acostaba en la cama y me masturbaba, aunque no me saliera la cabecita, ni tuviera eyaculación, sí lograba sentir placer, lubricación y una sensación rica en mi genitales; por varios días intercalados hice esto, procurando que no me vieran, de preferencia en la noche quedándome dormido

A la edad de diez años para mí el haber vivido una experiencia sexual tan maravillosa con una jovencita de diez y seis años me dejó con un muy feliz recuerdo en mi niñez que de corazón me gustaría volver a vivir de ser posible con más intensidad, que tan solo con recordarlo me excito tanto que me dan ganas de masturbarme y de tener aquí a mi novia para que me haga lo mismo; le agradezco a Laura el placer, la felicidad y lo que me enseñó para satisfacer a una mujer en el amor y el sexo. Tuve una infancia feliz al sentir el cuerpo desnudo de una mujer y tener sexo con mi tía a la que le debo un buen inicio en mi vida

Dos semanas después de lo sucedido fue cuando Laura regresó a mi casa, desde que nos vimos nos hicimos ojitos y mi pene se me paró; platicó un rato con mi mamá y cuando hubo oportunidad nos fuimos a una recámara tomando la iniciativa ella, se acostó y yo encima, me apretaba mi cuerpo contra el suyo en su panochita, yo sentía más excitación; ella se quitó la pantaleta y me dijo que le acariciara su panochita, me senté a un lado y con la minifalda levantada se le veía velludita, separó sus piernas y con mis dedos le acariciaba las piernas, su panochita y proseguí con meter los dedos entre los labios mayores, ella me ponía mis dedos en el área del clítoris y yo le frotaba, también lo hacia en las paredes de los labios mayores y en los menores

Mi tía hizo una pausa para levantarse yendo donde mi mamá y de regreso, al estar otra vez conmigo me bajó el pantalón viendo mi pene parado que beso varias veces, así como a mis huevitos, también metió la mitad de mi pene en su boca y con los dientes lo mordía un poco para excitarme, no sé por que no me lo chupó si ya estaba ahí y con mucho cariño me jalaba el pellejito hacia atrás para descubrir mi cabecita, me dolía y se lo dije, ella tal vez ansiosa por descubrir mi cabecita, me dijo aguántate un poquito más el dolor; me acostó en la cama y con el pene parado a puntando hacia arriba prosiguió en jalar el pellejito hacia abajo, me aguanté lo más que pude y el pellejito empezó a ceder, la cabecita se estaba asomando, me dejó el pene diciendo yo sigo; ella se acostó me jaló para subirme encima como si la fuera a penetrar.

Separó sus piernas, mi pene parado y algo adolorido lo tomó con la mano y separando sus labios mayores, me lo puso en la entrada de la vagina, cuando soltó sus labios lo caliente de ellos atrapando mi pene me prendió muchísimo, era la primera vez que tenia mi pene entre los labios de una panochita, mi pene empezó a tener contracciones como cuando se está eyaculando; Laura decía métemelo y me ayudaba presionando con sus manos, mi cuerpo contra el suyo, cada vez que lo hacia, ella jadeaba y respiraba rápido; me volvía a decir métemelo, pero por más que empujaba mi cadera hacia delante para penetrarla no lo lograba, tal vez era por mi pene pequeño por la edad que tenia, pero a pesar de eso, ella estaba mojando su vagina escurriendo líquido hasta sus nalguitas, mi pene estaba mojado de ella; entendiendo como le gustaba que le hiciera, yo sólo me la pasé tratando de penetrarla, que a la vez también yo disfrutaba, hasta creo que mis huevitos me dolían, volví a tener contracciones en mi pene y sentía rico

Al gozarnos mutuamente ella me dijo, ya me cansé, me levanté y con una toalla me limpió mi pene y huevitos, ella se paró y se limpió su panochita y nalguitas, se sentó y parado frente a ella, me volvió a jalar el pellejito; lo excitado que estaba me bloqueaba un poco el dolor, lo jaló hacia atrás con más fuerza y una gotitas de lubricante cayeron al piso, al jalarlo más, logró hacer que la puntita de la cabeza se viera, ella con gusto dijo se te ve la cabecita, sin soltarlo le jaló más para atrás y descubrió más de la mitad, le dije me duele, ella se detuvo y la mitad de lo que tenia de fuera me lo acariciaba con su dedo, las gotitas del lubricante me las limpiaba con sus dedos

Para finalizar me dijo voy a jalarlo un poco más hasta donde aguantes y ya es lo último, me jaló despacio para atrás logrando descubrir un pedacito más, pero ya el dolor me calaba y se lo mencioné, me recorrió el pellejito hacia el frente y terminando me subió el pantalón, me dijo trata de sacarte la cabecita; al despedirse de mi mamá salió de la casa; fui al baño a ver por que me dolía el pene, me jalé el pellejito y ví que tenia varias grietas pequeñas. El dolor me duró varios días, pero no me volví a tocar mi pene por más de dos semanas; al recordar lo vivido con mi tía me excitaba, se me paraba el pene y deseaba masturbarme, pero no lo hice para no lastimarme. Un día que me estaba bañando me jalé un poco el pellejito y no me dolió, me lo jalé más y no sé si por el agua, se resbaló más hasta llegar a descubrirse casi en su totalidad, era la primera vez que me veía la cabecita, recorrí otra vez el pellejito hacia delante y me enjuagué saliendo del baño.

En la noche me dejé la trusa y cuando estaba acostado me saqué la cabecita lo más que pude, no salió completa; no tenia dolor y aproveché para masturbarme, con el pene parado me lo tomé con la mano y me hacia el pellejito para atrás lo más que se podía y luego hacia delante, lo estuve haciendo rápido por un buen rato y mi pene empezó a tener contracciones, sentía rico al hacer esto, aunque me saliera líquido no dejaba de masturbarme, por lo que esta sensación de placer la tenia constante hasta que me cansé me dejé de masturbar para descansar y mi pene se hizo pequeño, me limpié el líquido y me quedé dormido soñando con mi tía. Estas masturbaciones las hice por algunas noches y mi cabecita estaba por salir, pero no me jalaba el pellejito para atrás a la fuerza por miedo a que me doliera.

No sé cuantos días después regresó Laura, en cuanto la ví se me paró el pene y me dió gusto verla, al acercarse le dije la cabecita casi está afuera, me miró con gusto sonriendo y excitada, me dijo gustosa y nerviosa quédate viendo la televisión ahorita regreso; mi mamá y ella se la pasaron horas en la cocina y yo desesperado deseaba que me viera mi pene. La ví entrando a la recámara y me dijo ándale levántate, me paré de la cama y ella rápido me bajó el pantalón, me acarició el pene y los huevitos y al ponerse duro, me jaló el pellejito hacia atrás, la cabecita estaba saliendo y donde ya no salió más, le dije hasta ahí sale, ella me acostó y me dijo aguántate te la voy a sacar para que se vea bonito tu pilín; me recorrió el pellejito hacia delante y luego despacio lo empezó a recorrer hacia atrás, cuando llegó al topé me lo siguió jalando más y más, al sentir delicioso, mi pene tuvo contracciones; ella siguió jalando y sentí como se descubría más aunque con dolor, prosiguió bajándolo con fuerza hasta que me sacó toda la cabecita, sentía dolor y fresco en la punta, pero también bonito.

Con una satisfacción en su cara mi tía me dijo ya te saqué la cabecita, la tienes bonita y de color rosa, con su dedo se quedó unos instantes viendo y siguiendo la forma de la cabecita y en el orificio de la punta me lo frotaba, me jaló más pero ya me dolía y me dijo déjatela así un rato, ahorita regreso, me quedé desnudo con el pene parado y la cabecita de fuera; al volver me dijo párate, los dos viendo mi pene lo tomó y me hizo el pellejito para adelante y luego para atrás muchas veces y despacio hasta donde topaba para que no me doliera, mi tía tenia que irse porque era tarde y me dijo vístete, tú sólo haz lo que yo estaba haciendo para que se afloje más, mañana o pasado voy a venir, no te vas a arrepentir.

Pudiendo sacar la cabecita mis masturbaciones eran más placenteras, mi excitación más profunda y cuando me salía lubricante era más abundante y yo veía como brotaba de la punta del pene. El pellejito bajaba solo descubriendo la cabecita y para que se descubriera más del pene tenia que jalarlo con fuerza como para que se despegara el pellejito; en mis momentos de mucha excitación con el propósito de bajar el pellejito más abajo de la cabeza me jalaba con fuerza y sentía como poco a poco lograba que se despegara quedando descubierto más del pene, duele mucho el hacer esto pero se logra el objetivo, lo hice por varios días

Pasó casi la semana cuando vino Laura a mi casa, la veía más bonita y me gustaba mucho, su presencia me excitaba y la deseaba; se puso brillito en sus labios y traía una blusita de tirantes que le llegaba arriba del ombligo, una minifalda, unas medias y tenis. Las expresiones de nuestras caras eran de muy cachondos, se acercó a mí que estaba sentado en la cama y me puso mi mano en su pierna, se la acaricié y me dijo quítate la trusa, voy con tu mamá y si todo sale bien ahorita regreso, me dió un beso en la boca y se levantó para ir con mi mamá que la llamaba.