Mis infidelidades y sus consecuencias - (02)

Después de la sesión, con Mariela pasan cosas

Conociendo bien a Mariela

El jueves siguiente, casi fin de septiembre, cerca del mediodía toca el timbre Mariela para la última sesión. La estaba esperando.

L: -Hola Mariela, pasá por favor

Apoyó la camilla en el recibidor y fue hasta el auto a buscar un bolso.

Hablamos un par de cosas mientras íbamos para el estar, preparó todo y se fue a cambiar al baño. Yo estaba con un remerón largo que uso en casa y debajo solo el tanga, sin corpiño. Le pregunté si le molestaba y me dijo que no tenía ningún problema, que podía estar desnuda si quisiera.

Volvió con su guardapolvo y comenzó la sesión de masajes. Realmente los disfrutaba y mientras tanto pensaba que ésta era la última sesión y la verdad que extrañaría sus masajes. Se lo dije y se sonrió.

Terminó la sesión, me levanté dejándole ver mis tetas sin ningún pudor, me puse el remerón y fui a la cocina. Mariela junto todas sus cosas y sin cambiarse vino a la cocina. Yo tenía una tarta preparada y serví para las dos.

Me gustaba mucho su compañía y su conversación y se lo dije.

Terminamos de comer la tarta, preparé el mate y fuimos al sillón del estar a ver la ropa del bolso. Me dijo:

M: -Lola revolvé, sacá lo que quieras, sacá tranquila, probate lo que te guste y yo sebo mate.

Mientras sacaba los conjuntos y tangas y corpiños, pensaba como lo calentaría a Omar con todo eso y se lo dije:

L: -A Omar le encanta que me ponga cosas provocativas, que se me marquen los pezones, el culo, lo calienta terriblemente que lo provoque y a mí me encanta provocarlo y disfrutar después.

Mariela se sonreía y me encantaba.

Saco un corpiño hermoso, negro con la taza bastante transparente y me dice:

M: -Ese me encanta, es el que tengo puesto y viene en rojo, negro y blanco, yo tengo el blanco, para mi es el más lindo, y está bueno porque se abrocha por delante, Mirá…

Y se desabrochó los primeros dos botones del guardapolvo y me mostró como le quedaba el corpiño. No pude evitar mirarle las tetas y por la transparencia del corpiño, sus pezones.

Hice un pequeño silencio y le dije:

L: -Ah te queda bárbaro Mary!!

Me contestó:

M: -Creo que con esas tetas, te quedaría mejor que a mí.

A partir de esos comentarios, la conversación se fue inclinando hacia temas sexuales naturalmente y sin ningún reparo. Mariela me contó que de muy joven había tenido relaciones con una chica, pero que no la había disfrutado, no lo había sentido, seguramente por el preservativo. Y con el chico con el que había salidos unos meses, no disfrutó como lo había imaginado, tenía ciertos temores y nunca habían tenido relaciones sin preservativo, incluso cuando se la chupaba.

Yo le conté que a Omar tampoco le gusta usar forros y por eso yo tomaba pastillas.

Mariela me insistió que me probara el corpiño para ver cómo me quedaba, sin pensarlo me levanté el remerón y me lo saqué por la cabeza quedando en tetas delante de ella. Me ayudó a colocármelo y las dos miramos como me quedaba. Veía como Mariela me miraba las tetas y me dice:

M: -Me encantan tus pezones! Te gusta que te los chupen?...A mí me encanta.

L: -Me gusta mucho y cuando estoy caliente, me gusta que me los muerda, se me ponen re duros y cuando Omar me los muerde me duele, pero me calienta más!.

Mariela del bolso sacó el tanga negro que completaba el conjunto, y me lo da para que me lo pruebe. Lo tomé, me paré y me saqué el tanga que tenía puesto. De reojo, veía como Mariela me miraba. Me puse el tanga, era super chiquito, todo el culo al aire y por delante era tan chiquito que mis recortados y prolijos pelitos del pubis se escapaban por arriba.

Me miró, me hizo girar para verme completa y me dijo:

M: -Te queda bárbaro!!, me encanta como te queda!! Omar con esto se vuelve loco. Pero…un detalle nomás…

Estiró su mano y suavemente me tocó los pelitos del pubis

M: -Querés que los sacamos? Soles depilártela toda?

L: -Siempre los tengo recortaditos, pero nunca me la depilé toda, me da cagazo que me duela.

M: -Si querés, te la depilo toda con crema, toda peladita y con ese conjunto, Omar se va a volver loco y te va a devorar.

Nos reímos las dos con complicidad y le dije:

L: -Tenés razón, se va a calentar como una pava. Bueno dale! Y lo sorprendo!

M: - Traé un toallón para poner en el sillón.

Volví con el toallón, lo puso en el sillón y me dijo que me sacara el tanga y me acostara. Me saqué todo y me acosté, con cero pudor, abrí las piernas. Mariela sacó un pomo de crema de su maletín y me empezó a poner suavemente la crema en toda la concha, que sensación!

Mientras la crema hacía efecto, le fui dando detalles de mi sexualidad con Omar y sin poder evitarlo, hablando de sexo, desnuda y con las piernas abiertas, me empecé a mojar.

Luego de unos diez minutos me empezó a sacar la crema con unos discos de algodón como los que se usan para sacarse el maquillaje y pensé, tan cerca y tocándome se va a dar cuenta lo mojada que estoy. Y así fue, lo pude ver en su sonrisa y su mirada cómplice.

Me terminó de sacar toda la crema y los pelitos y me pidió que me fuera a lavar con agua tibia, hubiera tenido que ser helada para que me bajara la calentura.

Volví secándola con una toalla y admirando mi conchita peladita, me encantaba como había quedado. Me señaló el sillón nuevamente con una palmadita y me volví a acostar con las piernas abiertas. Sacó otro pote de crema y me dijo que esta era humectante. Me comenzó a pasar la crema y ya estaba empapada otra vez, no lo podía evitar. Mariela lo notó y creo que los masajes se extendieron un poco más. Ya estaba muy caliente y quería que siguiera y me sacara un orgasmo. Como si me hubiera leído la mente, me preguntó con voz dulce y sin dejar de tocarme:

M: - Querés que siga Lola?

L:- Seguí por favor Mary….. no pares!

Asentí con un pequeño gesto de la cabeza y con voz de suplica.

Me dejé hacer, Mariela me seguía tocando y yo disfrutando esa sensación deliciosa, apoyé la nuca en el sillón y cerré los ojos, solo sentía y gozaba.

Una de sus manos me fue acariciando la panza hasta llegar a las tetas, que comenzó a tocar con suavidad con solo un dedo, recorriéndola, haciendo círculos con el dedo alrededor del pezón, mientras su otra mano me seguía dando placer entre las piernas. Estiré mi mano para tocar su pierna, se la acaricié de la rodilla para arriba, en un momento me enderecé, llevé las manos al guardapolvo de Mariela y le desabroché los botones que faltaban, estiré la mano hasta sus tetas y se las empecé a tocar sobre el corpiño. Me incorporé y la pedí que se parara, yo me paré a su lado y con una mano le desprendí el corpiño por delante. Se lo saqué suavemente mientras la miraba a los ojos, después me senté en el sillón y le bajé la bombachita y  su pija saltó como agradecida por liberarla. Estaba impecablemente depilada y bien parada, más corta y menos ancha que la de Omar, no lo dudé y me la llevé a la boca, lamí la punta suavemente mirando a Mariela a los ojos, como anunciando que se la iba a chupar, y así fue. Me la metí en la boca y comencé a chuparla, despacio, como conociéndola, mis manos fueron a su culo y lo toqué suavemente, una caricia. Mariela acariciaba mi cabeza y con dos dedos me apartaba el pelo para ver como su pija entraba y salía de mi boca. Estaba muy caliente y ya la quería dentro de mí.

Me paré delante de Mariela, nuestras tetas se apretaban y mirándola a los ojos le comí la boca, nuestras lenguas iban y venían y mientras tocaba su cuerpo le pregunté:

L: -Mariela, te gustaría cogerme?

M: -Claro que si!! Me encantaría

Me volví a echar en el sillón boca arriba y con las piernas abiertas, esperándola.

Ella se inclinó y fue directo a mi concha, me la empezó a lamer suavemente, la recorría con la lengua por fuera, por dentro, yo estaba en las nubes, con sus dedos la recorría en círculos, me tocaba toda mientras me lamía, la tetas, el culo, era una locura lo que estaba sintiendo.

En un momento se puso encima mío, sin apoyarse, con sus manos a los lados de mi cuerpo, me  miró a los ojos y me dijo:

M: -Lola no tengo preservativos, no venía preparada para esto

L: - No pasa nada corazón cojeme así, por favor cojeme que lo estoy deseando

Aflojó los brazos, se apoyó lentamente sobre mí y podía sentir su pija buscando entrar, comenzó a penetrarme despacio, mirándome a los ojos y besándome toda, la boca, la cara, el cuello, las tetas. Ya estaba toda adentro y comenzó a bombear, lento, suave, pero sin pausa, me tocaba toda, ya tenía el orgasmo ahí, la agarré del culo y le dije:

L: -Seguí! Mariela, seguí por favor!, no pares! que te acabo!!

Tuve un orgasmo exquisito, distinto, y siguió bombeando y yo gozando

L: -Acabame Mary! Acabame adentro que te quiero sentir!

Aceleró las embestidas y me acabó, lo pude sentir en mi interior, siguió bombeando y le supliqué:

L: -Seguí que te acabo de nuevo!!

Tuve otro orgasmo maravilloso, le había acabado tres veces! Que placer por favor!

Nos quedamos las dos acostadas en el sillón, Mariela me acariciaba suavemente y yo le tocaba el pelo, en un momento me miró a los ojos y me dijo:

M: -Gracias! Es la primera vez que disfruto tanto una relación sexual, sentí un placer que nunca había sentido.

L: -Gracias a vos corazón por el placer que me diste, por cómo me hiciste acabar!

Nos quedamos un rato mas en el sillón, Mariela se giró para tomar su teléfono, miró la hora y me dijo que eran las seis menos cuarto, y me preguntó a qué hora llegaba Omar. Le dije que solía llegar alrededor de las ocho.

Bueno me voy a cambiar, no sea cosa que llegue antes. Nos levantamos y mientras ella se cambiaba, me puse el remerón y fui a preparar unos mates. Cuando volví con el mate, Mariela ya se había vestido, con la ropa que había llegado. Mientras tomamos mate seguimos hablando de nuestra sexualidad de lo había pasado momentos antes y me preguntó:

M: -Estuviste alguna vez con otra chica?

Me sorprendió la pregunta, pero a estas alturas, no me resultaba descabellado y le dije:

L: -Mirá nunca me lo propuse, ni lo imaginé, pero me gustó mucho tocarte y chuparte las tetas y supongo que me excitaría también tocar y chupar una conchita.

Creo que pensé en voz alta.

Me miró y me dijo que ella tenía una amiga que le gustaban las chicas, pero nunca había estado con ninguna, y que tenía problemas con mostrarse tal cual es, por ser muy tímida.

Me la dejó picando y le dije que lo iba a pensar.

Tomamos unos mates y cerca de las siete, juntó sus cosas para irse. Dobló prolijamente el conjunto que me había probado y me dijo que me lo regalaba para que lo estrenara con Omar.  La acompañé hasta la puerta, apoyó sus cosas en el piso y tomándome la cabeza muy tiernamente, me dio un beso en la boca, me volvió a decir gracias, tomó sus cosas y se fue.

Cerré la puerta y pensando lo que había pasado, me sentí mal, terrible, había engañado a Omar por primera vez y lo peor es que lo había disfrutado.

Me saqué el remerón camino al baño, abrí la ducha para darme un baño antes que llegara mi esposo. Debajo del agua no paraba de pensar, mi cabeza era un despelote de pensamientos, se me había abierto la puerta a un camino de placeres diferentes, y creo que estaba dispuesta a recorrerlo.

Continuará…