Mis historias continuan
Por fin pudo ver mi esposo lo bueno que Daniel me folla... Y algo más.
Mi esposo estaba harto ya de no poder verme follar con Daniel, le gusta verme con otro hombre, casi siempre participa, pero me confió que le gustaba mucho ver y luego gozar conmigo. Yo la verdad disfruto mucho, me gusta que el me vea y me gusta que me folle después que me haya follado otro. Claro que solo tenemos un par de amigos para eso, no me gusta saltar sobre el primer chico que vea por la calle, si así fuera, ¡estuviera follando todo el día, todos los días!
Conocí a Daniel en una fiesta de mi compañía, me gustó muchísimo, y fue la excepción de mi regla de no saltar sobre cualquiera. Bueno, tuvimos otras excepciones, como cuando nos metimos a un pub irlandés y salimos a un hotel con tres chicos. Pero a ellos ya no los veo, el único de planta es Tom, el esposo de una amiga, que me folla de vez en cuando y eso es solo una vez al mes o una vez cada dos meses, es que Tom tiene una polla grandísima. Y me gusta mucho follar con Tom, pero como es muy grande prefiero chupársela. El único que ha sido un poco más frecuente (Aparte de Tom) es Daniel. Y solo porque le he dicho que mi esposo no sabe nada de nosotros, creo que las cosas así toman un matiz diferente, el único perjudicado es Luis, pues no ha estado con nosotros.
Daniel es casado también, su mujer es muy bonita y tiene un cuerpo envidiable también, no se porque Daniel tiene que tener relaciones prohibidas. A mi me conviene, me gusta mucho como me trata, y la verdad varios de los orgasmos mas fuertes me los ha dado el. Además de que me invita a lugares muy caros, que se bien mi esposo no me llevaría. No me malinterpreten, amo a mi esposo, pero Daniel tiene mucho mas dinero que nosotros, parece como si el ganara en una semana lo que mi esposo hace en un año. Pero eso solo es dinero, el paga el hotel y las comidas y bebidas.
La última vez, que lo vi, me invitó a comer, tomamos unas copas y luego me llevo a su hotel, Luis nos vio desde lejos, cuando me agarraba el culo, y cuando me quitó las bragas en la calle. Pero no cuando estuvimos en el hotel.
Estuvimos otra vez en un restauran súper caro, luego caminábamos a su coche otra vez, pero le dije que quería seguir caminando un rato. Daniel se extrañó, pero no dijo nada. Caminamos un poco, como siempre, Daniel no pudo aguantarse mucho y me agarró el culo mientras caminábamos. Nos acordamos de la vez anterior que nos vimos, y cuando me quitó las bragas en plena calle. Eso me dio un morbo Me mojé toda pensando en Luis, saber que me estaba espiando ahora La minifalda que traía apenas me tapaba el culo, bastante corta. Parados bajo un árbol, con muy poca luz, Daniel me manoseaba el culo por debajo de la falda, de los pocos que pasaban por ahí, creo, solo una chica se dio cuenta de lo que pasaba, pero no dijo nada. Daniel me volvió a quitar las bragas en la calle, me metía los dedos en mi rajita, diciéndome que estaba bastante mojada. Me besaba y a veces me mordía las tetas sobre mi blusa, y como no llevaba sostén y la blusa era muy delgadita, alcanzaba a morder mis pezones que los tenía muy erectos.
Daniel alcanzó a ver a un guardia de seguridad acercándose, y no pusimos en marcha otra vez. Llegamos a otra parte de la calle donde había mucha gente, gente de todas las edades por todos lados, nos sentamos a un bar abierto y ordenamos unas cervezas. Mientras Daniel usaba el aseo, dos chicos estaba espiándome, obviamente les gustaba mis piernas. Hice como que no me daba cuenta y abría un poco más las piernas, cuando por fin vieron que no traía bragas, y vieron mi rajita, se quedaron los dos con cara de tontos. Daniel se moría de la risa cuando le conté. Daniel los veía y me exhortaba a que les enseñara más.
Decidimos luego seguir con el juego en otro bar. Pero antes de salir pasamos frente a ellos, los dos se me quedaron viendo y luego, me levante la falda para que apreciaran de cerca mi coño, aunque fuera por unos cuantos segundos. Se quedaron boquiabiertos. Daniel y yo salimos del bar, el riéndose a carcajadas, yo me sentía con las mejillas calientes y me sentía muy Bueno, pues me sentía como una puta. En la calle iba bien caliente, de vez en cuando, Daniel me levantaba la falda y no me importaba, me calentaba mas. Sobre todo porque lo hacía solo cuando otros nos veían. Una vez, un chico se me acercó y me besó la mejilla diciéndome que yo era muy bonita. Daniel se rió y seguía besándome y exhibiéndome. Fue cuando me di cuenta de Luis, caminando cerca de nosotros. Cuando volteé a verlo me mandó un beso. El cabrón se iba dando cuenta de todo. Estaba yo a reventar, la concha se me humedecía mas, pensé que a lo mejor sería posible que algo se me escurriera por la pierna.
Otro bar, mas chicos viéndome, Daniel se levantó al aseo otra vez y Luis se acercó y me besó. Me dijo que ya no aguantaba y quería follarme ya. Le dije que se esperara. Pronto sería su turno. Me besó y se desapareció entre la gente. En el bar había gente bailando, nos unimos a ellos y Daniel comenzó a exhibirme otra vez. Dos chicos se me acercaron y me sobaron el culo por debajo de la falda, explorando mi concha y mis nalgas. Luego se fueron cuando sus chicas los pillaron besándome. Daniel me sacó pronto de ahí para evitar el pleito.
Ya no aguantaba, le dije que me follara ya, aquí, en la calle, en su coche, no me importaba. Daniel nos apresuró a un taxi y da ahí al hotel. Por suerte, estábamos en el primer piso y me escapé al aseo para mandarle un mensaje de texto a Luis. Luego salí para apagar la luz y abrir las cortinas.
Daniel estaba duro ya, su hermoso pene estaba parado, apuntando al cielo. Quería tenerlo en mi boca y chuparlo como helado, pero Daniel tenía otra idea, me puso en la cama, me abrió las piernas y me empezó a comer. Sus manos recorrían mi cuerpo mientras me restregaba el clítoris deteniéndose sobre mis tetas, pellizcando mis pezones. Luego puso una mano bajo mi culo apretando mis nalgas. Ya no podía mas, quería sentir su polla en mis manos, en mi boca y en mi coño. Me quité a Daniel cruzando mi pierna derecha por encima de el, me senté a la orilla de la cama y le dije que quería su polla en mi boca.
Daniel se sonrió y se paró frente a mi, su pene estaba a la altura de mi boca, lo cogí dándole unas cuantas pajeadas. Abriendo mis labios, le pasé la lengua por debajo unas cuantas veces mientras lo seguía pajeando. Luego me metí todo lo que pude en la boca. Daniel echó la cabeza atrás mientras salivaba mojando su pene. Su polla entraba y salía por entre mis labios y yo ponía un poco de succión. Con mis manos masajeaba su culo mientras el me follaba la boca. Así estuvimos varios minutos, hasta que sentí su polla pulsar, seguí chupando hasta que sentí su leche caliente pegarme atrás de la garganta, me tragué todo. Daniel se echó atrás hasta que se recargó en la pared, yo terminé de tragarme su leche, y me fui sobre su polla otra vez. Se la chupé y se la lamí manteniéndola dura, luego lo estiré hasta la cama, cayendo el sobre mi. A los pocos minutos de follarme, me estremeció un orgasmo tan fuerte que ya no jadeaba, ahora estaba gritando como una loca.
Daniel no me dejó descansar, me seguía metiendo su polla y magreándome las tetas. Me dio la vuelta y me puso en cuatro, se arrodilló detrás de mi y me penetró de perrito. Le decía que me la metiera, fuerte cabrón, métemela, dame duro. En eso volteé hacia la ventana y vi a Luis espiando, jalándose la polla escondido entre unos arbustos. Daniel seguía follándome, pero como también estaba de frente a la ventana, temí que fuera a descubrir a Luis. Así que le dije que se detuviera y luego hice como que estaba recuperándome mientras lo movía para que estuvieras de espaldas a la ventana. Sentada sobre al borde de la cama otra vez, cogí la polla dándole unas cuantas jaladas. Luego me tumbé de espaldas abriendo bien las piernas. Daniel me volvió a penetrar despacio al principio, y fue aumentando el ritmo.
Me estaba follando duro, me decía que era la puta con la concha mas rica que conocía, su polla entraba y salía y sus manos estaban bajo mi culo apretando mis nalgas y me metía la lengua en la boca. No aguanté mucho, me dio orgasmo tras orgasmo y me perdí hasta que sentí a Daniel chorrearse en mi coño. Me dejó exhausta. Se levantó sacando su polla, cubierta de su leche, se puso de rodillas a mi cabeza ofreciendo su polla, me pidió se la limpiara. Puso su polla en mi boca y se la limpié, mientras seguía con mis piernas abiertas mostrándole a Luis mi coño escurriéndose de leche. Daniel se fue al aseo y aproveché para hablar con Luis pero para mi sorpresa, nuestra sorpresa, Luis no estaba solo, ¡Había una pareja espiándonos! Estaban cerca de Luis, pero no se habían percatado de el, ni el de ellos. Pronto se fueron a su cuarto y dejaron las ventanas abiertas para que Luis los pudiera ver. Le dije a Luis que ya me iba a casa que me esperara.
Cuando Daniel salió le pedí que me pidiera un taxi, y mientras esperábamos me volvió a follar, corriéndose otra vez.
Cuando llegué a casa, Luis me estaba esperando y no me preguntó mucho, me dijo que le contara mientras me chupaba el coño. ¿Alguna vez había mencionado que mi esposo es el mejor comiendo el coño? Es cierto, y hoy me mantuvo al borde del orgasmo por varios minutos. Me llevaba casi al éxtasis y se detenía. Tan bien conoce mi cuerpo que sabe exactamente cuando me voy a chorrear. Luego, después de mantenerme así, sin dejar que me chorreara varias veces, le rogué que me dejara. Por fin, el cabrón me dejó y me vine por enésima vez esa noche. Pero, Luis no había terminado, me penetró rápido y me folló como un poseído, me gustó mucho, pero ya traía mi coñito algo cansado. Luis me folló dos veces más, y por fin me dejó dormir.
Luis me dijo al día siguiente que le había gustado mucho espiarme con Daniel, que deberíamos seguir con nuestro juego diciéndole a Daniel que Luis no sabe nada de nosotros. Además, Daniel no conoce a Luis, y eso le dio ideas a mi esposo para otras cosas, que quizá serán para otra ocasión, pues he estado muy ocupada últimamente.
Me gustó exhibirme, todo el rato que anduve caminando sin bragas, enseñando mi culo y mi rajita, estuve mojadísima. A Luis le gustó mucho verme, ver como los chicos exclamaban diciendo que les gustaría metérmela, que les gustaría que se las chupara, nalguearme, follarme como a una puta, escuchó a muchos exclamar que qué buen culo, y cosas por el estilo. Y cada vez que me acuerdo de eso me pongo mojada.
No se les olvide escribirnos, los dejo por hoy.
Besos.