Mis hermanos y yo (2: mi hermano Fran)

Sigue la historía de Clara, esta vez con su hermano pequeño, que la folla como nunca lo habían hecho.

Soy Clara otra vez. Espero os haya gustado la primera parte de mi relato. Actualmente tengo 30 años, tengo novio, un trabajo y una casa no muy grande pero que me sirve para vivir. Pero lo que os estoy contando se remonta a cuando tenía entre los 13 y los 18 años, una época dura para mí en la que quizás aprendí demasiado deprisa ciertas cosas que después me marcarían en el futuro. Como recordareis, mi hermano pequeño, Fran, y yo, habíamos tenido una excitante masturbación mutua en el baño mientras el se duchaba y yo me disponía a orinar.

Después de la escena del baño cada vez que mi hermano y yo nos cruzábamos nos mirábamos de manera diferente, incluso a veces me rozaba el brazo con su mano, pero no lo habíamos vuelto a repetir. Tenía entendido que tenía novia o algún rollete pero parece ser que era bastante libre de hacer lo que quería, vamos que no se lo tomaba muy en serio. Hacía tiempo que yo había perdido la virginidad, no con mi hermano mayor, sino con otra persona, aunque eso es otra historia, pero no podía quitarme la imagen de mi cabeza, Fran con ese miembro recto del todo, y es que era la polla más grande que había visto nunca y si encima venía unida a ese cuerpo era como para desearla a todas horas.

Mi vida sexual era bastante pobre en esos momentos. Tuve creo que 2 novios sobre esa época y algún que otro rollo pero poca cosa más, con lo que ante la falta de sexo me dedicaba a masturbarme mas asiduamente que cualquier chica de mi edad e incluso me había inventado una especie de consolador con un cepillo de pelo que tenía por casa. Mis padres trabajaban y mi hermano entre las clases y el karate casi no paraba por casa con lo que tenía infinidad de tiempo para dedicármelo a mi misma. Por norma general me masturbaba en mi cama pero los sitios podían variar. La habitación de mis padres con los armarios con puerta de espejos era de mis preferidos aunque demasiado peligroso. Otro sitio más seguro y muy agradable era la bañera. Ponía el agua bien caliente, echaba un poco de jabón, cerraba los ojos y me dejaba llevar. Algunas veces y como dormía sola bastaba con que viera alguna cosa que me excitara lo mas mínimo en la tele que acababa metiendo la mano por debajo del pijama y me empezaba a frotar.

Un día a media tarde entre semana, llegaba yo del instituto y como siempre no había nadie. Llevaba más de una semana sin hacerlo y la verdad me encontraba con ganas. Calculé el tiempo que tenía y era de sobra, una hora hasta que llegara mi hermano. Cogí mi cepillo, me quede en ropa interior y me dispuse a pasarlo bien. Con dos de mis dedos comencé a frotarme el tanga lentamente, los dedos se posaban levemente y se desplazaban no muy rápido. Con la otra mano fui subiéndome el sostén hasta dejar al descubierto mis pechitos, que seguían siendo pequeños. Me puse a jugar con mis pezones con lo que ya empecé a sentir un respingo por todo el cuerpo instante en el que decidí que me sobraba la tanga. Lo cogí por los extremos y con las piernas dobladas lo fui bajando hasta que quedo a la altura de mi pie y con una especie de patada lo lance a la mitad de la habitación. En esos momentos cogí el cepillo y lo pase por mis labios separándolos un poco. Lo posé, moje los dedos de mi mano derecha y me dispuse a introducirlos. Cuando por fin logre introducir 3, cogí el cepillo y lo fui introduciendo poco a poco. Después de un rato estaba ya excitadísima e intentando mantener ese grado de excitación al máximo.

De repente y en el grado de inconsciencia que tenía se abalanza sobre mi algo que resulto ser mi hermano. Tan excitada estaba y pensando que no me sorprendería nadie hasta dentro de una hora, que no había oído que había entrado.

-Pero Fran, ¿Qué haces aquí tan pronto?

-Hoy no tuvimos clase, van a levantar el suelo del aula.

-¿Llevas mucho tiempo observándome?

-El suficiente como para que me hayas empalmado.

Dicho esto, saco su pene del pantalón que ya tenía abierto de haberse estado masturbando. Al tenerlo tan cerca de la cara me pareció incluso más grueso.

-¿Te gusta?, me preguntó.

-Sabes que me encanta, me parece que estas muy dotado.

-Pues me la has puesto tú así.

-Pero si yo no soy tan guapa como ese rollete tuyo.

-Quizás no, pero tu cuerpo desnudo no tiene nada que envidiarle y verte masturbarte da muchísimo morbo.

No se si sería que nunca me decían cosas así o el grado de excitación que tenía encima o lo más seguro que las 2 cosas a la vez, que agarré con mi mano derecha su pene y empecé a masturbarlo. Tuve que emplear las 2 manos incluso y la verdad si era bastante grueso. Mis manos se las ingeniaban para bajar y subir por todo el miembro y descapullarlo entero mientras mi hermano se apoyaba en la pared y no paraba de decir que siguiera. Abrí la boca que he de reconocer es bastante grande y la metí dentro. Por supuesto no me cabía entera pero me puse manos a la obra. Cerré los labios sobre su polla y la fui metiendo y sacando, de ancha sobraba pero de larga no me entraba entera. De vez en cuando la sacaba y la besaba y lamía cual larga es hasta llegar a sus huevos los cuales también metía dentro de mi inmensa boca. Volvía meter la polla dentro y empecé a juguetear con sus huevos. En ese instante Fran saco su pene, y se la empezó a cascar violentamente mirando hacia el techo de la habitación cuando de repente bajo la mirada apunto con su polla a mi cara y su leche comenzó a salir. Quizás por inexperiencia no me aparte a tiempo y su semen, o al menos las primeras corridas, fueron a parar a mi boca con una violencia tal que casi me ahogan. Al darse cuenta Fran torció su pene y lo demás callo en el cuello, pero mi boca estaba inundada de leche y ante el temor de ahogarme me la trague entera.

-Lo siento Clara, no quería que te la acabaras tragando.

-No importa Fran. Tampoco sabe tan mal como dicen.

-Ahora te toca a ti disfrutar hermanita.

Bajo su cara hasta mis labios que todavía tenían algo de su semen y los beso apasionadamente. Por como besaba debía ser un amante estupendo y si encima manejaba bien su miembro iba a gozar de lo lindo. Pero una chica como yo no puede tener tanta suerte. Cuando Fran se puso a besarme el cuello y bajaba por la zona de los pechos suena el timbre. Rápidamente Fran salta, se viste y va a abrir y yo, rauda, me escondo en el baño. Oigo voces y la puerta cerrarse pero no distingo a saber quien es. Me miro al espejo y descubro que tengo restos de semen en el pelo, en la comisura de los labios y hasta en los pechos. La verdad es que esa polla escupe el semen con una fuerza brutal. Al poco oigo pasos y mi hermano que me pica en la puerta diciéndome que eran nuestros tíos, que me aseara, me vistiera y saliera a verlos. No se acuerdan de visitarnos en tiempo y ahora me joden un buen polvo. Me preparo y salgo a recibirlos, eso si con muy mala cara y mi hermano poniendo cara de circunstancias.

El encuentro con mi hermano me había gustado muchísimo pero llegados a este punto yo necesitaba algo más. Necesitaba que mí abandonado conejo fuera visitado por su polla, de hecho llego a volverse una obsesión. Seguía a mi hermano al gimnasio, al salir de clase para darme cuenta de que seguía con el rollete que tenía y a mi no me hacía ni caso. No se si no me hacía ni caso o no encontraba tiempo para al menos hablar conmigo porque el tiempo que podía estar sola con el era escaso. Fue pasando el tiempo y yo olvidándome un poco de el, o al menos no obsesionándome porque vi que no me conducía a nada.

A las 3 semanas de que mi obsesión se diluyera por completo, aunque seguía opinando que estaba para comérselo, era mi cumpleaños. Ese día salimos en grupo mis colegas y yo y como no podía ser de otra forma nos emborrachamos a mi salud. Yo la verdad es que no tanto como ellas porque la que pagaba era yo y no quería que se me fuese de las manos. A eso de las 2 enfilaba la esquina de mi calle volviendo para casa y apurando el último camel que me quedaba en la cajeta cuando alguien me coge por los hombros y me asusta.

-Hola hermanita, felicidades, intenta decir mi hermano que también venía borracho, mientras sus manos bajan de los hombros a mis pechos.

-Gracias Fran pero que yo sepa no me has regalado nada y tu sabes que yo siempre me acuerdo de ti cuando cumples años.

-Ya lo se hermanita pero es que estoy sin un duro, responde abrazándome del todo por la espalda y dándome besitos por el cuello, si quieres te lo pago de otra forma que creo que te debo algo.

-¿Crees que me puedes regalar sexo? No me debes nada, no te dije que me lo debieras.

-Ya lo se, pero tu me tienes ganas y sabes que yo también, mientras metía sus manos por debajo de mi chaqueta.

En parte tenía razón porque yo tenía unas ganas locas de probar su polla. Con sus manos me dio la vuelta y comenzó a morrearme mientras me acercaba a su cuerpo y sobre todo a su entrepierna. Acepte y me dijo que le esperara en el portal que iba a buscar las llaves del coche de papa. Cuando bajó le dije:

-¿Estas loco?, ¿y si nos pillan?

-Tranquila hermanita, lo he hecho infinidad de veces y nunca me han pillado.

Me cogió de la mano y me llevo al coche de papa el cual era bastante amplio. Abrió las puertas y nos sentamos en el asiento de atrás. El no espero más y se quedo en calzoncillos y me ayudo a desvestirme, el tenía más practica en espacios tan pequeños. Me dejo solo con el tanga y el sostén. Sacó la polla y con su mano izquierda bajo mi cabeza hasta ella. Todavía estaba flácida así que la cogí y la empecé a masturbar. Iba alcanzando buena forma y entonces la descapullé entera y la empecé a lamer. El mientras pasaba sus dedos por mi tanga frotándome el coñito hasta que apartó la tela y comenzó a jugar con mis labios. Su pene estaba casi a tope y el puso las manos encima de mi cabeza para empujarla arriba y abajo para que me entrara más. En un momento casi me ahoga y le dije que no me bajara mucho. Pero entonces me dio la vuelta y quedamos en un 69 con lo que empezó a lamerme el conejo. Manejaba muy bien la lengua y de vez en cuando metía los dedos en mi pequeño coño que empezaba a estar mojado. Después de un buen rato de lametadas tanto en el coño como en el culo me sentó en sus piernas. Le pregunté:

-¿Traes condones?

-No, me dijo, pero confía en mí que así lo vamos a gozar más los 2.

-No quiero problemas que todavía estás borracho y te estoy viendo muy agresivo.

-Hermanita preciosa, dijo besándome en la boca, embarazada no te vas a quedar.

Dicho esto agarro su miembro y lo dirigió a mi coño. La cabeza de su polla se posiciono enfrente y empezó a jugar con mis labios para separarlos. Cuando lo consiguió bajo un poco mi cuerpo para que entrara la puntita. Como la polla estaba mojada de haberla lamido, la puntita entro bien pero cuando intentaba entrar la cabeza eso fue distinto. Necesito varios intentos para que entrara pero también entró. En ese momento yo empecé a gozar como nunca antes lo había hecho. Lentamente fue introduciendo el miembro aunque levantaba un poco mi cuerpo y lo volvía a bajar para que fuera adecuándose a mi cuevita. Hasta que al fin casi entra entera porque como era de esperar no me cabía toda. En ese instante yo me sentí partida en dos. Notaba como si me hubieran metido una viga porque además la condenada polla estaba tope gruesa. El mientras tanto fue quitándome el sostén y se entretenía mordiéndome los pezones mientras sus manos cogían mis caderas para impulsarme arriba y abajo. Llegó un momento en que hasta me empezó a doler, así que se lo dije y paró. Me descabalgó y me dio la vuelta quedando de espaldas a el. Paseo su polla por mi ano y conejo y volvió a meterla. Esta vez entraba mucho mejor. Ya empezaba a estar en el séptimo cielo y mi excitación crecía por segundos. Yo tenía más libertad, ya que estábamos en el medio del asiento de atrás, así que fui yo la que bote en su pene aunque el me guiaba un poco ya que no apartaba las manos de mis pechos.

-Bota, Clarita, bota, que lo estás haciendo muy bien.

-¿Te gusta cariño?, le respondí jadeando.

-Si cielo, ¿acaso no notas lo empalmado que estoy? Verás, muévete como una culebra.

No le entendí bien pero con sus manos acabe moviendo las caderas como si bailara los 7 velos y parece que lo hacía bien.

-Joder Clara, te mueves de vicio.

En esos momentos me rodeó con un brazo por el cuello, me arqueo el cuerpo y me atrajo a el. Me torció la cara y empezó a besarme mientras que aceleraba el ritmo de las embestidas a lo que yo respondía con ligeros gemidos y algún que otro quejidito cuando su polla me hacía daño. Me separó otra vez y empezó a darme palmadas en el trasero que fueron convirtiéndose en bofetadas. Volvió a descabalgarme y me recostó sobre el sillón del coche. Mi coño ya estaba chorreando como nunca lo había sentido. El se arrodilló, le cogí el pene y se lo masturbé un poco.

-¿Te gusta vérmelo así empalmado verdad?

-Me vuelve loca y he de decirte que me masturbé varias veces pensando en el y en ti.

-Pues disfrútalo que esta noche es todo para ti.

Dicho esto, cogió su miembro con la mano derecha, pasó su glande por mis labios arriba y abajo unas cuantas veces y empezó la metidita. Como ya estaba mojadísima entro a la perfección y empezamos a bombearnos el uno al otro. Mis manos fueron directamente a sus pechos que eran durísimos de todo el deporte que hacía para después agarrarme a sus brazos. El directamente se aferró a mis pechos y de vez en cuando bajaba a morder y jugar con mis pezones.

-Seguro que nunca has sentido nada a si hermanita.

-La verdad es que no, respondí como pude, pero sigue, por favor, no pares que me voy a correr ya.

-¿Si? Pues hazlo que quiero sentir tus flujos zorrita.

No tardando mucho tuve un orgasmo como nunca en mi vida lo había tenido el cual me duro más de medio minuto en los que oía a mi hermano decirme cosas que no alcanzaba a entender de lo inconsciente que estaba. Mi hermano seguía follándome y cada vez más agresivamente con lo que a veces me hacía daño pero yo solo daba algún quejidito que otro. Al poco saco su miembro que estaba enorme y cogió mi cabeza por detrás con la mano izquierda y con su mano derecha siguió pajeándose apuntando a mi cara.

-Abre la boca Clara.

-No que no quiero tragármela.

-Pues no te la tragues pero déjame correrme en tu boca.

Yo no quería pero indudablemente el es más fuerte que yo así que aunque me resistí los primero chorros chocaron violentamente contra mi paladar pero al empujarle un poco para atrás los demás fueron a parar fuera de la boca a mi nariz y mentón. Como pude empuje el semen con la lengua hacia fuera pero algo trague. Mientras el seguía corriéndose aunque ya casi no le salía leche. Al acabar, y todavía con el miembro erecto, lo situó en mi boca y empujó hasta que la abrí. No quería seguir chupándosela pero ante su fuerza y sobre todo que lo había notado muy agresivo accedí y lentamente le mame la polla. Mi boca, mis labios estaban llenas de semen porque con su polla y antes de entrar en mi boca fue posándose en los sitios de mi cara donde vio que había leche con lo que no pude volver a evitar tragar más semen. Finalmente la sacó y me cogió la cabeza por detrás con las 2 manos y me besó.

-¿Te gustó hermanita?

-Me ha encantado Fran, pero no quiero volver a tener que tragarme tu semen.

-Lo se cariño pero no me digas que no te gustó sentir mi pedazo polla en mi boca, seguro que nunca mamaste una tan grande. Además el día que lo hicimos en la cama me dijiste que no sabía tan mal.

Nos vestimos y subimos a casa. Mientras me desvestía y me ponía el pijama me puse a pensar en lo de esta noche. Me dolía un poco la entrepierna y me ardía un poco por dentro del coñito pero había tenido el mejor polvo de mi vida. Se que no todas las folladas posteriores serían iguales, en esos momentos me encontraba saciada, pero me gustaría volver a repetirlo, ¿podré disfrutarlo otra vez?

¿Continuara?