Mis hermanas, el móvil y el pc (8)

Ver a Sandra comiédonse entera a Claudia, era más de lo había imaginado.

No se como lo iba a hacer pero tenía que propiciar que mis dos hermanas se lo montaran y yo fuera testigo de ello, es decir, tenía que ayudar a "SandraS" a complacer a su ciberamigo. Lo primero que se me ocurrió es contarle a Claudia que le había pillado el móvil a Sandra con fotos "subidas de tono". Así que después de estar un rato pensando en mi habitación me vestí, y bajé las escaleras buscando a mis hermanas. Ni rastro de ellas, las busqué por toda la casa y nada. Llamé a Sandra, desde mi número habitual claro. Me respondió diciendo que estaba por ahí con sus amigas, le pregunté si sabía algo de Claudia y me dijo que no. Claudia se había marchado de casa sin decir nada.

Me sentí un poco enfadado, iba a pasar la tarde del domingo solo, y así fue. Me pegué todo el domingo solo, pero cuando llevaba un rato en sofá viendo la tele se me ocurrió una cosa. Fui a visitar a mi vecino Luís, le llamé al móvil pero no me lo cogía, así que planté en su casa. Después de llamar varia veces su madre me abrió la puerta.

-hola, Luís no está-me dijo.

-Vaya, es que el otro día me estuve usando su ordenador y me dejé un trabajo guardado, que tengo que recuperar. ¿Sería posible subir a guardar el trabajo?

-Claro sube.

La miré de arriba abajo mientras entraba, tenía un cuerpo estupendo para su edad, y no siendo excesivamente guapa tenía un rostro interesante. Subí las escaleras, ella me acompañó. Entramos juntos en la habitación.

-siéntate, como si estuvieras en tu casa.

La miré mientras me decía esto, llevaba ropa deportiva, cómoda, se marcaban sus pechos y su trasero. Me dieron ganas de tumbarla sobre la cama de Luís y hacerle de todo, pero se marchó alegando que tenía cosas que hacer. Pude oír como bajaba las escaleras, encendí el ordenador, y sigilosamente fui a su habitación. Rebusqué en su cajón, con el corazón a mil por si me pillaba, encontré el consolador y lo cogí. Me fui de nuevo al cuarto de Luís y busqué una página Web de mujeres maduras desnudas. Si la madre de Luís era tan cotilla como yo la creía, siempre estaba mirando por la ventana, se pondría a curiosear lo que había estado haciendo. La oí subir las escaleras, minimicé la página y cuando pasó por delante de la habitación, la pregunté.

-¿puedo ir al baño Marta?

-Claro que si hombre, no tienes ni que preguntar.

Me levanté y pase por delante de ella, llegué hasta el baño y escuché unos leves ronquidos, el padre de Luís estaría echándose una siesta. Dejé la puerta abierta a propósito, me puse de forma que cualquiera que pasara por delante pudiera ver como meaba. Así que pasados unos segundos pasó Marta, que descaradamente miró, pero se dio la vuelta enseguida muy avergonzada, yo hice como si nada. Había sembrado la primera semilla.

Me fui y cerré la página Web pero no apagué el ordenador. Me despedí de Marta y noté como me seguía con la mirada al irme, antes de salir por la puerta giré la cabeza y ella mi miraba directamente, la sonreí y ella se avergonzó.

Me fui a casa con mi trofeo, y lo deje en la mesilla de noche de Claudia con una nota que rezaba: "Ya que no quieres saber nada más de mi, te regalo esto para que te ayude, pertenecía a alguien muy cercano a ti, así que espero que no te de asco"

Después de esto me encerré en mi cuarto a estudiar, y se pasó la tarde sin que nada más pasara. Y la noche también, dieron las 12 y ninguna de mis hermanas hizo acto de presencia, las llamé pero ambas tenían los teléfonos apagados.

Me tumbé en la cama viendo la tele, con la intención de esperarlas, pero el sueño me pudo y me quede dormido.

Dormí demasiado, hasta las 12, por el cansancio que llevaba acumulado. Cuando vi la hora que era me vestí a toda prisa porque llegaba tarde a clase. Pero antes tenía que ver a mis hermanas, Claudia no estaba en su habitación, y Sandra tampoco. Llamé a esta última.

-¿Que pasó anoche?

-Salí tarde del cine, ¿porque?

-Me teníais preocupados, ¿y Claudia?

-ME dijo que se quedaba en casa de su novio, hoy creo que volverá, tiene que estudiar me dijo.

-Bueno, ¿vienes a comer?

-Si luego nos vemos.

-ciaoo

Colgué y cambié la tarjeta, ningún mensaje de SandraS. Me terminé de vestir y me marche a clase, Aunque apenas prestaba atención, pensaba todo el día en el mometno de ver a mis hermanas.

Volví corriendo a casa, pero cuando llegué se me cayó el alma al suelo. Mis padres habían llegado.

-hola hijo, llegas tiempo para comer, siéntate-me dijo mi madre

Les di un beso a mi madre y a mi padre, y me senté a la mesa. Allí estábamos, los 5, mi madre, mi padre y mis dos hermanas, con las cuales había tenido sexo oral. Claudia apenas hablaba, Sandra se mostraba mucho más alegre

-Papa, ¿Hasta cuando os quedáis?-dijo Sandra

-Una semana o asó, asta que arreglemos la piscina, para que no os quejéis y podáis bañaros-contestó.

De cierta forma me alegré, porque sería un medio para acercarme a ellas, lo típico, la cremita por la espalda, los bikinis, etc.

Pasó la semana sin ninguna novedad, porque mis dos hermanas me evitaban todo el tiempo, no recibí mensajes de SandraS, y tampoco se los mandé yo.

Una tarde soleada, salí de clase antes de lo normal, llegué a casa pronto. Entre y empecé a gritar por si había alguien, pero nadie respondió, subí a la habitación, y cuando me asomé por la ventana lo que vi me dejo helado.

Allí estaban mi madre, y mis dos hermanas haciendo top-less, mi madre tenía unos bonitos pechos con un gran pezón, a pesar de todas las vacaciones que habíamos pasado juntos, nunca se los había visto, porque a ella jamás se le habría ocurrido hacerlo delante mía, era muy puritana. Me las quedé a las tres mirando, no se habían percatado de mi presencia, así que fui a por mi cámara de video, y las grabé. Usé el potente zoom para acercarme, sobre todo me habían obsesionado los pechos de mi madre, su gran pezón apuntaba al cielo en aquellos momentos y se me empezó a poner dura, así que ni corto ni perezoso, guardé la cámara y me puse el bañador, baje corriendo las escaleras y sin avisar entré el recinto de la piscina, cuando mis hermanas cayeron en mi presencia, se taparon rápidamente, mi madre estaba medio dormida, así que no lo hizo hasta que le aviso Claudia

-Mamá, tápate que esta el niño.

Mi madre se levantó sobresaltada, pero con sus pechos al aire, pude contemplar como le colgaban, tenía unas grandes tetas cuyo pezón me volvía loco.

-niño, no mires- me dijo. Y acto seguido se puso la parte de arriba a toda velocidad- me voy a hacer las maletas, mañana nos vamos.

Mis dos hermanas se levantaron y se fueron también, Claudia ni me miró, Sandra me sacó la lengua, pícara.

A la mañana siguiente mis padres se marcharon, cuando mi madre me dio un besos de despedida sentí algo distinto, me había convertido en un incestuoso y ya todo había cambiado. Aunque no la deseaba, sus pechos me obsesionaron.

A los 15 minutos de irse, Claudia entró en la habitación con el consolador en la mano furiosa.

-¿que es eso cerdo? ¿Crees que me hace falta?

-Es un regalo mujer, si no lo quieres no lo aceptes

-¿y de quien coño es? ¿Crees que me voy a meter algo por el coño de otra?

-Es de Sandra

Claudia se quedó muda.

-Estás loco

-Es verdad, además el otro día le pille el móvil y tenía unas fotos muy....

-muy que

-¿eróticas?

-¿Eróticas? ¿De ella?

-de ella y otro tío,...Sandra ya no es una niña Claudia

Se quedó pensativa sin decir nada. En ese momento se alguien entró en la casa.

-mira ahí está vamos a preguntárselo, juntos- dijo Claudia

Sandra subió las escaleras y se encontró con Sandra, consolador en mano, delante de ella. Sandra se echó a reír

-que juguetito hermana-dijo Sandra

-lo conoces bien, ¿verdad?-respondí Claudia

-Pues alguno he visto, pero vamos tampoco lo he probado

-No seas hipócrita

-No te entiendo

-¿Esto no es tuyo?

-pues no- Sandra me miró como si no entendiera nada.

-Y las fotos de tu móvil tampoco son tuyas

El gesto de Sandra cambió drásticamente, se puso pálida.

-Y tu porque me espías el móvil

-No fui yo, dijo Claudia-fue Juanma.

Sandra se abalanzó sobre mí medio llorando.

-cerdo de mierda, te espío yo a ti acaso.

Me golpeaba en el pecho y en la cabeza. Traté de zafarme pero fue Claudia quien nos separó. Sandra rompió a llorar,

-lo de las fotos es verdad, pero ese consolador no es mío.

-Tiene razón-intervine-es de mamá

Las dos me miraron asombradas

-¿pero no decías que era de Sandra, mentiroso?

-Yo que se, te lo dije porque me parecía muy fuerte decir que era de mama, y te dije que era de ella para que no te diera asco, me daba palo ir a un sex-shop a por uno.

-¿pero que te hace suponer que lo necesito?

No dije nada, Sandra escuchaba atentamente sin decir nada. Yo tampoco dije nada, Sandra rompió el silencio.

-las fotos que viste, son para un tío de un Chat, me tiene enganchada sexualmente, he de hacer todo lo que me ordene porque me pone a mil y lo necesito.

Claudia se llevó las manos a la cabeza, y empezó a dar vueltas por el pasillo.

-Esto es una locura, una casa de locos, de locos y pervertidos-dijo Claudia muy nerviosa.

-¿Por qué dices eso hermana?-respondió Sandra, aún con lágrimas en los ojos.

Claudia me miró fijamente, yo apenas podía decir nada.

-Déjalo

El silencio se apoderó de nuevo de la estancia, pero Sandra lo volvió a romper.

-Claudia, Juanma, ¿Vosotros practicaríais sexo conmigo?-y dicho esto hundió su cabeza contra su pecho.

Claudia se quedó boquiabierta, yo no dije nada pero en mi interior estaba a punto de estallar de excitación.

-Me ha pedido que tenga alguna relación contigo, mientras Juanma nos ve. Tengo que hacer fotos de ello y mandárselo.

-Estas loca definitivamente-Claudia se metió en su habitación y cerró de un portazo.

A Sandra se le volvieron a saltar las lágrimas, me miró lastimeramente, me acerqué a ella y me armé de valor.

-Yo te ayudaré-le dije

Sandra paró de llorar y me miro sonriendo.

Claudia, estaba atada, pero no muy fuerte, si quisiera se podría escapar, pero en su interior lo estaba deseando. Sandra se tumbó junto a ella y empezó desnudarle despacio, le quitó primero los pantalones, y le acarició las piernas, llevaba puestas unas braguitas rosas muy sexys. Yo estaba sentado con la cámara de fotos en la mano y con la polla muy dura entre mis piernas, lo que iba a presenciar era algo que jamás podía haber imaginado.

-¿Te gusta hermanita?-dijo Sandra mientras besaba el coño de Claudia por encima de las bragas.

-Estáis locos, os—Claudia emitió un gemido porque Sandra le había apartado las bragas y había pegado un lametazo en su Clítoris.

-Que coño más grande tienes hermana.

Sandra le rompió el pijama de golpe, lo que me sorprendió, y los pechos de Claudia quedaron al descubierto. Acto seguido ella también se rompió su pijama y sus tetas firmes apuntaban hacia el cielo; empezó a acariciar los pechos de Claudia, le pellizcó los pezones y estrujó sus tetas. Se acercó con la boca y empezó a deslizar su lengua por ellos, Claudia le miraba y su gesto era una mezcla de deseo y odio.

Sandra dejó sus pechos y empezó a deslizar su lengua por el vientre de Claudia hasta su monte de Venus, rompió las bragas al igual que el pijama y antes de Claudia dijera nada empezó a devorar su coño con pasión, chupaba sus enormes labios mayores, los abría d par en par y metía lengua dentro de su coño, dando vueltas, Claudia no paraba de gemir y mi polla estaba a punto de reventar, pero todavía seguí haciendo fotos.

De vez en cuando Sandra me miraba y me sonreía, verla semidesnuda comiéndole el coño a su propia hermana era una fantasía hecha realidad.

-cómeme el coño hermana, quiero correrme-espetó Claudia, pero ya nada podía sorprenderme. Se había rendido al placer, por encima de cualquier parentesco.

Sandra volvió a subir a los pechos de Claudia y se los metía en su boca mordiéndoles con ansia, le puso sus pechos en la boca de Claudia que empezó a comérselos también.

-me encantan tus pezones Sandra, siempre me han gustado tus tetas

-cómetelas nena, todo tuyas.

Siguió comiéndoselos y mordiendo sus pezones, entonces Sandra volvió a bajar y el beso en la boca, el beso más sensual que hubiera visto jamás, sus labios se juntaron y parecían no despegarse nunca, sus lenguas jugueteaban una con la otra en un pasional beso.

Sandra volvió a la entrepierna de su hermana, y deslizó su lengua por su culo.

-Cómeme el culo nena.

-umm, que rico-dijo Sandra

Yo no podía más, y me saqué la polla y empecé a masturbarme, Sandra me miró y se me sacó la lengua pasándosela por los labios, lo que me puso aún más caliente. Pero ella empezó a lamer el culo de Claudia al mismo tiempo que metía tres dedos en su coño, alternaba las lamidas en el culo y en su clítoris, hasta que Claudia estalló de placer.

-me corro nena, me corro

-córrete en mi boca hermana, mientras Juanma se pajea con nosotras.

Claudia que no había reparado en mí hasta ese momento, me miró y se mordió los labios, enseguida soltó un gran alarido de placer mientras Sandra devoraba y follaba su coño con sus dedos.

Yo seguía pajeándome pero no me había corrido, Claudia quedó rendida jadeando mientras Sandra le lamía todo el flujo vaginal derrochado. Entonces Sandra me miró y me dijo

-¿Te gustaría follártela, nene?

Miré a Sandra con los ojos como platos, miré a Claudia y

Continuará.

Muchas gracias a todos los lectores por sus mails, poco a poco contestaré a todos. Esta Navidad completaré esa serie de relatos, disculpen por la espera, ya sabemos que en Navidad la familia se reúne, y vaya si se reunió.