Mis fantasías homosexuales

Confieso mi más secretas fantasías homosexuales con las cuales gozo en forma privada.

Voy a contarles cuales son mis fantasias eróticas más placenteras.

Si bien soy heterosexual y mis juegos siempre son con mi esposa, los visitantes de esta web habrán leído los relatos en los que mi mujer me confiesa sus infidelidades y como disfruto yo de esos relatos en los cuales es gozada por otros hombres. Pero esta es sólo parte de mi sexualidad, hay otro costado que siempre he mantenido oculto y que me resulta aún más excitante: el sexo gay. Este aspecto lo reservo para mi propia masturbación en solitario, cuando exploro los límites de mi placer personal.

No sé exactamente cuando comenzó esta forma de placer pero en solitario suelo pajearme mientras me acaricio el ano con un dedo enjabonado. Mientras acaricio mi propia verga, imagino que es la de algún hombre.

Al principio sólo se trataba de la idea difusa de estar tocando un miembro de un extraño, pero con el tiempo he perfeccionado y complementado mis fantasías. En ellas experimento una suerte de transportación espiritual, como si pudiera ser testigo de mi propia vida y con ello mi goce es extático.

En algunas me veo con un joven y musculoso adonis, acariciando su miembro de rodillas venerando esa virilidad, frotando su verga en mi rostro, lamiendo su tronco y sus testículos, hasta el momento en que me acaba en la cara y el pelo. En otras me encuentro en un recinto amplio, con sillones y reclinatorios de todo tipo, rodeado de jóvenes negros, delgados, altos y muy jóvenes, algunos adolescentes pero todos muy bien dotados, que me acarician todo el cuerpo (excepto la verga) y frotan sus cuerpos contra el mío, luego me van penetrando alternativamente pero sin acabar y cuando están listos, yo me arrodillo delante de ellos y uno a uno van depositando sus leches en mi boca que rápidamente se llena y gotea por las comisuras.

En ocasiones he realizado algunos actos acrobáticos que me permitieron recibir mi propia leche en la boca al finalizar un paja, por eso sé que gusto tiene y la sensación tibia y viscosa que deja en el paladar, esto mejoró mucho mis fantasías. He probado algunas formas de penetración durante la masturbación, introduciéndome en el culo, uno o varios dedos, algún palo de escoba (buscando profundidad) y hasta un pomo de desodorante, cual si fueran vergas tiesas, este último elemento me dejo la sensación de tener el culo muy abierto durante horas y fue bastante dolorosa. Los orgasmos que tengo en esas ocasiones son intensos.

Hace unos meses, cuando mi esposa empezó a compartir conmigo sus infidelidades, las revivía imaginando que era a mí que cogían esos hombres. También he fantaseado con la idea de ser cogidos ella y yo en la misma cama por sus amantes.

En general me excito cuando me imagino siendo gozado por un hombre fuerte y dominante, supongo que por eso en la mayor parte de mis fantasías chupo los miembros estando de rodillas y en una posición de sumisión y entrega absoluta. Hay una fantasía en particular en la que soy violado por una banda de rústicos operarios, me secuestran dentro de su furgoneta sin ventanas y mientras circulamos por la ciudad me someten a todo tipo de humillaciones y vejámenes, me tratan de putita, tragaleches, culo roto y sus manos ásperas y sucias me desnudan y meten sus dedos en mi ano con torpeza. El olor de sus sexos es atroz producto de la transpiración y lo líquidos preseminales mezclados. Por lo general uno de ellos me toma del cabello y con excesiva rudeza me acerca la verga para que se la mame, mientras otro me coge con fuerza, se burlan del tamaño y la flacidez de mi miembro al que estrujan sin compasión. También gozan obligándome a suplicar por sexo, con un par de golpes me obligan a gemir y pedir pija como una puta, y me escucho sollozando pidiendo por favor que me cojan, que me den pija mientras ellos se ríen a carcajadas.

En otras ocasiones me violan los policias de una seccional de provincia, y me meten el garrote que usan en el culo (aquí utilizo el desodorante) y en lugar de la furgoneta es en un calabozo, aunque el resultado es el mismo siempre tengo por lo menos dos orgasmos antes de terminar la fantasía.

Por último, una de mis fantasías predilectas es la que me encuentro sobre una pequña mesita, arrodillado con las piernas abiertas, tumbado hacia delante de modo que mi culo bien expuesto y abierto queda a la altura de los miembros de una larga fila de hombres que van penetrándome uno por uno hasta acabar y luego de esa larga fila aparece un hombre grande, panzón pero muy fuerte, de grandes brazos, alto y muy peludo como un oso, con un miembro que asusta, me acuesta sobre mi espalda y subiendo mis piernas hasta sus hombros me coge con fuerza, me hace sentir mujer, su mujer, su puta, puedo sentir cada centímetro de su pija dura y suave entrando en mi ano, en mi recto, empujando mis intestinos; puedo sentir las aspereza de sus pelos en la piel de mis muslos y mis huevos cuando embiste hasta el fondo de mi cuerpo, puedo sentir el golpe se sus huevos contra mi cadera, tengo plena conciencia del goce, mío y de él, en ese momento entiendo el goce de mi propia esposa al ser penetrada, me hace gritar de gozo como una mujer, como la mujer que me hace sentír. Cuando acaba dentro mío, llego yo a mi propio orgasmo.

Estas son mis fantasías más secretas, me gustaría escuchar las suyas.