Mis dos novios
Dos hombres jóvenes cambiaron mi monotona vida
Hola, mi Nombre es Grecia, tengo 37 años y soy originaria de la Ciudad. de México, escudada por el anonimato que brinda Internet voy a compartirles este hecho real de mi vida, el cual me hace sentir una mujer plena y liberada de todo prejuicio.
Después de un divorcio largo y doloroso llegué al bello estado de Chiapas, México, a rehacer mi vida y continuar con mi profesión, soy contadora y no me va tan mal, me instalé en la capital del estado, Tuxtla Gutiérrez, me tomaría un par de meses de vacaciones y después buscaría un empleo en esta bella ciudad, de no conseguirlo tenía la opción de regresar con mi familia, cosa que no me iba a agradar mucho, pasó cerca de un mes y empezaba a aburrirme, nadie quería hablarme, las señoras me miraban como con recelo y los señores ni se me acercaban, un día fui a dar un paseo, llegué a una nevería, pedí una y me senté a disfrutar de mi helado, en la mesita de al lado estaban dos jovencitos de piel muy morena, a leguas se notaba que eran nativos de estos lugares, obviamente estaban muy lejos de ser galanes de telenovelas o cine pero no me parecieron tan feos, llevaban unos collares y algunas artesanías que llamaron mi atención, me acerqué a preguntar los precios y muy sonrientes y amables me invitaron a sentarme con ellos para mostrarme toda su mercancía, después de hacer negocio me empezaron a preguntar de donde venía y que hacía en Chiapas, etc, yo les respondí encantada pues en todos estos días no había conocido prácticamente a nadie con quien tener una buena charla, además de que yo no tengo problema alguno con el color de piel de las personas o su condición social, después de un rato de conocernos me comentaron que llegaron a la capital a surtirse de material, me dijeron que son primos hermanos y estarían un par de semanas alojados con algunos familiares, hasta me invitaron a ir con ellos al centro de la ciudad al día siguiente, de inmediato acepté pues ya la soledad y la monotonía me estaban afectando un poco.
Llegué puntual a la cita y mis dos “guías de turistas” se quedaron con la boca abierta al verme, iba vestida con una blusa sin mangas, escotada, minifalda de mezclilla y sandalias pues el calor era tremendo, en verdad creo que me veía muy bien, no soy fea, tengo buen cuerpo con todo aun en su lugar, de piel clara, en el trayecto sentía sus miradas sobre mis piernas, sobre mi trasero, lo cual lejos de ofenderme me agradaba puesto que tenía rato que no me sentía deseada por ningún hombre, visitamos algunos de los sitios más interesantes y cuando nos cansamos decidimos tomar un helado para refrescarnos del agobiante calor, llegamos a un local con mesas, los dos muchachos se sentaron en frente de mi, seguían sin apartar la mirada de mis piernas y aun mas cuando las cruzaba, por lo que pensé que si lo que querían era verme la ropa interior, pues de menos que me la vieran bonita, ja ja ja, ya que llevaba puesta una coqueta tanga de color rojo.
Los días pasaron y yo seguía saliendo a acompañar a los dos primos que al parecer ya me habían tomado confianza, me decían que yo era muy guapa, que me veía muy bien con esa ropa y de repente se descaraban aun mas, pues bien que me daban tremendos “arrimones” en mis nalgas y después se hacían los disimulados, por fin me dijeron que en un par de días mas se irían a , a vender sus artesanías a las playas de Tapachula, por supuesto me invitaron y yo me dije: “bueno, ¿por qué no?”, no me caería nada mal tumbarme en la arena y nadar en la playa, acepté de inmediato y por la tarde fui a comprarme un lindo bikini y demás accesorios que me hacían falta, cuando estuve casada mi ex esposo jamás me permitió ponerme bikini cuando íbamos a alguna playa, por lo que ahora me iba a desquitar, jajaja. Llegamos a nuestro destino y lo bueno de pasear con los primos es que siempre saben donde hospedarse, rentamos unos cuartitos muy bonitos y al otro día ya estábamos en la playa, me cambié de ropa enfrente de ellos pues llevaba puesto mi traje de baño debajo de mi short de mezclilla y de la playera, y al verme por fin en bikini se quedaron mudos de la impresión, los dejé con la boca abierta, jajaja, les tuve que recordar que ellos venían a vender su mercancía mientras que yo los iba a esperar nadando y asoleándome, me dirigí hacia el agua y de nuevo sentí sus miradas sobre mis glúteos, me sentí muy sexy y moví aun mas mis caderas, entré a nadar y al voltear ya tenía a los dos primos atrás de mi, al parecer sus ventas podían esperar un poco, nadamos, jugamos, me cargaban sobre sus hombros, me arrojaban de nuevo al agua y por supuesto no perdían la oportunidad de meterme la mano, entre los dos rozaban “accidentalmente” mis senos, mis nalgas, me daban mas “arrimones” por debajo del agua, no podían disimular el deseo que ya sentían por mi, y yo la verdad me la estaba pasando muy bien con ellos, sus cuerpos morenos, morenos y atléticos parecían brillar con el sol, eran un par de chamacos precoces pero por fin empecé a verles como dos hombrecitos, yo no soy de hielo y siendo una mujer todavía joven y fogosa empecé a imaginar mil cosas cachondas.
En verdad que los tres días que pasamos en la playa fueron muy bellos, nos hicimos muy buenos amigos. Cuando por fin llegamos de nuevo a casa mi mente había ideado una forma de agradecerles todas sus atenciones a Miguel y a José, ya no podía esperar más tiempo y recordándome a mi misma que ya era una mujer libre y sin prejuicios llevaría totalmente a cabo mi plan, era algo demasiado loco, jamás lo había hecho y mucho menos estando casada, lo medité una y otra vez, llegando a la conclusión de que eso era efectivamente lo que yo quería y no daría marcha atrás, fui sola al centro de la ciudad e hice algunas compras, el corazón me latía muy aprisa de la emoción que me causaba el haber realizado dichas compras. Ese viernes siguiente invité a mis dos amigos a cenar al departamento que rento, les pedí que se pusieran guapos pues quería darles las gracias por haberlos conocido y por ser tan lindos conmigo.
Llegaron a la hora señalada, yo me maquillé y me puse bonita para recibirlos, cenamos, bebimos cerveza, platicamos, reímos por un buen rato, les pregunté sí en verdad yo les parecía una mujer atractiva y casi al mismo tiempo respondieron que si, les entregué a cada uno una pequeñita caja de cartón con un moñito y les dije que era un regalito que les daba por ser tan lindos conmigo pero que todavía no lo abrieran, hasta que yo se los indicara, aceptaron de inmediato, acto seguido les pedí que me esperaran unos cinco o diez minutos, fui a mi habitación y me preparé para la segunda parte de mi plan; me cambié totalmente de ropa, me perfumé y en cuanto estuve lista les grité que ya iba a ir con ellos pero debían cerrar los ojos y no abrirlos hasta que yo se los indicara, el corazón me latía desesperadamente por la emoción, por la excitación que me provocaba esa fantasía que alguna vez pensé y que finalmente la haría realidad, cuando les dije que ya podían abrir los ojos se quedaron todavía más tontos que cuando me vieron en bikini, jajaja.
¡¡¡Llevaba puesto un muy sencillo pero bonito vestido de novia de color blanco!!!
Los zapatos de tacón eran del mismo color, esa era una de tantas compras que había hecho días antes y en verdad, amigas y amigos, no quiero parecer presuntuosa, pero me veía muy linda con mi vestido de novia, con todo y el ramo.
Mis dos amigos estaban mudos de la impresión, se miraban uno al otro como preguntándose ¿y esta pinche vieja loca, que se trae?, jijiji, me acerqué a ellos con la más seductora de mis sonrisas, les dije con voz sexy que yo sabía muy bien cuanto me deseaban como mujer.
¿Les gusta como me veo? Pregunté mientras daba la vuelta para que me vieran bien, al unísono respondieron que sí.
-Bueno, pues esta noche voy a ser la novia de los dos y vamos a jugar a que yo me acabo de casar ¡con los dos!, así no tendrán que pelear por mi, ni ponerse celosos por si han pensado que yo pudiera hacerle mas caso a uno de ustedes y al otro no, hoy les voy a dar lo que tanto quieren, ¡ya son unos hombrecitos y vamos a tener nuestra noche de bodas!, ¡ni yo misma podía creer que les había dicho tales palabras!
Les pedí que se pusieran de pie, el nervio había quedado atrás y sus erecciones se notaban en sus pantalones, yo no se si estos chavos tenían alguna experiencia en esto que íbamos a hacer, en todo este tiempo nunca les había preguntado tal cosa, lo que sí sabía era que los dos jamás habían estado con una mujer como yo, el caso es que de inmediato uno se puso frente a mi y el otro atrás, quedando yo en medio, aprisionándome entre los dos, besaba apasionadamente a uno, después giraba un poco la cabeza para besar al de atrás, las cuatro manos que recorrían mi cuerpo lo hacían hábilmente, uno tocaba mis nalgas, el otro mis senos, haciendo a un lado el velo que caía sobre mis hombros me besaban el cuello, la nuca, las orejas, el de atrás empezó a mordisquear mis glúteos mientras metía las manos por debajo de mi vestido, acariciando mis piernas sobre las medias que llevaba puestas, acariciando también mi vagina sobre la ropa interior, que ya estaba lubricadísima, con un susurro de voz le pedí que aun no me bajara los calzones pues ya intentaba hacerlo, después más besos, yo también les acariciaba sus penes duros como rocas, desabotoné la camisa para besar el tórax del hombrecito que tenía delante de mi, cambié de posición para que al chico que tenía atrás ahora me tuviera de frente y de igual forma le daba besos llenos de pasión, las manos no dejaban de trabajar en mi cuerpo y de mi garganta empezaron a brotar jadeos, gemidos de placer, ¡era lo más excitante que me estaba sucediendo! ambos primos ya estaban solamente en trusa y el que tenía a mis espaldas por fin se animó a querer quitarme el vestido de novia, empezó a bajar el cierre mientras el otro metía mano por debajo para ver si podía deshacerse de mi ropa interior.
-¡Aquí no!, les dije con lo que me quedaba de voz, tienen que llevarme a la recamara, ¡pero me tienen que llevar cargando, cualquiera de los dos!
No se los dije dos veces, Miguel fue quien tomó la iniciativa y me levantó sobre sus brazos, le dije a José que tomara las cajitas de regalo que estaban sobre la mesa y las llevara consigo, entramos a mi habitación, le pedí a José que prendiera la luz y cerrara muy bien la puerta y de nuevo empezamos a besarnos, la pasión era aun mayor que en la pequeña sala, de nueva cuenta me tenían en medio de los dos, manos por todos lados, penes erectos amenazando con hacerle hoyos a mi vestido, ¡todo era muy cachondo!, de repente sentí como el cierre de mi vestido de novia bajaba por mi espalda, el chico de adelante me lo quitó delicadamente besando cada parte de mi cuerpo que quedaba al descubierto mientras el muchacho de atrás quitaba el velo de mi cabeza y besaba mi cuello, mi nuca, mi espalda hasta que quedé solamente con mi sensual coordinado de lencería, que también había comprado en aquella ocasión.
Era un coordinado muy sexy, bueno, eso creo yo, igual todo en color blanco, brasier de media copa sin tirantes y con detalles de encaje, las pantaletas eran tipo bikini, también de encaje en el frente, con bordados de florecitas, dejando ver parte de mi abultado vello púbico y por la parte de atrás de tela transparente, en mi cintura un coqueto liguero por supuesto con encajes y en mis piernas unas lindas medias con mas encaje en la parte de arriba. Al verme así a mis dos novios les aumentó la erección que ya de por si tenían, amenazando con romper sus calzoncillos de un momento a otro, era hora de ayudarles en ese aspecto, de la mano de uno de ellos di la vuelta completa, despacio, para que observaran mi figura cubierta por aquellas delicadas prendas íntimas, les modelaba, me inclinaba de espalda a ellos alzando mis nalgas lo mas posible, para deleitarlos con ese panorama de mis pantaletas transparentes de la parte trasera, los tenía bajo mi control pero ya no iba a hacerlos esperar mas.
Me hinqué a la altura de sus penes y con ambas manos le quité la trusa primero a uno y después al otro y aparecieron ante mi aquel par de miembros que me traían loca, completamente parados, hermosos, morenos, acerqué mi boca y mientras a uno le hacía el sexo oral, al otro lo masturbaba con mi mano, para después seguir con el chico que faltaba de darle placer con mi boca y masturbar al primero, mi boquita cambiaba de pene una y otra vez, pero ellos no se iban a conformar solo con eso y yo tampoco, me pusieron de pie y casi con desesperación procedieron a desnudarme por completo, uno de ellos desabrochaba mi brasier dejando mis senos al aire libre, besándomelos deliciosamente, chupando muy rico mis pezones, besando mi boca y metiendo su lengua, el otro por atrás me desabrochaba el liguero de la cintura y quitaba también los broches en las medias mientras besaba mis nalgas, mi espalda, quitó los zapatos de mis pies, uno por uno mientras yo me sujetaba con los dos brazos alrededor del cuello del otro muchacho para no caerme, las medias también las quitó de mis piernas, una por una, para seguir con mis lindos calzones, deslizándolos con verdadera ansiedad por mis piernas, sintiendo su lengua abrirse paso entre la raya de mi trasero, poniéndome todavía mas caliente de lo que ya estaba. ¡Por fin estábamos totalmente desnudos los tres!
De la mano y con toda mi calentura los llevé a la cama, nos acostamos y acomodamos uno enfrente y el otro atrás, sintiendo sus endurecidos penes queriendo abrirse paso por mis zonas íntimas, ¡eran unos pulpos esos jóvenes!, piernas por todos lados, deliciosos manoseos, deditos hurgando en mi vulva, besaba en la boca a uno, luego al otro, después me volteaba para quedar de frente al otro chavo, parecíamos animales en celo, sus palabras fuertes me excitaban bastante, de repente el chico que quedó atrás se apartó un poco y tomándome por las caderas intentaba levantar mi trasero hacia el, yo entendí que lo que quería era ponerme “en cuatro”, así que me dejé guiar dócilmente, era su turno de deleitarse con mis blancas nalgas, me las mordía suavemente, las besaba, las abrió un poco con sus manos y mi orificio trasero debió de aparecer frente a sus ojos sin pudor alguno, su lengua se posó ahí moviéndola en círculos deliciosamente, como si me estuviera preparando para lo que vendría después, mientras tanto yo apoyada sobre mis codos y con la cabeza hacía abajo le proporcionaba al otro jovenzuelo que quedó frente a mi una riquísima felación, succionaba con avidez el glande, después metía por completo su pene en mi boca moviendo mi cabeza de arriba hacia abajo, lamía sus testículos, cambie una vez mas de posición y ahora mi órgano sexual quedó a la altura de la boca del muchacho que estaba tendido boca arriba, quien no se hizo del rogar para meter su lengua en mi vagina, haciéndome gemir de placer mientras le chupaba el pene al otro, no iba a permitir que mis dos galancitos eyacularan aun, por eso trataba de cambiar de posición continuamente, excitándonos los tres todavía mas.
Yo tampoco quería llegar al orgasmo aun, ¡estaba más que lista para ser penetrada!, así que pedí a los primos que se detuvieran un poco para que abrieran las cajitas de regalo,. Las cajitas contenían un par de condones cada una, ¡mujer prevenida vale por dos!, ja ja ja, ja, pedí que se los pusieran.
- No quiero sorpresitas de ningún tipo, ni mucho menos embarazarme, les dije con voz jadeante.
Se colocaron sus preservativos y de inmediato se abalanzaron sobre mí, de nuevo besos, caricias, sus miembros erectos esperaban con impaciencia entrar en mi, acosté a José boca arriba para montarme en el, mis piernas bien abiertas y mi vulva húmeda facilitaron la entrada de su aparato reproductor, ¡¡ahhh, que rico sentía!! Ni en mis sueños más húmedos me visualicé de esa forma. Empecé un movimiento rítmico de atrás hacia delante mientras sus manos masajeaban mis senos, mis jadeos eran más fuertes, Miguel no se iba a quedar atrás, besaba todo lo que podía besarme y yo no iba a dejarlo sin su recompensa, sin sacar el pene de José de mi vagina me acomodé para que Miguel también pudiera meterme su miembro, ¡analmente!, con mi ex esposo lo hacíamos frecuentemente, por lo que no me era ajena esa practica sexual e incluso llegué a disfrutarla, pedí a Miguel que me pusiera mas saliva para facilitar el proceso, uno de sus deditos ayudó a dilatar mi esfínter sacándome un gritito mas de placer, su miembro por fin se abría paso despacio entre mis pliegues, mis entrañas recibían con placer extremo a ese invasor y con eso puse los ojos en blanco, ¡¡wow, me estaban haciendo “sándwich”!!, no saben que placer sentía yo, ahora ellos tenían el control y yo nada mas me dejaba llevar por sus embestidas, ¡la puta reprimida que llevaba dentro salía a flote!, mis gritos de placer debieron oírse hasta la calle, el mete y saca de ambos penes me hacía chillar, jadear, vibrar, cuando empecé a sentir un ligero temblor que recorría mi cuerpo de arriba a abajo haciéndose mas intenso hasta que ya no pude mas, ¡¡¡ahhh, ahhhhhh, ahhhhhhhhhh!! Grité todavía más fuerte y tuve un orgasmo tan potente que incluso lágrimas brotaron de mis ojos, mi cuerpo se aflojó por completo y caí exhausta pero feliz, con la respiración a mil por hora, ni supe si ellos alcanzaron su eyaculación o no.
¿Te lastimamos, mi vida?, preguntó uno de ellos al ver mis lagrimitas de placer
No nenes, no me lastimaron, les respondí con voz temblante, son lagrimas de felicidad por todo el placer que me han dado.
Descansamos un poco tendidos sobre el colchón, José levantó del suelo mi velo de novia y tiernamente lo puso sobre mi cabeza, ambos me observaron detenidamente, deleitando su vista con mi desnudez, me decían que me veía muy hermosa con ese velo de novia y que era “la mejor esposa con la que se pudieron casar”, yo solo les sonreía, pues me encontraba agotada pero Miguel me recordó que ahora a el le tocaba “metérmela por adelante” ja ja ja ja, los tres reímos con esa palabras, sobra decir que efectivamente así fue, Miguel por delante, José por detrás, otro súper orgasmo para mi.
Nos quedamos dormidos y a la mañana siguiente los tres nos metimos a la ducha y ahí también hicimos algunas “cositas”, terminamos de bañarnos y ambos primos escogieron completamente a su gusto la ropa interior y exterior que iba a ponerme ese día, me ayudaron a recoger el tiradero de anoche, el vestido de novia y demás accesorios los guardé bien, pues… ¡los íbamos a seguir utilizando!, no cabía la menor duda, lo único que no encontré por ningún lado fueron mis pantaletas de encaje, alguno de esos chamaquitos se las llevó, yo creo como recuerdo, ja ja ja ja.
Fue así como una de mis fantasías se cumplió, para haber sido mi primer trío no estuvo nada mal, el gasto que hice con los accesorios de novia estuvo más que compensado, los tres gozamos lo indescriptible, la juventud de esos primos se impone para experimentar conmigo cosas nuevas, en otra ocasión les platicaré otras de mis travesuras, un beso amigas y amigos.
Mujeres jóvenes, maduras, señoras, casadas, divorciadas, libres y seguras de si mismas, si tienen o han tenido experiencias de este tipo o de cualquier otro, si quieren escribirme yo les responderé gustosamente, podemos ser buenas amigas e intercambiar opiniones.