Mis dos maridos (segunda parte)

La continuación de la historia en que pertenecí a dos hombres bajo el mismo techo y en algunas oportunidades en la misma cama

Ya había cumplido mi deseo de tener sexo con Juan Andrés. Ese hombre ya me había dado por primera vez los orgasmos deseados. Ahora él se había convertido por unos días en mi marido, acostándose conmigo en mi cama y dándome bien rico por mi cuca todas las noches. Mientras que mi esposo llegaba del viaje Juan Andrés me hacía el amor todos los días, todas las mañanas y todas las noches.

Desde ese día en que seduje a Juan Andrés, hacíamos el amor seguido mientras mi esposo llegaba. Era algo delicioso; cuando yo llegaba de trabajar, él se me tiraba encima y casi que me rompía la ropa. Cuando ya me tenía desnuda y abierta de piernas me lo metía duro y con fuerza. Comenzaba a metérmelo y sacármelo y me daba bien duro y rico por mi cuquita, luego se venía y me llenaba de semen. En el día me lo hacía en otras partes de la casa como la cocina. También nos bañábamos juntos. Así duramos como dos semanas mientras que mi esposo llegaba del viaje. La última noche de nosotros dos solos nos fuimos a bailar a una discoteca. En ese sitio pasó algo que me impactó bastante y que al mismo tiempo me encantó.

Un hombre que estaba en una mesa del lado se acercó y me habló y quería que yo me fuera con él. Juan Andrés le dijo que yo estaba ocupada y que estaba con él, el hombre le mostro un revolver pero Juan Andrés no se amedrantó para nada, al contrario, le dijo que él por mí se hacía matar.

Afortunadamente no pasó nada más, pero con esa acción, esa noche Juan Andrés se había ganado mucho más mi cuerpo y mi cariño. Le dije que cuando llegara mi esposo igual seguiría teniendo sexo con él. Nos fuimos al apartamento y apenas entramos le abrí la cremallera del pantalón y comencé a mamárselo. Estaba excitada como todos los días por ese hombre, pero esta vez lo que él había hecho en la discoteca hizo que me excitara más.

Comencé de una a chuparle su rico pene duro. Le lamía entero ese trozo de carne tan delicioso. Se lo lamía enterito y me lo metía todo a la boca. Se lo succionaba queriendo sacar todo lo que había adentro. Juan Andrés me tomó de la cabeza y la empujaba hacia su pene. Antes que él se viniera, me lo saque de la boca y le dije que quería que me lo metiera ya. Nos fuimos a la cama y nos desnudamos. Juan Andrés me coloco boca abajo y me lo metió, pero esta vez me lo empujo todo por mi culo. Comenzó con su embestida descomunal y mi culo sonaba a cada metida que él me pegaba.

-      Aaayyyy me dueleeeee….mi culooooo…..mi amor…me dueleeee

-      Tomeeee tomeeee por ese culoooo

Diciendo esto Juan Andrés me lleno mi culo de semen. Sé que él había disfrutado y que se lo merecía, pero yo quedé con ganas. Él se fue a bañar y cuando regreso me comenzó a besar. Por fortuna para mía, pasaron pocos minutos para que se recuperara de nuevo. Ahora si me lo metió por la cuca y me dio un orgasmo delicioso. Me sentía plena ahora sí, llena de semen por mis dos agujeros.

El día siguiente llegó mi esposo, el “titular”. Obviamente esa misma noche me hizo el amor. Estaba como endemoniado porque me dio muy duro por mi cuca. Cuando ya terminó de atravesarme, me dijo que si mientras él no estaba yo me había masturbado. Le pregunté que por qué decía eso. Me dijo que porque no tenía la cuca tan estrecha como la suelo tener. Le dije que sí, que me había hecho mucha falta entonces por eso me había tocado meterme los dedos. Y pues obviamente la verdad era que Juan Andrés me había metido su pene por mi cuca todas las noches. Mi esposo no creyó mucho lo que le dije, pero no volvió a preguntar más acerca del tema.

Ahora ya tenía a mis dos machos en el mismo apartamento y todo era cuestión de organización. Con el “titular” tendría sexo por las noches y las mañanas, era lo más fácil, pero tocaba cuadrar de qué manera iba a tener sexo con Juan Andrés. Primero que todo, quería tener sexo con ambos y segundo con Juan Andrés ya habíamos quedado en que seguiríamos teniendo sexo.

La respuesta fue sencilla. En los momentos libres que tuviéramos o en los momentos libres que fabricáramos, iríamos a un motel. Y eso fue lo que comenzamos a hacer cada día que nos diera la gana. Nos llamábamos por la mañana y nos encontrábamos por la tarde, íbamos a un motel de una zona conocida en Bogotá, pero era a su vez una zona donde sabíamos que no nos podían ver. Yo hacía el amor con mi marido por las noches y a veces por las mañanas. A veces cuando mi esposo me dejaba bien comida y bien follada, no sentía tantas ganas de irme a un motel con Juan Andrés, sin embargo si el me llamaba para tener sexo, yo aceptaba sin dudarlo, yo también era de él. A veces yo iba al motel y simplemente le abría las piernas a Juan Andrés porque la verdad o estaba agotada o estaba sin muchas ganas. Esas veces Juan Andrés igual me lo metía muy delicioso, él solo me montaba, me lo metía durísimo, me llenaba la cuca de semen y ya. Simplemente era su puta para que él descargara toda la pasión que tenía acumulada.

Otras veces si tenía muchas ganas de él y pasábamos más tiempo en el motel. Todo transcurrió de esta manera durante unas semanas; tenía sexo con mi marido por las noches y por la tardes me lo metía Juan Andrés. Pero toda esta especie de rutina cambió un día de repente llevándome una gran sorpresa que me dejó helada.

Una tarde entramos con Juan Andrés a un motel de la zona que frecuentábamos. Íbamos a la misma zona pero siempre cambiábamos de motel. Estos moteles son edificios, el parqueadero queda en la parte de abajo y los carros o las motos quedan al descubierto para que cualquiera que entre a este sitio los vea, es decir, no tienen el servicio de tapar los carros o aunque sea la placa para guardar más privacidad ni tampoco son como otros moteles donde cada alcoba tiene su parqueadero privado. Entramos al motel y parqueamos el carro. Cuando íbamos caminando hacia el ascensor que nos llevaría al piso donde se encontraba nuestra habitación del día, me di cuenta que había un carro conocido en el parqueadero. Era el mismo modelo de carro que conocía pero dije no puede ser. Me dirigí hacia ese carro y comprobé sus placas y también miré el interior. Lo que vi me dejó preocupada, era el carro de mi papá.

Mis sentimientos se cruzaron, por un lado quería tener sexo ya, por otro me sorprendió ver el carro de mi papá en ese lugar. Será que mi papá y mi mamá decidieron salir un rato y tener sexo en una parte diferente a donde ellos vivían?. Mis papas no son viejos, están por debajo de los sesenta años y mi mamá aún se conservaba, era una señora muy atractiva y que tenía muy buen cuerpo. Obviamente no era una niña de 20 años, pero a su edad se había conservado muy bien, ella aun despertaba miradas de los hombres. Mi mamá tenía una cara bonita, sus tetas aún era firmes y tenía buenas piernas. Así que claro, mi papá, que tampoco es un hombre feo, sentía mucha atracción por mi mamá. Estaba segura que la vida sexual de ellos era buena, entonces tampoco era raro que estuvieran haciendo alguna vuelta por esos lados y les entró las ganas de tener sexo, lo cual estaba bien.

Por otro lado no me podía dejar ver de ellos con Juan Andrés, qué vergüenza!!. Eso me preocupó mucho, así que tomé a Juan Andrés de la mano y le dije que nos apresuráramos.

-      Que pasa susy? Que viste en ese carro? Es de alguien conocido?

-      No pasa nada, ese carro si se me pareció a uno que conozco pero no es. Y sencillamente quiero que ya me hagas el amor

Diciendo esto nos dirigimos hacia el ascensor y yo con miedo de que nos encontráramos de frente con mis papas. Afortunadamente no fue así y tampoco paso nada cuando se abrió la puerta del ascensor en el piso de nuestra habitación. La camarera nos atendió y nos llevó a dónde íbamos a tener sexo. Le pagamos y ya quedamos solo Juan Andrés y yo. Sentí descanso de que mis papas no me habían visto. Juan Andrés me abrazó y comenzó a besarme. Me levanto la minifalda y comenzó a apretarme el culo. Pero en ese momento pensé en algo más. Qué tal si mi papá no estaba con mi mamá sino que estaba con otra mujer diferente? Mi papá también está muy bien conservado, así que no era difícil para él conquistar a una bella mujer y llevarla a tener sexo. Además mi papá ya la había hecho. Hace años mis papas tuvieron problemas por eso, porque mi papa conquistaba a otras mujeres y mi mamá obviamente se enojaba. Así que cuando pensé en esto si me preocupé de verdad y quería averiguar todo.

Mientras pensé en una posible infidelidad de mi papá hacia mi mamá y mientras me entraron las ganas de averiguar todo, Juan Andrés ya me tenía la blusa abierta y me había bajado el brasier y ya tenía mis tetas al aire. Él me estaba besando las tetas y yo tenía mis pezones apuntando al cielo. Con sus manos me estaba apretando el culo y acariciando mis piernas. Luego nos besamos en la boca apasionadamente y nos tumbamos en la cama.

Nos desnudamos y el comenzó a hacerme sexo oral. Me chupó la cuca y el clítoris, me metió su lengua moviéndola en círculos. Fue suave pero delicioso aunque siendo sincera tenía mi mente pensando en la posibilidad en que mi papá estuviera en ese mismo motel con una amante.

Juan Andrés seguía chupándome la cuca y apretando mis tetas con sus manos. Cuando terminó de hacerme sexo oral, comenzó a besarme las piernas y luego las tetas. Yo no sentía igual que siempre por la razón que ya les conté, pero cuando Juan Andrés me lo metió, me hizo olvidar de todo. Me penetró suave, centímetro a centímetro y ya me estaba sacando gemidos de placer y de dolor.

-      Ayyy..me dueleeeee…suaveeee

-      Me excitas demasiado susy!!

-      Tú también papasito ricoooo!!!

Así suave me lo introdujo hasta el fondo y teniéndolo todo metido, comenzaron las embestidas de siempre. Me lo metía y me lo sacaba durísimo y fuerte. Yo gemía de placer y estaba retorciéndome del gusto que mi macho me estaba dando. Juan Andrés se levantaba cuando me lo sacaba y luego se dejaba descolgar con toda la fuerza y todo el peso de su cuerpo para metérmelo nuevamente bien duro.

-      Aaaaaahhhh aaaaahhhhh aaaayyyyy aaaaayyyyy aaaaayyyyy

-      Me encanta su cuca mamasota deliciosa

-      Mas duroooo, dame más duroooo….aaaaahhhhhhh

Juan Andrés me seguía dando durísimo y me dio un beso muy apasionado. Se sentó y se colocó en posición vertical. Me abrió las piernas con sus brazos, me las abrió hasta que sus brazos no estiraron más. Siguió con su arremetida descomunal. Mi cuca me ardía por la tremenda culeada que me estaban metiendo y también me quemaba porque estaba realmente excitada y quería que mi hombre me la reventara.

A cada movimiento suyo mis tetas se mecían de arriba hacia abajo. Parecían dos porciones de gelatina. Cuando Juan Andrés me lo metía sentía que tocaba algo en el fondo ya que en esta posición el pene entra todo.

Ahora mis piernas estaban en sus hombros y él me besaba los pies mientras que con sus manos agarraba mis tetas. Me lo seguía metiendo durísimo y el sonido de mi culo apareció. Sonaba para aplaudir a mi macho por todo el placer que me estaba dando. Juan Andrés se tumbó encima de mí sin dejar de clavarme bien delicioso. Me beso el cuello y me lo chupó. Yo coloqué mis piernas sobre él, rodeándolo por la cintura. Luego abrí mis piernas separándolas por completo formando una V de victoria con ellas.

-      Uyyy susyyy mi amooooorrrr…..que rica eres!!!!

Diciendo esto, Juan Andrés paró por un instante la culeada.

-      No pares!!!! No pares por favor!!!! Sigueeee sigueee dándome!!!

-      Solo un segundo, no me quiero venir todavía

Y para mi fortuna aguanto su venida y continuó culeándome. La misma fuerza de siempre, la misma velocidad de siempre, el mismo demonio enloquecido que quería partirme en dos con su verga. Así seguía dándome Juan Andrés y yo gimiendo de placer. Me tocó decirle que me lo sacara un momento, le supliqué que me lo sacara. Él accedió y cuando me lo sacó tuve un orgasmo acompañado de una eyaculación femenina. No sé exactamente como se diga en español, pero tuve lo que en ingles se llama squirt. Salieron unos chorros como si me estuviera meando. Cuando ya termino de salir ese líquido yo seguía retorciéndome de placer porque mi orgasmo no había acabado. Juan Andrés no aguantó más y volvió y me lo metió. Yo ya no podía de tanto placer, mientras estaba hasta ahora acabando con el orgasmo que había tenido, mi macho me estaba dando por mi cuca de nuevo y creo que más duro todavía.

-      Jueputaaaaaa perraaaaaaa…..que ricaaaaa perraaaaaaa….mamasota ricaaaaa mucho hijueputa cuconon que tieneeee!!!!!! Ooooooggggggggggg oogggggrrrrrr

-      Ay ay ay ay ay ay…ayyyyy papi!!! Ayyyyy ay ay ay papi!!!!! Me va dar algo!!!! Aaahhh ahhhh ay ay ayyyyy

Y me vine de nuevo. Creo que Juan Andrés se había tomado algo porque qué manera de aguatar su corrida. Cuando terminó este nuevo orgasmo, saque fuerzas de donde no tenía y me voltee con Juan Andrés. Quedé encima de él. Comencé a cabalgarlo con toda, me movía rápido. Quería moverme duro, quería sentir solo esa verga adentro. Por lo general cuando la mujer está arriba del hombre lo cabalga con las rodillas apoyadas en la cama, pero ahora simplemente me senté encima del pene de mi macho. Mis únicos puntos de apoyo eran mis pies que estaban sobre la cama y mi cuca que se estaba introduciendo el placer enterito. Me movía fuerte y rápido y mi culo chocaba con su cuerpo, vibraba y sonaba. Yo tenía todo el control y eso me excitaba más.

-      Que rrriiicaaaaa vergaaaa aaaahhhh aaaahhh

-      Ricaaaa susyyyyy, me voy a veniiirrr, no aguanto maaassss

-      Siiii venteee, venteeee……ooooohhhhhhh aaaaahhhhhh aaayyyy

Y sentí todo su semen caliente llenándome la cuca. Eso me hizo venir también y fue delicioso. Me saqué su pene y fui al baño a limpiarme toda, el semen me chorreaba por las piernas. Cuando ya volví con Juan Andrés a la cama nos abrazamos y comenzamos a hablar de cómo había estado el día. Pasó como una media hora cuando recordé lo del carro y que tenía que averiguar mi papá con quien estaba. Me apresuré a levantarme y colocarme la ropa, pero Juan Andrés me detuvo y se me tiro encima nuevamente. Abrió mis piernas con fuerza y esta vez literalmente me clavo su pene. Comenzó a darme durísimo otra vez y yo solo gemía de placer. Me colocó en cuatro y me lo metió rico. Mientras me lo metía así en cuatro me agarraba las tetas y me daba nalgadas. Siguió dándome bien duro y de pronto escupió en mi culo. Se venía la enculada!!!

Me lo metió por el culo y yo del dolor y del placer me tumbé por completo en la cama, no aguanté estar en cuatro. Me lo metió durísimo de una y mis nalgas sonaban con cada metida que me daba. Que delicia sentir a mi macho en mi culo y encima mío por detrás. Pero no aguanté más porque me lo metía muy duro y ya me dolía. Le dije que por favor no más.

-      No más por ahí mi amor!!!! Ayyyy me duele!!! Sácamelo!!!!

Me lo sacó y me volteó con fuerza y otra vez me clavó. Comenzó nuevamente el demonio a moverse y tratar de partirme en dos con su clavada

-      Me encatas susyyyyy…..puedo asegurar que te amooo!!!

-      Yo también te amoooo, dame durooo

Y diciendo esto me llenó nuevamente la cuca de semen. Me levanté a limpiarme pero esta vez sí tomé mi ropa para cambiarme y salir rápido a hacer mis averiguaciones.

Con Juan Andrés nos habíamos dicho que nos amábamos y la verdad mientras él me lo metía sin sentía eso, que lo amaba, pero no tenía tiempo ni cabeza para pensar en eso. Juan Andrés me preguntó que cual era el afán? Le dije que tenía algo que hacer.

Salimos de la habitación y en mi mente tenía dos cosas, la primera era tener cuidado que de pronto no me vieran mis papas y la segunda era el deseo de que todavía se encontraran en el motel. Cuando bajamos al parqueadero vi que el carro de mi papá permanecía allí. Entonces le dije a Juan Andrés que saliéramos ya pero que lo dejaba en la avenida que queda cerca para que tomara transporte al apartamento y yo me iba a hacer mi vuelta. Él no puso problema, lo lleve a donde iba a tomar su transporte, nos dimos un beso y nos despedimos. Yo me devolví al motel donde había estado y entré la parqueadero. Estaba destrozada y adolorida por la tremenda cogida que me había metido Juan Andrés, pero no me importaba, lo único que quería era averiguar con quien estaba mi papá.

Me acerque al muchacho que recibía los carros y a la gente y comencé a hacerle preguntas.

-      Hola, como estas?, oye que pena, pero me podrías decir que pareja es la que vino en ese carro?

-      Buenas tardes, usted acaba de salir de acá, cierto? Qué pena con usted pero no le puedo dar ninguna información de ningún cliente, es por privacidad y por evitar problemas

-      Mira – Yo toda amable para hacer que me diera la información – Tranquilo que no soy ni la esposa ni la novia del hombre que está ahí. Lo que pasa es que al dueño de ese carro lo conozco y quisiera saber con quién está, pero le repito que no soy ni la esposa ni la novia y no voy a hacer ningún tipo de escándalo

-      No ya le dije, no le puedo dar ningún tipo de información, además si lo hago mi trabajo corre peligro

-      Entiendo, espéreme un momento

Fui a mi carro, saque un billete de veinte mil pesos (aproximadamente seis dólares) y también saque un papel y un esfero. Me acerque nuevamente al muchacho

-      Mire, hagamos un trato, usted me dice quiénes son los de ese carro y yo le doy este dinero y mi número de teléfono para que me llame y hablamos

-      Le muestro la habitación donde están ellos, la llevo hasta allá y usted se defiende. Pero a cambio, aparte de lo que me ofrece, déjeme tomarle una foto pero usted mostrando las piernas

-      Acepto, pero lléveme ya antes que salgan

El muchacho fue a la recepción y habló con la encargada, me hizo señas que lo siguiera. Subimos hasta el cuarto piso y efectivamente me mostró la habitación donde estaban. Apenas llegamos me acerqué a la puerta tratando de escuchar algo, pero no escuché nada. El muchacho me dijo que si quería podía esperar en la sala que se encontraba a un lado de la habitación, que de ahí podía notar cuando salieran sin que ellos se dieran cuenta que yo estaba allí.

Fui a la sala y me senté. El muchacho me dijo, bueno ahora si lo mío. Entonces me senté con la pierna cruzada y me subí la falda. Dejé que me tomara una foto y le di el dinero prometido y en un papel que había tomado del carro le anote el número de mi teléfono. Yo solo quería averiguar con quien estaba mi papá. Cuando le di mi número el muchacho llamo de una y al notar que mi móvil comenzó a sonar, se dio cuenta que era el número correcto. Me dijo que me llamaría y se fue.

Ahora estaba sola, vigilando la habitación y esperando la sorpresa que muy posiblemente me iba a dar mi papá. Cuando de pronto escuché unos gemidos que venían de esa habitación. Quien era la mujer que estaba gimiendo? Era la amante de mi papá? O era mi mamá que estaba junto a mi papá disfrutando del sexo? El caso es que era una buena follada porque esa mujer gemía como poseída, le estaban dando con toda. Y dije que mi papá aún tiene energía suficiente para complacer a su esposa o su amante

La faena había concluido y luego de eso pasaron unos treinta minutos hasta que escuché la puerta abrirse. El corazón se me aceleró. Esperé a que salieran de la habitación para mirar y saber quién era la amante de mi papá. Cuando me asomé con cuidado para que no me vieran, la sangre se me heló y casi me desmayo por la sorpresa que me llevé. Efectivamente era mi mamá la mujer que salió de ahí y la que estaba gimiendo por la tremenda cogida que le estaban pegando, pero el hombre que la acompañaba no era mi papá. Era Asdrúbal, el papá de Juan Andrés.

No supe que hacer. Si saltar por la ventana o salir a increpar a mi mamá o ponerme a llorar. No supe que hacer, solo me senté de nuevo en la silla y quedé inmóvil. Pero de repente me entró nuevamente la energía y salí de ahí rápido. Quería irme ya a mi apartamento. Bajé y el muchacho me preguntó que si me había dado cuenta, le dije que si que gracias. Me subí al carro y me dirigí a mi apartamento. En el camino pensaba en lo que había descubierto y también en que no podía hablar con nadie. No le podía decir nada a mi marido porque obvio no le podía decir que estaba haciendo en el motel y no le podía contar a Juan Andrés porque se trataba de su papá. Así que decidí que iba a hablar con mi mamá.

Cuando llegué a mi apartamento me cambié y me puse cómoda. Juan Andrés estaba viendo televisión y mi marido no había llegado aún. Juan Andrés salió de su habitación y otra vez estaba excitado. Tenía su pantalón corto de dormir y se le notaba su pene parado. Me vio y me recostó contra la pared. Me bajo mis pantalones de dormir y mi tanga y me lo metió.

-      Ayyyy aaahhh…rápido que puede llegar mi esposo

-      Yo soy su esposo perraaaaa

Y me lo metió fuerte. El sonido de mi culo chocando contra su cuerpo se debió escuchar en todo el edificio.

-      No te vengas dentrooooo que llega mi marido y se pueda dar cuenta

-      Le digo que yo soy su maridoooo perraaaaa….callese y tomeeee

Y diciendo esto me lo metió a un más duro. Luego me tumbó al piso y él se tiró encima de mí nuevamente. Me volteó y quedé boca arriba. Me lo metió con fuerza. Yo no sentía mucho placer porque sentía temor que mi marido llegara. Así que solo abrí mis piernas, aguanté el dolor que sentía en mi cuca y deje que mi macho hiciera con mi cuerpo lo que quisiera. Me lo metió como un perro, así de rápido y se vino dentro de mí. Me llenó la cuca con su semen; no hizo caso a lo que le había pedido.

Luego de esto me toco entrar a la ducha para que me marido cuando me hiciera el amor esa noche no notara nada. Cuando salí del baño, me coloque mi ropa de dormir. Sentí que abrieron la puerta y supe que mi marido había llegado. Salí a recibirlo y para mi sorpresa no venía solo. Lo acompañaban, mi papá, mi mamá y Asdrúbal.

Para no hacer un relato tan largo, dejaré todo lo que pasó después para el siguiente relato. Prometo no demorarme tanto para escribirlo. Un beso muy especial a esa persona que ha esperado por la continuación de esta historia por tanto tiempo. Un beso para perverso42