Mis dos amigas
Como después de una boda acabo en la cama con dos amigas, una hasta entonces lesbiana.
Esta historia me pasó hace unos días. Estaba invitado a la boda de un ex compañero de trabajo y amigo. Para situarnos en mi profesión (que por discreción me reservo) los trabajadores de diversas empresas no encontramos a diario en muchos lugares. Pues lo dicho, en la puerta de la iglesia y esperando la llegada de los novios, apareció Noelia, una preciosidad de 23 años, con un buen tipito, de media melena castaña, unos ojazos azules que tiran para atrás y embutida en un traje largo de color rojo que resaltaba su figura. Noelia había estado trabajando en mi empresa y hacia unos meses se había marchado. Yo estaba acostumbrado a verla con unos vaqueros, camisetas, etc, pero nunca tan elegante. Un par de besos de un cordial saludo y un intercambio de cumplidos fue nuestra conversación en la puerta de la Iglesia
Después de la misa nos marchamos a unos salones de Alicante a celebrar el evento. Allí, y más pausadamente nos encontramos con muchos más compañeros de profesión, a los que personalmente hacía mucho tiempo que no veía. Entre ellos se encontraba Marisa, la otra protagonista. Marisa trabajaba en otra empresa del sector, en su día había sido compañera de Noelia y les unía una "discreta" amistad. Yo conocía a Marisa, como se suele decir, de vista. Las veces que nos habíamos encontrado intercambiamos unos "holas" y poquito más. Digamos que era una chica bastante tímida. Marisa es morena, de 1,70 de altura y una belleza muy natural. Con su media melena morena, sus grandes ojos marrones y ese vestido largo y negro, me llamó la atención como nunca lo había hecho. En la cena nos sentaron en una mesa muy larga. Desgraciadamente no estaba cerca de ninguna de las dos chicas, pero ya se sabe, que después de la cena siempre está el baile y la barra libre.
En el baile empezaron las aproximaciones. Con la excusa de bailar cada vez Noelia y yo nos aproximábamos más. Fue ella la que empezó con las preguntas "inocentes":
¿ y eso que has venido sin tu chica?
Hace aproximadamente un año que estoy solito respondí
Y tu chico ¿ no lo has traído a este evento? Me tocaba preguntar
Hijo, digamos que estoy en un paréntesis de mi relación Contestó.
Con el "merengue" que empezaba a sonar, Noelia y yo ya bailábamos agarraditos. La noche se empezaba a poner bien. Ya prácticamente ninguno de los dos disimulábamos lo agradable del encuentro. En algunos momentos de los bailes, Marisa se aproximaba para, con mucho disimulo, arrebatarme a "mi pareja". Pero bueno, al fin y al cabo Noelia y yo no éramos pareja oficial. En el trascurso de la noche otra de nuestras amigas me insinuó la posibilidad de que Marisa fuera lesbiana. Me contó que nunca la había visto con ningún chico y siempre muy bien rodeada de mujeres. La verdad que aquello me dejó un poco confuso porque, y para que negarlo, me atraía mucho físicamente y esa noche la estaba conociendo un poquito más. " es una pena " pensé.
Al acabar la fiesta en los salones surgió la duda de hacia donde dirigirnos para continuar con la fiesta. Surgieron dos posibilidades, o a una zona de ocio de Alicante o a un chalet, propiedad de un presente. La mayoría se decantó por la segunda opción. Aquello se empezaba a poner interesante. Éramos un grupo de unas 15 personas entre las que estaban parejas y chicos y chicas solos/as. Nos comentaron que nos podríamos bañar en una piscina y ya con el efecto del alcohol la opción de ir al agua desnudos cogía fuerza. Esto prometía.
Noelia, con la excusa del alcohol, me dijo que se venía en mi coche. Los dos con la mirada nos dijimos todo. En ese momento se acercó Marisa para decirnos que ella no disponía de vehículo y que si no nos importaba se subía con nosotros. Al fin y al cabo el viaje hacia el chalet lo íbamos a hacer todos los coches juntos y no había posibilidad de "escapada". Ya en el coche Noelia se sentó a mi lado y Marisa detrás. El verme en el coche con esas dos preciosidades me excitaba. Marisa entre los dos asientos acariciaba el pelo de Noelia disimuladamente y a mí mi hombro. La idea de la piscina todos desnudos no se me iba de la cabeza. Esa era mi oportunidad pero ...... al llegar al chalet creo que todos nos decepcionamos un poco. En el se encontraban los padres del propietario, que también estaban invitados a la boda, y que al igual que nosotros terminaban allí la fiesta. Ninguno de nosotros se esperaba eso y poco a poco, y con la frustración nos fuimos despidiendo.
En la misma posición en la que llagamos nos marchamos. Marisa comento que la idea de la piscina le había excitado. Ahora las caricias a Noelia no eran disimuladas, pero esta vez, yo no controlaba las dos manos de mi pasajera posterior. La conversación fue subiendo de tono. De repente Marisa soltó.
Noelia ¿puedo hacer una cosa?
Tu misma. Exclamó Noelia.
En ese momento Marisa agarró suavemente la cabeza de Noelia y le propinó un beso al que Noelia respondió. Aquello me sacó de mis casillas y mi pantalón empezó a abultarse espontáneamente. Yo conduciendo y a mi lado dos chicas pegándose un lote al que ya seguían ligeras caricias por encima de la fina tela.
Chicas esto no es justo, parezco un chofer.
En ese momento se interrumpió el beso y Noelia se abalanzo a mi propinándome el beso mas dulce que me han dado nunca. Mientras tanto Marisa aprovechaba la situación de su amiga para apretar el culo de Noelia. Al llegar a casa de Noelia me pidió que aparcara para tomarnos la última copa en su casa. Bajé del coche, abrí la puerta del copiloto, extendí mi mano y ayudé a Noelia a bajar del coche. Me recibió propinándome un beso en toda regla con mucho deseo, agarrando suavemente su culito. Después mientras se dirigía al portal hice lo mismo con Marisa. Al llegar a mi altura hubo un momento de duda. Nos decidimos y nos besamos amarrándola de la cintura. Se separó me miró y me dijo.
Agarrados de la mano nos dirigimos hacía Noelia que ya nos esperaba con la puerta abierta. Subimos en el ascensor. Las dos chicas se empezaron a besar muy suavemente dejándome Noelia su culito a escasos centímetros de mi ya erecto pene. Entramos en su casa silenciosamente. Noelia nos invitó a tomar posiciones en el sofá. Ella se perdió por el pasillo y me quedé a solas con Marisa.
Quiero decirte algo.
Dime, le susurré
Soy lesbiana.
Eso confirmaba las sospechas de la invitada a la boda. En ese momento apareció Noelia con tres vasos en la mano. Vino hacía mí, me besó y me dio en whisky. Encaró a Marisa, le besó y le dio la copa. El ambiente se estaba relajando por momentos. Charlamos amistosamente durante un buen rato y Noelia se volvió a marchar. De nuevo me quedaba a solo con Marisa y con una conversación pendiente. No me atreví a continuarla y a los pocos segundos
¡¡ ¿¿Chicos podéis venir aquí un momento??
Al unísono nos levantamos del sofá y andamos hacia donde se había escuchado la voz. Al pasar por delante de una puerta una tenue luz nos desveló que alguien se encontraba en el interior. Recostada en una cama estaba nuestra amiga, despojada de toda ropa excepto de un minúsculo tanguita de color rojo. Su aspecto angelical. Su media melena castaña caía suavemente sobre su torso desnudo, sus pechos encumbrados por dos pequeños pezones rodeados de dos aureolas oscuritas y sus delgadas y larguitas piernas encarándonos.
No perdáis mas el tiempo. Dijo.
Dude unos instantes recreándome en esa maravillosa visión, e inmediatamente me dirigí a ella acostándome a su lado. Comencé a besarla y mano derecha se dirigió a unos de sus pechos. Ella se pegaba a mí. Estuvimos unos largos minutos en esa posición. De repente nos dimos cuenta que en la cama solo estábamos ella y yo. Nuestras miradas fueron hacía la puerta y allí estaba Marisa. Noelia le invitó a unirse a nosotros y ella lentamente se acercó. Noelia se incorporó y la recibió apasionadamente. Mientras empecé a recrearme en el cuerpo de Noelia. Comencé por sus tetas, casi me cabían en la boca y después de jugar con cada uno de sus pezones descendí ligeramente a su tanguito. La mano de Marisa estaba jugando ya con la húmeda vulva de su compañera. Aquel olor era fantástico y retiré el tanguita suavemente y le acompañe hasta la salida por los pies de Noelia. Me retiré para quitarme toda la ropa y observé como el juego de las chicas había dejado a Marisa totalmente desnuda. Marisa tenía mejor tipo de lo que había podido imaginar y dos pechos más grandes que los de Noelia. Se besaban y se acariciaban lujuriosamente. Noelia se tumbo en la cama y Marisa comenzó a bajar por su cuerpo sin parar de besarla. Noelia me miró y sin decir palabra me invitó a unirme. Cogió mi pene ya erecto y se metió toda mi polla es su boca. En ese momento comenzó a comérmela lentamente mientras Marisa se concentraba en la vulva de Noelia. Conforme Marisa incrementaba el ritmo, Noelia hacia lo propio con mi pene. Al poco tiempo Noelia llegó a su primer orgasmo. Retiré lentamente mi pene de su boca mientras Marisa se abalanzaba a besarla. La posiciones se intercambiaron. Marisa fue la que se tumbo boca arriba mientras Noelia arrodillada en la cama comenzaba a jugar con la vulva de su amiga dejándome la suya a mi disposición. Me arrodillé en el suelo. Le abrí las piernas suavemente y comencé a comerme aquel manjar que ya había sido saboreado. Aparte los suaves labios y jugué con mi lengua. Aquello era exquisito. Mis dedos empezaron a introducirse en aquella vagina. Primero uno, mas tarde el segundo y hasta un tercero se introdujeron con absoluta facilidad, mientras mordisqueaba aquel clítoris, que como un pequeño pene erecto, se mostraba delante de mi. Las dos chicas alcanzaron el orgasmo a la vez. Noelia se reclinó su cabeza sobre el abdomen de Marisa, pero continuaba ofreciéndome su cuerpo. No pude resistir más y lentamente, agarré a Noelia de las caderas e introduje mi pene en su cuerpo. Por el gemido que emitió le debió de encantar y no tardó en comenzar a mover su cuerpo de nuevo rítmicamente.
Mientras penetraba a Noelia, esta comenzó de nuevo a comerse la vagina de Marisa. Debió de cambiar bastante el ritmo de Noelia porque, y debido a la excitación reinante en la habitación, Marisa se incorporó, vino hacia mí y me susurró al oído
Follate rápido a esta perra que quiero probar por primera vez la sensación de sentirme follada por una poya de carne.
Se dirigió a mi boca e introdujo su lengua en ella. Mientras follaba a Noelia besaba apasionadamente a Marisa y comencé a acariciar aquellas maravillosas tetas. Se puso en pie y me metió uno de sus sabrosos pezones en mi boca y en ese momento sentí como mi verga comenzó a soltar leche dentro de Noelia como nunca lo había hecho.
Sorprendentemente Marisa se agachó, sacó mi verga del coñito de Noelia y comenzó a limpiarme con su lengua. Cuando ya estaba limpia miró a Noelia y le pidió colaboración para que mi pene retornara a su estado anterior. Yo estaba tumbado en la cama, entre mis piernas Marisa se comia por primera vez una poya, y Noelia se tumbó abiertas de piernas sobre mi abdomen y empezó a besarme. Mis manos empezaron a acariciar su espalda pero no tardaron mucho en bajar hasta su maravilloso culito para empezar a jugar con el. Me comía aquellas maravillosas tetas mientras mis manos le acariciaban el coñito.
Marisa se incorporó, y con un poquito de temor empezó a introducirse mi poya en su coñito y cogiendo las tetas de Noelia por detrás comenzó a cabalgar. Según sus necesidades aumentaba la velocidad mientras Noelia se había dado la vuelta para poder besar a su amiga dejándome de nuevo su culito a mi disposición. Los gritos de Marisa ya no eran disimulados y le llegó el orgasmo cayendo rendida sobre la cama. Noelia al ver que yo no me había corrido, agarró mi verga con su mano y comenzo a comérmela lentamente hasta que finalmente eyaculé en su boca tragándose todo la leche. Me incorporé, besá a Noelia agradeciéndole su buen trabajo y fui hacia Marisa, le besé en la boca y me recosté sobre sus pechos.
A partir de ahora seguiré follando con tías ..... y contigo, me susurró.
Noté como sobre mi espalda se recostaba Noelia y así nos quedamos dormidos.