Mis días de separación.
Su pene fue disminuyendo y salió de mi vagina, suspiré al sentir el vacío abrí mis ojos viendo su rostro con una sonrisa de satisfacción, se recostó a mi lado tocándome las nalgas y jugando con su dedo en medio de ellas, mientras salía un hilillo de semen de mi vagina descendiendo entre mis piernas.
Mis días de separación.
Su pene fue disminuyendo y salió de mi vagina, suspiré al sentir el vacío abrí mis ojos viendo su rostro con una sonrisa de satisfacción, se recostó a mi lado tocándome las nalgas y jugando con su dedo en medio de ellas, mientras salía un hilillo de semen de mi vagina descendiendo entre mis piernas.
Me incorporé me miré al espejo con tan solo mis medias y liguero puestos, el se sentó en la cama puso sus manos en mis caderas, me atrajo hacia él en medio de sus piernas y recargó su cabeza en mi vientre, acariciando mis nalgas me dijo: eres maravillosa!!
Me giró sentándome en su regazo, apoyé mis manos en sus piernas y abriendo y cerrando mis labios vaginales sobre su glande se lo pellizcaba haciendo que brincara ocasionando me un gran placer, mientras él acariciaba mis redondas nalgas, los roces de su glande sobre mi clítoris estaba haciendo su efecto en mí y ya me estaba humedeciendo bastante, así estuvimos excitándonos; cuando su pene estuvo totalmente erecto y duro lo tomé con mi mano dirigiéndolo a mi vagina, y me lo fui metiendo lentamente hasta sentir su vello púbico cosquillando mi trasero y sus testículos pegados a mi vulva.
Empecé a subir y bajar en ese largo y turgente miembro, agarrándome él de los senos y jugando con mis pezones me dijo:
Quiero metértelo por tu culito preciosa!!
Le contesté espera un poco que ya casi termino, aceleré mis movimientos sintiendo cómo topaba su glande en mi cérvix, hasta que sentí mis jugos fluir cual grifo abierto apreté mis piernas para sentir mejor la dureza de su pene teniendo no sólo un orgasmo sino una cadena de tres, como disfruté este momento, mi respiración acelerada gimiendo y chillando de placer, enterrando mis uñas en sus muslos no paraba de correrme, moviendo mis caderas circularmente con todo su miembro dentro de mí.
Me quedé sentada encima de él, hasta que mi respiración y suspiros disminuyeron, tomándome de las nalgas me levantó sacando su poderoso pene de mi vagina y dirigiéndolo hacia mi ano.
Lo restregó varias veces en la entrada humedeciendo lo con mis jugos impregnados en su falo y ensalivando su glande empezó hacer presión hasta que logró meterme más de la mitad, se detuvo y haciendo que su pene brincara y se inflama dentro de mí acariciaba mis glúteos y piernas hasta llegar a mi vulva y tocar mi erizado clítoris, que placer me estaba dando sentía riquísimo su palma sobre mi clítoris y dos de sus dedos dentro de mi vagina, mientras su pene ganaba terreno en mi culo hasta penetrarlo por completo, lo sentía tan profundo como si llegara hasta mí estómago que ricura!!!!
Comencé a moverme de atrás hacia adelante y en círculos con todo su miembro adentro por completo.
Cogiendo mis nalgas me empezó a subir y bajar a lo largo de su pene aumentando la velocidad hasta que sentí como bañaba mis entrañas con su espeso semen, sentí por lo menos seis potentes disparos inundando mis intestinos y cómo se inflama su miembro hasta quedar sin gota alguna, siguió con el coito anal otros minutos más, hasta que poco a poco fue disminuyendo el tamaño de su pene en mi interior hasta abandonar por completo mi culo.
Al salirse completamente de mí, sentí como su esperma salía por más que apretaba yo mis nalgas y manchaba mis medias.
Me levanté y fui al baño a asearme un poco busque mi pantaleta y mi vestido en la sala, me los puse y le dije que ya me iba el me tomo de la mano y me dijo nuevamente que viviera con él.
Le contesté que era muy pronto para eso, sobre todo por mis hijos. Me pedía que me quedará más tiempo, le dije que ya era muy tarde (mejor dicho temprano eran las 9 am) y tenía que ver a mis hijos que seguramente estarían solos en casa, le di un fuerte beso y le acaricié su pene diciendo “te portaste muy bien” y se lo besé.
Tome un taxi hasta mi casa, en el trayecto sentía como salía el semen de mis dos orificios empapando mis pantaletas e impregnando el ambiente con olor a sexo.
Pensé que el chófer lo percibía porque a cada rato me miraba por el retrovisor, pero no era por eso sino para verme las piernas y algo más ya que mi vestido me cubría tan sólo unos tres dedos abajo del liguero; al bajar la vista y hacerme la desentendida vi que el muy ladino tenía otro espejo y en ese se veía claramente mi intimidad ya que daba exactamente en medio de mis piernas, me sonreí y como venía muy contenta quise ser traviesa y me dije “vamos a darle gusto al taxista mirón” y abrí levemente mis piernas.
El no dejaba de espejearme y ver por el espejo mis pantaletas húmedas, que le excitaban sobremanera ya que en cualquier semáforo se remolinaba en su asiento y acomodaba sus partes jajaja; con cualquier pretexto volteaba a decirme algo y clavaba su mirada en mi entrepierna, al llegar a mi domicilio, me baje para pagarle a través de la ventanilla y deje que viera mis senos perfectamente bien ya que no traía brassier.
Me fui contoneando sin voltear pensando en cómo lo había calentado y de seguro se masturbaría en mi honor jeje.
No había nadie en mi casa afortunadamente, me desnude completamente, me bañe y con solo una pantaleta me acosté y me dormí hasta las 6 de la tarde, para llevar a mis hijos al parque.
Mis días de separación 1
Por primera vez me sentía dueña de mi misma sin ataduras, con trabajo y mi hijos conmigo, ya las diferencias con mi madre habían amainado bastante.
El domingo llegó Juan a ver a los niños y llevarlos a Chapultepec, me dijo que los acompañara pero le dije que tenia muchas cosas pendientes y el quehacer de la casa, aliste a los niños y se fueron.
Me puse un pequeño short y una blusa a cuadros y empecé mis quehaceres, arregle la casa, lavé mi ropa y la de mis hijos y planché la de Don Luis y de mi madre.
El lunes bien temprano me fui a la entrevista con Juan Carlos, le di muy buen aspecto ya que inmediatamente llamó a quien sería mi jefe inmediato y le dijo que si podía entrevistarme y ver si cubría el perfil de la vacante.
Muy serio me entrevisto, le dije que no tenía experiencia en el ramo pero quería aprender y si me tenia un poquito de paciencia no le defraudaría.
Al parecer le impactó mi sinceridad me dio unos manuales que los leyera y me esperaba el miércoles a las 9 para empezar.
Me fui muy contenta directamente a ver a Felipe y decirle que ya había conseguido trabajo; me pasó a su despacho, me felicitó y me invitó a comer.
Fuimos para no variar a la polar, ahí nos gustaba porque con un par de bebidas comías muy bien, nos sentamos y apenas empezábamos cuando llegó Alfonso y se sentó con nosotros, estuvimos comiendo y bebiendo un poco ya estaba anocheciendo y Felipe me dijo que me llevaba a mi casa le dije que sí y Alfonso nos acompaño, fuimos platicando muy amenamente cuando Alfonso dijo que si organizábamos un día de campo, le dije que no sabía, en eso intervino Felipe diciendo si estaría bien asi mis hijos y los tuyos se divertirán ya ves que son de la misma edad y se llevan bien, me convencieron y quedamos para el siguiente domingo.
La semana pasó sin mucho problema, en el nuevo trabajo me sentía un poco presionada por mi nuevo jefe ya que era muy exigente y había algunas claves de refacciones que todavía no me aprendía.
Llegó el domingo mis hijos estaban muy ilusionados con el paseo y volver a convivir con los hijos de Felipe, arregle a los niños y como hacia un excelente día, me puse una blusa azul claro y un short azul marino unas sandalias de correa y un conjunto de ropa interior blanca de encaje.
Llegó Felipe con su familia y como en 15 minutos llegó Alfonso, mis hijas quisieron irse con Felipe y mi hijo y yo nos fuimos en el auto de Alfonso.
Llegamos un lugar muy bonito rodeado de pinos, había unas canchas de futbol, un pequeño lago donde podías pescar truchas y en una cabaña habilitada como comedor los lugareños la guisaban, también había caballos para montar y pasear.
Improvisamos una cancha de voleibol, jugamos un rato nos estábamos divirtiendo mucho los niños felices corriendo y jugando; Felipe dijo que montáramos a caballo y los niños le secundaron, alquilamos unos ponys para ellos con guías, yo no sé montar y así se lo hice saber, Alfonso me dijo que no había problema que el montaría conmigo para que no tuviera pendiente.
Al subirme al caballo Alfonso me ayudó tomándome de la cintura, y al sentarme acaricio mi pierna, me le quedé mirando y se sonrió, se subió atrás de mi en la silla de montar y empezamos a cabalgar, íbamos despacio al trote, él cogía las riendas del caballo con una mano y con la otra me abrazó por la cintura.
Íbamos tan pegados en la silla de montar que en cada trote mi vulva rozaba con la silla, el sentir rebotar mis senos y la presión de su mano sobre mi vientre, el sentir su pelvis pegada a mis nalgas me empezó a excitar un poco, en ocasiones por el movimiento bajaba su mano a mi muslo, muy cerca de mi ingle haciendo que mi respiración se agitara más de lo normal, le dije que descansáramos un poco y nos fuimos donde había un frondoso árbol, me senté recargada en él, Alfonso amarro al caballo y se acercó a mi lado, estuvimos disfrutando el paisaje y se recostó en mis piernas empezó a besármelas desde los tobillos alternadamente hasta llegar a mi entrepierna, haciéndome caricias en mis labios vaginales con su nariz, desabrocho mi short y besaba mi pubis encima de mi pantaleta de encaje y con sus manos desabrocho mi blusa, dejando ver mi brassier de media copa, le ayudé a desabrocharlo y levanté mis caderas para que pudiera quitarme el short, quedando solo con las pantaletas puestas.
Hizo a un lado mi pantaleta, y abriendo mis labios vaginales con sus dedos metió su cálida y húmeda lengua entre ellos, recorriendo mi vagina completamente una y otra vez e introduciéndola en mi vagina. Que rico!!!
UFFF estaba sintiendo algo maravilloso apretaba su cabeza contra mi pubis, para que no sacara su lengua y siguiera dándome placer, él siguió con sus caricias logrando que tuviera mi orgasmo con un leve chillido apreté su cabeza, girando la mía de lado a lado, se incorporó bajándose los pantalones al mismo tiempo que sus bóxer, dejando libre su enorme pene erecto mirando al cielo, se veía imponente sus cargados testículos contrayéndose y su pene empezando a destilar su liquido pre seminal, me recosté en el pasto quitándome mis pantaletas y abriendo mis piernas le dije ven!!!
Él se puso entre mis piernas y tomando su pene lo introdujo hasta la mitad de una sola estocada que me hizo gemir y suspirar al sentir como se abría plenamente mi vagina para recibirle, ahhhh mmmm.
Agarrándome los hombros por mi espalda continuó su penetración hasta alojar dentro de mí su poderoso miembro que paso a paso se abrió camino hasta la entrada de mi útero.
Inició un constante mete y saca a un ritmo vertiginoso que en pocos minutos ya estábamos los dos sudando y jadeando fuertemente, hasta que apretándolo contra mi pecho me dio tres estocadas mas vertiendo en el fondo de mi vagina su exquisito y espeso semen en el mismo instante que yo buscaba sus labios para mitigar mis gemidos al alcanzar mi deseado orgasmo.
Rodee su cintura con mis piernas acercándolo más a mí y sin dejar que sacara ni un ápice de su pene que palpitando dentro de mi vagina seguía expulsando las últimas gotas de esperma. Que coito tan rico!!!!, terminando juntos, me sentía plenamente satisfecha.
Descansamos un rato mas acariciándonos tiernamente, me vestí y regresamos junto al grupo.
Felipe pescó un par de truchas y escogimos otras para comer en la cabañita, disfrutamos de esas frescas truchas con un vino blanco bien frio, terminamos de comer y Felipe su esposa y los niños se fueron a caminar por la parte boscosa, yo preferí reposar la comida y Alfonso se quedó acompañándome, nos fuimos al auto a terminarnos lo que quedaba de la botella de vino, no sé si por efecto del vino o por lo apresurado de nuestro encuentro anterior, pero los dos nos sentíamos bastante excitados viéndonos con pasión hasta que ya no aguantamos mas nos empezamos a besar y acariciar.
Nos pasamos al asiento trasero, él se bajo los pantalones y el bóxer, me recosté en sus piernas y empecé a besarle su pene que ya empezaba a recobrar vida endureciéndose poco a poco, recorría todo su tronco hasta su escroto besaba sus testículos y los metía en mi boca chupándolos uno a uno, mientras él me desabrochaba y bajaba mi short y metiendo su mano dentro de mi pantaleta acariciaba y apretaba mis nalgas, alargando su dedo medio para abrirse paso en mi vagina que ya estaba súper mojada con mis fluidos y su corrida anterior.
Me incorporé y poniéndome a horcajadas sobre de él, me introduje todo su miembro por completo, hasta sentir sus testículos pegados a mis nalgas, comencé un movimiento de sube y baja pausado deleitándome con cada centímetro que entraba y salía de mi, él acompañaba mis movimientos agarrándome con sus manos mis redondas nalgas que hacían un peculiar ruido al rebotar en sus piernas, le dije que ya estaba cerca de mi orgasmo y entonces ambos aceleramos nuestros movimientos de cadera a fin de terminar juntos otra vez, lo que sucedió en el preciso momento de sentir el primer disparo potente de semen inundando mi canal uterino, sentí un par de descargas mas igual de abundantes que la primera y apretando mis labios vaginales a su pene le exprimí hasta la última gota, fue tal su corrida que mi vagina no pude albergarla completamente mojando copiosamente sus testículos.
Al sentir que su pene perdía su vigor me bajé, saque un kleenex limpie su escroto y pene, se lo besé y me vestí, él hizo lo propio y justo nos bajamos del auto cuando vi que salían los niños corriendo del bosque, seguidos por Felipe y su esposa, cargué a mi hijo en lo que mis hijas se abrazaban a mis piernas, platicándome lo que vieron en el bosquecillo.
Recogimos nuestras cosas y regresamos a la ciudad, los invité a pasar a la casa pero dijeron que los niños estaan cansados y que mejor se iban nos despedimos y se fueron, entramos en la casa y los niños fueron hacia sus abuelos felices a contarles su paseo, yo me subí a mi recamara me puse una bata y me fui a bañar.