Mis días de separación 3

La tarde pasó muy agradable paseamos por los alrededores del hotel, se sentía una gran paz y con el clima de Cuernavaca todo era precioso

Mis días de separación 3

La tarde pasó muy agradable paseamos por los alrededores del hotel, se sentía una gran paz y con el clima de Cuernavaca todo era precioso, les dijimos a los niños que se tenían que dormir temprano porque el domingo íbamos a los go Karts, se alegraron mucho; y nos fuimos a dormir los acostamos y nos fuimos a nuestra habitación.

Me sentía muy a gusto con Alfonso pero también tenía mis dudas ya que los niños si lo trataban bien pero no los veía tan contentos como cuando estaban con Arturo, eso me tenía en una disyuntiva y aunque no quisiera hacia comparaciones.

Con Arturo sentía seguridad, tranquilidad, cariño y atención esmerada para mis hijos, y por el lado de Alfonso estaba la pasión la espontaneidad, la aventura, pero eso no era todo.

Alfonso me vio pensativa y me dijo que pensara seriamente su propuesta de vivir juntos, que me amaba y trataría de ser un buen esposo y proveedor para mis hijos, le dije que lo pensaría y que me diera tiempo, me abrazó y me acurruque en su pecho.

Nos besamos y me puse a preparar la ropa de los niños y la mía para mañana.

Nos acostamos y le agradecí por este fin de semana, él me besó y acariciando mis piernas me dijo con una sonrisa, todavía no termina, bajo su cara a mis pechos y comenzó a succionarlos ricamente, me quitó el camisón dejándome únicamente con mi pantaleta, empezó a bajar por mi vientre hasta el bode de las mismas y me las bajaba lentamente, yo elevé mi cadera para permitir su fácil descenso, sintiendo su aliento sobre mi vello púbico y la cálida humedad de su lengua recorrer mis labios vaginales, que delicia sentir como se humedecía poco a poco mi vagina con esa caricia tan delicada, subía y bajaba a lo largo de mis labios abriéndolos con su dura y áspera lengua dándome unas sensaciones indescriptibles, que hacían que moviera mi pubis a su encuentro, hasta sentir como terminaba apretando su cabeza con mis piernas, ufff que rico.

Lo jalé hacia arriba el me miró y me dio un beso que hizo que por primera vez probara mis propios jugos, se abajó el short de la pijama y enfilando su pene hacia mi vagina de un solo empujón metió todo su potente y largo pene en mí, que me hizo emitir un gemido y suspirar entró completamente hasta el fondo como un cuchillo en mantequilla, golpeando con sus testículos mis nalgas.

Rodeé con mis piernas su cintura jalándolo hacia a mi elevando mi pelvis para sentirlo por entero, acoplando nuestros movimientos lo recibía en cada embestida por completo, así estuvimos copulando por 15 minutos, hasta que me giró quedando de lado y entonces empecé yo sola a penetrarme en un riquísimo vaivén, abrazándolo fuertemente par sentir su pecho aplastando mis senos deliciosamente, lo que provocó que acelerara mis movimientos teniendo otro riquísimo orgasmo.

Estábamos agitados nuestra respiración entre cortada, sudorosos, pero él todavía no había terminado y continuó sus movimientos dentro de mi que me hacia brincar cada que rozaba mi irritado clítoris.

Se recostó de espalda en la cama y tomándome de las nalgas me hacia subir y bajar a lo largo de su potente y poderoso miembro como 5 minutos más y dando una embestida profunda levantando sus caderas introdujo su pene hasta adentro de mi vagina que sentí como golpeaba su glande la entrada de mi matriz, expulsando fuertemente su esperma en mi interior; tres fuertes disparos inundaron mi útero haciéndome terminar por tercera vez. Me recosté sobre su pecho y apretando mis nalgas y labios vaginales aprisione su pene hasta que perdiendo su dureza fue saliendo de mi, quedando en reposo sobre su escroto.

Me acosté su lado y con mi mano acariciando sus testículos me quedé dormida.