Mis cuernos

Estoy feliz de que mi mujer tenga un amigo.

Desde el mes de abril; fecha en que pasó y publiqué mi primera experiencia (día19) como cornudo consciente, los acontecimientos se han venido en cascada. En realidad más rápido de los que he sido capaz de controlarlos.

Mi esposa ya está completamente adaptada con esta situación y goza de la misma; su "amigo", como ambos lo llamamos, la llama y se ponen de acuerdo para salir y hacer el amor cada quince días, lo que les da oportunidad de organizar su vida, respetar sus agendas y darle rienda suelta a su placer.

El colmo llegó cuando un día mi esposa me dijo: - Quiero salir con él pero necesito de tu apoyo para que todo salga bien.

Claro, dime qué quieres que haga.

Llega temprano de tu trabajo, no vayas a correr, y quédate con los niños.

Seguro

No te preocupes, él pasará por mí y me traerá de regreso.

Nunca pensé que esto pudiera suceder; yo me excité muchísimo ante este hecho tan inusual; mi esposa pidiendo mi apoyo para poder salir con su "amigo", de hecho, ME GUSTÓ.

La esperé, di de cenar a mis hijos; ayudé a limpiar la casa, lavé la ropa en la lavadora, lavé la loza y el maldito reloj no avanzaba. Acosté a los niños y me acosté alrededor de las 10:30 horas, ella se fue a las 6:00 P.M. Estaba completamente desnudo, la suavidad de las sábanas me ayudaba a hacer más erótico ese momento; por fin llegó, eran como las 12 de la noche, se veía feliz, radiante; me sonrió al entrar al cuarto y comenzó a desnudarse lentamente, veía su esbelto cuerpo y la excitación me hacía temblar; Pensaba, ese "bra" fue quitado no hace mucho tiempo, esas bragas en dónde las pondrían o quedarían tiradas en el suelo del cuarto. No me pude contener y me levanté desnudo para besarla. Ella sonrió al verme desnudo, eres un loco me dijo, "te gusta esperar desnudo a tu mujer mientras ella anda cogiendo con otro". Esas palabras fueron el detonante, la tendí sobre la cama y comencé a besarla; tenía un olor diferente, tenía un sabor diferente; la penetré y su vagina se sentía diferente; caliente, dilatada, húmeda, no, muy húmeda. Me besaba y no quería que le hiciera el amor, me detuvo y me dijo: - Esta noche quiero ser sólo de él, por favor, no me lo hagas, déjame acostarme con su olor, con su sabor.

Me recosté mientras la contemplaba, era una sorpresa total; mi mujer me pedía que no le hiciera el amor y tranquilamente se volteó para dormir. Yo sólo atinaba el acariciar su pelo, peinárselo; echarle el brazo sobre su vientre, pensaba, ¿qué hiciste?, ¿cómo lo hiciste?. Ella sintió mi mirada y volteó a verme, - ¿gozaste?, le pregunté.

Sí, mucho

Fue tierno

Bastante

Vienes satisfecha

Sólo sonreí y me dijo

Quieres saber detalles

Si,

Pero prométeme que no intentarás hacerme el amor

Esta bien, tú ganas (como siempre)

Y escuché detenidamente como mi esposa llegó al hotel y su amigo la desnudó; ella lo desnudó haciéndole el amor oral; me contó que después se fueron a bañar, ya que él estuvo todo el día en su oficina y no se sentía limpio, ella quiso acompañarlo. Me contó cómo le hizo el amor en la regadera; en el lavamanos del baño del hotel. Cómo la llevó cargando a la cama y antes de acostarla la penetró parada. Me sonreí ya que él mide más de 1.85 y ella solamente 1.60; - me encantan los altos, me dijo. Me contó lo mucho que le gustó que la cogiera parada, cómo sentía penetrar su verga y las locuras que ella le gritaba, "métela toda", "así", "más", "cógeme amor". Al decir esto me sonrió, me dijo que sí, que ya lo considera su amor. Yo seguía escuchando muy excitado, ella me pajeaba lentamente mientras me narraba su aventura y yo imaginaba cada escena de la misma.

Me narró cómo la cogió, en cuántas posiciones, cómo tuvieron que bañarse de nuevo para quitarse los restos de semen y estar limpios y frescos para volverlo a hacer. Se la cogió de "perrito", me contó cómo lo montó hasta que ambos llegaron a un orgasmo intenso; la manera que pasaban los minutos descansando, recuperándose, abrazados desnudo y besándose tiernamente. Y al pasarse el tiempo la manera tan fogosa de volver a bañarse y dejar el cuarto.

Con todos estos detalles tan eróticos y el morreo lento, constante y estrujante que ella le hacía a mi verga, llegué al orgasmo y deje salir los gritos de placer.

Ahora tengo lo que siempre fantaseaba, mi esposa tiene un amigo que le hace el amor cada 15 días; salen a comer, a tomar un café, a cenar y a veces a la playa.

Ella ha cambiado, ahora es más amorosa conmigo, me atiende muy bien, hacemos el amor con más frecuencia, con más fogosidad y tiene muchos orgasmos (conmigo y con él), le ha cambiado el humor y ya no se enferma como antes. Se viste de una manera más provocativa, no con minifaldas o con escotes, no, sino que su sensualidad se ve con cualquier prenda que usa, su mirada denota placer, coquetería; de hecho, ya le ha llegado más de una oferta para salir y ella se divierte, me dice que entre su "amigo" y yo le despertamos su sexualidad; se ve radiante. En las reuniones los señores la asedian no le sueltan el brazo y con cualquier pretexto buscan tocarle el pelo (largo, negro y sedoso) o si pueden la toman de la cintura y platican casi a nivel de su cara. Ella sabe que todo eso me excita y voltea a verme como diciendo, "Ve cómo le gusto a estos hombres", "Si yo quisiera me los llevo a la cama", se sonríe, me manda un beso, levanta su mano para saludarme o me hace la seña de "salud" con su copa.

No cabe duda que una buena dosis de "verga" en sesiones largas y continuas, quita cualquier enfermedad hipocondriaca, que hace a cualquier mujer más sensual, más erótica y no tienen nunca la intención de ponerse gordas ya que se les quitan todos los rasgos histéricos de andar comiendo porquerías. En mi caso, nuestra relación mejoró muchísimo con la llegada de "su amigo" y apoyo tajantemente el título de un viejo libro que dice: "El derecho de la mujer a tener dos hombres"; y yo soy feliz con ello.

Lobo cornudo